La Toscana 2022: entre termas y cipreses ✏️ Blogs de Italia

El 2022 iba pasando y mientras que reservaba el viaje de las próximas Navidades me encontraba sin destino para este verano.
Varios eran los motivos, por un lado de salud de mi padre, y por otro, laborales, la oposición de maestros se acercaba y con ella la posibilidad de que me tocase ir obligada como tribunal, así que en mi cabeza solo rondaba salir ilesa de ambos.
Total que nos plantamos en Junio y sin planes que no fuesen nuestro apartamento de la playa o la casa del pueblo (que oye, ni tan mal) pero el gusanillo de cruzar fronteras me seguía picando.

Las expectativas eran bajas también, 7 veranos en Suiza hacen que te acostumbres a un tipo de paisajes y de vida a los que es difícil renunciar, a pesar de tener muy claro que este año tocaba cambiar.

Los vuelos ya estaban intocables, el combustible ni te cuento, los coches de alquiler por las nubes, y las opciones se iban acabando.
Teníamos que salir desde Daimús que es donde pasamos el mes de Julio; Roma estaba reciente y su buen recuerdo me acechaba, tenía claro que el destino tenía que ser cálido; atrás quedaron los veranos en Suiza mirando el pronóstico a diario para saber si nos caería el diluvio universal y pasaba de otras vacaciones vestida con ropa de montaña, así que con todo esto decido mirar los ferris a Civitavecchia y probar suerte.
Para la ida no hay problema, pero la vuelta, imposible en las fechas de las que disponíamos. Así que lo valoramos, echamos cuentas y decidimos ir en ferry y volver por carretera con nuestra furgo, ahorrábamos horas, km y combustible en la ida y la vuelta la tomaríamos con tranquilidad.

El destino? efectivamente: LA TOSCANA, tierra de películas, de gastronomía deliciosa y asequible, de termas y atardeceres bajo cipreses. Obviaremos Florencia, que ya la conocemos y queremos evitar en la medida de lo posible las aglomeraciones.
Elegimos la naviera Grimaldi, seleccionamos camarote para movilidad reducida y facilitarle a Hugo los desplazamientos, furgoneta, 2 adultos, el peque y un descuento por tener el carnet de maestro nos llevan a Roma en 19 horas por menos de 300 euros, ADJUDICADO. Además llevar el equipaje que quieras, me parece un plus.
Había leído horrores sobre los ferris, que si gente durmiendo por los suelos, butacas imposibles de utilizar, basura,... nuestra experiencia la verdad es que fue todo lo contrario.
Embarcamos los primeros por llevar pasajero con movilidad reducida, así que apenas esperamos en el puerto de Barcelona, primer punto positivo. Nuestro camarote está junto al parking, así que directos al camarote a dejar una pequeña maleta que llevamos para esa noche, nos subimos a cubierta, nos sentamos en unas hamacas con nuestra cena y a esperar a que el barco parta, la cosa pintaba bien.



El ferry sale puntual y pasamos 19h estupendas combinando piscina, paseos, comida en el restaurante, ratitos en el camarote... el mar estaba tranquilo y eso también nos facilitó las cosas (yo me mareo hasta en barca de pedales). No había excesiva gente, ni aglomeraciones, todo estaba limpio y organizado.
Nuestro camarote era interior y no tenía ningún tipo de lujos, solo una litera y una cama adicional. Jabón en el baño y poco más.

CONSEJO: en el barco hace frío, y por la noche, más, y en los camarotes, también. De hecho tuvimos que ir a pedir mantas. Así que nunca está de más una chaquetita.

Llegamos al puerto de Civitavecchia antes de la hora prevista, y como fuimos los primeros en embarcar ahora somos los últimos en bajar, pero no se nos hace nada pesado, al contrario, nos pareció que todo estuvo muy bien organizado y la salida fue súper rápida.


El plan era pasar las 2 primeras noches en áreas para caravanas, después reservamos 7 noches en un Agriturismo cercano a San Gimignano, y al finalizar pasaríamos otras 2-3 noches con la furgo improvisando el destino.

Así que tras tocar tierra firme a eso de las 20h, nos dirigimos al primer área, Alveare del pinzi, en Saturnia, un área privada, por un módico precio de 12 euros con todo tipo de servicios, de hecho más parecía un camping que un área. Sombras no hay, las cosas como son, pero a las horas que llegamos y a las que nos íbamos a ir, no la necesitábamos. Te dejan elegir parcela en la inmensidad del área, tiene capacidad para cerca de 400 vehículos, por si no os creíais que se asemejaba a un camping.

Aparcamos junto a unos suizos (casualidad? y con un Ich liebe Die Schweiz, intercambiamos algunas frases sobre cuánto echábamos de menos el verde de Suiza).
Pasamos la noche estupendamente, y muy temprano, antes de las 7 ya estábamos recogiendo camas.

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Sí, el madrugón fue importante, pero estaba tan emocionada con visitar las TERMAS DE SATURNIA que apenas me costó despertarme y levantar al personal.
Desayuno rápido, bañadores puestos, bolsa con lo necesario y al parking de las termas. No os puedo dar precios de los aparcamientos de este viaje porque utilizando la tarjeta de Hugo no tuvimos que pagar en ninguno prácticamente.

Y efectivamente, a las 7:30 de la mañana ya estábamos metidos en las cálidas aguas de Saturnia. ¿por qué tanto madrugar? sencillo, el agua está a 37 grados, si la visita coincide con finales del mes de Julio y una temperatura exterior de unos 35º...echad cuentas, lipotimia asegurada. Y la cantidad de gente que visita estas aguas, bien por sus poderes terapéuticos o simplemente por turismo, convierte la zona en agobio total.

El origen de las Termas de Saturnia es un riachuelo, el Gorello, que nace en el Monte Amiata, volcán extinto, que se encuentra a espaldas de Saturnia y domina el Valle de Orcia. Este río tiene una longitud de un kilómetro y discurre entre un bosque cubriendo varias pozas a lo largo de su curso, para romper más tarde en una cascada de 4 metros (La Cascada del Molino), aunque mucho más interesante es su leyenda, que cuenta que deben su nombre al dios Saturno. Que en un gesto de ira y desprecio por la humanidad que estaba siempre en guerra, lanzó un rayo que abrió un cráter, del cual surgió una fuente de agua caliente y sulfurosa.

Disfrutamos como enanos de poza en poza, eso sí, huele fatal, ya os lo adelanto, el azufre es lo que tiene... Hugo se lo pasó en grande, no hacía calor y se agradecía el agua calentita...

Esta primera foto está tomada el día anterior antes de llegar al área, al atardecer, otro buen momento para visitarlas, cuando el sol cae y no hace tanto calor.





Y esta última cuando ya nos íbamos, a eso de las 9:30h de la mañana, con el sol ya bastante alto, pegando fuerte, la gente empezando a llegar y empezaba el agobio en todos los sentidos.

CONSEJOS: Las aguas serán muy terapéuticas pero huelen...estando allí te medio acostumbras pero al irte....el olor va contigo, así que nosotros nos dimos un medio enjuague general con una garrafa de agua que llenamos en el área y que teníamos en la furgo. También es necesario llevar escarpines, no dejan de ser pozas de roca y resbalan muchísimo, vimos más de un culetazo por ir descalzos.
Tened en cuenta que allí no hay ningún tipo de servicio más allá de un restaurante, es decir no hay baños, no hay donde dejar las pertenencias, no hay papeleras... con lo que sé prudente con tus cosas y llévate tu basura (que también vimos una cuanta tristemente).
Si podéis llevad una funda acuática, no puedes resistirte a tomar fotos dentro de las pozas y las posibilidades de que el móvil o la cámara terminen en el fondo de una de ellas son muy altas, teniendo en cuenta que el terreno resbala y es inestable.
Y lo que ya he dicho, madrugad o intentad ir al atardecer, tanto el parking como vosotros lo agradeceréis.

Hoy el día iba de termas pero entre una y otra y dando tiempo a los bañadores a secarse nos acercamos a conocer PITIGLIANO. Lo primero que llama la atención de esta localidad es que está asentada sobre un TUFO volcánico, es decir, sobre las rocas que se han formado de las cenizas y erupciones que ha sufrido, por eso parece que está en lo alto de un acantilado, pero por debajo hay cuevas convertidas en bodegas, e incluso tumbas, porque aunque aún no los he nombrado, los etruscos (tartesos, íberos y celtas en nuestro país) fueron los amos y señores de Umbría, Toscana y Lacio. Por todo esto y su barrio judío, Pitigliano es conocida como la pequeña Jerusalén.
Nuestra visita fue a primera hora de la mañana, cuando las tiendas empezaban a abrir sus puertas y el turismo aún no había llegado. Así que fue una visita casi en silencio, que agradecimos. Las termas y el madrugón nos habían abierto el apetito así que allí fue donde degustamos por primera vez los famosos "bombolonis",que no son otra cosa que nuestros donuts pero sin agujero y rellenos de crema pastelera.




Nuestro siguiente destino es SORANO, a solo 9km y destino para nosotros totalmente prescindible después de haber visitado Pitigliano. Es un pueblecito de calles empedradas, también con pasado etrusco, en el que nos fue difícil aparcar, y por el que solo dimos una vuelta rápida, el calor empezaba a apretar (¿no quería un verano sin lluvias suizas y calor? pues dos tazas).


Y es que el objetivo del día son las termas, así que carretera hasta BAGNI SAN FILIPPO, que por cierto, poco se habla del estado de las carreteras en La Toscana, bien podría decirse que no las han tocado desde los famosos etruscos...
Llegamos casi a mediodía, así que tras aparcar nos fuimos a comer y después ya disfrutaríamos de las termas, elegimos el restaurante Il Soco, y contra todo pronóstico comimos fenomenal, unos platos de pasta y capocollo, una especie de filete de cerdo con diferentes guarniciones.
Y ahora sí, nos vamos a buscar el conocido como FOSSO BIANCO. Un paseo muy agradable te lleva hasta las primeras fosas, pero no te conformes con esas y sigue bajando siguiendo el transcurso de las aguas. Lo mejor está por venir...




Las termas de Fosso Bianco están refugiadas en una especie de bosque por lo que las sombras son constantes y no se nota tanto la sensación de ahogo del sol y las aguas calientes.
De nuevo es una zona sin ningún tipo de servicios, y vimos basura a montones, indignante (en esos momentos también echábamos de menos la educación suiza de años anteriores).

Pasamos la sobremesa a remojo y después nos fuimos a visitar BAGNO VIGNONI, a 17km de Bagni San Filippo.
También tiene termas pero a estas ya renunciamos, aún nos quedaba el plato fuerte para la noche, y decidimos dejar la visita en un paseo por el centro de esta "ciudad". Las termas quedan a las afueras y por lo que vimos no eran tan espectaculares como las que ya habíamos visitado hoy.
Lo más característico de Bagno Vignoni es la enorme "piscina", en la misma plaza, de 49 metros de largo por 29 de ancho, que hace años permitía el baño. En su interior emanan un montón de fuentes termales. De hecho, si te quedas un ratito mirando el agua atentamente se ven burbujitas por muchas zonas.
Pero si realmente te apetece un baño, en los alrededores de la plaza hay multitud de spa privados que son bastante asequibles.
Terminamos el paseo, nos tomamos un helado mientras contemplábamos la enorme piscina y nos fuimos, nos queda como ya os he dicho la guinda del pastel.




Hugo no lo sabía, pero llevábamos reservadas unas termas privadas con cena incluída, y por supuesto, ducha posterior, porque oye que nos gustan las termas pero acostarte con ese olor a huevo podrido...pues como que no. Así que alucinó.
Se trata de TERME SAN GIOVANNI, en Rapolano. Busqué y busqué por internet y la que mejor encontré fue esta. Entre otras cosas porque el resto de termas las tildaban de masificadas, pero esta ofrece un pase nocturno para ver atardecer, de 19 a 00h, incluyendo la cena que consiste en tapas y 2 bebidas alcohólicas, y decían que era ideal porque a esas horas el volumen de gente ha bajado.
Os dejo su web porque las fotos no hacen justicia a esta maravilla de sitio, y fijo que váis a desear visitarlas en vuestro próximo viaje por La Toscana .

TERME SAN GIOVANNI IN RAPOLANO

Nosotros pagamos creo que fueron 27 euros cada adulto y Hugo un poquito menos. Si vuestro presupuesto da para más, siempre os podéis quedar allí a pasar la noche en su hotel.
Total que súper puntuales, no sea que perdiésemos un solo minuto, ya estábamos en la recepción. Además una de las chicas habla español y nos explica todo perfectamente. Nos da 6 monedas a cada uno. 2 monedas las puedes canjear por un combinado, una copa...lo que quieras beber con alcohol. 1 moneda equivale a una bebida sin alcohol y de la misma forma 1 moneda equivale a una tapa para cenar. Y con esto te las compones como quieras para gastar tus 6 monedas. El más inteligente mi hijo, que dijo mis 6 monedas en tapas y bebo agua de mi botella, jajaja.

El sitio es inmenso, más de 2 hectáreas de parque con 4 piscinas enooooormes también que van aumentando su temperatura. Todas son aguas termales, así que siguen conteniendo azufre, bicarbonato de calcio... y el olor que conlleva, pero todo súper llevadero, al final después del día que llevamos ya tenemos el olor tan metido en la nariz que ni nos molesta.
La más "fresquita" creo que eran 35 grados y las demás van en aumento hasta llegar a los 39º. Asi que te recomiendan empezar por la más fresca e ir subiendo. Evidentemente en pleno mes de julio y las temperaturas de este año, estas termas en mitad del día...complicado. Pero a eso de las 8 de la tarde que empieza a bajar el sol no molestan, y a las 23h ya os digo que no salíamos de la más caliente, porque aunque hemos pasado mucho calor, por las noches bajaba la temperatura.
Una de ellas es piscina infinita y con vistas al atardecer...cipreses de fondo, los campos toscanos...una pasada.

Teníamos nuestra taquilla a la que podemos acceder en cualquier momento, con baños, duchas calientes de agua potable, secadores,...todo súper limpio y cuidado. Y lo mejor, poca gente.
Venga que os dejo fotos, incluidas algunas de nuestras tapas elegidas cuando el estómago empezó a gruñir. Se me hace súper difícil deshechar alguna...











A eso de las 23:30 ya empezábamos a tener frío y sobre todo el cansancio del madrugón en Saturnia, así que decidimos darnos una ducha reparadora y quitarnos aquel olor (ojo, nuestra piel estuvo blanca durante casi 24h, pero olíamos bien jajaj), cogimos la furgo y nos fuimos a un área que localizamos muy cerquita de las termas: Rapolano Terme, 23 Via Trieste. Estábamos muertos y ni miramos los comentarios, y bufff...aunque las instalaciones no están mal, está al lado de la autopista y el ruido es mortal, pero bueno, estábamos tan cansados...Además el hombre que lo regenta, un borde y un desagradable.

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Nos despertamos pronto nuevamente.
Hoy entramos a nuestro Agriturismo, pero la entrada es a partir de las 15h, así que nos vamos hasta AREZZO porque La Vida es Bella es de mis pelis favoritas, y la llevábamos reciente, en el ferry la volvimos a ver en familia para que no se nos escapase nada el día de la visita. Y aunque Arezzo es cuna de muchos artistas (Petrarca, Miguel Ángel...), nuestro objetivo estaba claro: los escenarios de la peli y lo que cayese por el camino. Porque es en sí misma, una ciudad-museo.

Aparcamos muy cerca del centro y nos tocó esperar un rato porque cayó una buena tormenta de verano, que ayudó a refrescar, durante un rato solo, el ambiente.
En un corto paseo de 10 minutos llegas a la parte antigua de la ciudad, dejando atrás las calles comerciales.

Comenzamos con la Plaza Grande de Arezzo, o Plaza Vasari, adentrarte en ella es estar en un anfiteatro de historia y de belleza, y es esa misma que Benigni atraviesa en bicicleta varias veces durante la película:





Desde allí se van siguiendo los pasos de la peli, están señalizados con un poste, con la imagen de la peli y el diálogo que tiene lugar.
En la misma plaza también está rodada, en una de sus puertas, la escena de María, la llave!!



Y muy cerquita, en una de las calles que sube, se sitúa la librería de Guido:


Después fuimos en busca del Café dei Constanti, frente a la bonita iglesia de San Francisco, por donde pasan las tropas cuando Josué le dice a su padre que por qué no dejan entrar a judíos ni a los perros, y ambos mantienen la desternillante conversación de que a partir de mañana en su librería no van a entrar ni las arañas ni los visigodos.
En la actualidad el Café dei Constanti está cerrado.


Y así fuimos recorriendo una por una todas las localizaciones: la que supuestamente era la escuela de Dora, la catedral de Arezzo donde tiene lugar la escena de la lluvia y la alfombra roja... Hasta que el hambre se apoderó de nosotros. Era sábado y todas las terrazas estaban a tope así que decidimos coger paninis en Antico Forno la Pieve, los paninis más ricos, baratos y grandes que he comido nunca. Y nos fuimos a sentar junto a la catedral con unas bebidas frescas, tan ricamente.
Terminamos en una heladería de camino al coche y rumbo a nuestro Agriturismo, el calor apretaba y teníamos que hacer compra antes de llegar.

Paramos en un coop, muy conocido para nosotros porque en Suiza además del lidl era donde hacíamos la compra, cogemos algunas cosas para los primeros días y ahora sí, rumbo a San Gimignano, a conocer la que sería nuestra residencia durante los siguientes 7 días.

Como os decía al principio era el mes de junio cuando organizamos este viaje, así que los alojamientos disponibles eran escasos por aquel entonces, nos decidimos a alquilarlo a través de Interhome que era la web que más ofrecía y se ajustaban a lo que buscábamos y entre los pocos que había con un precio razonable nos quedamos con CASA ALLE VACCHE, que tenía piscina, aire acondicionado, restaurante, viñedos y estaba bien situado respecto a lo que queríamos visitar.
¿Repetiría? no, en primer lugar porque el acceso era de 2km por un camino de piedras y tierra (te lo avisan eh, pero pensamos que estaría en mejor estado), en segundo porque las fotos que vimos era una planta baja y al llegar nos subieron a una segunda altura con la dificultad que entrañan para Hugo las escaleras, y tercero porque la nevera era tipo la de los hoteles y apenas cabía nada, suerte que llevamos la de la furgo y nos sirvió como auxiliar. Tampoco tiene horno, ni lavavajillas. Comodidades pocas, la verdad.
WEB CASA ALLE VACCHE

Os dejo algunas fotos:







Colocamos la compra, deshicimos maletas, organizamos todo, nos pusimos cómodos y pasamos lo poco que quedaba de tarde en la piscina.
Cenamos en el apartamento y a la cama.

CONSEJO: La Toscana está plagada de mosquitos, es caer la tarde y comenzar a acechar, así que bienvenidos los repelentes, siempre a mano por favor.

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