Tailandia en 2 semanas ✏️ Blogs de Tailandia

Llegamos al aeropuerto con las mochilas de nuevo, esta vez volamos hasta el aeropuerto de Phuket, nuestro primer destino del sur tailandés.

Al llegar al aeropuerto de Phuket, cogimos el ferry que nos faltaba. Luego al salir nos preguntaron a donde teníamos el hotel, nosotros íbamos a Patong beach, así que nos metieron en una furgoneta con gente que también iba por esa zona.

Llegamos en una hora o así a la puerta del hotel, dejamos las mochilas y fuimos a comer ya que era tarde. Comimos en un restaurante de especialidades en marisco, ya que en esta ciudad era lo más recomendable. Nos pedimos un bucket de gambas con una salsa picante buenísima y luego algo de arroz con marisco. Además había una promoción de 2x1 en cervezas, yo entendí que me podría ir pidiendo 1 y luego otra, pero me pedí una y me trajeron dos, así que compartimos Myriam y yo. Lo que pasa es que decidí tomarme otra antes de terminar y me volvieron a poner 2... Así que me la tuve que llevar para el camino ya que estaba.

Fuimos caminando por la calle más movida que había justo cuando empezaba a chispear un poco, el ambiente era ya de turista total, parecido a Khaosan Road, hasta que llegamos al fin a la playa.

Realmente nos asombró mucho, supongo que por ser la primera playa thai que veíamos, pero es una sensación difícil de explicar, aunque estaba atardeciendo y caían algunas gotas, nada nos impidió darnos un baño, pues hacía calor y el agua estaba caliente. Decidimos pasar de ir al gran Buda y quedarnos para aprovechar ese momento.

Después fuimos al hotel a ducharnos, paseamos por el mercado impresionados por el tamaño de las langostas que sacan en esa zona. Estuvimos paseando por un centro comercial donde cenamos muy bien. Finalmente fuimos a tomar algo por la calle de la fiesta. En cada esquina ofrecen alcohol, drogas, shows, prostitución, los típicos pingpong shows...

Al final decidimos entrar en un bar con música en directo que estaba bastante bien. Nos tomamos unos cubatas y nos fuimos pronto ya que no somos mucho de salir toda la noche.

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Nos compramos algo de desayuno y cogimos un taxi hasta el muelle para llegar a la hora que salía nuestro ferry en dirección a las phiphi. No se me ocurre otra cosa que ir a la cubierta pensando que habría buenas vistas... Imaginaos el viaje de unas dos horas que nos dimos con el sol como apretaba, llegamos a las phiphi al borde de la insolación.

Una vez allí nos recibieron una fila entera de negritos, cada uno con el nombre de un hotel dispuestos a llevarnos al alojamiento. Cuando encontramos al que portaba el cartel de nuestro hotel, montamos las mochilas en el carrito y el negrito empezó a tirar millas a toda ostia. Había también una pareja que iba a nuestro hotel, una pareja de europeos del norte gorditos, de los cuales el hombre decidió que su mochila la llevaba él por si acaso... pobrecillo.

Yo seguía de cerca al señor negro que llevaba nuestros bártulos, cuando me doy cuenta que cada vez acelera más, dejando atrás a Miriam y la otra pareja, no me quedaba más remedio que seguirlo de cerca para conocer el camino y a la vez intentar que los de atrás no me perdieran de vista tampoco, lo cual era más que complicado.
En este momento entendí porque le llaman islas phiphi, seguramente porque estos negritos no paran de gritar pipi cuando corren con el carrito a cuestas .

Finalmente y tras subir una cuesta interminable, llegamos chorreando de sudor hasta nuestro hotel (creo que era el último de toda la isla porque a partir de ahí estaba en obras).
Bueno cuando al final pensábamos que estábamos, tocaba subir escaleras. Al guiri casi le da algo, llegó asfixiado y con la mochila a cuestas.

El hotel eran como cabañitas encima del mar, muy chulas, con una piscina de ensueño, la verdad es que mereció la pena el lugar. Recomiendo 100% pasar una noche en phiphi porque es lo mejor de Tailandia.

Salimos del hotel y vamos a ver que excursiones había para hacer esa misma tarde pero nos damos cuenta de que todas las excursiones empezaban a las 15horas como máximo y ya acababa de pasar la hora. Preguntamos en varias agencias pero nada, no podíamos quedarnos sin hacer nada esa tarde y esto no lo llevábamos preparado, así que como dije anteriormente en Tailandia con dinero se consigue todo...

Pues nos dijeron que se podía alquilar una barca privada y hacer un tour por nuestra cuenta alrededor de phiphi Don, nos dijeron que salía caro pero cuando nos enteramos que "caro" eran unos 20€ por persona, con un chofer privado que nos esperaba en el barco, que nos proporcionaba bebida, utensilios de buceo, etc. y todo durante 3 horas, pues nos pareció de risa.

De hecho fue lo mejor que pudimos hacer en todo el viaje, ya que como las excursiones organizadas ya habían pasado por todas las calas, eramos los únicos allá donde pisábamos, eran las mejores playas y para nosotros solos. Paramos en la playa de los monos y en tres o cuatro más, además el chofer nos llevaba a los mejores sitios para practicar snorkel, pudimos ver todos los corales y fauna marina super bien al atardecer.

Llegamos al punto de inicio justo cuando oscurecía ya. En ese momento me di cuenta de que algo no iba bien y es que me había dado demasiado el sol durante todo el día y me encontraba mareado, al llegar al hotel me tumbé y no tenía ganas de salir, estaba rojo como una gamba, pero hice un esfuerzo para ducharme y salir a cenar algo.

Fuimos a una hamburguesería ya que estábamos un poco cansados del pad thai y el arroz, luego vimos un poco de lucha muay thai que hacían al lado y fuimos caminando hasta la playa donde había una fiesta que ni en Ibiza. Toda la playa estaba llena de gente, música, espectáculos con fuego, alcohol, etc. La noche en Phiphi es la más loca que vimos, de hecho cuando nos fuimos a dormir desde el hotel retumbaba todo el sonido de la fiesta y eso que era el más alejado!

Tocaba dormir poco pues además el día siguiente teníamos que levantarnos a las 5 para ir a maya bay antes de que se llenara de turistas

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Nos levantamos a las 5 de la mañana porque habíamos quedado a las 6 en una agencia que nos llevaba a Maya Bay, todavía no había amanecido en las Phiphi y andábamos buscando la agencia, pero no la encontrábamos por ningún lado, teníamos una foto de la agencia pero nada, todo se veía diferente iluminado por la noche. Finalmente decidimos llamar con mi móvil thai a la agencia porque no llegábamos, pero mi saldo de llamada era de solo unos minutos para todo el viaje. Finalmente me consigo poner en contacto con la agencia para que nos vengan a buscar a donde estábamos (suerte que la isla es pequeña y se conocen todos los restaurantes y hoteles).

Después de este contratiempo partimos para Maya Bay en un longtail boat con un grupo de 10 personas. Al llegar, los rayos de sol todavía no cubrían la isla así que no era tan impresionante como imaginábamos, aunque si bien no había casi nadie y la playa está como escondida, hay que pagar una tasa turística por pisar la playa de 400 bahts.
Estuvimos casi 3 horas, haciéndonos fotos, bañandonos y tomando el sol que ya empezaba a bañar 3 cuartos de playa, justo cuando se acercaban todos los barcos llenos de turistas. En ese momento nos fuimos de allí.
Pasamos por una cueva para hacer snorkel y finalmente a ver la playa de los monos.

Llegamos al hotel a eso de las 12 y había que dejar la habitación a esa misma hora, pero Miriam tenía que ir a ducharse así que yo aproveché para usar la piscina, eso hizo que se enfadara pues ella también quería haberse bañado. Finalmente recogimos todo y fuimos a comer al lado de donde salía el ferry.

Cogimos el ferry y esta vez no dudemos, cogimos un sitio genial dentro del barco, con una fila entera de asientos para nosotros solos para poder estirarnos a dormir ya que estábamos reventados y casi no habíamos dormido en las phiphi.

Nuestro próximo destino era Krabi -Ao Nang.

Como de costumbre nos llevaron desde el ferry a nuestro hotel gratuitamente (parece que todo esto está incluido en los precios del ferry), el hotel "Kokotel" estaba muy chulo, era nuevo y se notaba que querían agradar pues pusimos en la reserva que era nuestra luna de miel y nos pusieron muchos detalles por toda la habitación. Además la ubicación era bastante buena, justo arriba del paseo principal que llega hasta la playa.

Salimos a cenar y reservar las excursiones para los dos siguientes días. Cogimos la excursión de las 4 islas primero. Ojo! aquí la cagamos porque luego nos dimos cuenta de que hay una excursión de las 7 islas, en la que ves las 4 islas estas y otras 3 más y dura todo el día, te llevan a ver el placton fluorescente al anochecer que fue lo que nos quedamos con ganas de hacer.

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