Praga y Český Krumlov ✏️ Blogs de Checa Rep.

Este año extraño y pandémico de 2021, el Mortadelo y yo tuvimos ocasión de viajar cuatro días a primeros de julio. Nos apetecía mucho volver a Praga, que nos había dejado muy buen sabor de boca unos treinta años atrás, cuando pasamos por allí de forma fugaz, apenas durante un día.

Sin embargo, en junio no estaba aún muy clara la posibilidad de salir al extranjero a causa de los vaivenes del Covid. En principio, la República Checa estaba cerrada al turismo a cal y canto. Finalmente, anunciaron su apertura a partir del 1 de julio a turistas vacunados, y tuvimos la suerte de que nos llamaran para vacunar a los dos con la antelación suficiente. Los hados estuvieron de nuestra parte porque, justo al día siguiente de regresar del viaje, España volvió a nivel de riesgo rojo y la República Checa no nos hubiera dejado entrar ni con los certificados de vacunación.



Tengo que decir que este viaje no tuve tiempo de prepararlo a conciencia como he hecho siempre, informándome de los lugares a visitar, leyendo decenas de webs, foros, blogs, etc. Pero unos amigos nos hablaron de un sitio llamado Beidoo Rutas a Medida, que la verdad es que por un precio muy asequible nos hicieron un planning para cada día de nuestro viaje, todo muy detallado, con planos, horarios, medios de transporte, recomendaciones, etc. Incluso fueron ellos los que nos propusieron dedicar sólo tres días a Praga y reservar uno para hacer una excursión a Český Krumlov, algo que a nosotros no se nos hubiera ocurrido jamás, pero que resultó ser un acierto. Francamente, esta web ha sido todo un descubrimiento, y por eso lo comento aquí. Hemos quedado encantados con el servicio tan profesional y el trato tan amable de la gente de este sitio, y encima nos hemos ahorrado un montón de trabajo de recopilación de información.



Volamos con Ryanair desde Madrid la tarde anterior a los cuatro días que narro en este diario, y de vuelta a Madrid al quinto día, por lo que los cuatro días de estancia fueron netos.

Sobre los vuelos, poco hay que comentar; todo fue bien y cumpliendo horarios. Así que, sin más preámbulos, entro de lleno en los lugares que visitamos en Praga. Voy a relatar por un lado lo que visitamos en Praga y luego dedicaré otro capítulo para el día de Český Krumlov.

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En esta etapa me voy a centrar en los lugares que visitamos en la llamada "Ciudad Vieja" de Praga (Staré Město), que abarca la zona señalada en este mapa:


Ante todo, quería decir que Praga en general, no sólo la Ciudad Vieja, nos ha sorprendido y enamorado por la belleza de sus edificios, de sus barrios y sus rincones. Lo normal es que en las ciudades haya unos cuantos edificios llamativos, significativos, y que el resto de las calles estén formadas por edificaciones vulgares, “de relleno”. Pero en Praga todas las fachadas rezuman belleza; da igual por qué barrio te muevas. Edificios modernistas, barrocos, neoclásicos, medievales… todos preciosos, cada uno en su estilo. Al principio me quedaba embobada sacando fotos a todas las fachadas que me gustaban, hasta que me di cuenta de que, si seguía así, acabaría fotografiando todos los edificios de Praga.

La esquina de un edificio en una calle de la Ciudad Vieja:


También observamos lo mucho que ha cambiado el ambiente de Praga en estos treinta años. La otra vez que estuvimos acababa de suceder la llamada Revolución de Terciopelo y era una ciudad gris, triste, casi desabastecida. La hemos encontrado ahora moderna, alegre y luminosa. Y el encanto de sus calles sigue ahí.

Hablando de coronavirus, en las fotos se puede observar que nadie lleva mascarilla por la calle, y es que en la República Checa no ha sido obligatorio su uso al aire libre en ningún momento de la pandemia. Sólo hay que llevarla en espacios cerrados, incluidos los transportes públicos. La realidad que hemos constatado nosotros es que tampoco en bares y restaurantes la gente usaba mascarilla, ni siquiera los camareros. Sólo hemos visto dos locales donde los camareros la llevaran puesta.

Plaza de la Ciudad Vieja (Staroměstské náměstí)
Es el centro de la Ciudad Vieja (Staré Město), la plaza más antigua de Praga. Surgió en el siglo X como mercado de todo tipo de mercancías, al estar situada en un enclave perfecto, donde se cruzaban las rutas comerciales de la Europa de entonces. Actualmente está formada por un compendio de preciosas edificaciones, como el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, la iglesia de San Nicolás, la iglesia de Nuestra Señora de Týn, varios palacios de los siglos XV y XVI, y muchas otras casas históricas de gran valor.


El Ayuntamiento de la Ciudad Vieja fue construido en el siglo XIV. Exteriormente, destaca su torre rematada por chapiteles, en la que está instalado el famoso Reloj Astronómico. En las horas en punto, un esqueleto sentado a la derecha del astrolabio comienza a tirar de la cuerda que acciona el carillón de las campanas, a la vez que se abren las ventanitas superiores, por donde se ve desfilar a los doce apóstoles.


Nosotros hicimos la visita interior del Ayuntamiento Viejo. La entrada es por libre; cuesta 250 CZK (unos 10 €) e incluye la capilla gótica, los sótanos, algunas salas históricas y la subida a la torre. Durante la subida a la torre se puede observar el mecanismo del desfile de los apóstoles por dentro. Una vez arriba, las vistas de Praga son espectaculares.


Por recomendación de la web que nos planificó los itinerarios, subimos a la azotea de un hotel-restaurante situado frente al Ayuntamiento, desde donde se pueden tomar muy bonitas fotos de la plaza y de Praga en general. Tienen incluso marcado un punto de la terraza que es el ideal para hacerte la foto con mejor encuadre. Aquí aprovechamos para comer; por cierto algo más caro que la media de Praga, pero no en exceso, teniendo en cuenta la ubicación y las vistas.


Malé náměstí
La Ciudad Vieja es un entramado de plazas y plazuelas conectadas por calles y callejuelas. A pocos metros de la plaza anterior se encuentra la Malé náměstí, una placita triangular, también preciosa, pero más recogida. En el centro aún conserva el brocal de un pozo del que antiguamente se extraía agua, rodeado por una fantástica rejería de planta hexagonal.


Mercadillo Havelská
Situado en la calle Havelská, es el típico mercadillo de comida, productos típicos y artesanía, con la peculiaridad de ser antiquísimo, pues se sabe que ya existía en 1232.
Para estar el país recién abierto al turismo, nos pareció que había ya demasiada gente, no sólo en el mercadillo sino en todas las zonas turísticas.

Aquí compramos un dulce típico de la República Checa, las obleas de Karlovy Vary, a mejor precio que en el supermercado. Son unas obleas de barquillo gigantes que van pegadas de dos en dos con una finísima capa de pasta que puede ser de muchos sabores. No es que sean una cosa espectacular, pero es un dulce típico y había que probarlo.


Edificio Klementinum
Situado también en la Ciudad Vieja, es un complejo construido en el siglo XVI como colegio jesuita, que actualmente alberga la Biblioteca Nacional de Praga. El interior no puede verse por libre. Nosotros hicimos la visita guiada (en inglés), que cuesta 300 CZK (unos 12 €). Lo más espectacular fue la Biblioteca, con sus cientos de viejos ejemplares y manuscritos, los frescos del techo y la colección de globos terráqueos que la decora. Las vistas desde lo alto de la torre tampoco se quedan cortas.


Puente de Carlos
Construido en piedra en el siglo XIV para sustituir al anterior de madera, que quedó destruido por una riada, es la imagen más emblemática de Praga. Comunica la Ciudad Vieja con el barrio de Malá Strana, al otro lado del río Moldava, y hoy en día es exclusivamente peatonal. Cada uno de sus extremos está rematado por un torreón y, a lo largo de sus 520 metros de longitud, sus pretiles están decorados por 30 estatuas.


Éste es el torreón que preside el arranque del puente en la parte de la Ciudad Vieja. Está considerado un tesoro de la arquitectura gótica.

Las siguientes fotos las tomamos al amanecer, antes de que el puente se plagara del enjambre de turistas (como nosotros, jeje...) que estaban disfrutando de la ciudad en esas fechas.

Trdelník
Un alto en el camino para probar estos dulces típicos de la República Checa, cuyo aroma a canela caliente se expande varios metros a la redonda de cualquier tienda donde se estén horneando, atrayendo cual flauta de Hamelin a los incautos visitantes. Realmente, estos riquísimos rollitos de masa con canela y limón, cuyo interior se impregna de la crema que más te guste, son originarios de Hungría, pero traspasaron fronteras y la República Checa los adoptó, haciéndolos suyos. Pedí el mío relleno de confitura de frutas del bosque y me encantó.


Edificio Rudolfinum
Este imponente edificio para conciertos y exposiciones, situado junto a la ribera del río Moldava, es donde ensaya y actúa la Filarmónica Checa. Durante nuestra estancia en Praga no pudimos ni acercarnos, porque los de Netflix estaban rodando allí una nueva película con Chris Evans, titulada The Gray Man, y tenían acordonadas varias manzanas a la redonda. Incluso el puente Mánesův estaba cortado al tráfico y sólo se podía cruzar peatonalmente cuando los señores de Netflix te lo permitían. La película era de acción y cada dos por tres se producían explosiones y ráfagas de disparos. Menudo susto nos llevamos con el primer zambombazo, hasta que caímos en la cuenta de que era el rodaje.
En la foto puede verse la parafernalia de coches y tanquetas que tenían allí montada.


El Barrio Judío
Dentro de la Ciudad Vieja encontramos el Barrio Judío Josefov, que en el siglo XI fue un gueto amurallado. En el siglo XIX se comenzó a permitir a los judíos establecerse fuera del gueto, de modo que el barrio comenzó a ser abandonado y se demolieron muchas de sus edificaciones. En la actualidad, el barrio no guarda mucho parecido con el gueto que fue. No obstante, se mantuvieron en pie el Cementerio Judío y varias sinagogas, que aún se conservan hoy en día.

Entre las sinagogas más destacables están la Sinagoga Vieja-Nueva (Staronova), la Sinagoga Maisel, la Sinagoga Española y la Sinagoga Klausová. Se puede pagar una entrada conjunta para visitar varias de las sinagogas junto con el cementerio, que conforman el Museo Judío, pero nosotros no lo hicimos. El cementerio está totalmente tapiado, no es visible desde el exterior, pero nos asomamos por un ventanuco de una puerta y nos llamó la atención la cantidad de lápidas hacinadas que había, en total desorden y amontonamiento. Perfecto para rodar en él alguna película de terror.

Dar una vuelta por el Barrio Judío y ver las sinagogas, al menos por fuera, nos pareció interesantísimo. Además, en la zona pueden verse edificios tan bonitos como éste:


Torre de la Pólvora y Casa Municipal (Prašná brána y Obecní dům)
Ambas edificaciones están situadas en la Plaza de la República, una junto a otra, pero la Torre de la Pólvora es gótica del siglo XV y la Casa Municipal es modernista de principios del siglo XX. La Torre era una de las puertas de la ciudad; daba entrada a la Ciudad Vieja. Junto a ella estaba originariamente la Corte Real, que quedó destruida por un gran incendio a finales del siglo XVII. Después se construyeron allí otras instalaciones militares, que fueron demolidas en el siglo XIX para finalmente levantar la Casa Municipal.

El edificio de la Casa Municipal es una joya del modernismo checo. Desde luego, las fachadas son magníficas, de lo más llamativo que puede verse en Praga, con su espectacular chaflán de acceso, su mosaico en el frontón semicircular y sus vidrieras Art-Nouveau. Hoy en día la Casa Municipal es auditorio y teatro, pero en ella han tenido lugar sucesos históricos tan notables como la proclamación de la independencia de Checoslovaquia, en 1918.


Y hasta aquí las cosas que vimos en la Ciudad Vieja.

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Esta etapa la dedicaré a relatar lo que visitamos en la "Ciudad Nueva" de Praga.


Plaza de Wenceslao
Es la plaza principal de la llamada “Ciudad Nueva” (Nové Město) de Praga. Es enorme, ancha y larguísima, muy comercial y transitada, y está flanqueada por edificios a cuál más bonito, salvo excepciones . Tiene una pronunciada pendiente que va bajando desde el Národní Muzeum (el Museo de Historia), que preside el punto más alto de la plaza, hacia la Ciudad Vieja, donde desemboca. De hecho, forma parte junto con ésta del conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad.

Aquí una vista de la fachada lateral del Národní Muzeum:


En esta plaza de Wenceslao entramos en una curiosa cervecería llamada Výtopna Railway, cuya peculiaridad consiste en que las consumiciones no las sirven los camareros, sino que te llegan en un trenecito que se detiene en tu mesa. Las vías por las que circulan los trenecitos forman una red que atraviesa todo el local mediante puentes, túneles y cambios de aguja, todo ello ambientado como si fuera un paisaje en miniatura. Cada mesa es una estación y cada trenecito sabe perfectamente en qué estación debe detenerse. Cuando el tren para en tu mesa y recoges tu consumición, la locomotora emite el típico silbido y se marcha. Tiene su gracia y es curioso de ver.
La foto es malísima porque la he sacado del vídeo que grabamos:


Estación Central
Hablando de trenes, este edificio modernista del siglo XIX es la estación de tren más grande de la República Checa. Actualmente es además intercambiador con el metro de Praga. Su vestíbulo principal, de estilo Art-Nouveau, es una maravilla.


Sinagoga Jeruzalémská
Una sinagoga que no se encuentra dentro del Barrio Judío porque es muy posterior, de 1906, pero que llama la atención por lo modernista de su fachada. Actualmente es la sinagoga más grande de Praga. Nosotros no vimos el interior, pero al parecer tiene pinturas murales preciosas de estilo modernista vienés.


Torre de Jindřich
Esta torre del siglo XVI es un campanario perteneciente a la adyacente iglesia de San Enrique, que se construyó separado de ella. Con casi 66 metros de altura, es el campanario independiente más alto de Praga. Todavía conserva un carillón de diez campanas, una de las cuales, llamada María, es original del año 1518. En el último piso hay un restaurante y un museo, pero nosotros no subimos.


Cabeza giratoria de Kafka
Es una cabeza gigante de acero inoxidable y espejos seccionada en 42 lonchas que giran con diferentes programaciones, de modo que sólo de vez en cuando encajan perfectamente unas sobre otras formando el rostro de Kafka (uno de los más insignes escritores praguenses). La escultura, obra del artista checo David Černý, tiene once metros de altura y se instaló en 2014. Es fácil quedarse allí diez o quince minutos embobado viendo el cambiante juego de rotaciones.


Casa Danzante
Este edificio de oficinas resulta tremendamente chocante. A primera vista no sabes si es que es de goma, o es que le impactó un meteorito. Fue proyectado por Frank O. Gehry (el arquitecto del Guggenheim) en colaboración con otro arquitecto checo, y cuando se construyó, en 1996, la implantación de tal diseño en un elegante barrio de edificios barrocos y Art-Nouveau levantó una feroz polémica. Hoy en día es un hito en la ciudad, un auténtico reclamo turístico. En verdad, esa ruptura dramática con el entorno resulta extraordinariamente atractiva.


Parque Grébovka
Pasamos un rato en este parque romántico que sorprende en cada rincón: Hay fuentes, cascadas, esculturas, mesas de ajedrez, un lago, una gruta artificial, algún pabellón interesante, una bolera y hasta un viñedo.

La gruta artificial es una especie de laberinto muy curioso en dos alturas. Si entras a la gruta por arriba puedes ir bajando por el laberinto de roca y escaleras y desembocar en la parte inferior porticada, que se abre a una placita con su fuente y su estanque. La gruta es un lugar muy fotogénico. Yo no tanto

Parte de la superficie del parque está ocupada por un viñedo que lleva ahí desde que el Rey Carlos IV lo plantara en el siglo XIV. Las viñas trepan por una loma en cuya cima hay un lindo pabellón de madera que hoy en día es muy cotizado para celebraciones de boda.


Iglesia de Santa Ludmila
Esta iglesia católica de finales del siglo XIX, construida con ladrillo en estilo neogótico, es una de las más grandes de Praga. Es un auténtico hito en el barrio de Vinohrady, ya que sus torres de 60 metros de altura se ven desde cualquier punto. Está situada en Náměstí Míru (Plaza de la Paz), un enclave muy transitado y repleto de paradas de tranvía, aunque protegida de la vorágine del tráfico por las amplias zonas ajardinadas que la circundan.


Iglesia del Sagrado Corazón
Otra iglesia católica, muy cercana a la anterior pero de un estilo radicalmente opuesto. La verdad es que su aspecto es bastante sorprendente, con esa extraña torre apaisada y el reloj gigante. Fue construida en la primera mitad del siglo XX para dar servicio a la creciente población de Vinohrady, que ya no cabía en Santa Ludmila. El interior también choca por su techo plano artesonado y la sencillez de sus paredes de ladrillo.


La Lasagneria
Estando por esta zona nos dio la hora de comer y entramos en un restaurante especializado en lasañas, situado en la calle Korunní 35, que nos gustó bastante. Es curioso, porque sólo sirven lasañas. Eso sí, hacen ellos mismos la pasta y las elaboran a diario para servir en el momento. Tienen un montón de variedades para elegir: vegetarianas, picantes, cuatro quesos, al pesto… Las que probamos nosotros estaban muy buenas.


Helados deliciosos
Un vicio al que nos enganchamos rápidamente en Praga fue el de pasarnos por Crème de la Créme, una cadena de heladerías que tienen los helados más ricos que hemos probado en nuestras vidas. Tienen montones de variedades, pero concretamente el de lavanda con arándano, el de mojito, el de frutas del bosque… ¡están espectaculares!


Torre de Televisión de Žižkov
Otro hito que puede verse desde cualquier lugar de Praga es esta Torre de Televisión de Žižkov, situada en la cima de una colina. Algunas de sus plataformas son visitables porque hay un mirador y un restaurante, aunque nosotros nos conformamos con sacar fotos desde la distancia.

Cuando te acercas lo suficiente, llaman la atención unos bebés gigantes que trepan por sus pilares. Son esculturas del mismo artista que hizo la Cabeza de Kafka y se adosaron a la torre en 2001.


Vinohradský Pivovar
En el barrio de Vinohrady paramos a tomar algo en este famoso establecimiento donde fabrican su propia cerveza. El local es bastante grande y la clientela habitual no es de turistas; es un lugar que frecuentan los praguenses. Acompañamos la bebida con algo de comer y no estuvo mal, ni de calidad ni de precio.

En cualquier caso, la cerveza en Praga es barata. Una jarra de ¾ de litro en una cervecería puede costar entre 80 y 100 CZK (unos 3 ó 4 euros). Por su parte, comer en un restaurante resulta ligeramente más barato que en Madrid, un 20% menos aproximadamente.


Puesta de sol desde el parque Riegrovy Sady
Fuimos, recomendados por Beidoo, a ver el atardecer desde las colinas de este parque y no nos defraudó. Hay que decir que en este viaje tuvimos mucha suerte con el tiempo porque sólo nos llovió un rato una tarde y el resto del tiempo tuvimos unos maravillosos cielos azules.

La silueta que se recorta en esta imagen es la del Castillo de Praga, situado al otro lado del río Moldava, del que aún no he hablado porque dedicaré la siguiente etapa a esa zona de la ciudad.


Žlutá pumpa
Una de las noches cenamos en este restaurante mexicano situado en la calle Belgická, en el barrio de Vinohrady, y salimos encantados. ¡Qué rico todo, y qué buen precio! Y qué bonito el local. Por si fuera poco, la chica que nos atendió hablaba español y fue de los pocos restaurantes que vimos donde los camareros llevaban la mascarilla puesta.

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