Tailandia 2013 ✏️ Blogs de Tailandia

Hoy toca salir hacia la gran Bangkok, por lo que desde el hotel nos vuelven a llevar gratuitamente a la estación de autobuses donde a primera hora de la mañana cogimos el primer autobús con destino a la capital de Tailandia.

Fueron unas 7 horas de trayecto, esta vez con un aire acondicionado más moderado, pero con la misma diversión al ver a nuestros compañeros de viaje y demás curiosidades… aunque realmente la curiosidad éramos nosotros, ya que en los dos autobuses de media distancia que cogimos y en todas las estaciones de autobús no vimos a ningún otro occidental.

Cuando estábamos llegando estuvimos mirando porque no estábamos seguros de si llegábamos a la Nothern Station, pero finalmente así fue.

Una vez en la estación nos dispusimos a salir para buscar el autobús Nº 3, que habíamos visto en Internet el día anterior que nos llevaba a la zona de Khao San Road donde teníamos el hotel. Pero dicha estación es un autentico caos, ningún cartel en ingles, gente yendo y viniendo para todos los lados, un mercadillo dentro de la misma estación… total que al final después de deambular un buen rato con un calor de aupa, decidimos preguntar a un policía que muy amablemente nos indicó donde se podía coger nuestro bus.

Al llegar a la dársena de autobuses urbanos, un empleado que nos vio un poco perdidos se acercó a ayudarnos, y aunque un poco recelosos ya que habíamos leído de los frecuentes fraudes que hay en Bangkok, le hicimos caso y nos montamos en el autobús Nº 3 que nos indicó y que nos decía que era gratis, y que finalmente así fue. El autobús, que os vamos a contar, un autobús destartalado con las ventanillas abiertas y que nos llevó a través del inmenso traficazo de Bangkok hasta la zona mochilera de Khao San, y del cual nos bajamos en la puerta del hotel gracias a un mapa que había cogido en alguno de los anteriores hoteles.


Nuestro hotel (Tara Place Hotel), muy bueno, muy nuevo (llevaba abierto algo menos de un año), una relación calidad-precio estupenda y una ubicación perfecta, ya que estaba a 5 minutos a pie de Khao San pero lejos del bullicio. Se podría asemejar a un 3,5 estrellas español. Una vez en el hotel, duchita y para la calle de nuevo.


TARA PLACE HOTEL
Hotel de reciente construcción y en perfecto estado, con aire acondicionado y sin piscinas. Habitaciones grandes y todo nuevo, y baño en perfecto estado. Como en casi todos los hoteles de Tailandia, te dejan 2 botellas de agua mineral sin coste en la habitación. Ubicación perfecta: a 5 minutos a pie de Khao San Road, a 5 mins de los embarcaderos del Express Boat, con autobuses a la puerta que te llevan tanto a Khao San Road, como a la estación de autobuses del norte (Mo Chit). Además, el hotel cuenta con un servicio de tuctuc, gratis, que te lleva al Gran Palacio y a Khao San. Personal muy muy amable, y bien informado (recomendación de restaurante para cenar inmejorable). También te ayudan a para taxi e indicarle al taxista la dirección en tailandés. Desayuno en la cafetería al lado del hotel, con desayuno bueno. Y en el hall del hotel, hay café, té y alguna magdalena


Esa tarde decidimos emplearla en recorrer el barrio Chino, para ello salimos del hotel con dirección a uno de los embarcaderos que hay en el río y por los que pasan los muy frecuentes ‘Autobuses Fluviales’ (Chao Phraya). Dichos autobuses de río tienen varias banderas en función de donde paran, pero los de bandera amarilla y naranja paran en casi todas las zonas turísticas, y además en cada embarcadero hay planos que te dicen donde para cada uno.

Pues lo dicho, pillamos uno, bueno realmente dos porque nos equivocamos de dirección y tuvimos que bajarnos y cambiar de barco. El tema es que en el mismo embarcadero para el que baja el río y el que lo remonta, pero vamos que es muy fácil, aunque a nosotros nos pilló un poco despistados.

Nos bajamos en la parada que hay en China Town, y al entrar en el barrio chino recordamos el caos de la estación de autobuses: todas las aceras llenas de puestos de comida, olores intensos y riquísimos pero muchos a la vez, mucho calor… Estuvimos andurreando un poco por diversas calles en dirección al templo Wat Taimi, al que no pudimos entrar ya que era un poco tarde.


Como estaba anocheciendo, decidimos volver a la zona del China Town más profundo para ver las luces de neón al más puro estilo Hong Kong y buscar un restaurante. Finalmente nos metimos a comer Dim Sum (empanadillas tipícas chinas que descubrimos cuando estuvimos en el gigante asiático) en The Canton House, y la verdad es que fue un acierto, todo estuvo a la altura del mejor Dim Sum que probamos en Xi An o Hong Kong.


THE CANTON HOUSE
Muy buen dimsum (pedir dimsum dulce, es decir, con una especie de yema de huevo), a muy buen precio en pleno corazón de Chinatown. Tuvimos mala suerte con nuestra comanda que la perdieron y tuvimos que reclamar un par de platos


Después de cenar, para volver al hotel decidimos coger un taxi, siempre pidiendo que pongan en marcha el taxímetro (Taxi-Meter o Meter) para evitar timos.

Gastos:
* Bus Sukhothai-Bangkok: 558 THB (2 pax)
* Chao Phraya: 60 THB (2 pax)
* Zumo con gominolas dentro: 16 THB
* Te frío de fresa: 13 THB
* Cena en The Canton House: 270 THB (2 pax)
* Taxi de China Town al Hotel: 51 THB

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Tras el día de ayer y nuestro primer contacto con la gran Bangkok, hoy teníamos por delante un día intenso de visitas: el Gran Palacio, Wat Pho y Wat Arun, que se encuentran en la misma zona.

Contábamos con la suerte de que nuestro hotel tenía servicio de tuctuc a ciertas horas que te dejaban en el Gran Palacio, y por eso el día anterior habíamos reservado 2 asientos en el tuctuc de primera hora de la mañana.

Después de madrugar y un buen desayuno, nos subimos al tuctuc del hotel, y tras un corto paseo, a las 8 de la mañana nos encontrábamos a las puertas del Gran Palacio, donde ya se iban acumulando turistas ante la puerta cerrada.

Mientras esperábamos, un “amable” viandante nos dice que el Gran Palacio va a tardar en abrir y que es mejor ir al Wat Pho. En los blogs que habíamos leído se comentaba que había timos de este tipo (“está cerrado… o abre más tarde… mejor te llevo a… y casualmente de paso se para en la tienda del amigo del primo...”), y como nos habíamos informado de los horarios tanto en la Lonely como con el hotel, declinamos amablemente el consejo del viandante, y a los 5 minutos abrieron el Gran Palacio, tal y como debía ser.

Como seguramente se recoge en guías y blogs, para entrar en los templos hay que taparse hasta las rodillas y los hombros y sin escote, tanto hombre como mujeres. En el Gran Palacio son aún más estrictos, ya que según las guías, ni siquiera puedes ir en sandalias. Y debes entrar ya con esa vestimenta. Ojo, el pareo para los chicos, permitido en otros países como Indonesia (por experiencia propia) no se considera adecuado (“ropa de mujer” nos dijeron).

La realidad es que según se abren las puertas, había una especie de “inspectora” en medio de la marabunta revisando… y si justo por donde entras está este inspector te pueden poner algún problema más, pero si no, puede colar… En nuestro caso, el pareo para chico no sirvió y tuvo que ponerse el pantalón largo. Así que tened mucho cuidado en este aspecto. Eso sí, están muy preparados, y a la entrada hay una especie de oficina donde te dejan gratis unos pantalones para que hagas la visita (es decir, no compréis ni pantalones ni pareos en las tiendas afuera justo a la entrada).

El Gran Palacio hace honor a su nombre: es espectacular, enorme, todo lleno de pagodas y templos, y muy brillante. Todo muy bien cuidado, y abarrotado de turistas, aunque en nuestro caso, muy pocos occidentales y grupos muy muy numerosos de chinos.



Recomendamos llevarse bebida fresca, porque a pesar de ser muy temprano en la mañana, el calor apretaba de lo lindo. Todo el Gran Palacio nos llevó unas 2-2.5 horas, sin prisa pero sin pausa.

Próxima parada: el Wat Pho, el enorme buda reclinado. Nosotros fuimos andando tranquilamente desde el Gran Palacio al Wat Pho, y por el camino también algún “amable viandante” nos comentó que estaba cerrado… y de nuevo amablemente dimos las gracias y llegamos a la puerta, que por supuesto estaba abierta.

Había algo de cola, pero no tuvimos que esperar ni 5 minutos para entrar. Con cada entrada, tienes derecho a una botellita pequeña de agua fría… pequeñita pero se agradece infinito.

El Wat Pho tiene varios templos (no sólo el del buda reclinado), y merece la pena visitarlos, aunque es cierto que el gran buda reclinado te deja sin palabras, incluso después de venir del Gran Palacio.


El Wat Pho también estaba lleno de turistas, y en esta ocasión, sí nos encontramos con más occidentales. Si podéis, quedaros un ratito en un templo menor, sentados y descansando (recordar que siempre hay que ser respetuoso con Buda y no darle la espalda y así proceder también para sentarse y no poner los pies enfrente de Buda), y además, en gran parte de los templos hay algún ventilador.

Nosotros tuvimos la suerte que en un templo no muy masificado, llegaron unos monjes y se pusieron a realizar sus oraciones, y su cántico, os puedo asegurar, que es muy relajante y te olvidas de todo el bullicio que hay afuera. Recomendable si se da la ocasión.

A continuación, nuestra última gran visita del día: Wat Arun. Para ello, a la salida del Wat Pho, nos fuimos al embarcadero cercano y ahí pillamos el ferry que cruzaba el río a la otra orilla donde se encuentra el Wat Arun.

Desde la distancia y a pleno día es precioso, pero todavía es más bonito cuando te acercas a él y compruebas de qué está construido… pero eso os lo dejamos para que lo veáis por vuestra cuenta, merece la pena.


De nuevo, mujeres y hombres con rodillas y hombros tapados, pero con los chicos son algo menos estrictos que en el Gran Palacio, y si llevas unos pantalones cortos que te tapen la rodilla no tienes problema.

El Wat Arun es un templo que consta de varios niveles a los que se accede por tramos de escalones, muy muy empinados sobre todo para acceder al último nivel abierto a los turistas. Merece la pena subir, por la “diversión” de subir (y de bajar, aún más complicado) y por las vistas que tienes del río y del Gran Palacio.


Para volver “a casa”, volvimos a coger el ferry, y una vez en nuestro embarcadero fuimos dando un paseo hacia el hotel y de camino, descubrimos la calle Rambuttri, una calle muy cercana a la famosa Khao San pero con un ambiente mucho más tranquilo, lleno de restaurantes, cafeterías, y hostales pero menos masificado y sin tanto bar ni discoteca.

Ahí nos tomamos un pad thai callejero buenísimo, que quizás no fuese el mejor del mundo, pero entre que estaba muy rico y el hambre, nos pareció el mejor pad thai del mundo. Además, pasamos por un supermercado local, de los pocos que encontramos, y ahí compramos sobres con pasta de curry (tal y como habíamos cocinado en Chiang Mai) y hojas de lima kaffir, para traernos a España.

Al hotel a darnos una ducha y descansar un poquito, y para cenar, llevábamos recomendaciones de restaurantes de guías y foros, y uno de ellos también nos lo indicaron en el hotel, así que no nos lo pensamos más y para allá nos fuimos caminando, porque estaba a 5 minutos del hotel

TOM YUN KUNG
Buena comida tailandesa, aunque quizás algo para turistas. El restaurante es una terraza muy tranquila en un patio interior, al que se llega a través de un callejón desde Khao San Road. Los viernes y sábados por la noche, hay un espectáculo de danza tradicional tailandesa. Al final del baile, los bailarines se acercan a las mesas para darles una propina. Cenamos curry verde, noodles y arroz, con una cerveza, por 400 baths para 2 personas, precio más que aceptable considerando que es Bangkok y zona muy turística, pese a que sea de mochileros. Recomendable, y volveríamos sin dudarlo.


Después de cenar, un pequeño paseo y de vuelta al hotel, a descansar del día y tener fuerzas para la visita del día siguiente.


Gastos:
* Entrada Gran Palacio: 1.000 THB (2 pax)
* Entrada Wat Pho: 100 THB (2 pax)
* Entrada Wat Arun: 200 THB (2 pax)
* Ferry ida y vuelta Wat Pho-Wat Arun: 12 THB (2 pax)
* Chao Phraya: 30 THB (2 pax)
* 1 Pad thai callejero: 40 THB
* Agua y 2 tés fríos: 45 THB
* Compras curry varios: 246,5 THB
* Cena + propina bailarines exhibición: 400 THB (2 pax)
* Agua grande: 14 THB

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Pillamos un taxi para ir a la plaza de Victory Monument. En esa zona, habíamos leído en un blog, que había una pequeña estación de monovolúmenes que iban a Ayuttayah. Resultó un poco complicado encontrarla, porque es pequeña, no parece una estación y no hay carteles en inglés.

Llegamos a la taquilla, y ni un cartel en inglés, solo la palabra Ayuttayah, así que más bien por señas, compramos 2 tickets. Nos dieron unos plastiquillos que podían ser de cualquier cosa y estuvimos esperando en una sala de espera, y sin rastro de occidentales. Cuando se acercaba la hora de salida, nos bajamos al patio donde estaban las furgonetas, y le preguntamos al conductor de la nuestra (la que tenía el mismo número que el plastiquillo) y nos confirmó que sí iba a Ayuttayah. La furgoneta estaba bien y nos llevó sin problema.

Cuando llegamos a Ayuttayah, negociamos un tuctuc, que compartimos con otra pareja de españoles que conocimos en la furgoneta.


Lo más típico es la imagen de las guías, de la cabeza de buda entre las raíces: bonita pero más pequeña de lo esperado, y casi con cola para hacer fotos.


Lo que más nos gustó fue un templo que se había descubierto hacía poco tiempo en la jungla y que estaba muy bien conservado; está un poquito más alejado de los templos principales, pero merece la pena. Aquí os dejamos una foto:


Sólo como recomendación: hay templos en los que no compensa pagar la entrada para hacer una buena foto y verlo.

Ayutthaya nos gustó pero nos decepcionó un poco, sobre todo, porque antes habíamos visitado Sukhothai que es mucho más grande e impresionante, y mejor conservado.

Para volver a Bangkok, pillamos de vuelta la van en el sitio que nos habían indicado a la ida, y sin problemas, nos dejaron en la “estación de origen”.

Como era nuestra última noche en Bangkok, decidimos acabar el día navegando por el Chao Phraya al atardecer, viendo el Wat Arun y los rascacielos de la zona nueva: totalmente recomendable.




Estuvimos buscando el Night Market de Lumpini Park durante más de media hora, pero no lo encontramos, no había nada ni nadie. Como no lo encontramos y se hacía tarde, y ya estábamos cansados después del día intenso, decidimos ir a cenar, en el único restaurante que vimos abierto por la zona: Northeast, donde nos tomamos una sopa de curry verde y un stir fried green curry, muy rico.


Gastos:
* Taxi Hotel-Victory Monument: 67 THB
* Van Ida-Vuelta Ayuttayah: 240 THB (2 pax)
* Entradas a los templos: 200 THB (2 pax, 2 templos)
* Tuc-tuc: 400 THB (2 pax) – negociado para 4 (precio total tuctuc 800 THB)
* 2 taxis Bangkok: 101 THB
* Barco Chao Phraya Khao San Road – Central Pic: 30 THB (2 pax)
* Skytrain Central Pic: 56 THB (2 pax)
* Cena: 275 THB (2 pax)
* Taxi vuelta al hotel desde Lumpini: 88 THB
* Kit-kat: 20 THB

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