13 DÍAS EN VIETNAM POR LIBRE ✏️ Blogs de Vietnam

Con solo lo necesario para dos días (ya que el hotel también nos permitió dejar el equipaje) nos fuimos hacia la agencia a las 7.45.

El delta del Mekong es un área donde viven 17 millones de personas y su río es el protagonista indiscutible de la vida de miles de personas en el sur de Vietnam, China, Birmania, Tailandia, Laos y Camboya. Es el motor económico y el que marca su día a día.

El río Mekong en Vietnam recibe el nombre de “río de los nueve dragones”. Este nombre se debe a que el río se dividía en nueve brazos antes de desembocar en el mar de la China Meridional. En la actualidad solo siete se conservan.

Gracias a los puentes construidos recientemente, en colaboración con Japón, se puede atravesar los distintos brazos del río sin problemas ya que (según el guía) anteriormente era toda una odisea coger los ferris que pasaban de un lado a otro.

Esta zona está llena de palmeras y cocoteros, cuyo fruto es básico en la economía de la zona ya que se utiliza absolutamente todo de él.

Cuando cruzas los puentes uno pierde la vista en la inmensa selva que cubre todo e inmediatamente te vienen a la memoria las escenas de las películas basadas en el acontecimiento más horrible que marcó un antes y un después en la historia de este país.


Después de una degustación de frutas tropicales y música tradicional vietnamita, cogimos una barca para recorrer parte del canal natural Bao Dinh.


Nos dejaron en una zona para visitar un negocio familiar de caramelos hechos con coco. Aquí vimos cómo se trabaja en unas condiciones bastante duras ganando 3$ por día, pero esto se considera un lujo ya que aunque ganan menos que trabajando en el campo (5$ al día) por lo menos no sufren los estragos del sol.


Luego cogimos un barco para hacer un pequeño recorrido por el río.
El delta del Mekong es la zona que menos me gustó de todo lo que vi en Vietnam, pero aún así me pareció impactante y muy interesante.





Paramos para comer…el que pudo comer claro! Porque esto de ser escrupuloso tiene sus desventajas…

Tras visitar un templo y un buda gigante llegamos a Can Tho que es la ciudad más grande y poblada de esta zona. Allí los que solo tenían el tour de un día se volvieron a Saigón y el resto que habíamos escogido dos días dormimos en esa ciudad. Solo nos quedamos 10.

Nos fuimos al hotel de menor categoría que incluía el tour que en este caso era de 1 estrella. Pensaba que iba a ser horrible pero me sorprendió ya que era más que aceptable a pesar de parecerse a un hotel de la España de los 70. Siguiendo la recomendación de la recepcionista fuimos al mercado a cenar a un restaurante muy bonito de gusto occidental a orillas del río.

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Al día siguiente quedamos con el guía y el resto del grupo a las 7 de la mañana para ir a visitar el mercado flotante. Mereció la pena el madrugón!

Los mercados flotantes en Can Tho son, sin duda, una de las señas de identidad del sur de Vietnam y una visita imprescindible.

Si las carreteras están saturadas, el río no lo está menos. Hay un montón de barcas a lo largo del río donde los productos que más se venden son las frutas y verduras, pero se transporta absolutamente de todo: arena, combustibles,…
En las orillas se ven las típicas casas flotantes.





Después de esta experiencia tan interesante, visitamos un negocio familiar de producción de noodles. Las condiciones de trabajo eran muy duras.

A continuación nos llevaron a ver un “puente del mono” construido en madera y que mejor que explicarlo es verlo…hay que tener cuidado al cruzarlo ya que cualquier traspié y al agua…


Volvimos a Saigón en un viaje de 4 horas y media.

En general me encantó esta zona y además tuvimos un buen guía.

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En nuestro último día en Saigón, aprovechamos para ver lo que nos quedaba pendiente.

Visita indispensable es el Museo de la guerra. Sería mucho mejor no tener que visitar un lugar así pero lamentablemente existe. Se construyó como recuerdo de todas las víctimas y para mostrar lo que nunca debe volver a ocurrir.


Para terminar el día paseamos visitando templos, alguna iglesia católica y el mercado de Ben Thanh.

Aquello ya tocaba a su fin y tenía una pena inmensa por tener que regresar a España.
Ese día por la noche cogimos el avión de vuelta desde Saigón.

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