INDIA: desde Rajhastán a Assam ✏️ Blogs de India

JAISALMER, UN VIAJE AL PASADO

*** Imagen borrada de Tinypic ***

De nuevo estábamos subidos en nuestros respectivos camastros para pasar la noche, 6 horas de trayecto hasta Jaisalmer, aunque esta vez sin pasar frío ya que las mantitas que compramos en Bikaner hicieron muy bien su función.

El día anterior Kunj hizo una llamada a un amigo suyo que tenía un hotel en el centro de Jaisalmer y que, por el precio que nosotros quisiéramos, nos dejaría su mejor habitación y hasta nos irían a buscar a la estación, que majo es Kunj!

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Alojamiento: Hotel Deep Mahal, ubicado dentro de la muralla, muy bien situado justo al lado de un templo Jainista. El hotel era un pequeño palacio que habilitaron como hotel, con unas 6 habitaciones muy bonitas y limpias. Nosotros pagamos 400 rs/5,5€ (nuestro presupuesto máximo) por una habitación enorme y preciosa, con baño y agua caliente. Desconocemos el precio real, pero aproximadamente el doble.

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Puerta de la habitación.

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Este día lo dedicamos a descansar y pasear por dentro y fuera de las murallas. Se nota que Jaisalmer es mucho más turístico que Bikaner, pero para compensar también es muy bonito, pasear por sus calles, tanto por dentro como por fuera de sus murallas, es como viajar en el tiempo a otra época sin necesidad de usar la imaginación.

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Aprovechamos también para contratar la excursión en camello por el desierto del Thar para el día siguiente.

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Excursión por el desierto en camello: Lo reservamos en el mismo hotel, aunque se podía hacer más barato en otras agencias. Escogimos el más completo de todos, dos días y una noche recorriendo el desierto y varias de sus aldeas a camello y comiendo y durmiendo al raso, los dos solos con nuestro camellero. Precio 10.200 rs (130€) los dos. Incluye desplazamiento en jeep y comida. (Creemos que es un poco caro, mejor preguntar en más sitios).

Nos llevaron al desierto en un Jeep bastante destartalado, pasando por algunas aldeas pequeñitas mucho más auténticas que las que veríamos en la excursión, merece la pena pararse a saludar a los niños y sacar algunas fotos.

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Después de algo más de un hora de trayecto llegamos a un secarral donde nos estaba esperando Matar, nuestro camellero. Con ese nombre daba un poco de yuyu irse con él por el desierto en dirección a la frontera con Pakistan, pero resultó ser muy tranquilo y atento con nosotros.

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Pasamos dos días atravesando el desierto montados en los camellos, haciendo choscas para comer a la sombra de algún árbol, charlando y tomando chais. La noche dormimos más o menos bien, aunque había muchos escarabajos y se te subían por encima. Lo mejor fue la puesta de sol, dormir bajo las estrellas e interactuar con los camellos.


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En general la experiencia nos gustó, pero tiene varios peros. El primero es que no sientes q estés perdido en medio de un desierto, hay muchos molinos de viento modernos por todos lados y las aldeas que te vas encontrando son turísticas, te cobran hasta por respirar. El segundo es que si vas imaginándote un desierto con dunas interminables te vas a llevar un chasco, más bien es casi todo zona de secarral, con algunos árboles y plantas, y las dunas solo están en algunas zonas concretas. Aún así la experiencia de recorrer el desierto en camello y pasar la noche bajo las estrellas la recordaremos toda la vida.

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Ya de vuelta en Jaisalmer dedicamos el resto del día a pasear por sus calles flipando con las sensación de estar en otra época y en otro lugar… que lejos queda España pero que suerte de estar aquí!

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JODHPUR, LA CIUDAD AZUL

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Temprano por la mañana nos llevaron a la estación de tren para ir a Jodhpur, esta vez de día. Si no recuerdo mal llegamos unas 4 horas después, el tren iba bastante vacío increíblemente, y entre chais y escribir el diario se nos pasó volando.

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Jodhpur destaca por su fuerte, que preside desde bien alto toda la ciudad, y por sus casas de color azul, por ello es también conocida como la ciudad azul. Es mucho más grande que Jaisalmer y a simple vista menos turística, aunque puede que sea por su mayor tamaño. A destacar el fuerte de Mehrangarh, el mercado del Clock Tower y las calles de alrededor o el palacio Umaid Bhawan, entre otras cosas.

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Alojamiento: Hill view guesthouse, ubicado al principio de la subida al Mehrangarh Fort a unos diez minutos andando del Clock Tower. Habitación doble con baño y con vistas a la ciudad por 400rs (5,5€) la noche. No es una maravilla pero volveríamos a alojarnos allí sin problema. Limpio.

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Una cabra dentro del guesthouse?
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Después del viaje en tren y buscar el hotel con las mochilas a la espalda no teníamos ganas de mucho más, así que el día los dedicamos a descansar, comer algo y pasear un poco por sus calles más turísticas como la zona del clock tower.

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Al día siguiente nos levantamos bien temprano y después de desayunar nos fuimos a ver el fuerte de Mehrangarh. La subida es corta pero empinada, hacerla al medio día se tiene que hacer más cuesta arriba aún, así que mejor encararla bien temprano cuando no hace mucho calor. Pagamos 600rs (casi 9€) cada uno con audiogía, un poco caro la verdad, nos enteramos que el gobierno indio había subido las tarifas de la mayoría de atracciones turísticas hacía poco, hasta doblar el precio en algunos casos… El fuerte es bonito por dentro, pero sobre todo tiene unas estupendas vistas de la ciudad, solo por esto merece la pena.

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Por la tarde decidimos salir de la zona más turística, como siempre preferimos ver la India auténtica, no la que ponen a ojos de los turistas, así que fuimos andando desde la zona de Clock tower hasta el barrio de Navchowkiya, que está al oeste de la ciudad.

Aquí si que vimos cosas más interesantes, muchos negocios locales como tiendas de telas, de cacharros varios, puestos de comida,etc. También entramos en un templo en el que estaban de celebración, tirando los polvos de colores que se utiliza en el Holi, en toda la tarde apenas vimos turistas por aquí y nos trataron estupendamente.

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Mujeres en el templo que visitamos.
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Eva haciendo amigas

Nos levantamos al siguiente día con la intención de coger el tren al siguiente destino, Pushkar, pero Eva no se encontraba bien. Estuvo vomitando y con diarrea por la noche y seguía bastante mal, así que decidimos perder los billetes (5€ los dos) y comprar otros para el día siguiente. Pasamos el día descansando.

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PUSHKAR, PARAÍSO HIPPIE.

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Con Eva ya recuperada nos fuimos a coger el tren de las 07:00 de la mañana hacia Ajmer, una ciudad bastante grande y con poco que hacer, pero ciudad de salida de los buses que van a Púshkar.

Pushkar es una de las ciudades sagradas de la India, muchos indios vienen aquí a purificarse en las aguas de su lago sagrado, pero también atrae a miles de turistas extranjeros en busca de cerveza (aunque está prohibido beber, ironías de la vida) y fumarse unos buenos porros.

Vinimos aquí con muchas expectativas y nos decepcionó un poco, el pueblo está completamente enfocado al turismo extranjero, con muchos restaurantes para comer pizzas y hamburguesas y mucho acoso y derribo al turista, no solo para que te sientes a comer en su local o para que les compres lo que sea que venden, sino también para timarte (más adelante explico el principal timo). Así que hicimos nuestro el refrán de“ si la vida te da limones…”y aprovechamos para comer pizzas y descansar de la India más extrema y masificada.

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Alojamiento: Nos quedamos en el Hotel Paramount Palace, muy cerquita del lago, habitación muy básica y pequeña pero a la vez acogedora y limpia, con baño dentro. Precio habitación doble: 300rs (unos 4€).

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Por suerte Púshkar no solo es turismo, ya que pasear por el lago sagrado es una experiencia muy interesante en el que puedes ver los rituales de purificación y las puyas (ofrendas) que hacen en los principales ghats (escalones que bajan al lago). El mejor momento del día es la puesta de sol, muy bonita y con mucha magia, no nos la perdimos ninguno de los tres días que pasamos allí.

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También es muy recomendable salirse de la calle principal (Main market rd) y pasear por las calles de los alrededores, donde viven los habitantes de este pueblo y aparte del lago, el lugar más tranquilo de todos.

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Nos volvió a pasar lo mismo que en Jodhpur, pero en vez de Eva el que se puso malo esta vez fui yo (Rubén). Nos quedamos una noche más y al día siguiente aprovechamos bien temprano para subir hasta el templo Savitri Mata que se encuentra al oeste del pueblo encima de una colina.

Solamente teníamos la intención de ver las vistas de Púshkar desde las alturas, no de visitar el templo, así que no llegamos hasta arriba del todo pero aún así pudimos disfrutar de estas estupendas vistas:
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Timo en Pushkar: Si vas andando por la calle principal (Main Market rd.) o por los ghats del lago es muy probable que se te acerque un chico/hombre que intenta ponerte en la mano una flor. No la cojas!
Con la excusa de la flor, y con mucha labia, te intentaran convencer de acercarte al lago para hacer una ofrenda para ti, para tus familiares, etc… Y luego te pedirán una cantidad desorbitada de dinero como donativo, más dinero cuantos más personas hayas incluído en la ofrenda, insisten mucho y te pueden pedir 50€ o más. Lo intentaron con nosotros pero ya estábamos avisados, así que ni cogimos la flor, pero sentados en los ghats observando lo que allí pasa hemos visto varios incautos caer en la trampa y soltar billetes como churros. Aunque también vimos algún turista más entrado en años y con más jeta negándose a pagar, lo normal es que insistan mucho y acabes dándoles algo de dinero.

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