Vietnam 15 días de sur a norte. Agosto 2022 ✏️ Blogs de Vietnam

Otro día de traslado, pero hasta las 12:38 del medodía no sale nuestro bus hacia Ninh Binh así que tenemos aún la mañana para aprovechar.
Nos levantamos y desayunamos en el hostel, que tiene una zona de bar muy agradable al aire libre, y nos preparan un desayuno digno de campeonas con el que es difícil empezar el día de mal humor.

Nuestro objetivo es callejear y buscar un sitio para darnos un masaje de pies, porque estamos molidas de la caminata de ayer y tampoco tenemos mucho más que hacer, ya que esa zona tiene tres calles antes de toparte con la "autopista".

Es temprano y suponemos que no hay mucha gente dándose masajes a esa hora, así que intentamos negociar un buen precio. En la primera chica donde nos paramos, acordamos 300.000 VND por 45 minutos de masaje de pies para las dos. Yo no soy muy fan de que me toquen los pies y no sé si me va a gustar mucho... pero vamos a ello.
Al entrar nos sientan en unas butacas cómodas, llama a una amiga para hacernos el masaje a la vez y nos dan dos botellas de agua, unos snacks de coco como unas galletitas, y después nos traen hasta un platito con fruta. A veces tanto lujo nos descoloca
El masaje de pies resulta llegar hasta las rodillas, siendo de piernas también y eso se agradece. En la zona de los pies mi masajista me hace algo de reflexología y ¡cómo duele! Pero aguanto. Hay zonas en las que me relajo más y zonas en las que menos... prefiero el de cuerpo entero, la verdad, pero no está mal para probar. Los moratones que me salen pocas horas después en las piernas indican que han apretado con ganas.

Pagamos y nos vamos hacia el hostel a por nuestras mochilas. De camino nos encontramos... a la dueña del restaurante! Y, por supuesto, nos pregunta si nos da tiempo a ir a por un vaso de agua antes de marchar... se lo agradecemos pero nos vamos ya, y nos acabamos haciendo una foto y siguiéndonos en Instagram jaja

Repetimos operación y llamamos a un Grab, esta vez teniendo más cuidado de ir donde marcamos la recogida. Como ahora no vamos al centro de Hoi An, sino que vamos a la estación de autobús, nos sale un poco más barato: 54.000 VND. El chico es agradable y nos deja en pocos minutos en nuestro destino.

Cuando llegamos estamos frente a una oficina, nada de estación. Entramos y le preguntamos a la chica, que nos pide la confirmación y se pone a mirar sus mil papeles mientras nos dice que nos sentemos. Después de 10 minutos sin que nos diga nada, ya algo preocupadas, le preguntamos si todo está correcto. Nos mira como si se hubiera olvidado que estábamos ahí y asiente con la cabeza. Vaya, que se había puesto a hacer otras cosas sin decirnos nada xD
Como aún queda hora y media para que llegue el bus, dejamos allí las mochilas y nos vamos a buscar algo de comer. Aún es muy temprano, pero nuestro bus llega a Ninh Binh a las 21:38, y no sabemos si hará paradas donde podamos comer, así que preferimos llevarnos el "tupper". Paseamos y después de unos 10 minutos andando encontramos un sitio lleno de locales comiendo, con una especie de barra llena de comida. Entramos a chafardear y se nos acerca un chico que no habla mucho inglés, pero nos sonríe y nos dice cosas en Vietnamita señalando la comida. Hay arroz y pollo, así que con eso nos vale. Le decimos que sí y que "to take away", y con señas el chico nos dice okay okay y nos empieza a llenar un tupper de porexpan: arroz, pollo, huevo frito, verduras... y las salsas aparte en unas bolsitas de plástico que parece que vayan a explotar en 3 segundos pero que ríete tu de los cierres herméticos. Nos cobra 100.000 VND por los dos tuppers, bastante generosos. Nos enseña en el móvil su sitio, para que le hagamos una foto, y nos pide una foto a nosotras. Seguimos sin entender como en una zona tan turística del país, se sorprenden al ver al occidental... pero nos reímos y le pedimos una foto también nosotras.

Con nuestro tupper a cuestas, volvemos hacia la oficina. Hay wifi, así que matamos el tiempo, pero no viene mucha gente más. Cuando ya es la hora, allí no hay mucho movimiento y la mujer ha hecho el cambio con el marido, que habla algo más de inglés. Le preguntamos por nuestro bus y nos dice que aún no, que esperemos.
Sigue llegando gente y luego llega un bus. Nos levantamos y nos podemos las mochilas, y el chico nos dice que dónde vamos. Nos miramos.... es casi la 1. Nos dice que ese no es el nuestro, que nos esperemos... Vaya con la puntualidad vietnamita.
Después de casi media hora, ahora si nos confirman que es nuestro bus. En el billete ponía que los asientos se asignaban por orden de llegada, pero de eso nada. Es a quien le hecha más morro. Llevamos allí más que nadie, pero la gente empieza a hacer una especie de cola como le da la gana, gritan algo y todos los locales pasan primero. Después de los vietnamitas, los turistas que tienen más morro se abren paso, y cuando nosotras entramos resulta que los asientos son numerados y el conductor nos va distribuyendo. A nosotras mientras nos dejen "tumbarnos" una cerca de la otra, ya nos vale. Al final nos toca en la parte de arriba, lado derecho, una delante de la otra.
Nos hacen quitarnos los zapatos y ponerlos en una bolsa de plástico, y cuando subes a la cama tienes un compartimento abierto para meter los pies, con suficiente espacio para embutir la mochila de mano y las bambas. Hay una manta por cama.

Vamos un poco con la mosca detrás de la oreja, porque en google maps nos marca que tenemos casi 14h en coche al destino, y cuando compramos el billete casi todos los buses eran de mediodía a las 5 de la mañana, pero encontramos con Grouptour a través de 12goasia este viaje que salía un poco antes y llevaba de noche. Decidimos que aunque pagáramos una noche más de hotel, así descansaríamos porque en Ninh Binh nos esperaba día duro de caminar. Así que después de dudarlo bastante, cogimos este. En casa no le vimos problema, pero ahora allí no lo veíamos tan claro. Escuchamos una pareja india que también va a Ninh Binh, así que les preguntamos y nos confirman que llagamos a las 5 de la mañana al destino... perfecto. Hemos pagado más (30€ por cama), reservado una noche de hotel que no vamos a usar, y cargado con poquísimas provisiones para un bus de 15h que sale una hora tarde...

Al menos parece que hay wifi en el bus, así que intentamos tomárnoslo con humor y intentar solucionar la noche de hotel. Se ha acabado la cancelación gratuita, pero me comunico con ellos por whatts app y aceptan darme una cancelación gratuita que puedo solicitar en Booking. Tengo que cancelar toda la reserva y entonces volver a reservar la segunda noche solo. Cancelo y... sale todo agotado. Espero a que se actualice mi cancelación, pero nada. Pasan 10 y 15 minutos y nada. Así que empezamos a buscar otras opciones de alojamiento y acabamos reservando por 21€ un bungalow justo al lado del lago de Tam Coc. El sitio tiene piscina y desayuno y es bastante parecido al que teníamos ya reservado, pero ya que nos ahorramos una noche pagamos unos 5€ más en total por tener el bungalow, que después del disgusto del bus nos lo hemos ganado.
Al poco me escribe el primer alojamiento por whatts app y me dice que ya puedo reservar... mierda, ahora me sabe fatal porque el que acabamos de coger no tiene tampoco cancelación gratuita. Me disculpo con ellos y como no tienen muy buen inglés, después de 5 minutos intentando entenderme, se dan por vencidos.

Desde el bus vemos el dragón dorado del puente de Da Nang, sus playas. Vemos los paisajes y hablamos con una chica francesa que está a nuestro lado, que nos cuenta que lleva 20 años viajando una o dos veces al año. Ha recorrido todo el sudeste asiático, sud américa, áfrica... es impresionante. Así se nos pasa rápido hasta parar en Hue, donde se bajan ella y su marido. Cuando vamos a seguir entreteniéndonos con el móvil.... sorpresa, no hay wifi. Seguramente nos habíamos conectado a una red de alguien que se ha bajado del bus en Hue... Al menos nos ha permitido arreglar el tema del hotel en Ninh Binh, pero nos quedan 12h sin wifi.

A eso de las 8 hacemos nuestra primera parada. Es un edificio abierto con snacks, sirven algo de comida, mesas y baños. Nosotras devoramos nuestro arroz con pollo, que lleva ya un buen traqueteo pero sigue entero. El baño del bus funciona, pero prefiero ir al de la parada... oh, no. Mejor era el del bus. Es el sitio más guarro que voy a ver en todo el viaje. Es de esos en el suelo, pero las puertas están rotas y al final una vietnamita igual de alucinada que yo me pide que le aguante la puerta y luego cambiamos, así que al menos lo puedo usar. Todo huele fatal y el suelo está empapado, quiero pensar que de los cubos de agua que funcionan como cadena.

Volvemos al bus, donde hace una parada me han cambiado de cama porque el chico me ha dicho que esa no era la mía... Y me han puesto en la fila del medio, al lado de mi hermana. Se ha subido un chico de Taiwán, que cuando nos escucha hablar en español me empieza a dar conversación y hablamos durante un rato. Así van pasando las horas, y ya siendo la hora de dormir, decidimos intentar descansar un poco. Sorprendentemente, dormimos casi 8 horas del tirón. El bus hace un par de paradas más a lo largo de la noche y entra y sale gente de manera muy escandalosa, pero seguimos durmiendo y esas camas son "bastante" cómodas.

"Ninh Binh!!!!, Ninh Binh!!!!" Nos despiertan los gritos del conductor y un puñado de caras dormidas salimos del bus y cogemos nuestras maletas. Nos sueltan a las 4:30 am en un callejón oscuro del centro de Ninh Binh.
Nuestro plan era pedir un Grab, pero no tenemos wifi y allí no se ve ni un alma. Cuando el mejor plan parece salir a buscar algún Grab perdido o algún wifi abierto, vemos un par de coches que se acercan a la zona. Pues a lo que nos pidan.... Y cuando vamos a ir a preguntar, se nos acerca la pareja india para preguntarnos hacia donde vamos, para compartir un Grab. Así lo hacemos, ya que ellos también van hacia Tam Coc. Acordamos 200.000 VND por el trayecto, 100.000 por pareja. Nos parece bien, sobretodo porque es eso o caminar 45 minutos guiándonos por una foto de google maps.

Poco después nos dejan al principio del lago, caminamos a penas 5 minutos rodeándolo y aparecemos en el Tam Coc Lake View, que afortunadamente no sólo tiene wifi abierto sin contraseña, sino que tiene un porche con mesas donde podemos sentarnos con nuestras cosas a esperar que amanezca. Y menos mal del techo, porque en una media hora empieza a diluviar.

A eso de las 6 de la mañana aparece una mujer en pijama, y nos pregunta. Le decimos que tenemos una reserva y lo confirma. Nos pide media hora para dejarnos la habitación lista. No nos lo podemos creer, nos van a dejar entrar tan temprano? Le decimos que no hay prisa y la mujer desaparece. Al cabo de unos 20 minutos nos dice que la sigamos, y nos lleva a la puerta de nuestra casita. Le damos las gracias mil y una veces y entramos al bungalow. Nos parece super bonito y nos damos una ducha que nos sienta increíblemente bien. Nos cambiamos y vemos que está parando de llover. Y este tipo de cosas son las que nos hacen ver que estamos teniendo mucha suerte tanto con el tiempo como con los alojamientos.

PD: Me puse en contacto con los del bus para reclamar, y después de 3 días de mails lo único que conseguí fue que nos devolvieran 100.000VND por las molestias, alegando que había sido un error en la hora pero que ese bus siempre había estado programado para llegar a las 5 am.... Así que nos devuelven una miseria que aún estoy esperando, pero que en principio ha sido aprobada sin mucho misterio.

Gastos del día:
Café del desayuno (las bebidas no estaban incluidas) 20.000 VND
Comida Take Away 100.000 VND
Grab en Hoi An 54.000 VND
Masaje de pies 300.000 VND
Taxi Ninh Binh 100.000 VND

Totral 574.000 VND = 24,5€

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Nos tomamos el tiempo justo para la ducha, algo de descanso express y en cuanto deja de llover aprovechamos para salir. Son a penas las 7 y algo de la mañana, y mientras rodeamos el lago respiramos la calma que nos rodea.

Vamos a Mua Cave, dispuestas a subir los 500 escalones que te premian con una de las mejores vistas panorámicas de la bahía terrestre de Ninh Binh. Para llegar, eso sí, tenemos unos 5 km de caminata. Los cargamos en google maps antes de salir, y después de atravesar algunas calles de Tam Coc, entramos por un sendero que nos brinda las primeras imágenes de la naturaleza del lugar.
Aparecemos en unos preciosos arrozales mojados por la lluvia que ha caído, con las primeras luces de la mañana y con el paisaje montañoso característico de la zona: piedra negra con vegetación verde brillante que se intercala. Alucinante.

Atravesamos los arrozales, encontrando a varios vietnamitas que siembran el arroz con mucha destreza y habilidad, y nos saludan brevemente cuando pasamos a su lado.
Llegamos a una calle más ancha de nuevo, y aunque google maps nos indica otra entrada más adelante, entramos por un lateral porque ya vemos todo señalizado y Mua Cave al fondo.
En esa calle que entra hay muchos puestos que venden el típico sombrero vietnamita, bebidas frescas y también trajes y vestidos, que había leído en algún lado se pueden alquilar para poder hacer la foto de rigor en lo alto de la montaña (hay que tener muchas ganas de colgar luego la foto en el comedor de casa, porque nosotras ya estamos sudando y aún no hemos empezado a subir escaleras).
Como en algún momento del viaje queremos comprarnos el sombrero, y como empieza ya el sol a apretar, decidimos aprovechar la ocasión. Los hemos ido viendo pero siempre en sitios "turísticos", como este, y al final no lo compramos... pero decidimos preguntar y salimos de ahí con dos sombreritos con dos chicas pintadas, que en nuestra imaginación también son hermanas (¿por qué no?). y como a mi me cuesta mucho empezar el día sin un café y ya llevo horas de retraso, nos paramos a recuperar un poco el aliento antes de subir a Mua mientras me sirven un café vietnamita.

Con las pilas cargadas nos acercamos a la entrada, previo pago de 100.000 dongs por cabeza, y nos disponemos a conquistar el pico de la montaña. Ya llegando arriba el camino se desvía en dos, a la izquierda es por donde se llega al gran dragón de piedra y a las famosas vistas, y por donde vamos primero. Al llegar al dragón comprobamos que la piedra irregular y afilada da un poco de vértigo, con la seguridad de dos cadenas que rodean al dragón y que te protegen tanto como las sábanas de la cama cuando escuchas ruidos de noche... En el pico escuchamos españoles, italianos y catalanes: ahí nos hemos ido todos a encontrar ajajja. Nos dan un par de conejos de por donde pisar, y con paciencia conseguimos subir.
En ese momento estamos solas, rodeadas de lagos y montañas... una pasada. Nos hacemos algunas fotos de rigor, sin separarnos mucho de la valla, y volvemos a bajar.

Nos re-encontramos con los catalanes, una pareja muy maja con la que empezamos a compartir algunos consejos de viaje ya que ellos llevan ya un par de días por la zona y nos recomiendan coger las barquitas de Tam Coc o Trang An, nos hablan de la pagoda más grande del sudeste asiático, que está bastante lejos (Bai Dinh) y hay que llegar en moto o taxi, y de la ciudad de Hoa Lu, al norte. Nosotras aún no sabemos muy bien que haremos, nuestra idea es llegar a Trang An por la tarde y ver qué nos encontramos con las barcas y demás. Mañana tenemos aún que decidir, y también depende mucho de cómo se comporte el tiempo.

Volvemos al desvío y ahora vamos a la derecha, donde subimos a una pequeña pagodita que nos da vistas de los arrozales, también bonitas pero no tan impresionantes.

Bajamos la montaña y ahora seguimos el camino hacia Trang An, donde esperamos ya comer algo. Los gorros vietnamitas nos van de lujo, protegen del sol y ahora nos va muy bien ya que estamos bastante quemadas del día de la playa en Hoi An.
Atravesamos un pueblecito donde volvemos a ser un poco protagonistas: nos saludan y nos sonríen tímidamente. Seguimos atravesando montañas, naturaleza, arrozales... y después de otros 5km, más o menos, llegamos a una carretera grande. Hacia la derecha un Trang An y hacia la izquierda otro. En google maps nos marcaba a la derecha desde un principio, y pensamos ir ahí primero, comer algo y luego ir hacia la otra dirección.
Vamos, pues, hacia la derecha, y cruzamos una autopista grande. El paisaje que ahora nos rodea es muy diferente, y en cuanto empezamos a caminar por el borde de la carretera los coches, las motos e incluso las vans, nos pitan a cada rato. No entendemos si es por "seguridad" (aunque viendo como ellos conducen nos extrañaría mucho), por diversión o por curiosidad, pero después de decenas de pitidos nos está empezando a molestar. Eso unido al cansancio, la calor, y que no encontramos nada a nuestro alrededor, nos hace replantearnos la ruta.
Nos paramos frente a un lago con una pagoda a reflexionar nuestras opciones, y decidimos volver al pueblo que habíamos atravesado a comer, conseguir wifi y ver si en el otro Trang An estan las barcas, si hay algo más por ver, y si vale la pena ir hacia allí o mejor volver a Tam Coc (tenemos 10km de vuelta) y ir a las barcas de Tam Coc a acabar de una forma un poco más relajada la tarde.

De vuelta al pueblo y con la misma sintonía de los cláxon cada pocos segundos, encontramos un porche que nos parece tan bueno como otro cualquiera y nos sentamos a comer. Uff, que bien sienta sentarte frente a un ventilador con un plato gigante de noodles y una coca-cola fresquita para reponer azúcares. Quitando el café que me he tomado hace unas horas, no comemos nada desde que anoche a las 8 paró el bus y devoramos nuestro arroz con pollo!
Justo al lado tenemos una mesa con 4 vietnamitas, bastante perjudicados por el alcohol, uno de ellos no para de mirarnos con un descaro alucinante que nos incomoda un montón. Vaya suerte estamos teniendo hoy... La dueña del local, en cambio, nos sonríe cada vez que viene a traernos un plato o un vaso. A los pocos minutos de sentarnos, y como de la nada, empieza a caer un diluvio como el de esta madrugada. Nos ha venido de poco!
La mujer nos trae dos platos gigantescos de arroz frito con verduras para mi hermana y de noodles con verduras para mí, que pensamos que no nos acabaremos en mil años pero que acabamos dejando poco. Mientras vemos la lluvia caer y los hombres de al lado se van, nos invade el cansancio y nos relajamos.

Según internet, las barcas de Tran An si estaban en la otra dirección... Y estamos a una media hora de allí. Estamos cansadas, está lloviendo, y no sabemos si valen la pena... Así que decidimos esperar a que deje de llover tanto, y volver hacia Tam Coc, donde miraremos las barcas de allí.
La ciudad antigua de Hoa Lu no nos llama mucho la atención, he leído que hay que pagar entrada y que tampoco vale mucho la pena, sumado a que son 2h de camino o coger un taxi, lo descartamos. Miramos la opción de la pagoda de Bai Dinh, que ahí si tenemos que ir en Grab porque son 20km para llegar. Miramos en Grab y nos piden una barbaridad, unos 400.000 dongs para ir (y otros para volver, claro), más pagar el carro eléctrico que luego allí dentro te transporta porque es enorme por dentro, o eso nos han explicado los catalanes antes.
A mi me gustan las pagodas y si no fuera tan caro llegar no me importaría ir, pero a mi hermana no le van mucho las pagodas y al final preferimos darle más a la "naturaleza" del lugar que a los templos y sitios sagrados. Decidimos que investigaremos mejor el tema de las barcas de Trang An y volveremos mañana.

Deja de llover y aprovechamos para empezar el camino de regreso. Una hora y algo después, estamos llegando a la zona del lago donde nos asomamos a ver los precios de las barcas del lago de Tam Coc: 120.000 VND por persona, y te hacen pagar un alquiler de la barca que son 150.000 VND, es decir que nos sale a 390.000 VND. Es una hora y media de barca, aproximadamente, y nos parece una buena manera de pasar la tarde. Como la última salida es a las 5 de la tarde, y son las 3 y algo, decidimos ir al hotel a darnos una ducha y cambiarnos de ropa, y salir más tarde para intentar ver el atardecer desde la barca.
Cuando entramos al hotel... empieza a diluviar otra vez! Y esta vez no tiene pinta de querer parar en unos minutos... pasa casi 1 hora en la que descansamos y nos preparamos, pero sigue sin querer parar. Adiós al plan de las barcas. Lo entendemos como una señal de que tenemos que ir mañana a Trang An, y decidimos esperar a que deje de llover para ir a recorrer las calles de Tam Coc. A las 5 y algo deja de llover (justo cuando ya no salen las barcas), y salimos hacia las calles del centro, donde hay bastantes bares con música internacional, esperando al turista. Llegando a los límites de la parte central, encontramos un pequeño mercado donde nos compramos unos rollitos fritos por 10.000 la unidad, entramos a un mini markt y nos compramos un par de cervezas fresquitas, unas palomitas y unos snacks de cacahuete y decidimos volver con nuestra "cena" al hotel y aprovechar la piscina.

Al volver, vamos por el único camino que no hemos recorrido del hotel y resulta que da a una pequeña calle que comunica con una piscina... de otro hotel. Ups. Le preguntamos a la chica y nos confirma que comparten la piscina con el hotel de al lado, que es de su tío. Todo queda en familia. Nos ponemos nuestros bañadores, nos atamos nuestras toallas y con nuestras cervezas fresquitas un poco escondidas para no llamar mucho la atención, nos metemos en la piscina desierta. Es otro hotel parecido, con bungalows al rededor y con vistas a la montaña en vez de al lago. Es precioso. Empieza ya a anochecer y apenas podemos disfrutar de las vistas, pero nada más meternos en la piscina encienden las fuentes y las luces de la piscina! Vaya, nos sentimos unas reinas jajaj Con nuestra cervecita al borde de la piscina, y estando en Vietnam... nos sentimos afortunadas y disfrutamos de ese momento.

Se está tan a gusto que no queremos irnos a la habitación, y pedimos dos cervezas más en el hotel. Después de esas y estando ya un poco arrugadas, nos vamos a la habitación y cenamos. Los rollitos están buenísimos, y eso que los hemos comprado ya hace dos horas. Caemos rendidas en pocos minutos.

Gastos del día:
Café y Agua 30.000VND
Gorros vietnamitas 100.000VND
Entrada a Mua Cave 200.000VND
Comida 140.000VND
Cena (rollitos de primavera y snacks) 105.000VND
Cervezas en la piscina 40.000VND

Total = 615.000VND = 26€

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Segundo y último dia en Ninh Binh. Amanecemos temprano y disfrutamos de un desayuno abundante con las que estamos seguras, son las mejores vistas del lago que ofrecen todos los alojamientos que lo rodean.
Allí mismo alquilan bicis por 50.000 dongs para todo el día, y sopesamos la posibilidad de alquilarlas para poder ir a Trang An (a la parte buena, a la izquierda esta vez), porque la única manera que tenemos de llegar es haciendo exactamente el mismo camino de ayer y caminar otros 20 km sumando la ida y la vuelta. Uno de los problemas es que no somos unas expertas "biciclistas" (sobre todo yo) y la verdad es que me da un poco de miedo meterme con la bici por los tramos de carretera, con las motros esquivándonos y pitando. La segunda, es que no sabemos si podremos dejar seguras las bicis en Trang An mientras estamos en la barca.
Después de debatirlo, decidimos no alquilarlas y ir andando. (Ahora sabemos que Trang An y sus barcas es una de las atracciones turísticas más concurridas de la zona, y conocimos a una chica que había ido en bici y había pagado en el parking como si fuera una moto y la había recuperado sin problema. Sabemos que con calma y por el ladito derecho es fácil llegar y no hubo mucho tráfico al menos ese día en esa zona, así que la bici hubiera sido una buena opción. De todas formas, caminar por en medio de los arrozales y ver cómo los campesinos trabajan el arroz es una de las mejores imágenes que me llevo del viaje, y en bici hubiéramos rodeado los campos por carretera porque estaban bastante embarrados de las lluvias del día anterior).

Aproximadamente una hora y media después estamos llegando a la zona destino, no sin antes haber vuelto a caminar unos 15-20 minutos por el tramo de carretera donde vuelven a pitarnos y a llamar nuestra atención a cada pocos segundos.
En Trang An todo está montado para el turista: llegar autobuses llenos de orientales, hay tiendas de souvenirs y está todo indicado para que compres tu ticket por 250.000 dongs y te dirijas por un túnel subterráneo a la otra parte del río, donde hay un chico preguntando qué ruta quieres hacer: la 1, la 2 o la 3. En todas se visitan 3 templos, aunque diferentes, y diferentes cuevas según si quieres menos o más eliges una ruta u otra. La 1 parece la más larga, aunque dicen que todas duran 3 horas. Escuchamos que la gente pregunta cuál es la mejor, y la más recomendada, y todos los de allí contestan que la 3, aunque justo parece la más cortita. Nos debatimos y al final decidimos elegir la 1, que tiene más cuevas.
Como las barcas son de 4 personas, a no ser que compren en la taquilla 4 billetes para poder tener la barca para ti solo, te dejan esperando hasta que vienen otras personas que eligen tu ruta y entonces te dan paso para subir a una y empezar la ruta.
Todos los que venían detrás nuestro elegían la ruta 3, y nos tenemos que esperar bastante, tanto que empezamos a dudar otra vez y cuando estamos casi decididas a cambiar la ruta, viene una pareja vietnamita que elige la 1.

La chica viene monísima, con un vestido rojo tradicional, un abanico rojo de plumas, maquillada y con el largo pelo negro arreglado. El chico también viste con traje, y nos sorprende que no hayan alquilado una barca para ellos solos, porque parece que se avecina reportaje fotográfico. Como no, suben rápido a la barca y se quedan el sitio delantero. No nos hubiera importado si nada más subir no hubieran abierto un paraguas de esos que dan sombra a 10 familias, quitándonos con ese gesto todas las vistas frontales. Al mirar alrededor vemos que es algo común, para protegerse del sol, y prácticamente todas las barcas que nos rodean tienen de uno a 4 paraguas abiertos. Nada más subirnos nos ofrecen uno a nosotras, que rechazamos amablemente.
Cuando aún estamos quejándonos un poco entre nosotras por la mala suerte, el chico se gira y nos ofrece dos helados, mientras ellos se estan comiendo otros dos. Con el calor que hace no sabemos si pesaban regalar dos helados a quien fuera o esque se iban a comer dos helados cada uno en 2 minutos. Lo aceptamos agradecidas y sólo con eso ya nos sentimos suertudas y nos lo comemos observando toda la belleza que nos rodea, a medida que nos vamos adentrando en el río.
Durante esas 3 horas la barca va atravesando cuevas, algunas más largas, otras más cortas, más altas y más bajas. Al llegar a los templos se para y te dejan bajar a ver la zona y siempre hay una chica que vende snacks y bebidas frescas. A la hora y media aproximadamente, aprovechando la llegada a un templo, les pedimos a la pareja que viene de Hanoi pero apenas hablan inglés, que hagamos un cambio para poder disfrutar de las vistas y en principio no nos ponen problema. Aún así, después de 1 hora y cuando debe quedar una media hora para acabar, en medio del lago y sin venir a cuento, nos piden el cambio otra vez porque quieren hacer fotos. Vaya, no han tenido tiempo en hora y media, así que con cuidado y como podemos, nos cambiamos los sitios esperando no caer al agua. Mientras la chica se hace fotos, obvio, se quita el salvavidas naranja y sin salvavidas, la mujer de la barca no rema. Así que nos quedamos parados con el bochorno asfixiante mientras esperamos para que acabe el reportaje. Cuando por fin acaban, abren el paraguas y se ponen a mirar el móvil, no siendo bastante el chico se pone a ver un vídeo de a saber qué, con el sonido en vietnamita a tope. Nos parece super maleducado que nos hayan "quitado" la parte delantera donde no hacíamos más que admirar el paisaje para quedarse tapándonos las vistas y mirando el móvil. Seguramente no son "conscientes" de lo que molestan, y para el rato que queda no le vemos sentido a decirles nada, pero nos queda un sabor de boca amargo de la experiencia por culpa de estos detalles. Consejo: intentar no subiros con vietnamitas que os arruinen las vistas con sus paraguas xD

Aún así, las vistas han sido una pasada, y ha merecido mucho la pena la experiencia. 3 horas ha sido más que suficiente, pero tampoco se nos ha hecho excesivamente largo gracias a las paradas que vas realizando. Suponemos que la ruta que eliges tampoco tiene especial importancia, a no ser que en una de ellas haya un templo que queráis visitas por algún motivo. Todas tienen parte de paisaje, parte de cuevas y parte de templos.

Cuando volvemos a tierra firma amenaza lluvia, pero como por ahí parece que no hay nada más, decidimos empezar a volver y quitarnos de encima la parte horrorosa de la carretera. Estamos bastante hambrientas y exhaustas, así que al poco de atravesar esa parte encontramos un restaurante y nos parece tan buen sitio como otro cualquiera, así que nos paramos a comernos un buen arroz frito con unos spring rolls y unas coca-colas frías. Tenemos algunas heridas en los pies del roce de las bambas y estamos sudadas y con los ánimos un poco bajos porque ahora ya hemos hecho el check out y no nos podremos cambiar antes de subir al bus nocturno que nos lleve a Sapa.

Descansamos un poco y como parece que las nubes despejan y no va a llover, decidimos seguir hacia Tam Coc. De camino, nos encontramos a dos niños con su madre recolectando fruta de un
árbol. Nos saludan y se ríen, y cuando a los 3 o 4 minutos escuchamos que corren hacia nosotras: al girarnos, los vemos que nos traen unas cuántas ramas con fruta, nos las dan y se van avergonzados y riéndose. ¡Qué graciosos! Les gritamos gracias en vietnamita, y se ríen aún más. Nos las vamos comiendo por el camino: hoy todo el mundo nos da gratis de comer jaja
Ya llegando a Tam Coc, en cuanto salimos de los arrozales... nos encontramos un camino bloqueado por una decena de vacas tumbadas. No tenemos otro camino, así que pasamos por ahí despacito para no asustarlas, aunque estamos nosotras más asustadas de que nos den un golpe que ellas.
Cuando llegamos allí, atravesamos el pueblo en la otra dirección porque vamos a visitar la pagoda de Birch Dong, que está a una media hora andando del lago. Llegamos allí una media hora antes de que cierren, y la verdad es que nos sorprende para bien. Había leído que no tenía mucho, que lo bonito era la entrada principal y poco más, pero cuando entramos nos parece un sitio bonito y aunque seguramente no es la pagoda que más os pueda impresionar del país, tiene su qué. La recorremos rápido, no es muy grande, y volvemos al camino principal.

Mi hermana ha encontrado un sitio a unos 15 minutos del alojamiento que tiene buenas vistas y un sitio chulo para tomar algo, y intentamos llegar allí antes de que anochezca. De camino, disfrutamos de un atardecer precioso junto a las montañas negras y verdes que aparecen con disimulo por el horizonte, y algunos arrozales que encontramos de camino también. Vemos vacas pastando y hasta una serpiente se mete corriendo por la maleza. Volvemos por el lado contrario del lago y nos metemos por unas calles por las que no habíamos estado, mientras se hace cada vez más de noche.
Llegando al lago y siguiendo las instrucciones de google maps, nos metemos en un par de alojamientos por los que tenemos que atravesar el jardín, y de golpe: sin salida. Estamos a los pies del agua del lago, pero por la parte de atrás. Según internet, está cruzando el lago... pero no nos vamos a tirar al agua, así que no nos queda otra que dar marcha atrás.

Estamos a dos minutos del hotel, así que decidimos volver allí y tomarnos unas cervezas frescas en el porche mientras descansamos y esperamos a que sea hora de cenar. Y entonces se alinean los astros: al llegar la chica del hotel nos pregunta qué tal el día y le explicamos todo lo que hemos caminado. Ella alucina un poco (no entenderá porque no hemos ido en moto o bici, ya que nos las han ofrecido como mil veces desde que llegamos ayer) y nos dice que entremos a nuestro bugalow a darnos una ducha y descansar. ¿¡Qué!? No nos lo creemos. Nos dice que no hay problema, que aún no la han limpiado y que está tal cual la dejamos esta mañana. ¡No podemos estar más agradecidas! No nos creemos lo amables que están siendo en este sitio... ayer entramos a las 6 de la mañana y hoy esto.... alucinante. Le damos mil veces las gracias, cogemos nuestras maletas que habíamos dejado apartadas y entramos a la habitación. Le decimos que cuando salgamos nos tomaremos dos cervezas, pero si puede ser que estén frías porque las que nos tomamos anoche estaban como a temperatura ambiente. La chica enchufa la nevera que tiene apagada sólo para nosotras (dudamos que en media hora se enfríen mucho, pero la intención es lo que cuenta).
Nos duchamos y nos cambiamos y nos cambia el humor. Una vez renovadas salimos con las mochilas al porche y nos tomamos nuestras Saigon. A eso que sale un chico del jardín de nuestro hotel: no somos las únicas que tenemos que atravesar propiedades ajenas. Resulta que el hombre se para a saludarnos y pasamos unos 15 minutos muy amenos hablando con un médico misionero americano que ha venido a Vietnam a arreglar caras de niños que han caído a ollas de agua hirviendo mientras trabajan, y que en una semana se va para Filipinas a seguir trabajando con un equipo. Vaya, pues nosotras aquí de vacaciones... Y es que te vas encontrando a mochileros que llevan 6 meses recorriendo Asia, a misioneros y otras vidas de gente super interesante y luego explicas que tienes dos semanas para poder hacer todo lo turístico que tiene el país que ofrecer, mientras alucinas sintiendo que estas descubriendo algo super remoto del mundo jajaj

Nos despedimos de las mujeres del hotel, agradeciéndoles su atención, y nos vamos al centro de Tam Coc, donde ya hemos localizado la oficina desde donde sale nuestro bus a las 22h. (esta mañana entramos a confirmar nuestro billete y estaba todo ok). Justo enfrente hay un local que se llama Father Cooking, que no tenía mala pinta y que sobre todo abre hasta tarde, así que vamos allí a cenar y así tenemos controlada la oficina. Son las 8 y algo de la noche, así que vamos bien de tiempo. Yo ceno un Phó, que hace ya días que no como ninguno, y mi hermana se pide un plato de spring rolls.

Ya cerca de las 22h, voy a pagar y cuando salgo encuentro a mi hermana hablando con un chico español, que nos cuenta que es periodista y está grabando unos reportajes sobre las etnias del sudeste asiático. Lleva ya unos meses viajando por Tailandia, Laos, Camboya... pues eso, y nosotras de vacaciones dos semanas jaja
Como ella está entretenida y en la oficina parece que no hay mucho movimiento, me acerco a preguntar. Aparece una chica y le comento nuestro billete, ella mira unos papeles y con cara de extrañada llama por teléfono. No puede ser, ¿ahora qué?
Me hace acompañarla a la oficina de al lado, donde un chico mira mi billete y hace unas comprobaciones en el ordenador. Luego me confirma que si, que la otra oficina ya está cerrada pero que esperemos allí a que venga el bus.
Aviso a mi hermana y nos trasladamos a la puerta del lugar, porque ya son las 22h, pero ahí no hay nadie más esperando. Nos parece raro, porque mientras cenábamos pasó la pareja india con la que compartimos el taxi, que nos dijo que también cogían ese bus a Sapa, pero por ahí no están. Esta mañana en Trang An, conocimos a una familia española que también cogía ese bus a Sapa, pero por ahí no están. Y son las
22:20h y ahí no aparece nadie, ni bus ni personas.
A los 5 minutos se acercan dos chicas españolas y nos dicen que ellas tienen un bus a las 22:20h justo, a Sapa. Así que no sabemos si es el mismo con horas diferentes o si juntan buses cuando no van llenos. Aparece un chico y le preguntamos, nos confirma que si que esperemos a que llegue el bus, pero no nos dice cuánto más rato. Y finalmente, a las 23h de la noche aparece un bus que para unos metros más adelante, en la plaza pegada al lago. Vamos hacia allí y ahí están: los indios y la pareja de españoles. ¿Cómo sabe la gente a que hora aparece el bus, si ellos también nos dijeron que lo tenían a las 22h? Le preguntamos a la familia, y nos dice que les han traído directamente del hotel a esa hora.
Bueno, lo importante es que ya está aquí. Dejamos nuestras maletas en el maletero y subimos: es un bus más de lujo que nuestro primer bus: tiene cabinas individuales con cortinita, y dentro de la cabina hay una pantalla con enchufes para cargar el móvil (en el primer bus no había enchufes), y tiene un wifi que funciona. Nos metemos en las primeras cabinas libres, pero graso error. Durante toda la noche el conductor no tiene otra cosa que hacer que coger llamadas y hablar gritando, y dormimos fatal: elegir las camas más alejadas que podáis del conductor.
A pesar de parecer que tiene unos asientos mucho más cómodos que el primer bus, la verdad es que dormimos fatal: es mucho más incómodo y entre eso y los gritos de los conductores, apenas dormimos. Este bus nos ha costado cerca de 20e por persona y era el único que encontramos que hiciera este trayecto, con The Long Travel a través de Bookaway.

Llegamos a Sapa a las 7am, dos horas después de lo prometido. Nos daría un poco igual si no fuera porque tenemos a una chica esperando desde las 6 de la mañana, la guía local que hemos contratado a través del alojamiento para que nos haga el trekking hacia el homestay donde pasaremos la siguiente noche.
Al llegar, allí está Chilli esperando, que nos confirma que lleva desde las 5:30h esperando. Nos sabe fatal.
Hay un chico con una moto esperándonos también. Él nos coge las mochilas grandes, que se lleva al homestay directamente para que nosotras podamos empezar la caminata con nuestra guía.
Por allí hay mujeres Hmong, vestidas de forma tradicional, ofreciendo trekkings a los turistas que bajan del bus. Leímos que era fácil encontrar alojamiento y trekking por no mucho dinero, y nosotras al final contactamos directamente con el alojamiento y les preguntamos: contratamos por 20 dólares por persona el trekking de unas 3h, que nos recogieran en mototaxi las maletas, desayuno y comida incluidos.

Gastos del día:
Barcas en Trang An 500.000VND (pagamos con tarjeta sin el 3% de recargo)
Comida 90.0000VND
Agua fría 15.000VND
Cervezas en el hotel 40.000VND
Cena 133.000VND

Total: 688.000VND = 30€

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