Ruta de 10 días recorriendo el sur de Francia y los Alpes franceses en coche ✏️ Blogs de Francia

Después de dar de nuevo una vuelta por Montpellier para ver la ciudad más a fondo, salimos rumbo a Aigues-mortes, que en principio no estaba previsto en nuestra ruta pero nos lo recomendaron, así que aprovechamos para pasar por allí y acercarnos ya de paso al Parc Naturel de Camargue, un paque natural en la desembocadura del Ródano. Se supone que allí podían verse flamencos rosas, pero nosotros no tuvimos suerte. Lo que sí vimos fueron muchas playas, arrozales y salinas. Realmente tampoco merece mucho la pena, así que pasamos con el coche pero no hicimos ninguna parada.

En cuanto a Aigues-mortes es una pequeña ciudad amurallada. La verdad es que a nosotros no nos gustó mucho, porque salvo la muralla no tiene mucho más, y es todo muy turístico. Así que dimos una vuelta rápida y nos fuimos hacia NÎmes.

Nìmes es una de esas ciudades llenas de vida, que invita a pasear por sus calles, o simplemente a sentarte a tomar algo en una de sus muchísimas terrazas. Es otra de las ciudades que nos encantó. En Nìmes hay que visitar principalmente lo siguiente:

-El anfiteatro romano Arenes de Nimês, actualmente utilizado como plaza de toros. Merece la pena entrar porque aunque se encuentra en su mayoría remodelado conserva partes intactas y te haces una idea muy aproximada de cómo era.

-La Maison Carrée, un templo romano.

-Los jardines de la Fontaine con la Tour Magna. La torre ofrece unas bonitas vistas de la ciudad, eso sí, está en el punto más alto del parque, que es una colina, así que subir es un buen paseo bastante cansado, máxime con el calor que hace en julio, y eso que fuimos a última hora de la tarde.

Si queréis visitar los tres monumentos interesa comprar un ticket conjunto que puede comprarse en cualquiera de ellos.

👉 Ver Etapa: Día 3: Montpellier - Aigues Mortes - Nimes ⏫ Volver arriba Compartir:

Nos despertamos muy temprano porque nos esperaba un día bastante completo y lleno de sorpresas. La primera parada fue Arlés, una ciudad repleta de ruinas romanas. En Arlés dimos una vuelta por la ciudad pero sin visitar ningún monumento, porque nos pareció que no merecía demasiado la pena y teníamos una ruta bastante ajustada por delante.

Lo imprescindible de Arlés es:

-El anfiteatro Les Arenes, que es bastante similar al de Nìmes y también muy bonito, aunque menos impresionante por ser algo más pequeño y estar en peor estado, por lo que decidimos no entrar. Nos llamó la atención que está rodeado de casas que están prácticamente pegadas, pues el resto de anfiteatros que hemos visto suelen estar más aislados.

-El teatro antiguo, del que sólo quedan algunas columnas. No es gran cosa y aunque está vallado se ve perfectamente asomándose así que tampoco entramos.

-Las temas de Constantino, que se conservan bastante bien, aunque hay que tener cuidado porque al haberlas vallado y puesto unas ventanas modernas casi pasan desapercibidas.

-La plaza del foro, que está llena de restaurantes pero tiene su encanto.

-LaIglesia de Saint-Trophime, que tiene un pórtico espectacular, y está en una plaza muy bonita. Queríamos haber entrado porque había leído que tiene un claustro que merece la pena pero estaba cerrada así que nos quedamos con las ganas.

-Les Alyscamps, que es una necrópolis romana, que se encuentra algo más alejada del centro, y está también bastante bien conservada.

Desde Arlés fuimos a Aix en Provence, no sólo para conocer la ciudad sino principalmente porque según los folletos de la Casa de Francia era el mejor sitio para acercarse a los famosos campos de lavanda de la Provenza, y no queríamos perdérnoslos. Así que nada más de llegar fuimos a la oficina de turismo, para que nos indicasen dónde podíamos encontrarlos, y se nos debió de quedar cara de póker cuando el agradable señor nos dijo que estaban en la zona de Valensole y Riez, aproximadamente a una hora y media en el sentido opuesto a Avignon, que también teníamos pensado ver ese día. No nos daba tiempo a ver las dos cosas y no queríamos perdernos ninguna así que, decidimos pasar a verlos al bajar desde los Alpes hacia Cannes, que es lo que finalmente hicimos.

En cuanto a Aix en Provence, es una ciudad bastante grande, pero el centro histórico es muy pequeño así que se puede ver en aproximadamente una hora. No tiene monumentos reseñables pero a mí me pareció una ciudad preciosa, con sus casitas de colores amarillos y anaranjados, sus calles estrechas y los mercados en las plazas.

Llegamos a la hora de comer y por casualidad dimos con un sitio que nos encantó, el Café du Palais, en la Place des Prêcheurs, que tiene una terraza muy agradable. La comida buenísima y muy variada y muy bien de precio, sobre todo el plato del día.

Avignon es una ciudad preciosa, de las más bonitas que vimos. Paseando por sus calles y por su palacio casi puedes trasportarte al pasado. Tiene unos monumentos increíbles. Nosotros vimos todos porque hay un ticket conjunto que cuesta aproximadamente 15 euros, como en Nìmes. Estuvimos unas 4 horas. Es realmente recomendable:

-La Place de l´Horlogue, muy amplia y con mucha vida, pues está llena de restaurantes.

-La Place de El Palais des Papes, que parece sacada de un cuento.

-El Palais des Papes, que está formado por el Palais Vieux y el NEuf, impresionante por dentro y por fuera, y desde arriba tiene unas bonitas vistas de la ciudad.




Vista desde arriba del palacio



-La catedral de Notre-Dame-des-Doms, que queda casi confundida con el Palacio.

-El Pont St Bénézet, que es muy original porque sólo queda la mitad, y tiene una capilla en el medio. Al entrar hay un pequeño museo que te explica la historia y un café. Desde el puente la vista de la ciudad es imponente, y el paseo desde el Palais des Papes hasta el puente es también muy bonito.

👉 Ver Etapa: Día 4: Arlés - Aix en Provence - Avignon ⏫ Volver arriba Compartir:

La ciudad de Orange es bastante pequeña, la vimos en cosa de una hora, pero destaca:

-El Teatro romano, que merece la pena aunque actualmente esté restaurado por celebrarse en él un festival de ópera internacional cada año.




-El Arco del Triunfo

Habíamos planeado pasar por el Parque du Vercors porque había leído en un blog de casualidad que era precioso y tenía unas carreteras impresionantes, y nos dieron ganas de verlo como preámbulo de los Alpes, pero ni en las Guías de La Casa de Francia ni en general en internet encontramos casi información. A nosotros nos encantó, de hecho hicimos muchísimas paradas para hacer fotos y ver el paisaje, la carretera va paralela a un río y está excavada en la roca, es muy bonita, eso sí, llena de curvas de ir a 20 km/h, pero merece la pena, sobretodo desde Pont en Royans a Villard de Lans.








Desde Orange fuimos directos a Pont en Royans, que fue nuestra primera parada. Es un pueblo muy bonito, alargado, que está en el cañón de un río y tiene casas colgantes que recuerdan a las de Cuenca.



Desde Pont en Royans y siguiendo la carretera D31 fuimos hasta Villard de Lans, típico pueblo pequeño que en invierno es estación de ski, pero con un entorno precioso. Allí aprovechamos para comer en la plaza, en una creperie, La marguerite, que nos encantó.

Y desde allí ya fuimos recorriendo el parque hasta bajar a Grenoble, por una carretera preciosa desde la que se va viendo la ciudad rodeada de los Alpes.

Nosotros entramos a Grenoble por Seyssins, y desde allí fuimos directos a la zona del Teleférico de la Bastilla, donde aparcamos al lado del río, ya que aunque es zona de parkimetro llegamos cuando quedaban una o dos horas, así que no hacía falta volver a cambiar el ticket.


Grenoble no es en sí una ciudad especialmente bonita, sino que es la típica ciudad grande y moderna. Pero es la puerta a los Alpes y se nota porque está en un entorno precioso. Nosotros dimos una vuelta rápida por la zona del centro, que estaba al lado, y nos tomamos un café. Y directos al teleférico que era lo que más nos apetecía.

La verdad es que yo no disfruto nada en los teleféricos, me dan bastante respeto, pero creo que hay que aguantarse y subir porque no hay que dejar que el miedo te prive de hacer cosas, y al llegar arriba siempre merece la pena. Y en esta ocasión desde luego que la mereció. La vista de toda la ciudad, medio atardeciendo, con los Alpes alrededor y el cielo tan bonito como estaba fue increíble. Así que repetiría sin pensármelo dos veces. Nos quedamos allí arriba disfrutando de las vistas un buen rato, hasta que tuvimos que bajar porque aun teníamos que llegar a Chambéry, donde teníamos el hotel. Nosotros subimos y bajamos en la cabina, pero también se puede subir o bajar andando. Y arriba hay un restaurante que tiene muy buena pinta, para aquellos bolsillos que puedan permitírselo.

👉 Ver Etapa: Día 5: Orange - Parc Naturel du Vercors - Grenoble - Chambéry ⏫ Volver arriba Compartir: