Interrail: 14 días en el norte de Europa. ✏️ Blogs de Europa Norte

Interrail por: Amsterdam, Bremen, Hamburgo, Copenhague, Malmo, Estocolmo, Estavanger, Oslo y Drobak.

Nuestra aventura comienza el 14 de julio de 2018, somos 5 amigas mochila a cuestas dispuestas a darlo todo para conocer todos los rincones del norte de Europa que nos de tiempo en 14 días y con un presupuesto muy, pero que MUY bajo.
Los países que íbamos a visitar, excepto Holanda y Alemania, utilizaban otra moneda, así que desde Málaga y a través de nuestro banco cambiamos unos pocos Euros por Coronas Danesas, Suecas y Noruegas. He de decir que no necesitas llevar ni una sola moneda en efectivo en esos países, puedes pagar hasta una botella de agua con tarjeta, pero sí que te recomiendo que lleves algo cambiado en efectivo. Nosotras llevamos poca cosa, 20 euros de cada moneda, que en esos países tan caros es casi como no llevar nada, pero estábamos más tranquilas llevando algo de efectivo en caso de algún apuro.

Primero voy a contar el viaje y las experiencias y al final del todo hablaré sobre el pase interrail que pueda ayudar a la gente que no sabe cómo va el tema, así que si lo que te interesa es eso, sáltate todo lo que viene y vete al final.

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El sábado 14 de julio salía nuestro avión de Málaga a las 11:25 con destino Ámsterdam 14:40. El vuelo sin incidencias, todo correcto con vueling, lo cual ya es nuestro primer golpe de suerte. Al pisar suelo Holandés hicimos uso por primera vez de nuestro pase interrail para coger el metro hasta la estación central de trenes, dónde cerca se hallaba nuestro primer alojamiento: dormiríamos en el camarote de un barco atracado en un muelle. En las fotos ya vimos que estaríamos estrechas, pero cuando vimos lo que sería nuestra “Habitación” (zulo) no nos lo podíamos creer. Era muy pequeño, pero muchísimo, no hay foto que pueda enseñar lo pequeño que era, pero bueno, solo iba a ser una noche así que… vale, ok, me lo quedo.



Las escaleras para bajar al camarote eran casi de mano, tan empinadas y con tan poco espacio para bajar o subir que tenías que lanzar primero las maletas por las escaleras y luego bajar tú sin partirte la crisma. Como experiencia para una noche genial, la verdad que nos echamos unas risas y fue un gran comienzo de aventura al más puro estilo “Interrailero”, pero para pasar más de una noche no se lo recomiendo a nadie. Hablo del barco Anna María II en Oosterdok 51. No puedo dejar de contar nuestro frustrante check-in. Llegamos al barco y allí no había nadie, solo un par de huéspedes pero nadie de la empresa. Estuvimos un rato esperando que llegara alguien, hasta que una de nosotras decidió entrar al barco e inspeccionarlo, encima de la mesa de lo que sería el comedor se encontró un sobre con nuestro nombre, que contenía una llave y un dibujo del barco a modo de croquis para indicarnos dónde se encontraba nuestra habitación. “Vale, el check-in es automático” todo ok hasta que no tuvimos los ovarios de encontrar el camarote, he de explicar que TODOS los camarotes están juntos excepto el nuestro que se encontraba en la popa del barco. Inspeccionamos la popa centímetro a centímetro, tampoco era muy grande, y allí no había camarote. Qué equivocadas estábamos. Llamámos por teléfono a la compañía y no sé quien de los dos hablaba peor inglés, pero creímos entender que alguien vendría a ayudarnos a encontrar la habitación. Estaréis pensando que qué tontas que no somos capaces de encontrar un camarote. Al rato, como media hora, aparece alguien y nos enseña nuestra habitación. Resulta que por una se entraba puerta DIMINUTA en la que no estaba el número de habitación. Al ver esa puertecita en nuestra anterior inspección, sin ningún número ni cartel, creímos que se trataba de la entrada a una sala de máquinas o algo. Pero no, sería nuestra casita.
Después de soltar las maletas en nuestro camarote de los hermanos Marx, por fin, fuimos a dar un paseo por las céntricas calles, el barrio rojo y alrededores. No nos dio tiempo a mucho más ya que en Amsterdam solo estábamos de paso y volamos allí porque el vuelo era barato y nos pillaba de camino a Alemania, que es donde realmente comienza todo. He de decir que era mi primera vez en Amsterdam, todas las demás ya habían estado, y a mi no me gustó demasiado el ambiente que se respiraba en el barrio rojo, me sentí muy incómoda rodeada de mujeres semi desnudas en escaparates y hombres babeando frente a ellas. Defiendo totalmente y me encanta que la prostitución esté reglada, ojalá fuera así en todo el mundo. No es la prostitución lo que me hacía sentir incómoda, no sé qué era, pero no me gustó, estoy segura de que Amsterdam tiene mucho más para dar y volveré para descubrirlo.
Llegada la noche, y tras una cervecita en un bar encantador junto a uno de los canales, nos dimos una ducha y a la cama. Esa es otra, las duchas del barco. Solo había dos para todos los huéspedes y salía más agua hacia los lados que hacia delante o abajo. En serio, si estáis pensando hospedaros allí, estad seguros de que no os importan estos detalles. Es barato y el lugar tiene su encanto, pero si valoras la comodidad de una cama cómoda y una ducha en condiciones sigue buscando, pero insisto, para una noche y como experiencia está bien. Había fruta gratis, o creímos que era gratis… xD

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15 de julio.
Amanece, mochila a cuestas, frutita “gratis” y directas a la estación de tren hacia nuestros siguientes destinos, primero breve parada en Bremen y luego Hamburgo donde pernoctaríamos 2 noches.
Bremen es maravilloso, todo lo que ofrece se puede ver en un paseo de un par de horas así que si estás cerca y te sobra una mañana o tarde te recomiendo que la visites. Como dato curioso, este día era la final del mundial y no había nadie en la calle, nos sobraba media horita hasta tener que volver a la estación así que nos sentamos en un bar a tomar un refresco y ver un poco de la segunda parte del partido. Vimos un gol de Francia y alucinamos con la reacción de la gente. Todos sabéis la que se forma en España con los goles, pues allí la gente susurró, SUSURRÓ, “gol” y la alegría duró 10 segundos. Luego vuelta al silencio sepulcral. No me extraña que nos llamen escandalosos, no es que nosotros seamos escandalosos, es que esta gente no tiene sangre en las venas.
Adjunto la ruta que hicimos y los lugares que visitamos.

Ruta de bremen

Carrillón

Vuelta a la estación de tren rumbo a Hamburgo. Ciudad muy bonita, con encanto a pesar de ser muy “nueva”, debido a las guerras y los incendios apenas queda nada en pie de la ciudad vieja, pero aún así nos encantó. Esta vez nos hospedamos en una habitación de una pareja que la alquilaba en Airbnb, ellos vivían en esa casa y alquilaban una de las habitaciones. Era enorme, después de venir de un mini camarote vimos esa súper habitación, grande, limpia, cómoda y con ventanas!! Alucinamos. El chico, Tobías, súper majo, amable y atento, estuvo un rato con nosotras contándonos cosas de la ciudad, qué ver, dónde comer y beber,… He de añadir que la casa realmente era de Loti, su gata, pero nos dejaba a todos compartirla con ella. Un amor de gata, volví enamorada de Loti.
Este primer día lo que hicimos fue darnos una ducha, ropa limpia y salimos por el barrio a cenar, cómo no, una curry wurst y algo más típico de la gastronomía Alemana.


Unos chupitos y copas más tarde, volvimos al piso de Loti a descansar.

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