Del Dodecaneso a las Cícladas: 10 días pintados de azul ✏️ Blogs de Grecia

23 de Julio. Playa de Agios Konstantinos y traslado a Donoussa.

Hoy es nuestro último amanecer en Astypalea y en el hotel Tholaria. El desayuno nos vuelve a sorprender, esta vez con un pastel de verduras, y de nuevo hojaldres de queso, que nos llevamos para comer en la playa.

Como esperábamos, el viendo se ha calmado, y podemos ir a la playa de Agios Konstantinos. Esta playa se situa a 7 Kilómetros al sur de Chora y es larga y arenosa, rodeada de montañas y huertos, además de la iglesia que da nombre a la playa. Hay algunas sombrillas y una taberna, pero se respira un ambiente muy tranquilo. Nosotras nos colocamos al fondo, en la zona virgen, y podemos disfrutar de una estupenda mañana de sol y baños. Al finalizar la mañana nos acercamos la iglesia, que tiene unas vistas de la playa y del pueblo maravillosas; y cómo no, una campanita de las que conquistan.

Aunque nuestro ferry sale a las 18:00 del puerto principal, tenemos que ir a Pera Yialos antes de las 14:00 para pasar por la oficina de alquiler de coche y hacer el check out antes de que cierren. Además allí se encuentra la agencia de Blue Star donde recogeremos los billetes de ferry. A las 13:50 estamos en la agencia y ven que el coche está en orden. De allí nos vamos a comer a la taberna Maistrali, un lugar con mucho encanto en el centro del pueblo.

Maistrali: ensalada griega, calamares y agua. 18€.

A continuación vamos a recoger los billetes de ferry y encontramos una tienda de elaboración artesana que nos conquista. Es de una pareja y vemos cómo él elabora pulseras, llaveros, monederos, bolsos, sombreros y muchos más detalles. Compramos algunos recuerdos: un imán para la nevera, un llavero, unos pendientes, un collar y una botellita con arena pintada y conchas con el nombre de la isla.


Nos dirigimos al hotel a darnos el último baño en la piscina, nuevamente solas, y una ducha en un baño que nos dejan. Es el momento de ir al puerto y devolver el coche de alquiler para esperar al barco de Blue Star que nos llevará a la isla de Donoussa. El ferry es puntual, pues sale de Astypalea a las 18:00 y llega a Donoussa a las 20:40.

En Donoussa nos espera la dueña de nuestro hotel y nos lleva con su furgoneta. Por carretera parece que está más lejos del puerto, pero nos enseña un camino para llegar andando desde nuestro hotel hasta el puerto de Stavros, que es a su vez el pueblo principal de esta pequeña isla. La habitación es sencilla pero tiene mucho encanto, con su pequeña cocina y una terraza amplia con mesas y sillas. Hoy tenemos que estrenar el camino al puerto, para comprar algo de desayuno en el mini-market y vemos que, aunque está cerca, tiene poca iluminación y nos sentimos un poco desubicadas. Compramos algunas cosillas para desayunar y después vamos al puerto para ver los horarios de las barcas y los buses a las playas, pues en esta isla no tenemos coche de alquiler. Apuntamos todo para organizar los dos días que estaremos allí. Regresamos al hotel a cenar en nuestra terraza. Tenemos menú Tholaria, tan rico como siempre.

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24 de Julio. Playas de Livadi y Fikio; comida en Mersini y cena en el puerto.

Buenos días, Donoussa, hemos dormido de maravilla. Salimos a la terraza de la habitación y todo se ve distinto a anoche. Desayunamos viendo el mar a lo lejos, pues el hotel está en un alto. Tranquilidad absoluta.

A las 10:30 sale la barca que lleva a las playas del sur, y estamos puntuales en Stavros para cogerla. El puerto nos resulta encantador. Como tenemos tiempo, nos acercamos a ver el menú de la taberna que hay allí, pero nos dice el dueño que no hay menú escrito, sino que se decide a lo largo de la mañana, según las existencias del día. Me doy cuenta de que nos encontramos en una isla auténtica, y eso me encanta. A las 10:30 pasadas sale la barca llena, pero enseguida vemos que la gente se reparte entre las diferentes playas. La mayoría paran en Kedros, la primera playa que dispone de taberna, y nosotras decidimos seguir hasta Livadi. El trayecto es corto pues está todo muy cerca, y disfrutamos de un paisaje azul espectacular.


La bajada en Livadi es auténtica también, pues como cubre, se crea una hilera de personas que están en la playa, que van pasando las mochilas hasta la arena, para que los pasajeros podamos ir nadando. Allí me doy cuenta de que hay gente en esa playa y me pregunto cuándo han llegado, si el primer bote es el que hemos cogido nosotras a las 10:30. Entonces veo al fondo una serie de tiendas de campaña y pequeñas chabolas que ha creado esta población estilo hippie. A mi parecer, con esto se pierde el encanto de la playa, aunque quedan rincones libres, pero esto nos hace decidirnos a continuar caminando hasta la playa de Fikio. Para llegar, hay que subir una pequeña montañita, pero la caminata merece totalmente la pena. La playa de Fikio es maravillosa y podemos disfrutarla totalmente solas toda la mañana. El lugar me recuerda un poco a las calas de Koufonisia, con las pequeñas cuevas formadas en la tierra, y esas formaciones de color marrón claro adentrándose en el mar.


Estábamos dudando si coger la siguiente barca, que lleva hasta las cuevas de Fokospilia, pero se está tan bien allí, que decidimos que no nos importa perdernos las cuevas. También tenemos la opción de cruzar a Livadi para coger la barca de regreso a las 15:00 y comer en Kedros, pero pensamos que, vista la gente que había en las otras playas, estamos mejor en Fikio.

En ese momento se me ocurre la opción de subir a comer al pueblo de Mersini, pues veo en el mapa que se puede acceder desde allí. Esta opción la tenía prevista para cenar, pues parce que hay una estupenda taberna con bonitas vistas, pero como estamos tan cerca y no veo otra opción mejor para comer, nos decidimos. Es casi la hora de comer cuando llega a la playa un grupo de jóvenes con niños y surge entre nosotros la conversación. Son todos griegos, pero una de las chicas vive en Madrid, y tenemos una conversación en español sobre todas las islas que conocemos y las que nos gustaría conocer. Me encanta hablar con ella, pues además me anima a subir a comer a Mersini dándome muy buenas opiniones de la taberna que se encuentra en lo alto.

Nos damos el último baño para subir fresquitas, y aún así la subida es dura y empinada. Pero la llegada a lo alto merece muchísimo la pena. Nos espera una taberna maravillosa, con una terraza con vistas al mar. Es un lugar auténtico y tranquilo donde estamos solas y podemos elegir la mesita del rincón, que nos encanta.

Tzi-tzi: dakos, bolitas de calabacín y tomate, copa de vino y zumo de naranja. De postre, un obsequito casero. 16€.

Un gato duerme sobre el muro de la taberna. Al fondo el mar. El meltemi sopla… Nos dirigimos a la iglesia de Agia Sophia y paseamos a su alrededor realizando un montón de fotos. El paisaje es idílico. ¡Qué acierto haber venido a este lugar! Nos encanta.


Poco a poco bajamos de nuevo hacia la playa, pero nos vamos directas a Livadi pues es allí donde parará el bote de regreso al puerto de Stavros, que saldrá de aquí a las 18:00 para realizar el mismo recorrido que esta mañana. Últimos baños de la tarde. ¡No se está nada mal en nuestro rinconcito de Livadi!

Cuando vemos llegar el bote, nos acercamos a la zona central de la playa y nos montamos, con la misma operación de traslado de mochilas. Llegamos al puerto de Stavros y vamos al hotel, a asearnos para salir a pasear.

Nos dirigimos a la iglesia Panagitsa Virgen María, que está muy cerca del hotel, en la cima de la colina, a ver las vistas del pueblo. La puesta de sol promete ser bonita, pero en el momento más interesante, se nubla. Bajamos hasta el pueblo, esta vez por el camino de la carretera, y vemos la puesta de sol junto al mar, que a pesar de las nubes, es muy bonita, y cuando el sol se esconde, paseamos por el puerto, que es pequeñito pero muy entrañable.


Para cenar, solo hay dos tavernas y finalmente decidimos quedarnos en la que está atravesando la playa, junto al hotel del mismo nombre, un lugar lleno de gente donde podemos sentarnos en unas mesitas al borde del mar.

Iliovasilema: pulpo en vinagre, pimientos rellenos de queso local, copa de vino y zumo. 15€.

A continuación salimos a buscar un bar de copas en la zona del puerto, que nos ha recomendado la chica que hemos conocido esta mañana en la playa de Fikio. El sitio es muy animado, con ambiente agradable, y el mojito es el remate para un día completo. Al hotel… a dormir…

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25 de Julio. Playa de Kalotaritissa y adiós a Donoussa para ir a Naxos.

Tras desayunar en la terraza de la habitación, nos dirigimos a la parte del hotel en la que viven los dueños, para hacer el check-out. Pagamos y nos guardan las maletas, pues nuestro ferry no sale hasta la tarde. Tenemos por delante un día de playa en la isla de Donoussa. Frente al hotel se encuentra la parada de bus que lleva al norte, a la playa de Kalotaritissa. Cogemos el primer autobús, que sale del puerto a las 10:00 y para en nuestro hotel a las 10:05. Las paradas son Kedros, Mesaria, Mersini y finalmente Kalotaritissa.

La playa está vacía y enseguida encontramos un lugar que nos encanta: una calita anexa a la playa principal, aunque ambos son lugares muy tranquilos.

Tras pasar la mañana entre aguas cristalinas, nos acercamos a comer a la taverna de la playa.

Kalotaritisa: berenjenas con tomate al horno, queso saganaki, agua y frapé. 14€.


Me llevo el frapé a la playa, para darnos el último baño en la zona más cercana a la parada del bus, que tenemos previsto coger a las 17:00, para llegar con tiempo de sobra al puerto para tomar el ferry hacia Naxos.

Nos quedamos en la playa del puerto, jugando en la arena mientras vemos comenzar a caer el sol. Vamos a dar el último paseo por el puerto, comprar unos helados e imprimir los billetes de ferry en la agencia de Blue Star. Tras comprar unos gyros para cenar en el ferry, nos dirigimos al puerto, pues hoy se ve mejor la puesta de sol. A las 19:40 hemos quedado con la dueña del hotel, que se acerca a traernos las maletas.


El ferry llega con algo de retraso, pero esto es algo natural en estos trayectos tan largos. Se trata del mismo ferry que nos trajo de Astypalea, llamado Bluestar Naxos, cuyo trayecto esta vez es de 1 hora y media. Se nos hace muy ameno, pues aprovechamos para cenar en el ferry, y a las 22:30 estamos en Naxos, donde esperamos a la furgoneta el hotel Agios Prokopios. Mientras la esperamos, vemos la Portara iluminada. Mañana la veremos con más luz.

El hotel Agios Prokopios es sencillo, pero nuestra habitación nos resulta muy confortable. Estamos cansadas. Mañana veremos todo con calma.

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