Laos/Camboya salvaje ✏️ Blogs de Asia Sudeste

Bueno, realmente este día no empezó nada en sí, jaja, pues me tiré todo el día en un bus local. Menos de 400 kms, 11 horas.
La salida era a las 9,pero allí todo va a otro ritmo y salimos a las 10:30. Hasta que llenan los buses a rebosar de todo tipo de cosas, las bacas van petadas, la gente sentada en sillas de plástico por el pasillo.
Cuando no coge más gente, empiezan a meterlos donde las maletas, sentados encima de las mochilas. Ese día no hice más que viajar en el bus, pero lo que yo vi ahí, es para no olvidarlo jamás.
Cada cierto tiempo parábamos a darle aire a las ruedas. La gente aprovechaba para fumar o comprar algo de comida que luego se comía en el bus, allí había un olor, que hay que estar allí para describirlo.
Había gente que vomitaba, pues el bus iba de un lado para otro en esas carreteras de tierraza. Otra cosa que me llamó mucho la atención, es que las paradas para orinar, se bajaban y orinaban al lado del bus, los hombres y las mujeres juntos, en el primer matorral que pillaban.

Ibamos pocos que no éramos locales, quizás cuatro, flipando, claro está. Yo atrás del todo, en el gallinero, con los malotes. Un grupo de quinceañeros, que se encendían sus cigarrillos allí dentro, descalzos con los pies negros y sin una palabra de inglés, pero nos hicimos amigos, hasta uno puso la foto conmigo de perfil de Whasap y a día de hoy, aún la tiene jaja.

Sobre las ocho llegamos a Thakhek, destino desde el que al día siguiente, comenzaría un Loop de 450 kms en moto. Dejó las cosas en el Guesthouse de ese día, por fin una habitación para mi solo, ducha y a buscar algo de cenar. Ese pueblo estaba desierto a esas horas, después de caminar dos kms en total oscuridad, allí no había ni farolas, encuentro un BBQ. El tío lo vendía al peso, y yo después de no comer en casi todo el día, no paraba de echar cosas a la bandeja. Algo se dijeron entre ellos en laosiano, que se reían, era fácil intuir que comentaban jaja.
No me dejé ni los huesos, que rico estaba todo, y solito tan a gusto allí con mi Beerlao.

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Llega uno de los momentos álgidos del viaje, hacer el famoso Loop de Thakhek en tres días. Un Loop es un recorrido en moto, esta vez de 450 kms, que empieza en un sitio y acaba en el mismo sitio, lo que viene a ser la vuelta a la manzana de España, pero de casi 500 kms esa vuelta.

Gracias a mi ciberamigo Juanma, que me dio mucha información sobre este Loop, aunque luego no hice casi nada de como lo había hecho él.

Muy temprano me voy al sitio de alquiler que todo el mundo recomienda en el pueblo de Thakhek. Craso error, porque en mi Guesthouse, por un dólar más por día, te daban una moto mucho más nueva,como descubrí, cuando llegué con mi Yamaha semiautomática con 45000 kms, a recoger la pequeña mochila que me llevaría, y vi todas las flamantes Hondas con 3000 kms allí aparcadas.

El alquiler de una moto por día es sobre 6 dólares. Te Dan casco y una cadena, para que se la eches por la noche, aunque yo no lo hice, pues ese país es muy muy seguro, de hecho, los cascos se quedan todo el tiempo, sobre el retrovisor de la moto, cuando tú la aparcas.Aunque te tires diez horas por ahí o te vayas a dormir, el casco se queda ahí y nadie toca nada.

Lleno el depósito, me pongo mi brazalete para llevar el móvil e ir viendo el GPS y salgo zumbando para la primera cueva. Xieng Liev Cave. Había leído que no iban casi turistas, pero es que estaba yo solo. La verdad, acojonaba un poco, pues la enorme entrada, ya veías el agua que tenías que cruzar, para meterte para adentro. Venga, no te vas a acojonar ahora aquí, me digo, mientras voy introduciendome entre paredes que apenas quepo y con la linterna del móvil. Ya cuando llego al final y se ve la otra parte de la cueva, con una gran vegetación, el agua, todo, lo flipas y más con ese silencio, se ve todo tan salvaje.. . Al rato llega un alemán, que me hace una foto y decidimos ir juntos a la siguiente cueva.
Ésta está más enfocada al turista, enorme y chulisima, muy bien cuidada.. Nang Aen Cave. Allí nos riamos un buen rato viendo las estalagtitas, las barcas sobre el río interior, lo buen iluminada que la tenían. Allí conocí a una chica trans tailandesa, que le caí en gracia y no hacía más que hacerse fotos conmigo.
Sigo ruta ya sin el alemán, disfrutando muchísimo de la carretera, aunque pasan muchos camiones, eso sí, la Yamaha va de pm. Consigo cambiar algo de dólares por kips en una tienda de móviles en la carretera.
Por allí no hay pueblos, lo máximo, aldeas, en las que me voy parando y en una, que tiene un mercado muy local y muy escondido, me quedo dos horas con unas compañeras de curro, con las que paso uno de mis momentos preferidos del viaje.
Venga karaoke, venga cervezas (me invitaron a todas) y venga a comunicarnos con el traductor de Google, español-laosiano.
Con muchísima pena, tengo que continuar, ya que no quiero se me haga de noche en la carretera y tengo que hacer otra parada importante.

El mirador de Senseda. Tienes que subir sobre una media hora, por un estrecho camino, lleno de vegetación, montaña arriba, pero cuando llegas, es todo un espectáculo lo que ves. Yo ya iba tarde, así que no había nadie allí. Ves pequeñas islas, con sus famosos árboles muertos, una estampa de las que se quedan. Media hora para abajo y ya para el Guesthouse, que aún tenía que encontrarlo, pues hay solo dos, en esa parada que hace la gran mayoria.

De lo mejorcito que he estado, un bungalow de madera para mi solito, 7 u 8 dólares,y hacen un arroz frito con pollo, que te mueres.

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Cafecito en el Phosy Garden, uno de mis súper recomendables de todo Laos. Todo estupendo, hasta el café, que es de lo poco de comer o beber, que soy más especialito. Fotos con los niños del dueño y salgo zumbando, como siempre el primero, a las siete, hacía bastante fresquito en la moto.

Nada más salir del Guesthouse, el paisaje es muy llamativo. Muchos árboles muertos, emergiendo del lago, que con la niebla de la mañana que se posa sobre el agua, crean una imagen no vista por mi. Paro bastantes veces a disfrutarlo.

Un poco más delante, te das de lleno en una curva, con unos budas esculpidos en la roca. Es una especie de santuario y está chula la parada, eso sí, atentos que es fácil pasar por allí y ni darse cuenta.
Allí vuelvo a encontrarme con el alemán, que pequeño es el mundo!!
Continuo para bingo y la carretera cada vez es más atractiva, ya que va pasando por aldeas o grupos de casas de madera sueltas, todo muy muy humilde, y con mucha gente, haciendo sus cosas del día a día. Paro cuando veo una gran familia con muchos niños, a dar pegatinas y llaveros, no veas que caritas ponen!! Aquí la gente no está tan acostumbrada a ver extranjeros, y menos que paren a estar con ellos.

Necesito repostar, así que paro en la gasolinera más humilde que reposté en mi vida. Dos cilindros de cristal con la gasolina dentro, le dan a una manivela, se bate, la echan a una garrafa, embudo y al depósito. Allí me quedo un buen rato viendo el procedimiento, el taller que hay al lado y tomando mi primera Beerlao con un plato de arroz. El estar allí en todo ese entorno tan rural, es lo que más me gustaba de la aventura. Sólo con mirar tantos detalles extraños para un occidental, era maravilloso.
Como todo me resulta llamativo, veo una boda y paro a mirar desde la distancia. Me ven y me dicen que pase allí con ellos, a tomar algo. Allí habría 300 personas al menos, las celebraciones las hacen en el exterior, duran tres días y aquel día por ejemplo, era miércoles. Pues allí está el tío, sentado en la mesa de los hombres, bebiendo, liando algún cigarro (que lo flipan, allí no hay de ese tabaco) me decían que eso era de abuelos, muy antiguo. Ya llevo una hora allí y tengo que continuar, ya voy a llegar tarde como siempre...
Me digo que voy a darle a la moto sin parar, pero es imposible, a cada momento, paro a ver o hacer alguna foto, de las miles de cosas que me llaman la atención. Bien pasado el mediodía, llego a lo que llaman allí las Cold Springs. La temperatura del agua hace honor a su nombre, pero ya me he picao con el tema de saltar de las alturas al agua, y allí no podía ser menos. No hay apenas gente, seis personas, así que es un rato relajadito, que también alguno he tenido.

La siguiente parada es sobre el Nam Theun Bridge, desde el cual se toman unas fotos estupendas de las Bomb Boats. Estas embarcaciones, tienen una triste historia, como muchas en Laos que sucedieron durante la guerra de Vietnam. Recuerden que Laos es el país más bombardeado del mundo de toda la historia.
Siguiente parada en el último pueblo importante antes de coger el desvío hasta Kong Lor. Allí reposto otra vez, ya que había leído que luego no había gasolineras, mentira, no tienes ningún problema, hay al menos dos y venden botellas de gasolina en todos los puestos, que hay en la carretera. Son botellas de vino, de agua, de coca cola, o lo que sea, las llenan con un litro de gasolina, y las ponen ahí en venta, junto con las patatillas fritas o los platos de arroz frito.
Desde allí hasta el Guesthouse que tengo reservado, casi a la entrada de la cueva, son 40 kms, que al día siguiente,, hay que deshacerlos. Eso sí, una carretera muy rural y bastante buena, puedes ir perfectamente a 80 kms hora.

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