Nambots (Namibia Y Botswana) ✏️ Blogs de Africa Sur

Ultimo despertar en el camping. Hemos sobrevivido al elefante. La noche ha sido ventosa y yo he terminado soñando con el elefante cada vez que se movía la tienda.

Con una mezcla de descanso y pena recogemos por última vez las cosas. Se empieza a notar que estamos en la recta final y lo que en un principio del viaje parecía que iba a ser muchísimo tiempo, ahora, casi tres semanas atrás, se nos han pasado voladas. Yo me tiraría así un año fácil, estos viajes de 3 semanas me saben siempre a poquísimo. Después de recoger la tienda y guardar todo el material de camping nos despedimos de third bridge.

Hoy me lo he tomado con calma y la vuelta a South gate la hemos disfrutado bastante más que la ida. En la zona de Third bridge hay una explanada grande con varios lagos que a primera hora de la mañana estaba muy bonita. Nos hemos encontrado una pareja de avestruces y el macho está haciendo el cortejo. Ha sido muy chulo. La hembra salía corriendo y el macho detrás, al momento el macho se agachaba y empezaba a balancear el cuello y las alas hasta que la hembra se alejaba más y volvía a repetir el patrón. Al final los hemos perdido en la lejanía. Nos hemos cruzado grandes grupos de ñus y cebras y varios pájaros interesantes así como los siempre presentes elefantes. Han sido tres horas de vuelta que me han gustado bastante.





De South Gate a Maun Se hacen unos primeros 40 km por una concesión privada de parque en la que se permite el tránsito. Esta parte está plagada de elefantes y se traduce en un entorno que parece que haya sido bombardeado. Todo lleno de árboles destrozados con ramas por todos lados. Los elefantes imagino que si hay demasiada población deben ser un problemón, arrasan hasta con las señales de tráfico.

Finalmente se llega a la carretera que enlaza con Maun. La primera parte es corrugada y te proporciona un traqueteo importante. Finalmente en Shorobe aparece por fin el asfalto. Que gusto conducir en asfalto después de tanto tiempo. Parece que patinemos. Hemos llegado a Maun sobre las 14.

Tras descansar un poco y pillar internet, nos hemos ido al pueblo a comer unas pizzas en un bar que está muy bien "Akacia Coffee". Nos han sabido a gloria. Después hemos sacado dinero y hemos agenciado para mañana por la mañana una ruta en mokoro y a pié por el delta. El mokoro es una embarcación típica y parece que la actividad es bonita.

Hoy poco más. Nos hemos metido en la habitación con el anochecer y hemos estado en posición horizontal horas. Ya tocaba.

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Aun habiendo pillado la cama con ganas sorprendentemente no hemos terminado de dormir bien. Parece que hay menos ruidos en el camping salvaje en el moremi, donde solo te molestan los búhos o los ronquidos de los hipopótamos, que en pleno Maun donde un gallo ha estado cantando a destajo desde las 4 de la mañana.

A las 7 nos ha recogido Wilson para hacer la ruta a pie (Bush Walk) por una parte del Okavango y el paseo en Mokoro. Vamos nosotros solos y la excursión nos sale cara. 60 euros cada uno. En internet hay gente que dice cómo hacerlo más barato pero por lo que yo he visto es difícil. Para llegar a la zona de mokoro se atraviesa dos veces un rio por el que yo no me metería con un coche de alquiler ni loco. Toca pasar por el aro, quizá en época seca se pueda rebajar asumiendo el transporte.

A las 8:30 hemos llegado a la zona de Mokoro. Se encuentra en pleno delta en una concesión que se llama NG32. Ahí los mokoro los lleva una comunidad en la que los que llevan el mokoro se licencian para poder trabajar. Viven en un pueblo bastante rustico cerca del delta.

El mokoro es una embarcación tipo piragua. Te sientas en el medio y el que lleva el mokoro se pone atrás y con una caña alta va desplazándose. Es como las góndolas pero a lo africano. Realmente es bonito porque te mueves en silencio pasando cerca de hipopótamos, respetando siempre una distancia porque en bicho de esos no me quiero imaginar si la toma con un mokoro. Después de 30 minutos de paseo, el mokoro llega a la orilla de una isla. Ahí bajamos y empezamos una caminata de unos 6 kilómetros por dos islas del delta.


La caminata me ha gustado bastante. Me ha recordado a las caminatas del Kruger. El principal objetivo no es ver vida, aunque hemos terminado andando junto a cebras y jirafas. Lo chulo es ir siguiendo rastros. El guía la verdad que se paraba a explicarnos todas las cosas que veía. No se ha quedado sin coger con las manos ni una sola caca que se ha encontrado. Cacas de jirafa, de cebra, de hipopótamo... las ha cogido todas. Se ven también muchos restos de cadáveres, búfalos, cebras, impalas, lechwes e incluso el de una jirafa relativamente reciente que aún se apreciaba el pelaje.

A media caminata nos descalzamos para vadear un rio con el agua bien fresquita y paramos a comer en una sombra. Me ha gustado, eso si al final el sol picaba a gusto. Al llegar al mokoro ha venido la parte que yo llamo "turismo activo". Al chaval se le ha ocurrido traer el mokoro a una especie de canal que había para no tener que pisar agua. Nos hemos subido y en dos metros el mokoro estaba encallado a pocos metros de unos hipopótamos. El chico ha empezado a decirnos que nos agarráramos de los juncos y empezáramos a tirar... pues nada, turismo activo. Agarrando juncos y tirando con todas nuestras ganas durante 50 metros hasta que por fin hemos conseguido salir a un canal con más profundidad. Ahí hemos exclamado un gran Oleeee y al chaval le ha hecho gracia y ha vuelto a la zona de los mokoro cantando e intercalando oles de vez en cuando. Merece la pena la experiencia.



De vuelta al hotel nos hemos acercado a comer a la acacia coffee de ayer. Por la tarde teníamos la despedida del viaje. El sobrevuelo en helicóptero por el Delta. Hemos comido con un poco de nervio y a las 16:30 estábamos en el aeropuerto haciendo el check in para el helicóptero. Curiosamente en la empresa de helicópteros hemos coincidido con dos chicas de valencia que comenzaban el viaje,

El vuelo en Helicóptero es una actividad cara. 300 euros por persona. Pero es un capricho que nos queríamos dar. Siempre he querido hacer el sobrevuelo del delta desde que lo vi en los típicos documentales. Lo típico es en avioneta y cuesta a unos 100 euros. Si lo comparas con el helicóptero no hay duda. La avioneta vas con más gente y vuelas bastante alto viendo el delta desde la ventanilla. El helicóptero es aventura total. Es privado y se vuela sin puertas ni ventanillas de por medio y además haciendo vuelos rasante. En cuanto lo vi en internet no tuve dudas.


Al llegar a la pista nos esperaba nuestro helicóptero con dos pilotos con acento americano con una seguridad que bien me podrían haber operado ellos del apéndice. Nos hicieron el briefing y ya montado en el helicóptero la cara de ilusión era un poema.

El despegue ya hace que el corazón se te vuelque y desde ese momento es un no parar de asombrarse. Sobrevolamos el canal principal del delta y miles de lagunas y ramales en los que se ven las sendas marcadas por lo animales. El piloto va buscando animales y cuando los encuentra sobrevuela sobre ellos. Cebras, impalas, ñus y elefantes... sobre todo elefantes. Verlos desde arriba es un pasote. Llegamos a encontrar un grupo de 30 elefantes andando sobre el agua y el helicóptero los sobrevuela en círculos. De película. Muchos animales se asustan y echan a correr, sobre todo los ñus. Es una experiencia única. Es tan intensa que prácticamente he dejado la cámara a un lado. El helicóptero tiembla tanto que solo con el objetivo de 35 que tiene un buen estabilizador podía pillar algo decente. Cuando he visto el panorama, me he desentendido de la cámara y he disfrutado como un crio. Ha sido una hora de vuelo que se nos ha hecho 1 segundo. Que envidia de trabajo tienen los pilotos que trabajan ahí.




Ya en tierra y temblándonos hasta las pestañas hemos pasado por un spar a comprar algo para mañana. El helicóptero sin duda ha sido el broche final perfecto a 5 días recorriendo el Okavango. Un dia en el que hemos vivido el delta en tierra en agua y en aire. Mañana nos toca viaje desde Maun a Windhoek para volar el sábado a España. 800 km que está previsto que hagamos en unas 9 horas.

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Hoy la entrada va a ser corta porque ha sido un día de desplazamiento.

Esta paliza antes o después había que hacerla. De Maun a Windhoek miré en su día métodos alternativos de desplazamiento pero alquilando coche es imposible, sale un disparate de dinero dejar el coche en otro país y los vuelos de Maun a Windhoek carísimos. La Distancia entre ambos son 800 kilómetros, por dos rectas en las que se puede ir a 120. En internet dice que se tarda entre 9 y 10 horas incluyendo trámites de aduana y demás. No recomiendan conducir de noche porque por los animales aprovechan el calor del asfalto y te encuentras en la carretera desde vacas, burros y kudus, un peligro. Por el día también te encuentras animales, sobre todo en Botswana pero es curioso porque tienen aprendido que cuando pasa un coche se para y hasta que no ha pasado no siguen. Si no se enteran pitas y rápidamente salen del asfalto. Deben haber aprendido a base de palos los pobres.

Nos hemos despertado a las 5 para empezar la paliza a las 6, con ya un poco de penumbra. Hemos tardado hasta la frontera 5 horas y 3 horas desde la frontera a Windhoek, más una hora entre aduanas y parar a echar gasolina. Hemos ido escuchando podcast de viajes por lo que se nos ha hecho relativamente ameno. El podcast se llama "un gran viaje" y después de escuchar 9 horas de podcasts ahora quiero irme 6 meses al sudeste asiático, recorrer África en autostop o recorrer a pie Centroamérica... Con poco me obsesiono yo. El programa es una maravilla.

A las 15 estábamos en nuestro hotel de Windhoek. Para hoy había pillado uno bueno para llegar como reyes. "Tenbergen Pension". Esta de lujo.

Tras descansar hemos ido a que lavaran el coche a ver si asi se disimulan los arañazos que lleva y mientras dábamos un paseo por la ciudad. La ciudad sin más. Alguna construcción de estilo alemán y un mercado de artesanía bastante chulo.



A las 19 hemos ido a cenar a un bar típico de turistas, muy bien ambientado. Joes beerhouse. Un sitio peculiar puramente carnívoro. Como siempre intento probar lo típico, y teniendo en cuenta que en namibia lo típico es carne, pues ahí que me he lanzado. Los animales de granja no son el cerdo, la vaca y el pollo... son el orix, el kudu, el cocodrilo, el impala e incluso la cebra. He pedido una brocheta con un trozo cada uno. Sabe todo muy parecido a la ternera. El cocodrilo no me ha gustado mucho y lo más sabroso sin duda el impala. Si me pongo a pensarlo me da pena pero es un poco hipócrita renegar de los animales de granja de aquí y comerme sin reparos los de España, así que hay que probar también sus carnes que no es momento ahora de pasarme a vegano.




Punto y final a un viaje distinto. Un viaje en todoterreno con muchas alegrías, muchas esperas y sobre todo mucha arena. África puede ser complicada pero cuando muestra la parte buena compensa toda la incomodidad que pueda generar y se te va metiendo poco a poco el gusanillo de volver. Como decían los sudafricanos. Africa is not for sissies.

Próximo destino: Uganda

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