Enkewa Camp en pleno Mara-Kenia ✏️ Blogs de Kenia

Era nuestro 3º día en Enkewa y queríamos vivir la experiencia de visitar una aldea masái. Por la mañana fuimos de safari y volvimos a comer y descansar al campamento. Como siempre, vimos un amanecer maravilloso y recorrimos la orilla del Sand River. Buscábamos leopardos y rinocerontes. En nuestro camino nos encontramos con un guepardo. La verdad es que ver bostezar a un animal así te hace entender porqué son carnívoros. ¡Menudos dientes tienen!

Seguimos nuestro camino y nos encontramos con unos leones desayunando. ¡Es algo increíble! La imagen es alucinante pero le falta el sonido. Siento ser tan detallista pero debo decir que escuchar como desgarran al ñu y luego mastican los huesos es algo que ni en los mejores documentales. Estábamos en primera fila y solo nosotros. No había más jeeps. Eso es lo magnífico de Jose y su equipo, nos acercan a los animales siempre con mucho respeto pero no vamos donde van todos los turistas, no nos aglomeramos alrededor de un animal.

No nos quedamos mucho tiempo porque Jose recibe por radio (con la que están en constante comunicación todo el equipo de Enkewa) que han visto un rinoceronte negro. Tenemos que ir rápido porque son animales tímidos y tienden a esconderse entre los arbustos en cuanto sienten que les observan. Nos sentamos y allá que vamos. ¡Esto sí que es una aventura! Conseguimos llegar y efectivamente, somos un par de jeeps más de Enkewa los que nos quedamos cerca del rino y desde la prudencia y distancia, le observamos y sacamos muchas fotos. ¡Es muy muy grande!

Le seguimos mientras se va andando con sus patas cortas y fuertes hacia los arbustos del riachuelo. ¡Maravilloso!
Después de esta increíble mañana en la que efectivamente nunca sabes lo que te vas a encontrar, nos volvemos al campamento para comer y descansar antes de ir a la aldea.

Salimos a las 16:30. Vamos a la aldea de OneTen, uno de los rastreadores. Los masáis tienen más de una mujer y por tanto varios hijos en general. Viven de la ganadería principalmente y en principio si tienen cabras es bueno pero lo ideal es tener muchas vacas. Los niños desde los 6 añitos son los encargados de sacarlas a pastar. La mujer es la que se queda en casa y cuida de los hijos y la casa. Hablan suajili y aquellos que pueden ir a la escuela (como la de Ositeti) aprenden inglés desde los primeros años de Primaria.
Según llegábamos a la casa de OneTen todos los niños que encontrábamos por el camino te saludaban con efusividad y una enorme sonrisa. Nos llama la atención el color de las ropas, los collares y pulseras con los que todas las mujeres y hombres se adornan.

Una vez llegamos a casa de OneTen, éste nos presenta a sus mujeres e hijos. Nos explica donde guardan el ganado y nos invita a entrar en su hogar. Es pequeño, construido con ramitas, excrementos de animales y barro para impermeabilizarla y darle resistencia. Dentro no hay ventilación y muy poca luz, por lo que tardas en acostumbrarte. Allí viven todos y comen y duermen en una sola sala cuyo centro es el fuego que les da calor, luz y les sirve para cocinar. Muy sorprendente.

Al salir las mujeres nos ofrecen collares y pulseras que ellas mismas hacen y venden para ganar un dinero. Aprovechamos y compramos, son de total confianza. Les preguntamos si podemos hacerles fotos, siempre hay que respetar otras culturas porque igual no está bien visto. Ellos acceden encantados.

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Ya estamos en nuestro penúltimo día y es obligatorio visitar la escuela de Primaria de Ositeti. Cuando fuí a verla en mi primer viaje me enamoré de los niños. Soy profesora de Primaria y ver tantos niños (500 actualmente) recibirte con sonrisas y mucha alegría es maravilloso. Desde entonces colaboro con Amigos de Ositeti con una donación mensual que les ayuda en sus proyectos para mejorar las condiciones de la escuela. A ésta acuden niños de las aldeas de alrededor todos los días andando varios kilómetros. Todos llevan uniforme (es una norma del estado) y aunque las condiciones son precarias, la alegría con la que aprenden y juegan todos juntos (da igual que tengan diferentes edades) te llega al corazón. El sistema de enseñanza hay que entenderlo. No tiene nada que ver con el que estamos acostumbrados en los países desarrollados. Lo primero porque carecen de tantos recursos y medios materiales como nosotros y lo segundo, porque allí enseñan sobre todo basándose en la repetición. En la escuela una de las prioridades era tener un pozo de agua potable y un dispensario para poder abastecerles a ellos y a las aldeas cercanas. A día de hoy está conseguido. Ahora hay que seguir colaborando para conseguir becas para los niños que quieren seguir estudiando cuando terminan Primaria. La educación es la base del cambio y desarrollo de los países.
Amigos de Ositeti es una ongd (organización no gubernamental para el desarrollo) que llevan actualmente Jose Serrano y su madre. Os dejo el enlace para que podáis investigar y entender porqué Jose se involucró y formó esta comunidad en medio del Masai Mara. www.amigosdeositeti.com

En esta visita les llevé libros en inglés para que fueran formando una biblioteca. Nos enseñaron los progresos en la escuela y por supuesto nos cantaron porque es una forma de agradecerte la visita. Lo que más les sorprende a los niños es tu color de piel y en mi caso, las pecas, que tengo muchas, cosa que ellos no. Es una experiencia única y obligada para conocer y entender aún más la cultura y vida masái.

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Y llegó nuestro último día. Pasan muy rápidos y te quedas con ganas de más. Es impresionante la cantidad de animales que ves pero lo más increíble es que nunca te cansas. Nos faltaba por ver el leopardo. No teníamos muchas expectativas porque también, aunque sea difícil de creer, es un animal tímido. Fuímos de nuevo bordeando la orilla del Sand River para ver si teníamos suerte. Nos cruzamos con el jeep de otro campamento y como hacen siempre, se intercambiaron información en suajili. Es muy sorprendente escuchar a Jose mantener una conversación en este idioma. Nosotros pensamos que hablamos rápido en España, pues debo decir que ellos no se quedan cortos. Le dijeron que había un leopardo cerca. Yuppppiiii! Allí que nos fuimos. Y sí señores este es el resultado:
¡Es un animal PRECIOSO! Sobran las palabras ante tan admirable ejemplar. Yo creo que él sabía que es elegante y guapo porque sus andares lo delataban. La foto no hace justicia a la realidad.

Una vez hicimos las doscientas fotos de rigor, continuamos nuestro safari. Ya habíamos conseguido ver a los 5 grandes. ¡Estábamos pletóricas! Os dejo fotos de otros tantos animales que vimos y de algunos, que sorprendentemente, no habíamos visto nunca. Por ejemplo el Rainbow Bird. Es real, aunque parezca que sus colores son demasiado perfectos, es una maravilla de ave.
O Blue jeans yellow socks, que es una especie de antílope y se llama así porque parece que lleva calcetines de color amarillo y encima un vaquero azul.

Terminamos el día con una puesta de sol maravillosa mientras tomábamos algo.
No quería despedirme sin hablar de los múltiples usos de la manta masái que llevo en el jeep. Las llevan para protegerte del frío por las mañanas y al atardecer, pero sirven de mantel y de toalla. Se pueden comprar en el campamento.

El viaje ha sido una vez más sorprendente, increíble, maravilloso, alucinante. He intentado describirlo de la mejor manera posible pero lo más importante es plantearse en algún momento ir allí, quedarse en Enkewa y vivir la experiencia. Yo he repetido y el año que viene vuelvo. He estado con mi familia y con amigas y cada viaje ha sido único e irrepetible. Espero haber despertado el gusanillo en alguno de vosotros y por supuesto si tenéis preguntas, estaré encantada de contestarlas. ¡Asante Sana!

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