Otro día más en la maravillosa
zona de Krabi, otro día visitando fantásticas playas y disfrutando de unos paisajes increibles. Y eso es lo que exactamente tuvimos el décimo día de viaje: Impresionantes paisajes en nuestra
excursión privada. El segundo día completo en
Ao Nang nos deparaba una excursión más, esta vez a la playa de
Kho Tapu, más conocida como la
playa de James Bond, donde se rodó la película "
El hombre de la pistola de oro" con Roger Moore en el papel del espía más famoso del mundo y Britt Ekland como chica Bond.
Esta excursión como la del día anterior ya la habíamos contratado por lo que todo estaba hecho. El precio de esta excursión fue bastante más caro, 1900 BTH por persona, pero era normal ya que la
playa de James Bond se encuentra bastante más alejada Ao Nang que las islas Phi Phi. Todas las demás condiciones de la excursión fueros exactamente las de la excursión anterior a Phi Phi: agua fresca en el barco, comida, guía, material de esnórquel, fruta fresca al final del día y el famoso pastel Krabi cake.
A las nueve de la mañana ya teníamos esperando a la furgoneta para que nos llevara al embarcadero. Al ser un día en el que la empresa
Koh Phi Phi Tour no tenía excursiones a la
Playa de James Bond nos hicieron una excursión especial para nosotros y encima tuvimos un barco para nosotros sólos. Todo un lujo que se agradeció bastante, ya que pudimos ir más a nuestro aire y pudimos visitar más sitios de los previstos.
Teníamos por delante una hora de barco hasta llegar a la
playa de James Bond, pero para nada se hizo largo. Una de los atractivos más grandes de esta excursión es disfrutar de los paisajes de la
bahía de Ao Phra Nang, repleta de islotes que aparecen del fondo del mar para crear unas vistas alucinantes.
Durante esta hora disfrutamos de un paisaje que se formó hace ya más de 10000 años. El origen parece ser una antigua glaciación que alcanzó sólo algunas zonas de ese territorio, quebrando el hielo la roca y formando estos paisajes sin igual.
Por fín llegamos a la
playa de James Bond y lo que más impresiona es la enorme roca que se encuentra justo enfrente de la playa. La película y ese símbolo que es la piedra es lo que hacen famosa a esta playa porque lo que es la arena y el agua no son de lo mejor que puedes ver. Sin dua es mucho más bonita la
playa de Maya Bay, que vimos el día anterior.
Tras ver las dos playas que prácticamente están unidas en esta isla (sólo hay unos pequeños chiringuitos para vender recuerdos en medio) nos marchamos a dar una vuelta en barco que nos llevaría a una
pequeña cueva, llamada Koh Talu, de la cual los tailandeses tienen leyendas. Dicen que si alguien cruza por debajo esta cueva tendrá suerte para toda la vida. ¡Esperemos que sea cierto!
Siguiendo el camino en el barco disfrutamos de más paisajes, esta vez tocó unos meandros en los que el capitán del barco nos deleitó con unos derrapes, ¡todo un detalle! Aparte de eso pudimos ver los peculiares árboles que había en las orillas. Al bajar la marea dejaban las raíces al aire dando la sensación de ser árboles flotantes. También pudimos ver unas antiguas pinturas que databan de hace más de 500 años.
Ya tocaba comer, y para ello fuimos al curioso
pueblo flotante llamado Koh Panyee. Un pueblo que como he dicho está completamente construido sobre el agua. Se trata de un pueblo que hasta hace no mucho vivía de la pesca, pero que con el auge del turismo han cambiado su forma de vida puesto que así consiguen más dinero. La mayoría de la población en musulmana, cosa extraña en Tailandia, pero se debe a su proveniencia extranjera.
Fotos sacadas de
Panoramio
Tras comer, todo muy rico como siempre, nos invitaron a dar una vuelta por el pueblo flotante. Allí pudimos ver muchos tenderetes, a gente del pueblo, nuevas construcciones y por supuesto,
el único campo de fútbol flotante del mundo. Este campo de fútbol tiene una historia muy curiosa, protagonizada por un equipo de pequeños chavales que os dejo en este video:
Tras la parada en el pueblo flotante nos llevaron a un lugar que no incluyen las excursiones,
un árbol milenario en medio de una isla. Un detalle que nuestra guía María y el capitán quisieron darnos, ¡creo que les caímos bien! Y la verdad es que se lo agradecimos porque el árbol era alucinante. Antes de marcharnos quisimos tener un detalle con el capitán que tan bien se había portado con nosotros regalándole la camiseta de nuestro laboratorio, lo cual le hizo mucha ilusión tanto a él como a nosotros. Él a cambio nos regaló su camiseta de Koh Phi Phi Tour.
La última parada del día fue en
playa paraíso, una playa muy bonita en la que pudimos darnos un baño de una horita y tomar como el día anterior ¡un refrescante plato de fruta y un delicioso Krabi Cake!
Antes de las cinco de la tarde ya estábamos de vuelta y tuvimos tiempo para darnos de nuevo un masaje, descansar en la piscina y ver cómo Fernando Alonso ganaba la primera carrera del año. ¡Qué más se puede pedir!
Tras dos excursiones impresionantes los anteriores días (
Islas Phi Phi y
bahía Phrang Nga) el tercer día de playa tocaba algo diferente:
el Templo de la Cueva del Tigre, que en tailandés es
Wat Tham Suea. Un templo en lo alto de una montaña a apenas
9km de la ciudad de Krabi, que lo más llamativo que tiene es la gran escalinata que tienes que subir para llegar al templo.
Para llegar al templo vais a necesitar ir en transporte. Nosotros optamos por la opción de
contratar una furgoneta que nos llevase, nos esperase durante hora y media y nos llevase de vuelta. En total nos costó 1000 BTH. Creo que es un precio bastante bueno ya que el hombre debería estar esperándonos. Lo que creo que estuvo un poco mal es el tiempo. Una hora y media es poco tiempo para subir, disfrutar de las vistas y bajar. Quizás dos horas se acerca más a lo necesario.
Y cuando hablo de gran escalinata me quedo corto:
1237 escalones de un tamaño impresionante hacen de esta ascensión algo que debes tomarte con calma. Nosotros empezamos muy fuerte y el esfuerzo se hizo pagar. Tenéis que haceros a la idea de que es duro y que hasta la cima vais a tardar aproximadamente una media hora.
Una vez que llegas arriba
lo más impresionante son las vistas. Realmente te das cuenta de todo lo que has subido y que ha merecido la pena. El templo en sí tampoco es nada del otro mundo, pero como te lo tomas como un reto, el llegar arriba te da mucha alegría.
La bajada no es tan cansada pero tiene algunos tramos complicados en los que debes agarrarte a las vallas para no caerte porque los escalones son muy estrechos. Una vez llegas abajo el cansancio se apodera del todo de tí y necesitas descansar. Y eso es lo que hicimos, tomamos un descanso en el paseo de la playa de Ao Nang tomando una
cerveza Chang y nos fuimos a comer a unos
puestos callejeros en el mismo paseo. Esta elección fue estupenda ya que la comida estaba riquísima y a un precio alucinante: las brochetas de pollo a 10 BTH y las de alitas a 30 BTH.
Tras comer tuvimos un merecido descanso tanto en la
playa de Ao Nang, como el la piscina del hotel. Unas horas de relax que ayudaron tras tres días de excursiones. Lo único más destacado del resto del día fueron los pescados de la cena, bastante ricos, y las cervezas que nos tomamos en el
Rock Bar. Este local se encuentra a mitad del paseo de la playa de Ao Nang y si te gusta el rock te lo vas a pasar muy bien.
Con esto se acaba una etapa muy bonita del viaje a Tailandia,
con las islas Phi Phi, la bahía de Phrang Nga y el pueblo de Ao Nang. Nuestro siguiente destino es la gran capital, Bangkok, una ciudad que nos depararía muchas sorpresas.
Atrás se quedaron las
playas, atrás se quedó la relajación, el fresco de la brisa de la costa, los baños en la piscina... Bienvenidos al calor, al agobio, a las distancias largas, a la ciudad de los mercadillos, a la de los atascos, a la del calor,
¡bienvenidos a Bangkok! Nuestra última parada del viaje, la gran capital.
Una ciudad de dimensiones totalmente desconocidas para mí. Con aproximadamente
nueve millones de habitantes Bangkok puede desbordar a cualquiera. No sólo son las personas, son los continuos
atascos de tráfico, el calor agobiante, etc. Si además, llegas como nosotros desde la playa el cambio puede ser traumático. No es de extrañar que este día hiciésemos pocas cosas.
Llegamos a
Bangkok desde el aeropuerto de Krabi con la compañía Air Asia. Son las 2 de la tarde y para llegar al centro de la ciudad tomamos el Airport Rail Link, que junto con el
Skytrain (oficialmente BTS), un tren elevado que son una de las maneras más recomendables de moverse por la ciudad evitando los atascos. Además su precio es bastante asequible: dependiendo de las zonas que atravieses el viaje te costará entre unos 15 a 40 BTH. Es curioso que el pase al
Skytrain es una ficha redonda de color rojo.
[caption align=alignnone" width=500" caption=Transportes Bangkok (clic para ver más grande)]

[/caption]
Ya que estamos con los transportes, existen otras muchas maneras de moverse por
Bangkok. Hay
una linea de metro bastante reciente, de 2004, y autobuses. Esto último no lo recomendamos ya que para comerte un atasco
es preferible ir en taxi que es extremadamente barato: un trayecto de 2 o 3 km te puede salir por 45 BTH, cuando la bajada de bandera son 35 BTH. Eso si, nunca os montéis en un taxi sin antes decirle que os
ponga el taxímetro, que si no te timan. La última forma de transporte, y la más curiosa, es el barco. En el río
Chao Praya circulan multitud de barcos, muchos de ellos forman parte de un servicio oficial de
barco-buses que hacen paradas en ciertas estaciones o embarcaderos (ver imágenes abajo). Además los barcos son bastantes baratos, unos 15BTH por trayecto.
Una vez llegamos a nuestro hotel, que este caso era el
White Palace Hotel dejamos las cosas y buscamos donde comer. Con respecto al hotel no lo recomiendo a nadie. El hotel era normalito, con un precio alto para lo que ofrecía, lejos de todo lo interesante que ver en Bangkok y con un servicio que dejó que desear.
Lo único que estaba cerca del hotel es la
zona de centros comerciales y allí que fuimos a comer. Era muy tarde y no teníamos ganas de buscar más. Pero antes de comer tuvimos que cambiar dinero. Lo hicimos en una casa de cambio llamada
SuperRich, que tiene fama de dar el mejor cambio. En el mapa podéis ver dónde está, aunque al ser una cadena seguro encontráis más. Aquí el cambio fue peor, por debajo de los 42 BTH el euro.
Ver Mapa de Bangkok en Google Maps.
Después de comer tocaba visitar el barrio chino, pero al hacérsenos tarde no pudimos ver prácticamente nada y volvimos para el centro, más concretamente al
mercado nocturno de Patpong (estación de Skytrain Sala Daeng) donde cientos de puestos se mezclan con los famosos bares donde ver el
Ping Pong Show. En los puestos de Bangkok puedes conseguir precios bastante baratos, probablemente de los más baratos de Tailandia. El problema es que aquí el precio de partida es más alto por lo que tendrás que regatear más. Sin embargo, puedes llegar a dejar el precio final en un tercio de la primera oferta.
Respecto al
Ping Pong Show, nosotros fuimos a verlo por el hecho de decir que hemos visto todo lo típico, pero no nos gustó. Fue bastante desagradable y las chicas del espectáculo dejaban mucho que desear. Si vosotros queréis ir a ver el show es muy importante que
negociéis con el relaciones el precio antes de entrar. Dejar muy clarito el precio antes y no tendréis problemas. Sin embargo si no lo comentáis a la salida os pedirán lo que ellos quieran. A nosotros nos costó 250 BTH cada uno incluyendo una cerveza.
Como veis no fue de los días más completos, pero hay que tener una cosa en cuenta que a todos nosotros nos rompió los esquemas:
las distancias. Tener esto en cuenta para vuestro viaje, porque si no tenéis el hotel cerca de nada, como fue nuestro caso, tardaréis mucho a cualquier lado.