15 días por Costa Rica en transporte público (Agosto 2017) ✏️ Blogs de Costa Rica

Como ya he explicado aquí no esperábamos absolutamente nada de Bahía Drake y nos encontramos con un pueblo remoto en medio de la selva rodeado de playas espectaculares (a excepción de la playa Conchal, me atrevo a decir que son las que más me gustaron de toda Costa Rica).

En principio íbamos a quedarnos una noche y dos días para hacer la excursión al Parque Nacional Corcovado y seguir viajando, pero cada vez nos gustaba más el lugar y al final nos quedamos dos días más, uno para hacer la excursión a Los Caños y otro para pasear por las playas alrededor de Bahía Drake.

Es complicado encontrar información sobre estas playas porque todo está muy enfocado a que realices los tours que es de dónde se saca más pasta. Nosotras descubrimos estas playas hablando con la camarera de Gringo Court, el mejor restaurante de pescado fresco de Bahía Drake. Se trata de un restaurante muy pequeño que sirve pescado fresquísimo y buenísimo (un poco caro pero un día es un día y vale la pena, cuesta unos 11000 colones el plato y comen dos, bueno nosotras comimos y cenamos…) y también comimos una pasta con verduras que estaba increíble. Si queréis podéis darle un vistazo a su página web dónde hay información muy interesante de Bahía Drake, especialmente de todo lo que se puede hacer por libre, que es mucho.

Si sigues un sendero que sale de la playa a mano izquierda mirando el mar en unos veinticinco minutos por la selva (el camino en si ya vale la pena) se encuentra la playa Cocalito, una auténtica pasada.

La vegetación literalmente a pie de playa, la arena oscura y fina, los guacamayos (muchos más que los que vimos dentro del Parque Nacional Corcovado) es un entorno muy salvaje y además no hay casi nadie. Realmente vale la pena.

Se tiene que vigilar con las olas eso sí, porque las mareas y las corrientes pueden ser peligrosas.

Si seguís andando por el mismo sendero una media hora llegáis a otra playa igual de espectacular llamada Caletas.

Nos hubiésemos quedado allí pero unos amigos que hicimos el día anterior que vivían en playa Rincón (otra playa cercana) vinieron a buscarnos en un bote. ¡De lujo! Allí todo el mundo tiene botes (o conoce a gente con bote) porque es la única manera de poder moverse ya que toda esta zona es extremadamente remota.

Total que ya nos ves a las que nos llevaron por ahí a dar unas vueltas y…¡vimos un montón de ballenas!

En esta época del año es muy frecuente y hay muchas (pero las excursiones para ver ballenas cuestan unos 70-80$). Se trata de la ballena jorobada una especie muy bonita (a mí me resultó más esbelta que la ballena austral que vi en Puerto Madryn).

Estuvimos un buen rato surcando el mar a lo videoclip de reggeaton, bebiendo y bailando, las ballenas de fondo, las playas salvajes, ni dios a muchos quilómetros a la redonda…¡toda una experiencia!

Luego llegamos a una de las playas más famosas e idílicas de la zona: San Josecito. Se encuentra a unas dos horas y media andando desde Bahía Drake por lo que, o bien salís temprano para que os de tiempo a ir y volver o: 1) pagáis bastantes dólares para una excursión para que os lleven en bote 2) conocer a alguien que tenga bote y os lleve.

Además los turistas que vienen en tour se van a las 14h y era un poco más tarde por lo que estábamos completamente solos. Una maravilla de lugar.

Nos quedamos ahí hasta que el sol empezó a caer, como dicen aquí muy tuaniz (una españolización de “too nice”).

Además de las playas, cuando oscurece los locales y los turistas se mezclan en un bar de salsa y bachata que se llama la Jungla a tomar guaro (alcohol), cerveza (Imperial o Pilsen, las dos bastante malillas) y chupitos de la bebida nacional, Cacique, un licor hecho a partir de la caña de azúcar. La gente de Bahía Drake es muy agradable, hospitalaria y sociable. Aunque en la actualidad el pueblo viva del turismo y todo el mundo de manera directa o indirecta viva de ello, no hace tanto que es así y al ser un lugar de difícil acceso no esta tan saturado y masificado como otras zonas de Costa Rica como la península de Nicoya.

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Las dos excursiones más famosas que salen de Bahía Drake son por un lado al Parque Nacional Corcovado y la otra el snorkel a la Isla del Caño. Reservamos ambas en un lugar que está justo delante de dónde te deja el bote que viene de Sierpe, ya que era un poco más económico (carísimo igual, la excursión al Caño son 70 dólares, pero por internet está a 90$) e incluía desayuno y almuerzo.

El desayuno te lo dan en las Cabinas Manolo a las 6:15h y luego se toma el bote que te lleva en una hora, más o menos, hasta la Isla del Caño, un pequeño archipiélago reserva natural dónde se hace el snorkel.

El snorkel estuvo bien, pero tampoco fue extremadamente espectacular. Vimos bastantes peces, un par de tortugas grandes y un pequeño tiburón!

Lo que sí fue muy increíble y sin duda lo mejor de ese día fue la cantidad de ballenas que vimos y, aunque ya las habíamos visto el día anterior, esta vez conseguimos estar muy muy cerca. Tanto que en un momento ¡nos dieron permiso para tirarnos al agua con ellas! ¡Muy brutal!

Al mediodía vamos a la playa de San Josecito (dónde estuvimos el día anterior) que nos dan el almuerzo y nos quedamos por ahí un rato bañándonos y tomando el sol (la sombra más bien que el sol pica una barbaridad).

Volvemos a Bahía Drake justo para coger el bote de la tarde que sale a las 14:30 para Sierpe para empezar el largo trayecto hacia nuestro próximo destino: Montezuma.

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Para llegar a Montezuma en transporte público hay que llegar a Puntarenas, una localidad a hora y pico al oeste de San José. De allí salen los ferrys hasta Paquera, desde dónde salen los buses a Montezuma (y a otros lugares de la península de Nicoya como Santa Teresa o Malpaís).

Nosotras veníamos de Sierpe después de pasar unos maravillosos días en Bahía Drake, y tuvimos que cambiar de autobús en el Palmar Norte y luego coger otro que iba para San José pero bajarnos antes, en Orotina para coger al día siguiente un autobús a Puntarenas (vigilad con eso porque, no sé si es porque era tarde, el autobús no entraba dentro de las poblaciones sino que iba parando en la carretera “principal” lo cual es bastante problemático, especialmente si tienes que buscar alojamiento como era nuestro caso, porque no te queda más remedio que pillar un taxi). Ya veis, fácil fácil no fue.

Para coger el ferry de Puntarenas hay que coger un bus urbano que te lleva al puerto que pasa bastante seguido. El ferry vale 810 colones y tarda una hora y veinte más o menos y el trayecto es bastante plácido ya que los barcos son grandes.

Paquera es básicamente una estación de buses para Montezuma y otros pueblos de los alrededores. El bus salió 5 minutos después de haber llegado y un poco más y nos quedamos sin lugar. Cuesta 1800 colones y tardamos 1:40 minutos hasta Montezuma en una carretera que telita, bastante precaria. El entorno es precioso por eso, muy muy verde.

A pesar de que, mirando a un mapa, Montezuma parece estar relativamente cerca de otros lugares de la Península de Nicoya como Tamarindo, llegar en transporte público es bastante show.

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