MONTENEGRO - CRNA GORA... ¡YA ERA HORA! ✏️ Blogs de MontenegroUna semana en Montenegro: Kotor - Bahía Boka Kotorska - Herceg Novi - Perast - Risan - Lovcen - Cetinje - Rijeka Crnojevica - Budva - Cañon de Moraca - Cañon de Tara - Puente de Tara - Durmitor - Zabljak - OstrogAutor: Gadiemp Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (24 Votos) Índice del Diario: MONTENEGRO - CRNA GORA... ¡YA ERA HORA!
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Etapas 4 a 6, total 7
Lovcen, Cetinje y Rijeka CrnojevicaNjegusi - Parque Nacional de Lovcen - Mausoleo de Petar II - Cetinje - Rijeka Crnojevica - Parque Nacional de Skadar - Sveti Stefan ___________oOo__________ LOVCEN, CETINJE Y RIJEKA CRNOJEVICA Jueves, 24, Octubre, 2019 ♫♪♫♪ ¡¡¡ Quinto levanta, tira de la manta !!!! ♪♫♪♫ Duchado y acicalado salí a las 6.50 y a las 7 llegué a la oficina de 360 Monte, donde estaban esperando un par de chicas japonesas. Entonces llegó Yelena y nos pidió que fuésemos con ella al coche, que estaba frente a la abovedada Puerta del Mar, que atraviesa la muralla para llegar al Puerto. Nos montamos y Yelena nos dijo: - Tenemos que ir a la salida del pueblo a recoger a otros dos más que están alojados en Tivat. Ha habido una confusión y nuestro chófer les ha estado esperando en el sitio equivocado. Es que es el primer día que trabaja con nosotros. Recorrimos un par de kilómetros y ahí estaban junto a una gasolinera. Se unieron a nosotros y comenzamos a subir… y a subir… y a subir por una carretera estrecha y sinuosa, famosa por sus 25 cerradas curvas que ascienden por la montaña situada justo detrás de Kotor. Le llaman “la carretera serpenteante”. Une las localidades de Kotor y Cetinje. La serpenteante carretera de Kotor a Cetinje. La foto no es mía. La he tomado de www.dangerousroads.org/ ...kotor.html Es la Antigua carretera que une ambas ciudades y que hoy está protegida por la UNESCO. Conducir por ella requiere gran destreza al volante. Las vistas sobre la bahía a esas horas de la mañana son increíbles. Mientras subíamos nos presentamos todos: las dos chicas chinas dijeron llamarse 杰西卡 y 露西 y nosotros nos quedamos en silencio, sorprendidos y pensando “¡Ah, Mira qué bien!”. - Pero nos podéis llamar Jessica y Lucy – dijo Jessica - ¡ Aaaaaahh….! – respondimos con alivio. - Somos de Shanghai -dijo Lucy Yo me presenté y acto seguido lo hicieron los dos componentes de la pareja de sexuagenarios que recogimos junto a la gasolinera. - Nosotros somos Rachel y Richard y somos de Israel. La guía también se presentó: - Y yo soy Yelena, pero no soy de Montenegro. Soy de Belgrado, en Serbia, pero vine hace unos años a esta tierra. Me enamoré de un montenegrino. Luego rompimos pero yo decidí quedarme aquí. ¿Y a qué os dedicáis? Las chinas fueron las primeras en responder: - Nosotras trabajamos juntas en la tesorería de una gran corporación en Shanghai. Yo entonces les mencioné [SARCASTIC MODE “ON”] mi apasionante trabajo en Aburralia Ltd [SARCASTIC MODE “OFF”]. Los israelíes fueron los que dieron la nota de color: - Nosotros nos acabamos de jubilar los dos, pero hemos trabajado durante casi 40 años en el kibutz donde todavía vivimos. Las chinas y Yelena no sabian lo que era un kibutz. Yo, sin embargo, había conocido en mi época de estudiante a gente que en verano había ido a trabajar a uno en Israel para la recolección de frutas y otros productos agrícolas. - No sé por qué pero yo asocio los kibutz con los hippies. -les dije. - No tiene nada que ver con los hippies. En los años 70 se pusieron de moda por eso de ser un modo de vida en comunidad y tener una base socialista, pero no tiene nada que ver con ellos. De hecho los kibutz ya existían mucho antes del movimiento hippy. – me comentó Richard. - Así que fundamentalmente sois agricultores ¿no? - Los dos hemos trabajado en la agricultura durante bastante tiempo pero también hemos hecho otros trabajos -me comentó Richard- Yo, por ejemplo, he trabajado muchos años en una fábrica de bombas de estas que sirven para abrir las puertas de los autobuses. Mucha gente cambia de trabajos pero todos son parte de la cooperativa del kibutz. Y todos ganamos lo mismo independientemente del trabajo que tengamos. - Y no solo afecta al trabajo -dijo Rachel- Es una forma de vida. Richard es americano y vino a Israel al kibutz, donde nos conocimos, pero yo nací y me crié en uno donde he vivido toda mi vida. Me eduqué en las escuelas homologadas del kibutz. Son colegios internos dentro de la comunidad. Se llaman “la Casa de los Niños” aunque nuestros padres, que son parte del kibutz, están cerca para llevar a cabo el seguimiento de la educación de sus hijos. Así íbamos hablando hasta que llegamos a la última curva: La número 25, la más alta. Salimos para admirar la vista desde donde se veía la Bahía de Boka Kotor en su totalidad. Yelena no señaló cada una de las 5 bahías que la componen: - Esta es la Bahia de Kotor, esa la de Perast. La de más allá es la Bahía de Risan. Luego está la de Herceg Novi y ésta que está aquí más cercana, junto a la pista del aeropuerto, es la Bahía de Tivat. Había un gran crucero en la Bahía de Kotor - Siempre hay algún crucero en Kotor. En verano hemos llegado a tener siete cruceros en un mismo día. Es terrible. Si estáis alojados en Kotor y eso ocurre, lo mejor es salir a hacer alguna excursión a otro sitio y volver hacia las seis de la tarde, cuando todo se tranquiliza. La vista es espectacular. Hicimos unas cuantas fotos, merodeamos por ahi un rato hasta que vino un gigantesco “autobusorro” de 60 plazas lleno de turistas alemanes invadiendo carretera, calzada y mirador, así que lo mejor era largarse. Subimos al coche para ir a desayunar a la aldea de Njegusi, donde está la posada o taberna más antigua de Montenegro: el Kafana Kod Pera Na Bukovicu, donde se sirven desayunos tradicionales y se elabora el producto estrella de Njegusi y Montenegro: el prosciutto. Nos enseñaron donde lo elaboran, etc. Por supuesto, intentaron vendernos prosciutto, asi…. disimuladamente…. Como quien no quiere la cosa…, invitándonos a un par de rakijas de 55º de alcohol a ver si colaba… pero no, no coló… Njegusi: Flores, troncos, bicicleta y escoba en el jardín de Kavana Kod Pera Na Bukovicu Dejamos Njegusi para encaminarnos al Parque Nacional de Lovcen. Por el camino, Yelena nos habló de la figura más preeminente de la historia y la cultura de Montenegro: el Rey Pedro II (1813-1851), nacido en la aldea de Njegusi. Su nombre completo era Petar II Petrović-Njegoš. Además de rey, fue poeta, filósofo y obispo. Cuando nació Montenegro no existía como estado. Estaba dominado por los otomanos, por los venecianos o por los austríácos. Es decir, era una marioneta. Su tío, el príncipe obispo Petar I le envió al Monasterio de Cetinje, pensando en él como posible sucesor y encargó a los monjes su educación. Escribió sus primeros poemas cuando era un adolescente. Se convirtió en un auténtico erudito y en príncipe y obispo a la edad de 17 años, tras la muerte de su tío. Como rey fundó escuelas por todo el país y escribió tratados de lengua y gramática. En 1847 escribió su obra más famosa “La Corona de las Montañas”, poema sobre la voluntad del pueblo serbio por conseguir la libertad. Murió en 1851 y se le enterró en el Monasterio de Cetinje, siendo después trasladados sus restos a una capilla en el monte Lovcen, donde ahora está su mausoleo, pero esa capilla fue dañada durante la I Guerra Mundial. Las autoridades comunistas no estaban dispuestas a hacer una capilla, asi que decidieron hacer el monumento funerario en el que se encuentra ahora que, a más de 1.700 metros de altitud, es el mausoleo más alto del mundo. Dejamos el coche en el parking, pagamos la entrada que creo recordar que era de 3 €, y comenzamos a subir y subir escaleras. Creo que son unas 400. Se hace llevadero porque todo el trayecto de subida está cubierto y no estás expuesto al sol. Además hay descansillos con vistas. Simplemente hay que tomárselo con calma. Una vez llegamos a la cima, visitamos el mausoleo que es la típica construcción de estilo socialista erigida en 1971 en el lugar donde estaba la capilla donde el monarca quería que lo enterrasen. En el patio de entrada tiene dos grandes estatuas de dos mujeres que, al parecer, eran la hermana y la madre del monarca. Más adelante, bajo una bóveda dorada, está la del rey Petar y sus restos están en una especie de cripta más abajo. La verdad es que el conjunto arquitectónico no me pareció nada destacable. Sí lo es su entorno: Una vez que sales del mausoleo por la parte de atrás, tienes acceso a un mirador desde donde puedes disfrutar el magnífico paisaje lleno de montañas girando 360º. Desde aquí, en un día despejado puedes llegar a divisar el 70% del país. Lovcen: Mausoleo del Rey Petar II Emprendimos el camino de vuelta bajando las 400 escaleras hasta llegar al aparcamiento, donde cogimos el coche y recorrimos 22 kms para llegar a la antigua capital del país: Cetinje. - Cetinje - La anterior capital de Montenegro tiene solo 15000 habitantes. Era aquí donde se encuentra el antiguo palacio presidencial y la residencia de Petar II de Montenegro. Hay además algunas antiguas embajadas. Todos estos edificios han sido reconvertidos en museos. Hay también un par de iglesias: la pequeña Iglesia de la Corte y la iglesia Vlach. Todos ellos construídos y reconstruídos en los siglos XIX y XX. Pero he de decir que todo el conjunto no es muy destacable. A mí no me impresionó. Entré en el Monasterio de Cetinje que, a pesar de que es uno de los más importantes del país, tampoco me pareció nada del otro mundo. Fue inicialmente construído en 1484, época de la que ya no queda nada. Lo que hoy se ve es de una reconstrucción de 1785. En este monasterio tienen una reliquia que ha pasado por Bizancio, Rusia, Serbia y no sé cuántos sitios más y que ahora está aquí. Sí: Es eso que esperabas con tanto ahínco: La mano derecha de San Juan Bautista. Por suerte, está en una urna tapada con una especie de tela drapeada y con un icono. O sea: Que no se ve, aunque hay alguna fecha señalada en que la descubren y, por lo que dice la Lonely Planet, no es nada agradable. ¡¡Buffff…!! Arriba: Izquierda: Iglesia de la Corte, que era parte de un antiguo monasterio cuyos cimientos rodean a la iglesia. Derecha: Exterior del Monasterio de Cetinje: Abajo: interior del Monasterio Subimos de nuevo al coche para dejar Cetinje -que dicho sea de paso, a pesar de toda la historia que tiene, no me pareció nada del otro mundo…- y encaminarnos a Rijeka Crnojevica. - Rijeka Crnojevica –
Al salir de Cetinje, cogimos la carretera principal pero pronto nos desviamos para coger una local, bastante estrecha y sinuosa que discurría por la ladera de una colina con mucho arbolado y vegetación. Íbamos en dirección al Lago Skadar siguiendo el curso del también sinuoso río (llamado Rijeka Crnojevica) con sus meandros. Vi que había un mirador en un lugar llamado Pavlova Strana donde había varios turistas sacando fotos al gran meandro, pero Yelena conocía otro punto más adelante, donde hay una bandera, y ahí nos paramos. El meandro, el lugar y las vistas son simplemente espectaculares. Rijeka Crnojevica Los lugareños llaman "Sofía Loren" a las dos montañas del fondo Proseguimos un par de kilómetros más hasta llegar al pueblo, que también se llama Rijeka Crnojevica. Es un pueblo pequeñito, muy rústico. Fuimos a la parte del río y ahí estaba el restaurante “Stari Most” (“Puente Viejo”). Comimos en el porche, que la temperatura se prestaba a ello. Nos dieron una sopa como entrante y luego truchas del río de al lado (dos por persona) con patatas y pan (“Montenegro Style”). A mí me supo todo buenísimo. Además éramos un grupo bastante majo y la conversación fue animada. No recuerdo cuánto nos cobraron pero no fue caro. Éramos los únicos ahí. No había más gente ni en el restaurante ni por el río. Puente viejo de Rijeka Crnojevica Seguidamente nos fuimos a la orilla y montamos en una de las embarcaciones con quien 360 Monte tiene algún tipo de acuerdo. Yelena nos presentó al “capitán”, un individuo que sólo hablaba montenegrino y que era el encargado de llevar la nuestra. Y comenzamos a navegar por las tranquilas aguas del río, llenas de nenúfares en sus orillas. Una delicia. Había además aves variadas, ranas, todo tipo de serpientes y culebras y demás fauna propia del lugar. Rijeka Crnojevica Al cabo de 15 o 20 minutos recorriendo el río vimos una pequeña aldea de pescadores abandonada (o eso me pareció a mí). Aunque bien se podía tratar de un antiguo reducto de la ciudad de Rijeka Crnojevica ya que en la Edad Media fue capital del país y un importante centro de comercio, tal como muestra la existencia de los dos antiguos puentes. Más adelante pudimos ver la bandera desde donde disfrutamos esa misma mañana de las vistas sobre el meandro en el que estábamos en ese mismo momento. Rijeka Crnojevica Fue entonces cuando el capitán paró el motor y quedó todo en silencio bajo la soleada tarde ¡Qué relax! Y ahí, en medio de la calma chicha del meandro del río, Jessica dijo: - ¡Voy a cantar una canción! Yo me eché a temblar. “¡Horror!” -pensé- “Seguro que nos viene con una de esas arias de ópera china, cantada con voz agudísima y chirriante, tan difíciles de digerir por nosotros los occidentales”. Imaginé entonces a todos los patos y demás aves graznando cacofónicamente y a gran volumen, emprendiendo de forma apresurada el vuelo en bandadas, huyendo del lugar presa del pánico, los peces sumergiéndose en lo más profundo del río, las ranas croando como histéricas y las culebras y serpientes retorciéndose sobre sí mismas. Se avecinaba un desastre ecológico. Había que buscar un remedio con urgencia. Pero ¿cuál? No había tiempo. No había nada que hacer sino escucharla. Eso hicimos y fue entonces cuando me di cuenta de lo equivocado que estaba porque Jessica cantó maravillosamente una melodía china realmente bonita. Tiene una voz muy dulce y fue un auténtico placer escucharla ahí en medio de la nada montenegrina. En fin: Que metí la pata. Esto me ocurre por pasarme de listo, por adelantar acontecimientos y por “prejuicioso” Le preguntamos a Jessica a ver si cantaba mucho o con algún grupo. Nos dijo que siempre ha cantado desde niña pues se ha criado en un entorno muy musical y que además toca el piano. Diez minutos después el capitán encendió el motor de nuevo y emprendimos el regreso al pueblo pasando de nuevo bajo los dos viejos puentes. Yo no soy muy amigo de los paseos en barco pero tengo que reconocer que este me gustó mucho. Pasamos bajo un segundo puente en Rijeka Crnojevica Una vez en tierra, cogimos el coche y nos dirigimos al siguiente punto de destino: Sveti Stefan, donde llegamos al cabo de unos 20 minutos tras atravesar Budva. En realidad aquí lo único que se puede hacer es admirar la vista del pueblo desde la costa, ya que el acceso a él está cerrado a los comunes de los mortales como tú y como yo. Se trata de un resort privado al que solo pueden acceder los que han pagado una cuantiosa suma. Es decir: Millonarios, celebridades y famosos. Ni siquiera se podían hacer fotos porque el solazo daba de cara. Lo intenté de varias formas pero me han quedado todas fatal. Así que nada: Castigados sin foto de Sveti Stefan, pero tranquilos que la susodicha foto la encontraréis en todos los libros y postales de Montenegro. Además, cuando estábamos en el mirador, llegó otro autobusorro gigantesco lleno de alemanes y sufrimos otra invasión de espacio, así que cogimos el petate y nos marchamos de ahí para regresar a Kotor. Pero esta vez no lo hicimos por la serpenteante carretera sino que elegimos la vía rápida: Atravesar Budva y la montaña Lovcen mediante el largo túnel de casi dos kilómetros que une los confines de Tivat con la entrada a Kotor, donde llegamos al cabo de media hora, al caer la tarde. Al llegar, decidí dar una vuelta por el otro lado de la bahía, hasta el pueblo de Muo que está justo en frente, a una distancia de apenas 2 kms. Y, ya de noche, emprendí el camino de vuelta a Kotor. Me pasé por la oficina de Montenegro Hostel, que organizan también excursiones, pues me habían enviado un mensaje diciendo que al día siguiente hacían una excursión que iba a atravesar el Valle de Moraca. Así que pagué 49 € por ella. Seguidamente cené una pizza en la plaza de la catedral y me fui a la pensión a dormir. Y colorín-colorado ésta etapa se ha acabado. Vamos a por la siguiente... Kotor La Nuit: Vista del pueblo, el puerto y la muralla Etapas 4 a 6, total 7
Moraca, Tara y DurmitorCañón de Moraca - Cañon de Tara - Crna Poda - Lago Negro - Crno Jezero - Parque Nacional de Durmitor ___________oOo__________ MORACA, TARA Y DURMITOR Puerto de Kotor Viernes, 25 de Octubre, 2019 Otro madrugón. A las 8 en punto estaba en la puerta de la oficina de Montenegro Hostel donde había también esperando un chico de unos 30 años de pelo completamente canoso y el empleado del hostel que nos llevó al punto de encuentro, junto al puerto, donde estaba una pareja. - Esperad aquí los cuatro al guía, que vendrá dentro de un ratito. Yo tengo que volver a la oficina, que no puedo dejarla desatendida. Al cabo de cinco minutos se detuvo un coche de donde salió un individuo de casi dos metros de altura, unos cuarenta años de edad y muchos kilos de más y nos dijo que nos subiéramos al vehículo. Así lo hicimos y comenzamos la excursión del día. El guía se presentó: - Yo soy Ninad y vivo en Budva, pero no soy montenegrino sino que soy serbio de Belgrado, pero llevo viviendo muchos años aquí. El treintañero canoso y la pareja también se presentaron: - Yo me llamo Gary. Soy de Boston, donde trabajo como psicólogo. - Nosotros somos Sophie y Florian –dijo ella- Yo soy de Canadá, pero no soy ni de Montreal ni de Toronto. Soy de Halifax, en la “Canadá profunda”. Florian es de la Polinesia francesa y ambos trabajamos como profesores de francés como lengua extranjera en Kiev. Atravesamos el túnel de Tivat y nos desviamos hacia el interior en dirección a Podgorica, que cruzamos de sur a norte. El plan es recorrer los cañones de Moraca y Tara hasta llegar al puente (que ya visité hace unos días) y desde ahí al Parque Nacional de Durmitor, donde íbamos a estar un par de horas. El otro día estuve también en Durmitor, pero tan sólo una media hora. - ¿Y no vamos a hacer una parada para desayunar? –pregunté yo. - Pues no… Hasta las 11 y pico no pararemos para comer. Yo no había desayunado. 360 Monte y Montenegro Hostel son competencia directa. Ambas empresas tienen hostels y ambas organizan tours para turistas. Había tenido ya dos tours con 360 Monte y éste era el primero que hacía con Montenegro Hostel. Cuando Ninad me dijo que no íbamos a hacer una parada para desayunar pensé: “360 Monte 1 – Montenegro Hostel 0” Por suerte, al cabo de un ratito, tuvimos que hacer una parada para llenar el depósito de gasolina, así que los cuatro nos apresuramos a la tienda de la gasolinera para comprar comida y snacks con los que hacer frente al hambre. Montamos en el coche de nuevo y comenzamos a subir. Llegamos a un punto en el que tomamos unas cuantas fotos de la costa y el pueblo de Budva. Ninod nos dijo que Budva se había convertido en una auténtica ciudad de vacaciones en la que se ha construído cientos y cientos de apartamentos, bastante caros. Mucha disco y mucha juerga. Reciben muchos visitantes de los Balcanes y sobre todo de Rusia. Budva
La carretera se iba haciendo más y más angosta, pasando por varios túneles. El río Moraca cada vez quedaba más abajo y el cañón, con sus verticales paredes se iba haciendo más estrecho Ninod es bastante parco en palabras y no da muchas explicaciones ¡ Qué diferencia con Yelena, nuestra guía del día anterior! Pasamos por delante del Monasterio de Moraca, que me hubiera gustado ver, pero no estaba incluído en la excursión El emplazamiento es magnífico y tiene muy buena pinta, además de unas pinturas al fresco del siglo XIII bastante destacables. Así que me quedé con las ganas. Hicimos una parada en un restaurante con una terraza bastante grande con unas vistas fantásticas. Eran las 11.30 de la mañana. Es decir: ni hora de desayunar ni hora de almorzar, pero había que comer. Ninod nos recomendó comer algún plato nacional y mencionó uno llamado kacamak, un plato hecho a base de patatas y queso. El cañón del Moraca. Kacamak
Los franceses pidieron lo mismo y Garry pidió algo más convencional. Bueno, pues nos lo trajeron y alucinamos un poquillo. La ración era inmensa. Se trataba de una auténtica bomba calórica montenegrina. Había que comer algo y comí, pero dejé más de la mitad. La verdad es que no me gustó mucho ni a mí ni a los franceses. De nuevo otra vez en el coche, llegamos a la localidad de Kolasin, que dejamos a un lado. Es una ciudad turística. Hay una estación de esquí cerca y el Parque Nacional de Biogradska Gora queda a poca distancia. Nosotros seguimos nuestro camino y enlazamos con la carretera que va hacia el noreste junto al río Tara. De nuevo, el valle se hace estrecho y profundo. Es espectacular. Hicimos una para en un lugar llamado Crna Poda. Crna Poda significa “pino negro”. Y este lugar es precisamente eso: Un bosque de enormes pinos negros cuya edad tienen un promedio de 400 años. A este bosque lo llaman “El bosque de las secuoyas europeas”. Bueno… No son tan inmensos como las secuoyas… pero la verdad es que es un lugar fantástico. Es parte del Parque Nacional de Durmitor. Bosque Crno Poda vestido de otoño. Cañón del Tara
Crno Poda Continuamos nuestro trayecto a lo largo del Cañón del Tara y llegamos al puente donde ya estuve tres días antes. Como sólo íbamos a estar 20 minutos yo me fui a tomar un café. Los franceses se dieron una vuelta por ahí y Gary decidió cruzar el cañón en tirolina y regresar paseando por el puente. Volvimos al coche y, tras atravesar el pueblo de Zabljak llegamos a la entrada del Parque Nacional de Durmitor, donde hay que pagar 3 € de entrada. Al cabo de diez minutos estábamos Crno Jezero o, lo que es lo mismo, el “Lago Negro” que, en realidad son dos lagos adyacentes, siendo el pequeño más profundo y “dando de beber” al más grande. Ninod se fue a la cafetería y nos dijo: - Hay un sendero que va alrededor de los dos lagos aunque podéis cruzar, si queréis, por la intersección de ambos, ya que no tiene agua porque llevamos 4 meses sin lluvia y el nivel de agua es muy bajo. Nos vemos aquí en la cafetería dentro de dos horas. También podéis pasear por la orilla del lago, aunque el agua tiene que estar muy fría. Los franceses se fueron a su aire. Gary hizo el recorrido en el sentido contrario a las agujas del reloj y yo comencé por la orilla para subir luego al sendero y pasear rodeando el lago mayor. La verdad es que es un sitio fabuloso. Dejo unas fotos. Lago Negro (Crno Jezero) Parque Nacional de Durmitor
Intersección de ambos lagos
Postureo brutal japonés en Crno Jezero
Lago Negro - Crno Jezero
Bosques alrededor del Lago Negro
Yo también hago postureo
Vista desde la intersección entre los dos lagos
Crno Jezero, Parque Nacional de Durmitor
El lago pequeño
Desde la intersección entre ambos lagos el camino de regreso bordeando el lago grande es bastante más complicado, mucho más abrupto, con un muchos árboles caídos cruzados en medio del sendero, bastante rocas, tantas que, tras observar en un determinado momento que parecía más fácil ir caminando por la orilla, me fui hacia ésta. Y sí: Ciertamente era más fácil… hasta que una roca grande y vertical me impidió seguir. Tenía que ir de un lado a otro de la roca trepando. Hubo un momento que creí que me caía al agua con ropa, mochila, gafas, móvil y cámara… Pero al final me las arreglé y conseguí atravesar este trecho sin mojarme… ¡¡Ufff…!! Al cabo de un ratito encontré el sendero “civilizado” e incluso un banco para descansar, cosa que hice. Ahí estaba cuando, después de cinco minutos llegaron Sophie y Florian. Estuvimos ahí el tiempo que lleva charlar acerca de la experiencia. Me dijeron que si rodeas el lago pequeño por el sendero, hay un momento que tienes que descender por una cuerda que hay para bajar a un nivel inferior. En fin… que tiene su puntito de dificultad… Procedimos entonces a darle un poco más al postureo si cabe. Y tras una sesión fotográfica por ambas partes de unos 5 minutos, nos dirigimos a la cafetería, donde nos encontramos con Gary y Ninod. Tomamos una Coca-Cola y regresamos caminando por el paseo entre pinos hasta la entrada, donde está la taquilla y el aparcamiento. Y sin más dilación nos subimos al coche y al cabo de unas dos horas llegábamos, yendo por la ruta de Niksic, hasta Risan, ya en la Bahía de Boka Kotorska. Una cosa que me molestó de Ninod es que estuvo –móvil en mano- hablando por teléfono y mandando mensajes de texto. - Espero que me disculpéis –dijo- Es que tengo que solucionar el trabajo que tengo para mañana. Hubo un silencio. Yo le dije: - Necesitas un “Hands free” – Y ahí lo dejé. Además hay que decir que Ninod fue bastante parco en palabras y explicaciones. No es un guía turístico. Es un conductor, sin más. La excursión estuvo bien pero yo la hubiera diseñado de otra manera. Hubiera incluido media hora para desayunar. Habría parado 20 minutos en el monasterio de Moraca. Y habría restado unos 45 minutos al Lago Negro, sugieriendo comer algo rápido en el restaurante que hay aquí. Estoy seguro que Ninod lo hizo durante las dos horas que nosotros invertimos paseando alrededor de los dos lagos. En fin, que en la competición de tours 360 Monte gana por goleada a Montenegro Hostel. Llegamos a Kotor casi a las diez de la noche. A esa hora muchos restaurantes han cerrado ya las cocinas, pero el dueño de mi pensión seguía trabajando en el fast food, al que recurrí para cenar algo rápido y fácil con una Niksicko. Tras lo cual me fui a dormir. Kotor la Nuit: Iglesia de San Miguel y, detrás, la muralla
Etapas 4 a 6, total 7
_______oOo______ UN DÍA POR BUDVA Mañanitas de Kotor
Sábado, 26 de Octubre, 2019 Madrugué, pero no tanto, y me fui a desayunar al pub-cafetería de la Plaza de la Catedral para, ya de paso, saludar a mi amigo macedonio. Tras lo cual me fui a la estación de autobuses a eso de las 10 con la intención de ir a Ulcinj, pero el taquillero me dijo que no había uno hasta las doce y pico, lo que suponía perder toda la mañana, así que decidí coger el primer bus a Budva que estaba a punto de llegar. Me costó 4 €, si no recuerdo mal. Al cabo de 45 minutos llegué al que es considerado el gran destino de los turistas fiesteros procedentes de todos los confines balcánicos y ruso-eslávicos, según nuestro guía, pero yo había leído algo que Ninod no había mencionado: Que tiene una parte vieja bastante interesante junto a la costa, así que allí que me fui. La estación de autobuses está en la parte de arriba de la ciudad y para llegar al puerto tienes que darte un paseíto de unos 20 minutos atravesando una parte moderna, urbanizada, que no tiene nada de especial que no tenga tu ciudad o la mía, pero nada más llegar al puerto, la cosa cambia: Hay un paseo bastante animado desde el cual tienes una bonita vista a la península donde se encuentra el casco antiguo de Budva. Puerto y Casco Antiguo. Budva
Casco Antiguo. Budva Llegué hasta una de las puertas de la murallas que rodean el Stari Grad y entré en un laberinto de estrechas calles empedradas. Se nota el estilo veneciano en las casas, calles y plazas. Intenté entrar en la ciudadela pero pedian entrada y podia ver con claridad que era muy pequeña, asi que pasé. En el recinto de la plaza hay cuatro iglesias, pero sólo dos son accesibles: La iglesia de San Juan Bautista y la de la Santísima Trinidad. La de San Juan Bautista es muy sencillita. Católica. Fue catedral hasta 1828. Tiene una extraña pintura al fresco en el altar y en la nave lateral alberga a la Madonna de Budva. Me gustó más la Iglesia de la Santísima Trinidad con su fachada a rayas rosas y blancas y su interior plagado de pinturas al fresco. Pregunté al chico que cuida la iglesia a ver si podía hacer fotos y me dijo que sí y le compré un icono de San Basilio de Ostrog, santo patrón de Montenegro para un regalo. Delante de esta iglesia había un músico que tocaba la guitarra tan bien que me quedé ahi unos diez minutos descansando bajo el sol, disfrutando de la música, de las vistas al mar y del lugar pues en la misma plaza están también las minúsculas iglesias de Santa Maria en Punta, que es del siglo IX y la de San Sava, del siglo XII, pero ambas estaban cerradas. Iglesia de la Santísima Trinidad. Budva
Interior de la Iglesia de la Santísima Trinidad. Budva
Iglesia de Santa Maria en Punta. Budva
Me volví a perder merodeando por entre las callejuelas y llegué a la playa del Casco Antiguo, que está justo en la parte trasera de Santa María en Punta. Estaba llena de turistas tomando el sol. Era casi noviembre y parecía que estábamos en Julio. Es asombroso ver a la gente bañándose en el mar en estas fechas. Del otro lado de la playa sale un paseo que recorre la costa bordeando las rocas hasta llegar a otra playa más grande llamada Mogren. Entre ambas playas, cuando paseas puedes disfrutar de bonitas vistas de la ciudad antigua junto con la emblemática estatua de bronce de la bailarina de Budva, que más que bailar parece una contorsionista... o que está practicando yoga. Bailarina de Budva (la de la derecha El de la izquierda es un pescador estratégicamente
colocado y plenamente consciente de que iba aparecer en todas las fotos de los turistas) No llegué hasta la playa de Mogren. Me di la vuelta para ir a comer algo en el restaurante del Hotel Mogren, que está situado estratégicamente en el istmo de la península del casco antiguo de Budva entre la playa, cerca de las murallas y del paseo del puerto. No comí nada exótico ni autóctono porque tampoco tenía un hambre de escándalo, asi que me conformé con un sandwich acompañado de una ensalada y unas patatillas regado por una Niksicko. Tras el café, consultando la guía comprobé que había un par de interesantes monasterios en la parte alta de la ciudad, así que decidí irme hasta allá. a) "Dolor" (1977) de Milovan Krstić.
b) Marko Stanišić (1919-1983), Coronel del Ejército Popular Yugoslavo, Héroe del Pueblo de Yugoslavia, participante en la Lucha de Liberación Nacional en 1941 en la costa montenegrina contra los italianos. c) Stjepan Mitrov Ljubiša (1824-1878) escritor y político nacido en Budva, famoso por sus originales relatos cortos, considerados obras maestras de la literatura en lengua serbia por su espíritu patriótico y por ser un pilar en la reforma de la lengua serbia. Fue miembro del parlamento de Dalmacia, en Zadar, y en el parlamento de Viena. Luchó contra la dominación italiana en la cultura y política de Dalmacia Para llegar al Monasterio de Podmaine desde la parte vieja tenía que cruzar gran parte de la ciudad así que, móvil en mano, emprendí mi ruta hasta allá, caminando plácidamente por el paseo marítimo hasta llegar a la cafeteria Riva donde torcí para alejarme del mar y comenzar a subir por las anodinas calles con bloques de pisos, de oficinas, muchos hoteles, bares, restaurantes, fast foods, etc... A medida que iba subiendo comprobé que había menos establecimientos de hostelería para turistas y más para lugareños: Los bares con ínfulas de finolis se convertían en cafeterias de barrio y tabernas, donde los hombres jugaban a las cartas. Los bloques de apartamentos de lujo se tornaron en bloques de pisos normalitos y corrientes, algunos con ropa colgada. Y las calles no tienen un trazado definido. Se nota que se ha urbanizado a lo loco. Crucé una carretera general y comencé a subir por una cuesta. Pregunté a un viejillo por el monasterio y me indicó por señas que torciese la segunda a la izquierda. Y al fondo de la calle ahí estaba. Tiene una entrada con un mosaico a cada lado y, tras ella llegas a un patio con una iglesia en el centro. Mosaicos de la entrada y de la fuente del Monasterio de Podmaine. Budva
En uno de los edificios que dan al patio está la recepción, donde fui. Había un par de monjes con hábito y un joven detrás de un mostrador, que también creo que era monje aunque vestido discretamente de calle. - Buenas tardes ¿Podría visitar el monasterio vestido de esta guisa? -Y le señalé mis pantalones cortos. - Por lo general no se puede -respondió el chico tras el mostrador- pero como has hecho el esfuerzo de venir hasta aquí y no hay nadie en la Iglesia (con la excepción de Dios, que está curado de espanto porque ha visto muchas rodillas ya que fue Él quien, Todopoderoso, las inventó), sí: Puedes visitar la iglesia con ese atuendo. - ¿Y se pueden hacer fotografías? - Sí. Sin problema.¿De dónde eres? - De Bilbao, ene pues… - ¿Athletic Bilbao? - El mismo. - Good!! El patio central da acceso a una pequeña callejuela que te lleva a un mirador desde donde se divisan vistas de Budva y la costa. Vi que también desde ahi se accedía hacia los dominios de los monjes y otra iglesia. Iba a entrar pero ví que los monjes estaban cantando y celebrando un servicio religioso, así que regresé al patio, donde hay además una bonita fuente con un mosaico. Finalmente entré en la iglesia principal situada en el centro del patio. Patio del Monasterio de Podmaine
El Monasterio de Podmaine recibe el nombre de la colina en la que se encuentra. Tuvo su importancia al ser su emplazamiento el punto de encuentro de la tribu Maini. Quedó muy dañado durante la rebellion de la Armada de Boka, tras la cual solo la iglesia de Sveta Petka fue restaurada. Inicialmente era una iglesia del siglo XV, cuando Montenegro se llamaba aún “Zeta”, y fue renovada y pintada en el año 1630. Aquí murió Danilo I de Montenegro y vivió durante siete meses el padre de la literatura Serbia Dositej Obradovic. El príncipe (y posteriormente rey) Petar II Petrović-Njegoš escribió aquí parte de su obra maestra “La Corona de la Montaña”. Desde 1837 fue olvidado y utilizado como fortificación por los austríacos. Más tarde lo compró el Papa Filip Tanovic y hasta 1953 -cuando fue confiscado- estuvo en manos privadas. En 1979 sufrió graves daños a causa del terremoto. El estado devolvió el monasterio a la Iglesia en 1995. El interior de la iglesia de Sveta Petka está todo pintado con frescos. Es realmente bello. Por lo que leí, hay uno titulado “Obispos y emperadores pecaminosos” en el que aparece el Mariscal Tito -antiguo presidente de Yugoslavia en la era comunista- y algunos jerifaltes de la Iglesia Ortodoxa montenegrina sacrificados y entregados al diablo que los arrastra al infierno en una moderna versión del Último Juicio, pero yo no conseguí identificarlo y me pregunto si quizá está en la otra iglesia que no pude visitar porque estaba teniendo lugar un servicio religioso. Monasterio de Podmaine. Budva
Estaba cayendo la tarde, así que dejé el monasterio para darme una vuelta por el puerto, donde llegué al cabo de unos 30 minutos. Tardé más porque en el monasterio me dí cuenta de que había perdido la guía Lonely Planet, que debí olvidar en algún punto intermedio en que hice alguna parada para consultar Google Maps en el móvil y tenía esperanza remota de que si miraba con cuidado al volver, siguiendo la misma ruta que al ir podría encontrarla. Pero no fue así. Tampoco me importó demasiado ya que solo me iba a quedar un día más en el país. Caminé por el puerto ya de noche e incluso intenté llegar hasta la playa de Mogren, pero el paseo no está iluminado y parece la boca del lobo, así que desistí y me encaminé hacia la estación de autobuses, que se encuentra en la parte alta de la ciudad, cerca de la carretera general. Así que voy a dar un consejo viajero: Si vas a Budva en autobús y tienes intención de visitar los Monasterios de Podmaine y Podostrog, hazlo nada más llegar, pues el de Podmaine está relativamente cerca de la estación. El de Podostrog (que no visité porque ya era tarde) está siguiendo un camino hacia arriba, a una distancia de unos 2 kilómetros. Y una vez hecho esto, encamínate hacia la peninsula donde se encuentra el bonito casco antiguo de la ciudad. Al cabo de 45 minutos ya estaba en Kotor. Florian habia mandado un email a Gary y a mi para decirnos que estaban cenando en el restaurante Pržun. Cuando llegué para saludarles ellos estaban en los postres. Vino la camarera - ¿Algo para tomar? -preguntó - ¿Está la cocina todavía abierta? -eran las 9.40 de la noche. Me respondió afirmativamente pero su cara y el tono amenazante de su voz decían con claridad: - Ni... se...te...ocurra...pedir...algo...para...cenar...a...estas...horas - Eerr…. OK… solo tomaré una cerveza pequeña… Gary había mandado un email diciendo que no venía porque había decidido dares la paliza de subir desde Kotor hasta la cima del Monte Lovcen, que tiene más de 1700 metros de altura, y que estaba tan agotado que se iba directamente a sus aposentos. Estuvimos una media horita charlando y nos despedimos. Ellos volvían a Kiev al día siguiente y yo un día después de ellos. Cené en plan trotero en el pub donde desayuné y me fui a dormir. Budva La Nuit
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