Dos semanas en Cuba ✏️ Blogs de Cuba

Son aproximadamente 5-6 con el Gilly.
De camino, paramos en playa larga, a la cual se accede a través de un resort. Está bien para hacer parada intermedia por el camino y darse un baño en agua cristalina, pero no recomiendo estar mucho tiempo porque al final pertenece a un resort. Nos comemos ahí un sándwich para ir un poco rápido.

Estuvimos dudando de si alojarnos en casa de algún cubano por ahí porque creíamos que se nos podía hacer de noche de camino, pero al final decidimos tirar a Cienfuegos (1,5 horas) por playa girón, donde el desembarco de los americanos.
Llegamos a Cienfuegos y fuimos directamente a la plaza principal, José Martí para buscar casa. Dormimos en casa de Pati y Nieves que está en plena plaza por 25 cuc los 4 y con desayuno buenísimo. Al llegar nos ofrecieron un ron legendario delicioso y estuvimos charlando con ellos. El pueblo no tiene gran cosa, cenamos riquísimo en calle Prado en un restaurante que estaba en el primer piso con su música en directo de confianza. Por la noche vamos a una de esas terrazas con salsa, un clásico ya en Cuba.

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Vamos al parque natural de El Nicho (el cual a su vez forma parte del parque Natural de Topes de collantes en la Sierra de Escambray), 1,5 horas. Hay gente que dice que es difícil llegar, pero nosotros fuimos tan ricamente. Se va por el camino hasta crucecitas, allí preguntas un poco y se llega bien. Aparcas en el nicho, son 10 cuc entrar pero lo regateamos a 5, como cada cosa que hay que pagar.
Es un paseo de una horilla y te puedes bañar en 2 cascadas y genial.

Hay otra parte que no se paga y es otra hora de paseo en medio de la selva rodeada de cascadas por todas partes.

También nos dimos otro bañito. Comemos en el paladaL que está al lado del parque a 5 cuc y con vistas a la sierra, Super bonito. De ahí vamos a Trinidad a buscar alojamiento. Dormimos en casa de Del pino-Belkleys, al lado de la plaza Céspedes. Nos invitó a un zumo natural mientras charlábamos sobre la historia de Cuba. Salimos a dar paseo y cenamos en una terraza. Trinidad es bonito, pero se ve en nada, es un pueblo de casa de colores y un montón de restaurantes, súper turístico. Bajo mi punto de vista, el atractivo claramente es ir a la Sierra de Escambray, lugar que nos recomendó la amiga cubana de Xavi. Esa noche acabamos en la trova a tomar algo y a echar un baile con cocodrilo Dandee.

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Desayuno rico, como cada día, y salimos a Tope de collantes, pueblo principal de la Sierra.
Empieza a llover porque por lo visto está entrando frente frío. El paisaje es precioso. En Topes, preguntamos en el centro de información a ver qué ruta nos aconsejaba. Hay 4 áreas de trekking y varias rutas super chulas para hacer, pero al estar diluviando, el guía nos recomendó que fuéramos a la zona de Guanayana, a la cueva nangoa, que era más sencillita porque iba a estar todo embarrado y otras zonas podían estar peligrosas.
Nos vamos con el Gilly, subiendo las cuestas como podíamos y empujando en algunos casos porque el coche no tiraba. De hecho, para llegar a la cueva, tuvimos que dejar el coche arriba y andar 3 km por carretera porque ya era imposible con nuestro coche chino.
Caía más agua que en la ducha pero allí nos metimos porque se vaticinaba espectacular. Comienza el paseo y vamos hasta la gruta, te puedes bañar antes pero al diluviar, pasamos.

Seguimos avanzando por el barrizal mientras disfrutábamos de lo precioso del paisaje y la vegetación. Me gustaría recordar el momento en el que tuvimos que cruzar un río a pelo y para no meter el pie tratamos de construir un puente con unos troncos y rocas, nos echamos unas risas.
Llegamos al coche calados, menudo show. Intentamos buscar sitio para comer pero estaba todo cerrado x la lluvia. Creo que éramos las únicas personas en todo el parque natural. Así que nos fuimos a Trinidad.

En Trinidad nos cambiamos de ropa en casa Del Pino. Seguía diluviando y las calles estaban llenas de ríos de agua q nos cubrían x el tobillo. Fuimos a comer a un sitio al lado de casa del pino. A la vuelta, para pasar la tarde, compramos una botella de ron con Pino en casa para charlar sobre aventuras y desventuras.
Decidimos salir a la calle sobre las 8 que diluviaba menos y nos fuimos a cenar. Y de ahí a una callecita con bares porque todos los sitios de salsa estaban cerrados x la lluvia. Y acabamos en la plaza, aún lloviendo pero menos, donde nos tomamos nuestro ron de confianza.

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