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Diario de un viaje a la India

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Mis experiencias y aventuras durante 14 días por el Triángulo de Oro, Pushkar y Varanasi.
Autor: B3l3n  Fecha creación:  Puntos: 4.4 (5 Votos)
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Día 6. El lago

Día 6. El lago


Localización: India India Fecha creación: 08/01/2018 21:14 Puntos: 0 (0 Votos)
22 de Septiembre. Viernes

A la mañana siguiente fuimos a hacernos una masaje ayúrveda. En principio, teníamos previsto ir a un sitio que vi en internet desde Bilbao, pero Anil nos quiso llevar a otro de un amigo suyo donde las que daban los masajes eran chicas. El precio era de 1800 rs, más caro que el que yo había fichado por internet así que le dijimos que no y que nos llevase al otro lado. Nos comentó que su amigo es de Kerala, sur de la India, y era el único que sabía dar ese tipo de masajes, dijo que el resto son locales y le habían imitado a él. Entonces le digo a nuestro amable conductor que eso a mi me daba igual, ya que no tenía seguridad ninguna de que todo lo que me estaba contando fuera cierto. Aun así nos pide que confiemos en él.
Confiar lo que se dice confiar, pues era lo último que haríamos aunque por no marearnos más accedimos a quedarnos, pero al precio que yo había visto por internet.
Preguntamos si se podía pagar con tarjeta y parecía ser que no...Upss, lo siento entonces. Gemma, nos vamos al otro lado.
Pero como tienen salida para todo, se les ocurre que por mediación de otro amigo que tiene tienda en el mercado podríamos pagar con tarjeta (que buenos amigos los que hay aquí en Pushkar). Pues nada, allá que vamos a por el masaje, ya nos dirían donde había que ir después a pagar.
Subimos a un primer piso y entramos en una habitación muy bonita y agradable con 2 camillas y 2 mujeres que nos mandaron quitar la ropa. Nos tumbamos boca abajo y comenzaron a frotarnos todo el cuerpo con un aceite de menta o eucalipto. Frotaban tan fuerte que las zonas entraban en calor rápidamente, algunas hacían daño, se notaba que había alguna contractura seguramente por el viaje y las malas posturas.
Cuando parecía que habían terminado nos pidieron sentarnos a cada una en una banqueta, una frente a la otra, y así empezaron el masaje por la cabeza. Lo mismo, aceite y a frotar, frotar la cara, frotar el cuero cabelludo, todo el pelo, hombros... Terminaron dándonos unas buenas leches en la cabeza, no se si eran necesarias darlas tan fuertes (vaya paliza!).

Después de todo bajamos a pagar. Pensé que nuestro amigo de Kerala habría conseguido ya el datáfono y estaría en el local pero no, esa no era la idea. La cosa era ir a la tienda de su amigo en moto, por lo tanto Gemma y yo tendríamos que separarnos por primera vez en todo el viaje.
Pues nada, cogí mi tarjeta de crédito y dejé allí a Gemmis y a Anil con todas mis pertenencias.

Sin casco, y con aceite chorreándome de la cabeza, atravesamos todo Pushkar hasta llegar a las estrechas calles del mercado. Una vez allí me fijo que entramos en una oficina de cambio. Al entregarle la tarjeta de crédito al hombre de la oficina me dice... passport? A ver, como que passport? Hasta ahora no me habían hecho enseñar el passport en ningún otro lado.
Pues lo tengo en la mochila a buen recaudo, no pensaba que lo iba a necesitar. Ala, pues me quedo yo en la tienda y el hombre de los masajes se va a buscar mi pasaporte, y por la cuenta que le trae me lo cuidará bien si no se queda sin cobrar.
Cuando vuelve me marcan un importe de 3000 rs en el datáfono y un 5% por pagar de esa manera. No entendía el por qué aunque ya me lo habían avisado. Me dan el recibo y... dinero. Dinero? Por que me dan ahora dinero? Me lo intentan explicar pero con el acento que tienen estos indios no me estaba enterando de nada. Salgo de allí con cara de "¿que pasa aquí?" pero tampoco me preocupo mucho, mejor que sobre y no que falte.
Cuando volvemos al centro de masajes le cuento a Gemma lo que ha pasado y seguíamos sin comprender por qué me devolvían dinero, no tenía sentido si ya me habían cobrado los 3000 lichis. Entonces el hombre me dice que le pague (yo ojoplática perdida, ya se me estaban revirando los ojos y todo) Pero si ya te he pagado!
Me da por mirar el fajo de billetes que tenía aun apretujados en mi mano y entonces lo vi claro... 3000 rs exactas.
Ahhh! Ahora si, podían haber empezado por ahí.

Después del masaje fuimos directas al hotel a darnos una ducha urgente y le dimos la tarde libre a Anil, descansar de él también era una necesidad. De allí al centro de Pushkar teníamos 15 minutos andando y fuimos directas a comer de nuevo al Om Shiva donde comimos una pasta riquísima hasta hartarnos.
Una cervecita, ventilador y WIFI, no podíamos pedir más. Tal era la ración que no pudimos ni terminarla, que bien se comía en ese lugar...

Con la tripa llena, y pocas ganas la verdad, fuimos a dar la vuelta al lago. Empezamos donde el día anterior habíamos visto la puesta de sol. A esas horas y con el calor que hacía, era poca la gente con la que nos cruzábamos.

Sabíamos que cerca del lago no podíamos estar porque tendríamos que ir descalzas, pero había tramos en los que, por no acercarnos al mismo, atajábamos por callejuelas mal-olientes, llenas de animales y de chabolas. No nos sentíamos muy seguras así que optamos por ir por los gaths aunque fuésemos descalzas. Cuando nos íbamos acercando a las escaleras más cercanas al lago, un señor nos advierte que es un lugar sagrado y que no podemos acceder ni al agua, ni andar con zapatos, así que...sandalias fuera! Nos pusimos los calcetines porque el suelo ardía y teníamos que ir sorteando las cacas del camino.

Nos encontramos con un grupo de chicos que nos piden educadamente una foto y mientras posábamos para los selfies, se acerca deprisa otro hombre al ver que uno de ellos llevaba los zapatos puestos. Menuda bronca se llevó! Los pobres se quedaron tiesos y nerviosos, no se si por la bronca o la vergüenza que pasaron en ese momento con nosotras delante.
Nos sentamos para descansar bajo una tejabana en la que solo se oían las patitas de las palomas, infinidad de ellas, que ante cualquier ruido fuerte salían volando a la vez haciendo dibujos en el cielo. Delante nuestro un hombre acaba de salir del agua y está recitando junto con otro señor más mayor una serie de oraciones. A nuestra izquierda un grupo de señoras se echan agua por encima, ellas llevan ropa, pero el hombre parece estar en ropa interior.
Al salir del agua, las mujeres pasan a cambiarse una por una a un habitáculo de metal amarillo habilitado para ello. El hombre de delante se ha vuelto a meter en el agua, creo que ha terminado con su ritual. No saco fotos obviamente por respeto. Un perro aprovecha a acercarse a la orilla para refrescarse.
El suelo está lleno de maíces, maíz del que comen los perros, vacas y palomas que nos rodean.
Dos vacas se nos acercan y nos piden algo más de comer a su manera, parece que el maíz no es suficiente, pero como no encuentran nada se van en busca de algo más a los montones de ropa que deja la gente en la orilla para ver si pueden pillar algo.
El hombre que estaba en el agua ya se ha secado y se acerca donde nosotras, me pregunta si quiero saber qué era lo que hacía, y le digo que si no es molestia me encantaría saberlo. Me explica que había venido aquí porque le había hecho una promesa a su padre el cual había fallecido recientemente. La promesa era venir a este lago sagrado, purificarse y dar comida y dinero a los pobres. No le molestaba que estuviésemos allí presentes, de hecho quería que lo supiéramos y quería que lo escribiera en el diario.

Terminamos en el punto de partida mientras esperábamos ese momento mágico de la puesta de sol. Nos sentamos en una terraza a tomar un lassi de mango mientras veíamos a la gente empezar a llegar. Un autóctono nos amenizaba con su instrumento, autóctono también. Sonaba de maravilla, un sonido indio, no lo podría describir de otra manera. Era un instrumento de cuerda, parecido y a la vez nada que ver con un violín. Allí sentadas vimos el perro que en peores condiciones habíamos visto hasta ahora, y nos fijamos en él porque era un Pastor Alemán, que hacía allí? Como mucho ves perros callejeros, pero ninguno de raza europea. Nos dio muchísima lástima, al pobre le faltaba media oreja y andaba cojito. Se llegó a meter en el bar, supongo para buscar comida.

En cuanto terminamos nuestro refresco nos fuimos a sentar en las escaleras del lago y nos fijamos en una chica que habíamos visto la tarde anterior. No era difícil verla porque junto a ella estaba la misma niña de ayer, una niña pequeña, espabilada y con unos ojos negros enormes. La chica se sentó con nosotras mientras Carina, su hija de año y medio hacía de las suyas. Tenía pulseritas para vender, unas de plata y otras que no lo eran. Nos enseñó la diferencia sacándose un imán de la falda y mostrándonos que las baratijas se pegaban él. La verdad es que nos daba igual el material, íbamos a comprar algo porque la niña nos había cautivado. Intenté regatear, simple formalidad, pero la cantidad era tan ridícula que no insistimos mucho. Me dio las pulseras y antes de pagarlas se levantó y me dijo que en un rato volvía. Un grupo de gente nueva se había acercado al lago y no podía perder la oportunidad de vender algo más, aunque no tuvo éxito.
Le pagué y al hacerlo se fijó en mi tatuaje de henna. Me preguntó cuanto había pagado por él y le mentí, le dije que 300 rs. Le pareció que era muy buen precio para el tamaño del tatuaje, lo que ella no sabía es que había pagado 200 rs más. Entonces me ofreció hacerme uno por 50 rs por toda la parte de la palma, como uno que ella tenía. Como ya había leído sobre el timo de la henna por internet, antes de nada le pregunté si todo el tatoo me iba a costar ese precio o solo una parte. En ese momento me mira fijamente y me dice que sería solo por un trocito pequeño... y se empezó a reír. Se rió a carcajadas tanto que acabamos contagiadas de la risa. Me aseguró que estaba bromeando, que me lo haría entero (aun no tengo claro si llegaba bromear del todo, me imagino si cuela, cuela).
Mientras me tatuaba la mano comenzamos a hablar. Me cuenta que tiene 4 hijos. De la pequeña, que ya conocíamos, nos dice que es mas lista que el hambre. Me interesé por el momento que estábamos viviendo allí y quise saber si era así todo el año, y me dijo que si, todos los días estaba lleno de turistas. Mirando alrededor se apreciaba un ambiente tranquilo, amable. Los turistas juegan con los niños, algunos traen papel y pinturas, otros aprovechan a sacarles fotografías. Los niños atraen, son guapos, pobres y muy resabiados...
Mi tatuaje estaba listo y le pagué algo más de lo acordado. Seguimos con nuestra conversación. Nos preguntó cuantos días estábamos allí, de donde éramos, si queríamos visitar las tiendas de campaña donde ellos viven y ver como lo hacen, el lugar al parecer no estaba muy lejos . Pero aunque nos hubiera encnatado, la desconfianza de nuevo nos frena, mejor no tentar a la suerte y quedarnos con la agradable sensación que teníamos en ese momento.
Finalmente saqué unas fotos a Carina, previo consentimiento de su madre y nos despedimos. Nos dimos la mano y nos deseamos suerte en la vida mutuamente.

De vuelta ya para el hotel se nos hizo de noche, y aunque Pushkar es un sitio tranquilo, agilizamos el paso. La noche era más oscura allí que en ningún otro lado. Hicimos un alto en el camino en una tiendita que habíamos visto a la ida hacia el pueblo. El hombre se alegró mucho de vernos ya que le habíamos prometido volver y así lo cumplíamos. Ya en el hotel a las 19:30h. Cenar, hablar con la familia y a descansar porque mañana tocaba una larga excursión hasta Agra.
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Día 7. Primer tuk-tuk

Día 7. Primer tuk-tuk


Localización: India India Fecha creación: 08/01/2018 21:16 Puntos: 0 (0 Votos)
23 de Septiembre. Sábado

La primera parte del recorrido hacia Agra la pasamos durmiendo. Hicimos parada en Chand Baori donde había otro contenedor de agua potable (o aljibe escalonado, como me informé después) que en su día abastecía a la ciudad, aunque en ese pueblo mucha casa no se veía.
Sacamos las fotos de rigor, las fotos con autóctonos y por primera vez, fotos nuestras con ellos. De la que me pidieron "one picture please", Gemma aprovechó a sacar el móvil para tener nosotras también el recuerdo. La chica con la que me retraté no tendría más de 16 años y paseaba vestida con su sari dorado y su marido y la familia de ésta.

Anil paró para comer en otro de esos horribles sitios de carretera. Pedimos un sandwich club cada una con 1 ración de patatas y coca-cola, lo cual nos costó 1200 rs. Cuando nos preguntó que tal la comida, puse mala cara y le contesté: cara. Iba a ser la última vez que comíamos mal por ese precio. Ya estaba echando de menos nuestro maravilloso restaurante de Pushkar...
Como quedaba mucho viaje por delante, aproveché a sacar mi diario y me puse a escribir, siempre y cuando no me mareara.
Me fijé que Anil miraba mucho por el retrovisor, se pensaría que estaba escribiendo a mala leche en el libro que tiene tras el asiento del copiloto y donde todo el mundo escribe lo ideal y maravilloso que es viajar con él, o lo puntual y gentil que es. Tal vez me estaba viendo escribir en un cuaderno que no había visto antes. Fuera lo que fuera, tenía la mosca detrás de la oreja, y me encantaba...
A la tarde fuimos a Joshabais Palace donde tuvimos que coger un bus para subir hasta arriba de la colina para visitar la fortificación. 10 rs el bus, la entrada algo mas, 510 rs. Visto uno, visto todos. Me recordaba un poco a Thailandia, en el sentido de que los primeros templos los ves con muchas ganas porque es todo tan nuevo y distinto... pero que al final realmente las construcciones son todas iguales. A parte de interactuar más con indios, empezábamos también a hacerlo con los animales. Hicimos una nueva amiga dentro del palacio, una perrita preciosa que nos acompañó durante un buen rato, incluso se sentó con nosotras a descansar a la sombra. De premio se llevó 2 galletas Oreo (si, sabemos que el azúcar es malo para los perros, pero no había mas!!), mejor eso que nada.

Había 2 cosas que ver en esa colina, el palacio que acabábamos de visitar, y la mezquita que no encontrábamos por ningún lado. Una vez fuera del palacio nos dimos cuenta de que estaba casi pegando así que cuando nos disponíamos a ir hacia la puerta, que estaba muy cerca, se nos acercó un niño hablando perfectamente español, para decirnos que esa puerta era la de salida (no te fíes, no te fíes...) No se por qué pero terminamos fiándonos del chaval, quería ser nuestro guía sin cobrar, ya que él solo lo hacía para mejorar su español con nosotras.... (Seguro!)
Bajamos por una cuesta repleta de niños, iban y venían, se escondían, jugaban y corrían. Tendrían entre 4 y 8 años, ningún adulto alrededor. En las escaleras de la entrada principal a la mezquita nos encontramos con mucha gente allí sentada, por supuesto y como en todos lados, mirándonos, y también cabras. Lo normal, vamos... Antes de entrar había que quitarse los zapatos como en la mayoría de los sitios así que los llevábamos en la mano.
Ya nos lo había advertido el niño, al ser un lugar gratis iba a haber mucha gente molestándonos y acosándonos. Por eso él quería ayudarnos (o aprovecharse de la situación). Sufrimos una avalancha de gente queriendo vendernos cosas, otros que nos indicaban que por ahí no se podía ir, o que no podías llevar los zapatos en la mano, o que no podías andar en ese sentido, que debías hacer cola para entrar por otro sitio... (Pero nos queréis dejar en paz de una santa vez?!)
Todo el mundo nos quería ayudar y ninguno ofrecía una ayuda sincera. Con un cabreo tremendo sacamos 4 fotos y nos largamos 3 min después de haber entrado sin llegar a disfrutar la mezquita.

Cuando conseguimos salir de allí encontramos el bus que nos bajaba al parking, pero estaba vacío. 10 minutos más tarde seguía igual. Vimos pasar a un turista delante nuestro que iba con su guía y rodeado de otras 3 personas intentando venderle algo, recuerdo que el hombre nos miró y puso cara de "que pesados por favor". Antes de demorar más tiempo preferimos cogernos un tuk-tuk. Nuestro primer tuk-tuk en la India! Que bien sentaba la sensación del aire en la cara, y lo mejor de todo, la sensación de salir pitando. La cara de Anil cuando nos vio fue de alivio, como si él ya supiera lo que íbamos a pasar en la mezquita.

Continuamos nuestro camino hacia Agra por carreteras horriblemente asfaltadas y encharcadas. La zona de más pobreza por la que habíamos pasado hasta el momento, o al menos esa sensación tenía. Todo embarrado y los niños descalzos, gente viendo la tv en las aceras, y manadas de perros, muchísimos.
Ya en Agra, y de noche, se veían explanadas de campo con autobuses abandonados y gente viviendo dentro, tiendas de campaña de donde salían leves luces y sombras de personas continuando con su vida.
Por fin llegamos al hotel, bendito hotel lleno de turistas. Hotelazo, el mejor de los que habíamos estado hasta ahora, y lo mejor de todo...un KFC al lado!! Pena que no lo íbamos a aprovechar mucho, solo pasaríamos una noche allí, y ni eso. Hora para despertarse: 5 AM.
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Día 8. La estación

Día 8. La estación


Localización: India India Fecha creación: 08/01/2018 21:17 Puntos: 0 (0 Votos)
24 de Septiembre. Domingo

Eran las 05:40h cuando Anil nos pasó a recoger por el hotel. Aún perezosas por el madrugón pero con ganas de ver el Taj Mahal, una de las 7 maravillas del mundo.
Nos costó un rato entrar, para cuando subimos no habían abierto aun y estaba plagado de turistas. Después de un control exhaustivo de bolso llegamos a la entrada del recinto. La gente se apelotonaba en la puerta para sacarse la primera foto, y nosotras no íbamos a ser menos. El Taj- Mahal resultó ser una de las obras de arquitectura más perfecta y mejor conservada que había visto hasta el momento, tan blanca, tan limpia...cuesta situarla en aquel país. Se me pusieron los pelos de punta en más de una ocasión mientras paseábamos por los jardines y sacábamos fotos desde todos los ángulos.

Cuando intentamos salir del recinto nos confundimos de puerta, y el recinto era inmenso. Claro que una vez sales, no puedes volver a entrar. No lo vimos nada claro como para ir andando porque parecía un barrio bastante grande con callejuelas bastante pequeñas y podría ser fácil perderse por allí, así que decidimos coger un tuk- tuk a un chico que, si no tenía la lepra, tenía una enfermedad importante en la piel...
Al volver a situarnos en nuestra puerta nos paramos en los puestos para comprar la típica figurita del edificio, previo encargo de mi madre como suele ser ya tradición, y conseguimos 2 por 500 rs cuando empezaron pidiéndonos 650 rs por cada una. Nuestra faceta de regateo iba mejorando según pasaban los días.

Volvimos al hotel antes de que cerraran el buffet del desayunos y nos pusimos las botas, a saber cuando íbamos a volver a a comer así de bien. Descansamos en nuestras maravillosas camas antes de que tuviésemos que dejar la habitación e hicimos algo de tiempo en el lobby, al menos allí teníamos internet.
Como el conductor nos dijo que no había nada más que hacer en Agra, a parte de visitar el Fuerte, nos fuimos al Pizza Hut a comer con toda la calma del mundo. Era muy pronto pero las opciones de hacer algo por allí eran nulas.
Entramos en el Fuerte de Agra después de comer y estuvimos dando vueltas, escribiendo este diario a la sombra y sacándonos fotos con todos los que nos lo pedían. Lo que al principio nos parecía un agobio ahora era lo más divertido que se podía hacer.

Mirando el itinerario de la agencia, y de las cosas que íbamos a ver en Agra, había 2 en las que aun no habíamos estado. Así que para las 17h bajamos corriendo al coche para decirle a Anil que nos llevara.

Quedamos alucinadas con su comentario, nos dice que uno de los monumentos ya debería estar cerrado por la hora que era y que el otro estaba muy lejos y para cuando llegáramos nos lo encontraríamos también cerrado.
Estábamos flipando, y me hervía un pelín la sangre porque no entendía nada. O sea, que habíamos estado perdiendo el tiempo en todos y cada uno de los sitios porque el mismo nos había dicho que no había nada más que ver. Y con toda su enorme jeta me pregunta que qué hacemos?! Le dijimos que nos llevara donde fuera, aunque estuviesen cerrados los sitios, que moviera el coche y nos llevase a ver las puertas cerradas de los monumentos. Cual fue nuestra sorpresa? Que uno de los sitios, el primero al que nos acercó estaba abierto, y fue increíble ya que nos pillo con la puesta des sol al lado del río Yamuna donde había grupos de niños bañándose en sus orillas.

Era la tumba Itmad Ud Daula, considerada la hermana pequeña del Taj-Mahal. La imagen era impresionante, preciosa, pero aun sentía rabia porque Anil no nos había querido llevar hasta allí desde un principio. Cual era su problema?

A las 18:30h la misma pregunta, y ahora qué? que queréis hacer? Como si tuviéramos muchas opciones...
Nos dejó en la puerta del KFC y allí estuvimos durante 2 horas y media. Nos sentíamos algo frustradas ya que no estaba siendo justa la situación. Nos había engañado y quien sabe si había sido solo en ese día.

A las 9 nos dirigimos a la estación de tren ya que estaba previsto que saliera a las 23:20h así que íbamos con tiempo de sobra.
Nos sorprendió lo lejos que estaba, pero bueno...sin mas. Anil accedió a una autopista en la que apenas había coches y todas las farolas que faltaban en los pueblos de India parecía encontrarse allí mismo. Por lo menos había 4 carriles en cada lado separados por una mediana infranqueable. Después de un buen rato y justo cuando pasamos por delante de un autoestopista Anil frena el coche y se dirige hacia él. Pensabamos que iba a cogerle y también pensábamos muchas cosas peores a llevar a un simple autoestopista, yo creo que el hombre también lo pensó cuando pasamos por su lado ya que le vimos cara de felicidad. Pero no, Anil decidió dar la vuelta y conducir en dirección contraria.
No le dijimos nada, al menos yo no podía hablar, solo me decía a mi misma que por favor no viniera ningún coche de frente. Pensé que igual habría visto algún hueco abierto de la mediana e iría al otro lado, pero no fue el caso. Venían pocos coches, pero venían, y no se distinguía bien el carril por el que conducían ya que ese tramo tenía algo de curva. Solo veíamos las luces de los faros acercándose a nosotras. Cada vez que nos pasaba un coche por un lado se nos escapaban los suspiros nerviosos, esa vez lo habíamos sorteado pero y las siguientes luces que venían en nuestra dirección? Tendríamos la misma suerte? Yo apretaba fuerte el asiento y colocaba el cuerpo en buena posición esperando causarme las menos lesiones posibles en caso de choque.
Habíamos echo al menos 3 o 4 kilómetros y mi miedo y rabia empezaba a aparecer en forma de tembleque. Como nos podía hacer esto? En cuanto dio otra vez la vuelta comprendí lo que quería hacer. Se había saltado la salida y en vez de salir por la siguiente y retroceder le pareció más correcto deshacer el camino. Prometí no decirle nada hasta que llegáramos a la estación y una vez allí me iba a oír.
Paró en otro sitio para preguntar a ver si iba bien y por fin llegamos. Aparcó el coche, abrió el maletero y cogimos nuestras maletas. Quiso ayudarnos pero le dije que no lo hiciera. Insistió un par de veces y ya ahí si, estallé y perdí los nervios que me había tragado durante todo el trayecto. Le dije que nos llevara a la plataforma y que se fuera de allí. El hombre vino detrás nuestro. Al llegar a la estación me preguntó que por qué estaba tan enfadada. "Acaso no te parece suficiente que hayas jugado con nuestras vidas? Por favor, déjanos en la plataforma de tren y te largas."
Nos dice que lo había hecho para no llegar tarde ya que no encontraba la salida de la autopista, a parte que él no pondría nunca en riesgo nuestras vidas porque sería también poner en riesgo las suya.
Le contesté que dar la vuelta y conducir de frente a los coches no era una opción, le dije que si quería jugar con la vida de alguien que lo hiciera con su amigos y familia pero que no lo vuelva a hacer con unos turistas ya que no estamos acostumbrados a ese tipo de cosas. Esta vez ya le grité que nos dejara en la plataforma y que se largara. La gente nos miraba, pero me importaba un pimiento, no me podía contener. Era eso o estamparle el bolso en su cara de ..."no se por qué te pones así?"
Llegamos finalmente al anden e insistí en que se fuera, la verdad es que me costaba incluso mirarle a la cara, nos las apañaríamos sin él. Nos dice que él no se va, tiene que dejarnos en el tren así que llamó a Haroon para explicarle a saber qué milonga. Fue en ese momento cuando nos percatamos de donde estábamos y de lo que había a nuestro alrededor. Gente mirándonos mal, rodeadas de hombres que cada vez se acercaban más a nosotras. Unos dormían sobre cartones esperando su tren, otros simplemente de pie, observándonos con todo descaro de arriba a abajo. Ratas, muchas ratas cruzando las vías del tren constantemente, y miles de bichos voladores que se chocaban contra nosotras. Aquel sitio era el más repugnante en el que había estado jamás y no por la suciedad, más bien por las personas que estaban intimidándonos. Estábamos en el infra-mundo, o al menos esa era mi sensación.
Anil me pasó el teléfono para que hablara con Haroon. Me dijo que ya le había dicho al conductor que lo que había hecho no estaba bien (daba la impresión que le hubiese reñido a un perrito, "eso no está bien, eso no se hace, perrito malo") pero que lo hecho, hecho estaba. Le había dado órdenes de dejarnos dentro del vagón y que si no queríamos hablarle que no lo hiciéramos, él se quedaría en un esquina esperando a nuestro tren pero no nos dejarían allí tiradas porque conocían esa estación y no era lugar para nosotras.
Le dije que OK a todo, también le dije que podía entender que lo hecho en la autopista fuese normal en India pero que en nuestro país era impensable y que al día siguiente y cuando estuviese menos nerviosa tendría una charla de nuevo con él.

Sentadas sobre nuestras maletas, golpeándonos el cuerpo cada dos por tres para intentar matar el bicho volador que interpuesto en nuestro camino, tuvimos una visión, una esperanza entre todo lo que nos rodeaba. Vimos unos ángeles acercarse, vimos una pareja de turistas. Como si nosotras fuéramos su espejismo también, se acercaron a nosotras como si un imán nos atrajese.
Ella colombiana y él ingles aunque hablaba perfectamente castellano.
Se dirigían a Nepal ya que querían subir el Annapurna. Nos pusimos a compartir experiencias y sensaciones que, la chica al menos, había sentido durante sus 2 días en Delhi. Nos confesó que el día anterior no pudo contener la lágrimas de la rabia que sentía cuando los hombres la miraban de aquella manera que sólo ellos saben.
Hablamos también de otro asunto que nos traía en jaque, las propinas. Del caos de las ciudades, la suciedad. Peleamos con los bichos voladores y los no voladores que intentaban hospedarse en nuestras maletas. Nos invitaron a jugar a las cartas para distraernos aunque no estábamos para muchos juegos ya que había demasiada tensión en el ambiente. De repente se acercó un guardia de la estación y le ordenó de manera bastante amenazadora que dejaran de jugar ya que estaba prohibido. Una vez mas, increíble. Estaba permitido mear en la calle, escupir e incluso acosar, pero no jugar a cartas. Pus nada, seguiremos con la tertulia.
De vez en cuando pasaban trenes, y solo nos podíamos fijar en la "Sleeper class" y "Third class", en cómo iban esos vagones, gente apilada en montones, empujándose los unos a los otros que querían salir del tren o subirse al mismo en marcha, metiendo las maletas por las ventanillas y rezábamos para que la "First class" (la nuestra) y la "Second class" (de ellos) no se pareciese en nada a lo que estábamos viendo.


Llevábamos ya horas allí y tuvimos otra visión, un grupo de personas vestidas de azul. Iban en manada, hombre y mujeres, ellos con turbante y una daga en el pantalón. Pertenecían a los sikh. Crucé alguna mirada con ellos, y daba las gracias por hacerlo ya que su mirada nada tenía que ver con la del resto de la gente era noble, normal, sin intimidación alguna. Cuánto daño podían hacer las miradas...
3 horas después oímos la llamada del tren de nuestros ángeles, y un minuto más tarde comunicaban la llegada del nuestro. Nos despedimos y les dimos las gracias por aparecer, no se qué hubiéramos hecho Gemma y yo solas allí con Anil castigado en una esquina. Nos hubiéramos desesperado, eso seguro.

Por fin llegó nuestro tren, estábamos contentas porque sabíamos que cualquier cosa iba a ser mejor que la estación.
Buscamos el vagón de "First class" con Anil tirando de mi maleta y nos metimos en lo que parecía en un vagón fantasma. En el compartimento solo nosotras, y encantadas, aunque seguro que lo compartiríamos más adelante, pero bueno, al menos para ubicarnos y estábamos a nuestro aire.
No estaba mal la verdad, sin lujos. Un enchufe, opción de ventilador, 2 literas en cada lado, un espejo, sabanas, mantas y almohada...rudimentario pero bien. El hombre que nos trajo la ropa de cama nos dijo que no nos preocupásemos que el nos despertaría 20 minutos antes de llegar a la estación a que la nuestra no era el destino final del tren.
Lo del baño ya era distinto, pero no quedaba otra que aguantar la respiración, no mirar mucho y nada de tocar.
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comment_icon  Últimos comentarios al diario Diario de un viaje a la India
Total comentarios: 2  Visualizar todos los comentarios
Sandra987  Sandra987  20/01/2018 09:42
Me ha encantado tu diario!!! Te dejo mis 5 estrellas, muy entretenido y divertido, hace dos años estuve en India y todo lo que os paso, nos paso parecido a nosotros, muchas veces nos sentimos así, gracias por contar la verdad y no sólo lo bonito, un saludo
B3l3n  b3l3n  20/01/2018 12:39   📚 Diarios de b3l3n
Muchísimas gracias @Sandra987 !! me alegro muchísimo de que te haya entretenido. Mil gracias por leerlo, de verdad.
La intención era contar las experiencias tal cual las vivía y sentía en ese momento. A veces pensaba que podía estar exagerando ya que no teníamos a nadie más con quien compartir nuestras emociones, pero cuando nos encontramos en la estación con aquella chica colombiana y nos contó que ella sentía lo mismo, ya ahí si que me dije que no sólo era cosa mía. Por eso me animé a colgar el diario.
Mis primeras estrellitas!! Sonriente Un saludo Sandra!
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Pais Tema: Viajar a India: Dudas, Consultas generales
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DelfínAguilas
DelfínAguilas
Travel Addict
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16-03-2023
Mensajes: 64

Fecha: Sab Abr 06, 2024 08:00 am    Título: Re: Viajar a India: Dudas, Consultas generales

Hola. Consciente de que esta pregunta se habrá realizado muchas veces pero también consciente que cada época es diferente, os consulto la típica pregunta: ¿se puede viajar cómodamente por el Norte de India reservando sobre la marcha? Quitando los primeros días en Delhi mi idea es viajar y reservar según vea, aunque ahora me bajaréis a tierra y me diréis qué es imprescindible reservar para no complicarse la vida. Mi viaje lo tengo previsto para febrero de 2025, pues he leído que tanto este mes como marzo es cuando se puede viajar sin calor y sin monzón. Gracias por...  Leer más ...
Abdelkrim
Abdelkrim
Dr. Livingstone
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03-04-2008
Mensajes: 9933

Fecha: Sab Abr 06, 2024 08:15 am    Título: Re: Viajar a India: Dudas, Consultas generales

Es una buena pregunta. Yo siempre viajé sin nada reservado pero con tiempo de sobra, para estar seguro de poder alcanzar determinados objetivos aún en el caso de que las circunstancias me retrasaran. Lo que pasa es que de eso ya hace demasiado tiempo, y las condiciones han cambiado. Supongo que ahora es bastante conveniente reservar con antelación los billetes de tren, o los vuelos internos si preferimos volar. Pero el tema de los alojamientos es diferente, yo creo que lo ideal es verlos personalmente antes de cogerlos, porque los indios pueden llegar a ser muy marrulleros a la hora de no...  Leer más ...
DelfínAguilas
DelfínAguilas
Travel Addict
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16-03-2023
Mensajes: 64

Fecha: Dom Abr 07, 2024 08:29 am    Título: Re: Viajar a India: Dudas, Consultas generales

Muchas gracias. Me alegra que las temperaturas bajen por la noche, he viajado por varios países asiáticos pero siempre en verano. Es la primera vez que me decido hacer el viaje en invierno y si hace frío mucho mejor que el calorazo que he pasado muchos veranos...Lo de ver los alojamientos antes también es buena idea. En cuanto a reservar o no me preocupa que me quede lejos de las zonas de interés, de modo que espero opiniones sobre reservar o no sobre la marcha. Gracias.
Abdelkrim
Abdelkrim
Dr. Livingstone
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03-04-2008
Mensajes: 9933

Fecha: Dom Abr 07, 2024 08:40 am    Título: Re: Viajar a India: Dudas, Consultas generales

Si no son muchas las ciudades que vas a visitar, quizá aquí en el foro encuentres para cada una referencias de alojamientos fiables y céntricos. En mis tiempos, ir sin referencias a los sitios era arriesgado; muchas veces tuve que peregrinar por varios alojamientos hasta encontrar uno en el que me quisiera quedar ya que encontrarlos sucios y descuidados era casi la norma, incluso muchos que no eran exactamente baratos en las ciudades más grandes. Las excepciones también existían, hoteles familiares escrupulosamente limpios y bien atendidos, pero eso era siempre en ciudades pequeñas. Y...  Leer más ...
DelfínAguilas
DelfínAguilas
Travel Addict
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16-03-2023
Mensajes: 64

Fecha: Lun Abr 08, 2024 09:52 am    Título: Re: Viajar a India: Dudas, Consultas generales

Sí, quiero mirar alojamientos por aquí también, pero la pregunta es si es posible encontrar buenos alojamientos en febrero buscándolos sobre la marcha o por el contrario merece la pena reservar con antelación...
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