Bali y Gili Air: templos, arrozales, columpios en el mar y mucho más ✏️ Blogs de Asia

El día de hoy había quedado libre de planes con varias opciones a elegir sobre la marcha. La primera y más deseada era hacer una excursión a una de las islas Nusas, preferiblemente Nusa Pénida, ya que no habíamos podido incluir estancia de una o dos noches allí. La excursión sale del puerto de Sanur, que aparentemente está cerca de la zona en la que estamos alojadas (30 Kms). Sin embargo, tras conocer el tráfico de la zona, vemos que se puede tardar una hora en llegar al puerto. Ello unido al recuerdo del último viaje en barco, nos hace desechar esta opción, y pensar que cuando volvamos a Bali tenemos pendiente la visita a las islas Nusas, tratando de conocerlas bien alojándonos unos días como hemos hecho esta vez con las Gili.

Con todo ello decidimos quedarnos y disfrutar del hotel, sabiendo que tenemos la posibilidad de ir caminando a la playa de Balangán que nos han dicho que es muy bonita. En principio no tenemos claro si ir a bañarnos por la mañana o a ver el atardecer y finalmente decidimos dejar que los acontecimientos del día nos vayan dirigiendo a la opción mejor. Es nuestro último día en Bali y queremos tener una bonita despedida. ¡Y vaya si la tenemos!

Empezamos el día con un desayuno flotante, una tradición balinesa que nos habíamos propuesta probar en alguno de los días de nuestra estancia. ¿Y qué mejor día que el último para regresar con el mejor recuerdo? En este hotel hay que pagar 10€ por él y se puede elegir la piscina donde se quiere tomar. Vamos al restaurante, pedimos el desayuno y nos dicen que esperemos en la piscina a que nos lo lleven. Una experiencia única desayunar en el agua y viendo el mar.

Tras el baño en la piscina infinita y un rato de hamacas, decidimos bajar a conocer la playa de acceso privado del hotel. La bajada entre árboles es preciosa y la llegada nos sorprende con una playa de arena y con rocas grandes, pequeña, solitaria y con gran oleaje como es propio en esa zona de la isla.


Pasamos parte de la mañana allí solas, jugando con las olas y disfrutando del paisaje, y subimos de nuevo al hotel a darnos otro baño en la piscina. A mediodía vamos a tomar algo al restaurante:

- The View La Joya: tosta de aguacate y Mie Goreng. 18€.

Continuamos la tarde en la piscina de la zona superior. Estamos tan a gusto en este hotel que no tenemos ganas de desplazarnos. Tenemos una playa preciosa, dos piscinas maravillosas…


… vistas a la puesta de sol, un restaurante estupendo, unos camareros que nos comunican que es la happy hour ofreciéndonos 2x1 en coktails… y un spa que aún no hemos tenido el gusto de conocer. Cuando nos acercamos a verlo, nos enamoran las salas, que son pequeñas cabañas frente al mar. Justo hay un hueco en la sala doble en ese momento. Son las 18:00 y vamos a darnos nuestro último masaje balines viendo la puesta de sol. 13€ cada una. Como nuevas.

Es de noche y no hemos salido del hotel. Solo nos falta la última cena, que es típica indonesa y nos encanta:

- The View La Joya: nasi goreng, verduras dos salsas (setas y limón, las salsas que nos conquistaron en la primera cena en este hotel), 2 zumos. 21€

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Adiós La Joya, Adiós Bali. A las 9:00 AM sale nuestro vuelo. Hemos reservado un taxi al aeropuerto que pagamos con las últimas rupias que nos quedan, que vienen a ser 20€. A las 6:30 nos espera el taxi y a las 7:00 estamos en el aeropuerto de Denpasar. El vuelo de Air Asia sale puntual y aprovechamos el trayecto para tomar el desayuno que nos han puesto los del hotel: zumos, fruta y bollería, acompañados de un café y leche que hemos comprado en el aeropuerto antes de embarcar.

Decimos adiós a Bali mientras vemos entre nubes el volcán Agung.


A las 11:30 estamos aterrizando en el aeropuerto de Singapur, un aeropuerto verdaderamente impresionante. Inaugurado a finales de 1981, tiene 4 terminales y es el sexto aeropuerto con más tráfico del mundo con más de un billón de pasajeros.
El paso de control de pasaporte así como el pasaporte Covid es muy minucioso y tardamos un buen ratito pero una vez pasado, todo son maravillas en este aeropuerto. Realmente es una atracción más que forma parte de la visita pues el complejo es un destino en sí mismo repleto de servicios y atracciones.

Lo más impresionante es el edificio de diez plantas, que incluye un hotel, 300 tiendas y restaurantes, además de tener una impresionante cúpula de cristal y acero de la que sale una cascada de 40 metros de altura, rodeada de vegetación. Paseamos por allí, impresionadas con semejante escaparate y nos dirigimos a buscar la parada de metro para ir al centro de Singapur. Nos encanta el aeropuerto pero también estamos deseando llegar al hotel y ubicarnos para comenzar a conocer esta gran ciudad.

La mejor manera para llegar al centro de Singapur es tomar el metro, que se denomina MRT; es cómodo, rápido y económico. La estación está en la planta sótano de la terminal 2, pero nosotras llegamos desde la 3 caminando sin problema.

Para viajar tenemos que comprar una tarjeta por 10€ de los que 5€ sirven para viajes y es recargable. Lo hacemos todo allí en la propia terminal, sin problema. La línea del aeropuerto es una pequeña extensión de la línea verde por lo que es obligatorio hacer trasbordo en Tanah Merah. A partir de ahí nosotras cogemos la línea azul que nos lleva a la parada de Chinatown, que está muy cerquita de nuestro hotel.

Enseguida encontramos el hotel Furama City center, donde nos sorprenden con una habitación en la planta 22 con vistas excelentes a la zona de Marina Bay y su noria. ¡Nos encanta!

Nos preparamos rápidamente pues estamos deseando salir a conocer esta gran ciudad. Hoy nos dirigimos al Gardens By de Bay, pero antes queremos encontrar un lugar para comer. En principio la idea es hacerlo en un Hawker center, algo típico allí, pero encontramos una calle monísima con varios restaurantes y decidimos quedarnos allí. Esta callecita está situada junto al hotel Amoy y el restaurante elegido es el Yin Ji, con variedad de comida asiática que estamos deseando degustar:

- Yin Ji: rollitos veganos, pork dumpling noodles y cold honey lemon. 11€.

Está todo riquísimo y el lugar es súper agradable. Ya tenemos energías para ir a recorrer los famosos jardines, un icono en la ciudad y sin duda, la actividad estrella que hacer en Singapur. Este complejo de jardines frente al mar es enorme y alberga plantas exóticas de todos los continentes excepto la Antártida. Inaugurados en el año 2012, los Gardens by the Bay tienen dos áreas diferenciadas: la pública y con acceso gratuito y la zona que requiere pago de entrada.


Comenzamos paseando por los jardines que son de acceso libre y gratuito. Cuando fueron construidos, la idea era que los jardines fueran un espacio abierto para disfrute no solo de los visitantes que llegan a Singapur, sino especialmente para sus habitantes. Caminando desde allí se llega a los SuperTree Grove, espectaculares arboles de hierro recubiertos en su totalidad por plantas y vegetación que son de acceso también gratuito.

Sobre estos se encuentra el OCBC Skyway, las pasarelas que conectan los SuperTree, y a las cuales se puede acceder y caminarlas pagando una entrada. Nos hubiese gustado subir pero casualmente se encuentran cerradas por obras, así que finalmente decidimos continuar hasta el Cloud Forest, un invernadero selvático que recrea un clima tropical húmedo. La entrada junto al Flower Dome (invernadero que recrea el clima mediterráneo y donde conviven miles de especies vegetales) sale más barata pero calculamos que no nos va a dar tiempo a visitar las dos así que nos quedamos con la primera, con su enorme montaña con cascada incluida. La entrada nos cuesta 16€/adulto y 10€/niña y merece mucho la pena.


Al salir nos dirigimos de nuevo a los SuperTree Grove, pues a las 19:45h es el espectáculo de luz y sonido. Nos sentamos en el suelo y disfrutamos de un espectáculo precioso. Desde allí cruzamos el puente Esplanada Bridge, que nos lleva a Marina Bay, donde pasamos un tiempo mágico entre rascacielos, sin cansarnos de mirar el famoso edifico del Marina Bay Sands. Camino del hotel paramos en el Hawker Center Lau Pasat y nos tomamos unos Ice Milk de frutas por 4€.

Al llegar al hotel, nos encanta ver desde lo alto ese Singapur iluminado que acabamos de disfrutar.

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Es nuestro último día del viaje y nos espera una maravillosa ciudad para despedir esta aventura. Ayer nos encantó conocer la parte de la costa de Singapur y hoy vamos a recorrer los barrios de la ciudad. Antes hay que desayunar pero esta vez no elegí desayuno en la reserva del hotel. No obstante bajamos a ver el buffet pero nos parece muy caro para lo que ofrece, así que decidimos salir y buscar un lugar más auténtico para comenzar el día. Sin duda, el lugar donde desayunamos, es auténtico y está al ladito del hotel Furama city center.

- Breack Through café: 2 set de desayuno que incluyen tostadas con mantequilla, café, leche y zumo, además de dos huevos escalfados. El dueño es encantador y nos ofrece un pastelito de huevo que está delicioso. 6€.

Comenzamos por Little India, un barrio situado a 2 Kms del centro de Singapur, por lo que vamos en metro. La comunidad india en Singapur es bastante grande y la mayoría viven en este barrio. El barrio está lleno de edificios coloridos y tiene una calle llena de mercados y olor a especias y frutas. El principal atractivo es el Templo de Sri Veeramakaliamman pero solo podemos verlo por fuera pues están celebrando el culto hasta las 5 de la tarde.


De allí nos dirigimos caminando (15-20 minutos) al barrio árabe o Kapon Glan, que por lo visto es el barrio de moda ahora en Singapur. Nos encanta esa mezcla entre arquitectura colonial e islámica, tiendas y restaurantes de moda, y todo su color. Sin duda la estrella de la zona es la mezquita del Sultán, una construcción blanca con una cúpula dorada que corona la calle más famosa del barrio, Bussorah Street. Nos encanta poder entrar a esta mezquita.

Para llegar a Chinatown tomamos un metro que nos deja en pleno barrio chino, frente a un mercado de comida local, el Peoples Park, donde decidimos comer. Es difícil elegir entre tantos locales, pero finalmente vemos un puesto cuya especialidad son los noodles y no lo dudamos.

- Bai Xing Noodles: noodles fritos con vegetales y xiao long bao. Compramos dos zumos de frutas en otro puesto. 10€.

Tras la estupenda comida nos dirigimos a explorar este barrio que surgió en 1821 cuando los primeros colonos procedentes de Xiamen se instalaron en la ciudad. Mezcla de culturas y de templos, y como no podía ser de otra manera, miles de tiendas y puestos.

En el barrio chino se encuentra el Templo de la Reliquia del diente de Buda, uno de los más venerados por los fieles budistas. Su arquitectura, diseño y decoración son chinos pero no llegamos a visitarlo por dentro pues lo acaban de cerrar a las 17:00.


Se acerca la hora de ir al aeropuerto. Hemos dejado el equipaje en la consigna del hotel, que lo tenemos muy cerquita. Ya con nuestras maletas tomamos el metro al aeropuerto, que tarda aproximadamente media hora, haciendo trasbordo en Tanah Merah para enlazar con la línea verde que lleva al aeropuerto de Changi.

Nos encanta ver la maravillosa fuente por la noche, iluminada con colores y un espectáculo musical. Hay que dar un gran paseo hasta llegar a la puerta de embarque pero el aeropuerto es tan bonito que lo disfrutamos un montón.

Sin duda, el cierre del viaje en la ciudad de Singapur ha sido una manera preciosa de terminar un viaje espectacular. A las 23:30 sale puntual nuestro vuelo de regreso a Bilbao con escala de dos horas y media en Estambul.

Nos sentimos súper felices de haber hecho este viaje que no solo no nos ha defraudado, sino que ha superado nuestras expectativas.

Asia nos ha atrapado y ya estamos soñando con volver.

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