París Express ✏️ Blogs de Francia

Una vez termina voy ahora si hacia Discoveryland y veo Buzz con tan solo 5 minutos de cola. He oído hablar tanto de esta atracción que no podía dejarla pasar. La verdad es que la pone todo el mundo tan por las nubes que... no se, me dejó un poco fría. Eso si, me lo paso teta con los comentarios de los aliens. Me encantan estos personajillos verdes.


A la salida de la atracción me tapo los ojos y camino a ciegas, a lo Sandra Bullock. Si veo una tienda pixar estoy perdida y mi tarjeta quemada.

Veo un grupo de chavales españoles corriendo hacia algo...¡hyperspace mountain! Hay cinco minutos de cola por la single rider así que ni me lo pienso. Hace años que no montaba en una montaña rusa, en las de port aventura no me cabe el culo salgo encantada de allí, pero el frío empieza a hacer de las suyas y al toparme con el teatro de phillarmagique de frente pues... para dentro que al menos estará calentito

Aunque esta bien, no me parece nada del otro mundo. Vuelvo a ponerme los guantes, admiro un poco a Wall·e y Eva... y son ya casi las cuatro de la tarde, así que va siendo hora de comer algo. Estoy tan inmersa en el parque que llevo sin probar bocado desde el desayuno. Tengo el Café Hyperion ahí mismo así que entro para dentro pensando ilusa de mi, que no habría mucha gente a las horas que son, en Francia... ¡já! Hay unas colas inmensas así que pese a ojear el menú y estar allí un ratito, termino saliendo en busca de otro sitio.


Cruzo hacia Fantasyland y justo en el escenario están haciendo el espectáculo de Stitch, así que me quedo a verlo, congelandome un poquito mas Lo que hace una por ese bichillo azul...

En cuanto me meto hacia Fantasyland los altavoces hacen sonar la romaaaantica canción de la dama y el vagabundo... y frente a mi se alza el Bella Notte... y anuncian espaguettis con albóndigas... y pa dentro que me voy

A su favor tengo que decir que el pan de ajo me devuelve a la vida... y la pasta está bastante aceptable. Las albóndigas... podría pasar sin haberlas probado jamás Justo mientras estoy comiendo cae un chaparrón que todavía enfría mas el ambiente... así que nada mas salir del restaurante hago lo que jamás pensé que haría mientras planificaba este viaje: montar en it's a small world.


Reconozco que los muñecos me dan cierta grima, así que la idea de montar en una atracción llena de ellos no me llamaba para nada. Peeero hace frío, paso por delante y marca tan solo 5 minutos... y bueno, he oído hablar tanto de esta atracción que no puedo no montar.

Tengo que decir que salgo maravillada. ¡Me encanta! Tiene tantos detalles... la musiquita no está (quizá eso me salva, son villancicos por la época) y me encanta que cada rincón tenga algo especial, mires donde mires hay detalles y detalles...Y como no me gustan los detalles...



Decido investigar el castillo por dentro cuando empiezan a caer algunas gotas y acabo sin querer descubriendo la mazmorra del dragón ¡No sabía que esto existía! Hay un niño que no para de gritar cada vez que se mueve, pero cuando está quieto vuelve a acercarse todo lo que puede. Las risas que me echo.


El día se va poniendo mas feo, parece que va a volver a llover de verdad, el sol ya casi ha desaparecido... así que decido volver a Main Street para cotillear la zona que esta mañana casi he pasado de largo y de paso, ver la parade normal.





Me pierdo el encendido del árbol, pero es que son demasiadas cosas a las que estar pendiente y la verdad, no he traído esta visita demasiado preparada.





Veo que la gente empieza a arremolinarse frente al castillo y no pierdo ocasión de conseguir un lugar en primera fila, justo frente a las cuerdas. Falta algo mas de una hora para el show de cierre y empieza a llover. ¿Lo cancelarán? La duda es constante, pero cada vez hay mas gente, a ratos llueve mucho, a ratos poco, el frío estando calada cada vez es peor... y llega un momento que pienso muy seriamente en abandonar, ir hacia la estación y cerrar esta etapa Disney. Pero la otra mitad de mi cerebro dice "venga, sólo veinte minutos mas"... y luego otros veinte, y otros veinte... y cuando pienso que ya no puedo mas y que no, que me voy... quedan sólo diez minutos y...¿voy a irme por diez minutos después de todo?

No siento los dedos de los pies pero veo el pre-show del aniversario de Mickey y tras él...¡illuminations!



Tengo que admitir que se me escapa una lagrimilla... y yo no soy de llorar pero... es que es precioso, y tan significativo para todos los adultos que vivimos todavía la ilusión que sólo Disney puede crear...


Cuando al fin termina, todo el mundo va en avalancha hacia la salida. Yo decido meterme por medio de las tiendas con dos propósitos: moverme entre menos gente y conseguir algo de calor.

Por suerte, una vez fuera del parque la mayoría de la gente se encamina a la paradas de los buses y la estación está prácticamente desierta.

Voy a la consigna a por mi maleta y tras pasar de nuevo el arco de seguridad basta con poner el ticket y marcar el número de tu taquilla para que esta se abra.

Detallazo la exposición de Harry Potter en uno de los pasillos de la estación. Soy muy muy muy fan de las ediciones ilustradas que están sacando, así que me encantó ver los dibujos en la pared.



Saco un ticket de RER hasta París (la línea A es la que va a la ciudad) y mientras tanto mi madre me bombardea a mensajes. Ella ya ha llegado a París, tuve la precaución de darle una copia de la reserva de nuestro hotel pero... ella ha llegado allí y como la reserva está a mi nombre y pagada con mi tarjeta... no la dejan hacer el check in. Ooops.

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Busco como llegar al tren mientras mi móvil no deja de pitar... y es que mi madre cuando desespera... desespera.

Resulta que entre su cero de francés y su mala pronunciación del inglés...y el desconocimiento también por parte del recepcionista, no se hace entender para que vea que los apellidos de la reserva y los de ella, coinciden. Así que no la dejan acceder a la habitación. Al menos tenemos que dar un punto positivo al pobre recepcionista. Con el frío que hace y la que está cayendo, la calma y la lleva a la sala de estar del hotel, ofreciendole un té. Desde allí, seguimos whatsappeando. Yo diciendo "pero dile que eres mi madre, enseñale el DNI, señalale el apellido o algo"... total que al final una vez sentada en el tren envío al hotel un e-mail con una foto de mi DNI y con eso le da un voto de confianza y la dejan subir a la habitación.

Ya con la tranquilidad de no tenerla esperando en la recepción del hotel me dedico a repasar las fotos del día y nuestra planificación para el día siguiente. En un principio esta noche deberíamos ir a ver Montmartre, pero yo ahora que me he relajado en el tren empiezo a sentir el cansancio de todo el día en el parque, el frío... así que empiezo a reorganizar sin decirle nada a mi madre.

El RER A para en varias estaciones de Paris, pero seguramente la que mejor os cuadrará para enlazar con casi cualquier línea de metro será Chatelet-les Halles. Cuidado con esta estación porque pequeña precisamente, no es. Yo voy Google maps en mano que eso suele ayudar. Sigo los carteles para llegar a la línea 4 y aunque a veces incluso son contrarios, consigo encontrarme al cabo de un rato. Pruebo a usar el billete del tren para entrar en el metro y funciona, así que no me lío en sacar billete.

De la salida del metro a mi hotel hay apenas 200 metros.. pero qué 200 metros. Me ofrecen manicuras, pelucas, limpiezas faciales, mas pelucas... es la calle de las pelucas al fin veo el hotel y envío un mensaje a mi madre para que baje a abrirme la puerta, pues en recepción no veo a nadie y hasta la puerta de la calle está cerrada con llave. A todo esto, son sobre las ocho y media de la tarde, contando que Illuminations ha sido a las siete.. aproximadamente una hora desde el parque hasta el hotel.

Nuestro hotel es el Du Jura, en el distrito 9. Nos costó 111€ por dos noches con desayuno y baño privado. Siendo que sólo lo queremos para dormir, mientras la cama esté bien a nosotras nos vale.


Nada mas entrar en recepción aparece el chico que ha dejado "colarse" a mi madre. El pobre está algo apurado. La ha dejado pasar un poco destrangis así que tengo que acudir yo al llegar a hacer el check-in... pero tiene que ser a partir de las 3 del día siguiente para que su jefe no se entere de nada. Por suerte el chico todavía esta aquí y lo resolvemos todo ya.

Resulta que como he dicho, la pronunciación del inglés de mi madre es bastante confusa... y ella ha dicho "vendrá mi hija luego" y el recepcionista ha entendido "vendrá mi doctor luego" y claro... a saber que habrá pensado el pobre hombre que va a pasar en esa habitación. A partir de ese momento cada vez que nos ve me dice "¡hija, hija, no doctor!"

Subimos a dejar mis cosas en la habitación y entre ponernos al día y guardar las cosas ambas nos ponemos de acuerdo en que ha sido un día duro, hace mal tiempo... y no hay ganas de ir a Montmartre. En el rato que lleva esperando, mi madre ha localizado un local para cenar apenas a cinco minutos del hotel, así que reservamos y cuando nos hemos relajado un poco decidimos ponernos en pie e ir hasta allí.

El local es un italiano que se llama Papelli. Es pequeñito y acogedor. Nada mas entrar huele súper bien, así que ya le damos un minipunto. La chica que nos deja las cartas enseguida nos deja caer que habla español, así que nos entendemos de maravilla y pedimos un par de pizzas. No exagero si digo que de pedir a servir pasan escasos 5 minutos. ¡Qué rapidez!


Aquí utilizamos por primera vez nuestra frase favorita en francés: Carafe d'eau, si vous plait No somos de cervezas ni refrescos por costumbre con la comida, y el agua en europa suele ser realmente cara, así que el agua del grifo en Paris nos viene de perlas.

No guardo el ticket pero nos sale la cena sobre unos 28€ y nos quedamos mas que bien. Aún saboreo la pizza de salmon ahumado y aguacate en mis sueños.

Volvemos directamente para el hotel porque sigue lloviendo y al día siguiente tenemos intención de aprovechar París.

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Nos levantamos por la mañana alrededor de las ocho y aprovechamos el desayuno del hotel. No es gran cosa ni demasiado variado, pero para alguien que no desayuna demasiado está mas que bien. Hay pan, galletas, mermeladas, mantequilla y café, leche, cacao y zumo de naranja. Mas que suficiente para nosotras.

Nada mas salir nuestro amigo el clima ya nos advierte que no nos va a dar un día tranquilo... pero es nuestro único día completo en la ciudad así que no es como si eso fuese a frenarnos.

Tenemos contratado un free tour a las diez y media con inicio frente a Notre Dame, así que habíamos pensado llegar antes para aprovechar a ver la catedral.


Están instalando el árbol de navidad de la plaza y las grúas no nos dan la mejor visión exterior de la catedral, pero entramos dentro y disfrutamos de las vidrieras y el gran belén que montan allí.


Aproximadamente un cuarto de hora antes de la hora de inicio salimos de vuelta a la plaza y rápidamente localizamos a los chicos del free tour. Es una costumbre bastante "nueva" pero desde que lo probamos hemos cogido la costumbre de hacer alguno allá donde vamos. Para quien no lo conozca, un free tour es un tour guiado sin coste, en el que pagas la voluntad al terminar. Nosotras solemos llevar en mente unos 5€ por persona para los tours normales, pero he visto pagar de todo, incluso una familia de 6 en Berlín pagó poco mas de dos euros en común por un tour de cinco horas. Allá cada uno con su conciencia. Personalmente, me gustan bastante los free tours de la empresa White Umbrella, repartidos ya por bastantes ciudades, así que siempre que tengo opción, lo hago con ellos.


La lluvia vuelve a hacer acto de presencia al poco de empezar, así que como suelen ser siempre en zonas exteriores acabamos todos un poco calados y la ruta se desvía un poco de su plan original. Yo había hecho este mismo free tour en un viaje anterior a Paris y terminaba en la plaza de la concordia, pero atravesar el jardín de las tullerías con lluvia no es la mejor idea, así que terminamos temprano en los porches del Louvre.


Nuestra siguiente parada es la torre Eiffel, pero antes entramos a ver el vestíbulo del Louvre... y a hacer uso de sus baños, para que mentir

Nos planteamos comer en uno de sus restaurantes. La lluvia nos ha calado y aunque los pies los mantenemos secos no podemos decir lo mismo del resto de nosotras. Sin embargo, es temprano para comer (en nuestra cabezonería española, porque en Francia para nada era temprano) y decidimos que como la lluvia ha aflojado un poco, recorreremos el jardín de las tullerías hasta Concordia y mientras tanto decidiremos donde comer.

Una vez en Concordia (que está en obras, vaya mala pata) dudamos entre coger un metro hasta la torre o ir andando... y entre que dudamos y no dudamos, pues vamos avanzando a pie. Al final, cuando tomamos la decisión ya estamos a medio camino

Nos detenemos a disfrutar del puente Alexandre III, pues hace un mes estuvimos viendo el musical de Anastasia en Madrid y previamente vimos la película en la que está basado y... bueno, que el puente está genial recreado en la ficción y nos encantó la cantidad de detalles que tiene.


Nos damos cuenta de que casi son las dos de la tarde, que la mayoría de restaurantes que estamos mirando por la zona cierran a las dos... oooops ¡que nos quedamos sin comer!

Decidimos abandonar la orilla del río y vamos callejeando ahora que la torre ya está mas cerca. Como esas calles son mas comerciales, encontramos varios restaurantes y al final terminamos sentadas en Villa Thai. Por favor, nunca mas. Los lugareños lo ponen muy bien, supongo que quizá no supimos que pedir.

Para empezar un hombre muy seco nos da la carta y se va, tal cual. Desaparece. Al rato vuelve a aparecer para ver si lo tenemos y cuando le digo que cinco minutos mas porque queríamos mirar algunos platos de carta en lugar del menú me suelta un borde "en cinco minutos mas la cocina estará cerrada" ok, ok... pedimos pues.

Esto es un primer plato... el recipiente en si es mas pequeño que un plato de postre, así que imaginaos...


No recuerdo que comimos ni cuanto nos cobraron, la verdad. No repetiría tampoco. El trato fatal.

En fin, tras la experiencia recurrimos de vuelta a nuestro amigo google maps para que nos guíe por los callejones hasta la torre. Mi madre, que no se fía de las nuevas tecnologías me mira raro mientras la guío. ¿Seguro que es por aquí?¡Si antes se veía la torre y ahora ya no se ve!" Mujer de poca fe...

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