En solitario por Grecia y Turquía (parte turca) ✏️ Blogs de Turquia

Me temo que lo de hoy va a ser una minietapa, ya que Eğirdir es sólo una escala para no hacer el viaje seguido desde Pamukkale hasta Capadocia, como ha hecho Eli, por ejemplo. Bueno, y casi todo el mundo. Pero a mí me gusta más hacer viajes en bus en trayectos más cortos, ya que no tengo especial problema por estar un par de días más de viaje.

Cumplía con los requisitos, ya que estaba a menos de cuatro horas de Pamukkale, no es excesivamente turístico y además me había llamado lo del lago en medio de las tierras tan áridas de Anatolia. Como es imposible hacer una foto lo suficientemente perfecta como para mostrar la característica forma de la isla del lago, recurro al googlemaps.


Vayamos por partes...

El día anterior intenté reservar billete para Eğirdir en el bus de las 10:30, pero estaba lleno. Así que finalmente lo tengo desde la estación de autobuses de Denizli a las 14:00, por lo que a las 13:00 me he acercado a la agencia donde compré el billete para que me acercara. Sin embargo eran ya las 13:15 y por allí no pasaba furgoneta alguna. Total que pregunto y un crío me dice que me suba a la moto (tipo vespino) que me lleva al shuttle bus. Pero bueno, y eso me lo dices ahora? Total que me lleva a una parada (frente a los travertinos) en algo más de un minuto que se me ha hecho eterno, con la mochila que me empujaba hacia atrás, el libro en la mano y la otra intentando sujetarme a algún sitio.

He tenido suerte, porque el bus ha llegado en unos cinco minutos. Total, ayer ya fui a Denizli y sólo se tarda 15-20 minutos. Me da tiempo.

Tiempo... hostias!! Que el bus no sale de la estación de microbuses, sino de la de autocares! (esto es típico en todas las ciudades grandes turcas; vamos, un coñazo). Eran las 13:50 y yo como un loco siguiendo en el GPS del móvil dónde leches estábamos. He sudado como si hicieran al menos 40º (no digo 35-36, porque es la temperatura ambiente de todos los días). A las 13:56 veo que sale de la autovía, gira y ... más autobuses! Esto tiene que ser la terminal!!

Una vez me bajo, con cara de circunstancia, pues daba por perdido el bus (había decenas en una explanada enorme), un viejo me pregunta que a dónde voy. Le digo que a Eğirdir y me acompaña al andén correcto. Eran las 14:01 y me han dejado subir.

Es de la agencia metro y está realmente bien. Cada asiento cuenta con una minitelevisión con auriculares, te ofrecen gratis agua, colonia, té caliente,... lo único que he echado en falta ha sido el wifi.

Ha tardado 3'5horas en llegar a Eğirdir, pero no se me han hecho largas, ya que he empezado un nuevo libro del comisario Jaritos (esta vez se me ha ido a Estanbul, así que tomaré nota).

He sido el único que se ha bajado en Eğirdir. Con el GPS enseguida encuentro el albergue. Se trata del hale hostel, situado al comienzo de la lengua que lleva a la isla, a unos tres minutos de la parada de autobuses y dolmus del pueblo. Decir que es una pasada es quedarse corto:
La habitación comunitaria tiene tres camas (la más cómoda en la que he dormido que yo recuerde en todos mis viajes), es espaciosa, tiene dos! aparatos de aire acondicionado, televisión de plasma (he conectado el usb y me he visto una serie), ventanas aislantes, una ducha tres veces más grande que la de mi casa (esto no tiene tanto mérito), incluso alfombras. Por supuesto wifi gratuito (me he descargado el periódico el país a más de 500kb). Lo que no había visto en mi vida... tengo pantuflas desechables para cuando salgo del baño. Ah, y no lo he dicho, también desayuno incluido. Y todo por 27... liras, no euros (al cambio, no llegan a 11 euros).



En la habitación me he encontrado con un inglés que está haciendo la ruta de países bañados por el mar negro (siguiente parado Georgia). Es un chico jovencito, muy simpático también, que habla castellano bastante bien. Me presento y el me dice muy contento de hablar en castellano... "me llamo Benjamino"... en ese momento he tenido que hacer esfuerzo sobrenatural para no descojonarme delante del pobre hombre ... Benjamin, le corrijo, como si dijera su nombre en inglés. Más allá de eso, es muy agradable. Se ve que lleva unos días aquí como un proceso de cura, pues en Olympos debió de pasarse un webo (17 cervezas diarias; iba a quedarse un día, y se quedó siete con unos chicos que conoció). Total, que se está "desintoxicando".

El pueblo me ha parecido muy descuidado en lo que hace referencia a las casas privadas y muy cuidado a lo público. Vaya, que la gente de aquí no creo que nade en liras, que digamos.

A pesar de que hay muy pocos turistas, está muy cuidado, con jardines y zonas verdes; y, sobre todo, un paseo fantástico alrededor del lago (no sólo hasta la isla), con múltiples opciones para sentarte y contemplarlo mientras tomas algo del supermercado.

Por supuesto también tienes cafeterías con vistas al lago, pero, insisto en que la mayoría están muy descuidadas. No todas, claro. Por ejemplo, yo me he sentado en una de ellas para seguir las andanzas de mi amigo en Estanbul, con un té turco, por el que he pagado 1TL


Como no quería tener sorpresas con el bus a Konya de mañana, me he acercado antes de cenar por la terminal de autobuses y he comprado billete para el primer bus, el de las 9:20, de la compañía Isparta (45TL).

Me he paseado por la zona céntrica (el pueblo es muy pequeño) y la lengua que da a parar a la isla Yeşilada. No habré tardado ni hora y media en el recorrido completo. En la parte "peninsular" destaca el castillo y la plaza adyacente donde se encuentra la mezquita y la antigua madrasa (ahora convertida en un mini bazar de tonterías).



Para cenar he optado por el restaurante del hostel Charlie (es del mismo dueño y, de hecho, es donde está la recepción para el check in del mío). Por supuesto, con unas vistas formidables al lago. Me he comido unas koftes (como en Pamukkale) y una botella grande de agua, mientras whatsappeaba con la familia (12TL)

De allí a la habitación a ducharme y a escribir esto, porque mañana madrugaré para desayunar e ir con tiempo a la estación de autobuses.

Como ya había anticipado, esta etapa era de transición, una minietapa

👉 Ver Etapa: EğIRDIR ⏫ Volver arriba Compartir:

Poco a poco nos acercamos a la Capadocia. Esta etapa me conduce desde Egirdir hasta la conservadora Konya, conocida en occidente por los derviches girovagos fundamentalmente.

El bus hace el recorrido Isparta-Konia, de la compañía Isparta. Llega a Egirdir puntual a las 9:25 y en tres horas y media aproximadamente está en la estación de autobuses de Konya (13:00). El trayecto en un autobús con las mismas equipaciones y servicios que el del día anterios. Genial.

Lo primero que hago, aprovechando que estoy aquí es reservar el billete de bus para Goreme de mañana. Hay por lo menos 4 directos en la compañía Süha (no he mirado más). Como en Goreme tengo intención de quedarme unas 4 noches, pues salgo tarde y así puedo disfrutar del día en Konya (15:30 - 18:30). El precio, 35TL.

Ésta está a las afueras, pero muy afueras del centro de esta enorme ciudad (comparando con las que he visitado, claro). Para llegar al centro (Alaaddin Tepesi) hay que coger el tranvía que para muy cerca de la estación y te deja en la plaza Alaaddin en 34 minutos. El tranvía circula cada cuatro minutos, así que no te preocupes si pierdes uno. Eso sí, respecto a los tickets para el tranvía y el autobús urbano, hay que comprar una tarjeta de "no contacto" (1TL) y recargarla con el importe que quieras. El precio del viaje es de 1'3 TL. Hay kioskos en las principales paradas de tranvía y de autobús.

Dicha la información general, paso al tema de alojamiento. He mirado en Hostelbookers, Hostelworld y booking y no he encontrado ningún albergue en la ciudad. Por suerte, ayer volví a mirar a última hora y encontré una especie de hotel que te deja ocupar la habitación doble a precio de individual (hace unas semanas no me aparecía entre las opciones). El hotel se llama Ankara, el precio que he pagado 18€ desayuno incluido (hasta hace unos días, el precio estimado en el sitio más barato era 35€). Tiene la pinta de pensión con habitaciones pequeñitas, pero apañadas. Como si fueran para parejas que no tienen otro sitio y alquilan por horas. Era por describirlo, no tengo queja alguna del hotel. Está a unos tres minutos de la parada del tranvía que me lleva a la terminal de autobuses (Alaaddin) y a otros tres minutos en el sentido contrario respecto al principal atractivo de la ciudad, el museo Mevlana. De hecho está en medio de la avenida Mevlana que une ambos puntos. Vaya, que está estratégicamente situado.

Doy una primera vuelta de aproximación y me percato de que tengo justo detrás del hotel el bazar y que la distancia andando a los puntos que voy a visitar es mínima. Tardo bastante en localizar la oficina de turismo, de hecho lo había dado por imposible. Pero esta vez la culpa no la tengo yo, sino el plano de la Lonely que no está del todo bien. Menos mal que, como siempre, un turco amable, sin que tenga que pedirle ayuda, se presta a orientarme y llego sin problemas. Está DETRÁS del museo Mevlana. Allí me ha atendido un chico con una profesionalidad encomiable. Hemos congeniado y entre charla y charla, me ha dado la información más importante: mapa de la ciudad, horarios de ciertos autobuses y museos, !un dvd!, me ha mandado por su facebook un enlace a un documental sobre Turquía, me ha recomendado un espectáculo cultural-religioso gratuito de los derviches para esta noche,... impresionante.

Como tengo intención de dejar para mañana la visita cultural-religiosa, hoy aprovecho para coger el bus urbano nº64, en frente del hotel Ankara es su punto de salida cada media hora, con destino a la diminuta población de Sille, a 9 kilómetros de Konya. (1'3TL). También me ha dado un folleto de Sille.

Se tarda en llegar menos de media hora. Apenas hay nada. Es un pueblecito con el encanto propio de los lugares menos masificados. Además, he tenido suerte porque el año pasado empezaron a remodelar ciertas zonas del pueblo (están en ello aún), dato éste que no es tenido en cuenta en la guía, pues está editada en verano de 2011.

El elemento más conocido es la Iglesia de Santa Elena, totalmente restaurada y con accesibilidad total.


También una de las mezquitas de la calle principal (si se puede hablar de ella) está reformada:



Pero, lo que más me ha llamado la atención al acercarme en el autobús (siempre voy hasta la última parada) son las viviendas y capillas escavadas en la roca volcánica (como un anticipo de Capadocia)




Me he detenido a comer algo y a tomar un cafecito (nescafe) en el único bar decente de la zona, el Sille Konak, y de vuelta a Konya. El autobús sale de Sille a :15' y :45'.

El plan de la tarde ya estaba cumplido, así que ahora se trataba de pasear por la ciudad y mirar la zona del bazar. La verdad es que, al igual que en otras ciudades turcas, todas las fachadas parecen centros comerciales y bazares, de tantos carteles anunciando cosas.


Deambulando por el bazar me doy cuenta de que lo gozo. Por supuesto no compro nada, porque, dicho sea de paso, en la mochila no me entraría. Pero disfruto con el relax de meterme por entre callejuelas de ese laberinto. No quiero ni pensar lo que va a ser Estambul.

Por supuesto me he perdido. Pero bienvenido sea, porque he llegado al mercado de abastos, que me pirra mucho más incluso que el bazar. En todos los viajes intento acercarme al mercado de la ciudad. La verdad que en este estoy echando en falta un montón no disponer de una pequeña cocina en condiciones para entretenerme entre fogones. A ver si en estambul encuentro un hostel con cocina comunitaria.


Vaya hígado que he visto; y los sesos de cordero, qué pinta. Cuánta verdura. Qué barata la carne de vacuno. Qué yogour. Como esto último no hay que cocinar, no he podido resistirme. Lo venden, en baldes de por lo menos 20 kilos, al peso. Es como el yogour griego de verdad,... incluso demasiado denso, casi pastoso (he hecho el sacrilegio de rebajarlo con un poco de leche para poder mezclarle la miel). El kilo sale a unos dos euros!! He comprado medio y ya me he enterado que mañana domingo no cierran, así que compraré para llevar a Capadocia.

Ya de vuelta al hotel Ankara, acutalizo el diario y reservo un par de noches en Capadocia. Quiero estar cuatro, pero no quiero arriesgarme a que el albergue no me guste y así poder cambiar sin problema las últimas noches o alargar la estancia.

Como me indicó el chico de la oficina de turismo a las 22:00 hay una ceremonia ritual de los derviches detrás del museo de mevlana, a unos trescientos metros, en un recinto ad hoc. La verdad es que ha sido mera chiripa , porque al parecer lo repiten los sábados.


el aforo no está ni de lejos lleno. Estaremos unas doscientas personas sólo (una cuarta parte). El ritual dura aproximadamente 70', pero no se hace especialmente pesado. Por supuesto no entiendes ni pío. Al de media hora comienzan los monjes a girar y lo repiten hasta en cuatro ocasiones. Harán cientos! de giros. Si ves que te aburres, pues te abres en cualquier momento a partir de ahora. De hecho, muchos turistas así lo hicieron.





Yo creo que si tienes la suerte de que en tu estancia tengas la ceremonia (aunque lo vemos como un espectáculo, a nadie se le ocurrió aplaudir en ningún momento, ni al final), en ese caso, decía, me parece un despropósito no aprovecharlo. Además es gratuito.

Al salir, serían las 23:15, la temperatura acompaña a dar un paseo. Me llama la atención que todo, absolutamente todo, está abierto. Por fin veo a la gente comer en la calle helados y dulces. Pero a mí me espera yogour del mercado en la habitación.


DOMINGO 21 de JULIO

Como el autobús lo tengo a las 15:30, después de desayunar (el desayuno un kk), me acerco al mercado a por algo de fruta (las cerezas y las uvas realmente ricas) y voy andando a las visitas turísticas del día.

La primera es el recinto más importante de la ciudad, el museo (yo más diría mausoleo) de Mevlana. (3TL). Está junto a la mezquita Selimiye Cameii.


Se le distingue fácilmente desde puntos alejados de la ciudad por la cúpula estriada de azulejos color turquesa.


Es un centro de gran respeto para los musulmanes, pero para los occidentales es un pequeño lugar donde descansasn los restos de Mevalana, familiares y discípulos. Poco más. A mí lo que más me ha gustado ha sido el exterior ajardinado. En el interior te aconsejan que las mujeres se pongan pañuelo, pero la gente ha pasado en gran medida de ello (no es una mezquita).


A la salida me he acercado a la mezquita de Selimiye Cameii, más espectacular por fuera que por dentro.


Ayer a la noche la oración se estaba retransmitiendo con pantallas gigantes en la explanada, como si de un partido de futbol se tratase.

De allí me he ido a la plaza Alaaddin, donde se encuentra la mezquita más importante de la ciudad, la Alaeddin Camii. Es realmente grande.


El mimber de madera tallada con cuidado y el obligatorio Mirhab


Me ha llamado la atención que aquí bien dan unos donativos espectaculares bien no se fían del vecino.


Al lado de la plaza se encuentra el museo del azulejo, sitio recomendado por el de la oficina de turismo. Según la guía de hace dos años estaba cerrado, pero ya lo han abierto. La verdad es que igual no se ha enterado ni Dios, porque he estado solo todo el rato que pasado. No tiene gran cosa. (3TL). Se puede acceder a los baños públicos sin entrar en el recinto.



Ya de allí me he vuelto para hacer el check-out (12:00) y actualizar el diario, antes de ir hacia el bus dirección Goreme.



No está tan mal como creía esta gran ciudad. Merece la pena un día si te pilla de paso hacia Capadocia desde Antalya o desde Pamukkale.

Decir que es conservadora, eufemismo de muy devota, es quedarse corto. Ganan por mayoría las mujeres que llevan velo. Por cierto, de mil diseños y colores, algunos realmente bonitos. Pero dentro de esta mayoría, en igual proporción, ganan las mujeres que llevan una especie de gabardina por encima de la ya exagerada ropa, que les cubre todas las extremidades. Me imagino que serán frioleras y no les bastan los 34ºC de temperatura ambiente.

No sólo que la gente no coma por la calle, es que ayer me pasé por uno de los dos restaurantes citados en la lonely y tenían los toldos bajados. Pensé que estaba cerrado, pero a la noche, cuando volví de lo de los Derviches, vi que estaba abierto y que los toldos eran para que la gente de la calle no los viera comer. Incomprensible desde mi punto de vista. Les hice boikot para cenar.

Si se tiene posibilidad, acercarse al bazar y al mercado.

El transporte funciona muy bien. El tranvía va un poco rápido y es muy eficiente. Recordad que hay que sacar tarjeta de no contacto, como en Estambul.

El alojamiento para mochileros es inexistente. Probad en el Ankara Otel, donde me he quedado, igual tenéis suerte.

👉 Ver Etapa: KONYA ⏫ Volver arriba Compartir:

Para ir del centro de konya a la terminal de autobuses se coge el tranvía nº2, que pasa cada 4 minutos y el trayecto (1'3TL) dura media hora. Una vez llego allí, un turco me ayuda (no le he consultado ni nada, ha sido motu proprio) a localizar no sólo la terminal, sino el andén desde el que sale el bus.

Como he tenido precaución de llegar con tiempo, tengo una hora casi, me siento a comer algo. En este caso pido un menemen recién hechito, en la cafetería de enfrente del andén (8TL). La hostia, no recuerdo haber comido nada en mi vida que queme tanto la boca... he estado, como un niño mal criado, eliminando la guindilla microscópicamente picada. Trabajo inútil. He terminado comiendo tres panes para soportarlo.

El bus que me lleva a Goreme es de la compañía Suhe. El servicio a la altura de los viajes de Isparta o Metro: comodísimo y con todas las atenciones. El trayecto ha durado unas 3horas y media, incluyendo (como en todos los viajes realizados) una parada de unos diez minutos en una estación de servicio. Aquí, cuando he vuelto al autobús resulta que me he subido a otro (de la misma compañía que estaba al lado). No me había dado cuenta, hasta que la persona a la que le había ocupado el asiento me llama la atención. Jodé, menos mal que mi autobús aún seguía parado en paralelo. Ve a saber dónde hubiera acabado.

El trayecto se me hace corto, pues las carreteras siguen siendo muy buenas. Eso sí, el paisaje, como en toda Anatolia, muy árido. Hasta que llego a Goreme. Entonces todo cambia. Hasta estar a unos tres kilómetros no esperas ver lo que aparece a tus ojos. Es simplemente fascinante. Cuando llegamos a la parada de autobús de Goreme el azafato (sí, hay azafatos en los buses; en el mío, dos!) me dice algo así como, guiri, ya puedes cerrar la boca y bájate que tenemos que continuar el viaje.



En la propia parada de autobús se puede ir al puesto de información turística, donde un tiparraco te despacha el típico mapa-cutre en azul en una DIN-A4. Yo he comparado otro en color megagrande (10TL). Lo he puesto a prueba en el día de hoy y el consejo es que os ahorréis las 10TL porque el mapita cutre azul es más que suficiente.

Me acerco al hostel que he reservado en Goreme, el Peri Cave Hostel y enseguida los comerciales de los tours me salen al encuentro en la carretera. Aprovecho para preguntarles por el transfer al aeropuerto (sobre las 25TL) y, de paso, me advierten de que tengo mal ublicado el hostel. En realidad, está mucho más cerca de lo que creía. Está a unos 100 metros del centro, en dirección hacia el Museo al Aire Libre.

En efecto, me planto en unos tres minutillos, hago el check in para dos noches (30TL/noche, desayuno incluido) en una habitación de 5 camas, que sólo ocupo yo.



Respecto al alojamiento en Goreme, me ha dado la sensación de que hay más oferta que demanda. En muchos casos, te alojas en chimeneas de hadas o cuevas habilitadas (como es mi caso). Creo que es la ciudad óptima para hacer los recorridos por tu cuenta en Capadocia (tiene los servicios suficientes, es tranquila, con muchos restaurantes y autobuses a bastantes sitios próximos).

Me doy la vuelta de siempre, localizando correos, supermercados, restaurantes baratos,... Eso sí, estuve una media hora buscando una cabina telefónica, hasta que me di cuenta de que en correos habría. En efecto, así fue.

Llamar mediante móvil desde Turquía a España es un abuso. Lo de los datos ni te cuento: 10€/mega. Lo segundo se soluciona bastante bien con el wifi, pero para hablar con amama, pues como que no me vale el whatsapp. Compré una tarjeta de 10 TL que me permite llamar durante 25 minutos a fijos. Me parece un chollazo. Lo recomiendo.

Como se puede ver, el primer día (tarde más bien) no he hecho nada especial.

LUNES 22 de JULIO

El día de hoy ha sido el máximo ejemplo del carpe diem.

Hacia las 6:00 (sí, he escrito bien) me he levantado para ver los globos volando, ya que no estoy dispuesto a pagar un mínimo de 300TL (y levantarte a las 4:30). He perdido la cuenta, pero creo que pasaban de veinte. La mayor parte iban muy bajitos, para poder apreciar mejor las chimeneas de hadas y las formaciones de la capadocial. Especialmente habilidosos me han parecido los de la compañía Butterfly Balloons.

Evidentemente, me he vuelto a la cama, al menos hasta las 8:00, que he aprovechado para desayunar. El desayuno es opíparo (pero no buffet). En el plato te ponen mermelada, miel, mantequilla, tres tipos diferentes de quesos, café o te, cuatro tipos diferentes de dulces y pasteles, uvas, ciruelas, aceitunas, tomate y pepino (creo que no me dejo nada). Sí el plato es de dimensiones considerables. Ah! y aparte tres panes, como de hamburguesa. Yo he probado incluso el queso, que no me gusta, por si había sorpresas (no).

Con la panza a reventar ya es hora de dirigirme hacia el Museo al Aire Libre de Goreme. Está a un kilómero del albergue. La entrada vale 15TL, tienes audioguías por 10TL (no he cogido). Abren desde las 8:00.

Cuando he llegado, hacia las 8:30, ya había gente, pero no tanta como para estar agobiado. Yo me lo he tomado con mucha calma, en algunas estancias he estado bastante tiempo y aún así lo he terminado para las 10 pasaditas.

Además del paisaje típico de Capadocia, este parque Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, destaca por las iglesias antiguas horadadas en las entrañas de las rocas.




La primera que se ve es la llamada Iglesia de la Manzana, donde, al igual que en todas las demás, está prohibido sacar fotos (será para vender postales y dvds). Tiene frescos bonitos, pero deteriorados.

La siguiente es la de San Basilio en la que algunas figuras parecen pintadas por niños. Hay un dragón (el de San Jorge) que a mí más me recuerda a un esbozo de un ornitorrinco con cuernos. Tiene muchas cúpulas. A mí me ha gustado mucho.

En la siguiente, la de San Onofre, simplemente que el ornitorrinco se ha convertido en una culebra.

La del Pantocrator (no sé por qué le llaman así, pues en casi todas hay alguno) está cerrada al público.

La más bonita es la llamada Iglesia Oscura. Hay que abonar 8TL adicionales para acceder. Por supuesto, lo he hecho. Sólo puedo decir que es un pecado intentar ahorrárselos. Los frescos son espectaculares, sobre todo, los más elevados, que parecen recién pintados. Como la gente no quiere pagar la entrada, se puede estar tiempo contemplándola. A mí me ha recordado (a un nivel muy inferior) la de Boyana, en Sofia, Bulgaria.

(foto sacada de internet)

Ya sólo quedan un par de iglesias más, la de Caterina (cerrada) y la de las Sandalias, que presenta muchos frescos, al detalle, pero mal conservados.

Al salir del museo, no hay que olvidarse de la más grande de todas (no hay que pagar adicionalmente nada). Es la iglesia de Tokali, que realmente tiene forma de iglesia pero los frescos están en mal estado.

(foto sacada de internet)

Un mapa super detallado de rutas, pueblos,... de Capadocia obtenido de la web de tierrasinsolitas es el siguiente

maps.google.es/ ...,13.919678

Para llegar al valle de las espadas (Kiliclar: las i no llevan el puntito y la c tiene el rabillo) es suficiente que bajes hacia el Museo al Aire Libre de Goreme y que pases el museo friki de los ovnis. Estaría a unos diez metros a la izquierda (bien señalizado)


A mí es el que más me ha gustado, con diferencia, del día de hoy. Los paisajes son una locura, a la que las fotos no le hacen justicia, pero ahí van unas cuantas.






Según mis indicaciones lo he estado recorriendo al rededor de una hora.

De allí he seguido hacia los valles rojo y rosa (muy señalizados) que te llevan hasta la localidad de Cavusin.

Es aquí donde me he empezado a liar la manta buscando caminos alternativos, volviendo para atrás, subiendo a sitios insospechados,...total, que lo que se puede hacer en una hora y media, yo lo he hecho en tres y media. Normal que esté derrengado.

El valle de las espadas acaba en un altozano de un valle. Al llegar arriba es cuando de repente ves las estribaciones del valle rojo y flipas.



Este valle, es cortito, está comunicado con el rosa, que tiene tres variantes. Es como si hubiese un gran sendero que fuera directo desde los ovnis hasta Cavusin, pero al que le salieran ramificaciones por su derecha.

Por supuesto hay antiguas viviendas en las rocas y paisajes preciosos





Allí se sale más o menos a Cavusin, un pueblo?, tal vez aldea donde apenas hay nada. Al llegar se ven antiguas casas en muy mal estado en la piedra volcánica.


Atravesandolo, y sin saber muy bien dónde estoy (en la lonely no hay plano), llego a la carretera general de Avanos, donde está la iglesia de Cavusin, de pago (3TL, no he subido).


Ya habían dado las 14:00. Llevaba cinco horas y media sin parar arriba y abajo, bastante cansado, así que decido volver... pero qué dices; me sale el espíritu de Iñaki, el masoquista y sigo adelante. Hacia las chimeneas de hadas de Pasabagi. No está tan bien indicado como lo de los valles, pero consigo llegar (aún no sé muy bien cómo).

La naturaleza ha creado imágenes espectaculares también en esa zona.





Como ya estaba peor que Superman con calzoncillos de criptonita, decido... continuar, claro que sí. Si al final voy a ser el alter ego del Grey ese de las sombras. En este caso me acerco un par de kilómetros por carretera al Museo al Aire Libre de Zelve

Es más pequeño que el de Goreme, también cuesta menos (8TL) y, sobre todo, hay menos gente. Las imágenes, de un rojo intenso son muy llamativas. Eso sí, aquí las iglesias excavadas no tienen fresco alguno.





Para quienes no quieran alquilar coche o quad (por ejemplo, yo). Hay una autobús que une Ürgüp con Avanos cada hora y pasa por Zelve, Ortahisar y Goreme. Ese es el que yo cojo a las 15:30 aproximadamente, pero no para ir a Goreme (que bien merecido lo tenían mis pies), sino que me aprieto más los calzones de criptonita y disfruto sufriendo hasta Ürgup (aunque la realidad me ha demostrado que ha sido una decisión genial)

En el trayecto hacia ürgüp, pasado Cavusin, veo a un chico hacer dedo. Yo también lo he intentado y no me ha parado ni el pupas. Pero en esto que me da un ramalazo la espina dorsal, de esos que hacen que las neuronas vayan más rápido que el pensamiento racional, y le digo al chofer del minibus (no sé ni cómo me ha entendido) que pare, que recoja al chaval... El tío flipa :shock:, yo le muestro el dinero, como para que entienda que yo me hago cargo. Jodé, es que no era otro que BENJAMINO, el de egirdir!!

Vaya una casualidad. Nos ponemos a hablar en castellano (que habla mil veces mejor que lo que yo chapurreo en inglés) y me comenta que ha llegado hoy mismo a Goreme y que en el hostel en el que se aloja ha encontrado curro. Concretamente, se encarga de captar a gente para los tour de los valles de Goreme y otras ciudades. Que ya está desintoxicado y todo.

Le dejo en Goreme y sigo hacia Ürgüp. Se llega en apenas veinte minutos. Es una población importante, unos 20.000 habitantes.

Nada más llegar me busco un sitio para comer un dürüm, porque, aunque parezca mentira, aún no había comido ningún kebap ni dürüm. Como agustísimo (por supuesto, sin cerveza) por unas 10TL.

La verdad es que no me quería levantar del cuchitril donde he comido, pero casualidad (está cerca de la parada de autobús y plaza principal de la ciudad) he visto un Hammam en frente mío. Me he dico, qué hostias, sin pensarlo. Ahí te tienes que relajar. Está claro que Alá te ha traído aquí con el propósito de ir al baño turco.


Nunca había estado en uno. Quiero repetir, ya. Me han dado un masaje de más de media hora, todo cubierto de espuma caliente, cuyo único defecto ha sido que sólo había tíos trabajando. Eso sí, el hammam era mixto, y sólo estábamos extranjeros (no más de ocho).
Más o menos he estado hora y cuarto. El precio ridículo: 25TL (10€)

Más descansado (no es una forma de hablar, me ha desaparecido momentáneamente la fatiga que llevaba) he decidido acercarme a la zona antigua de Ürgüp. Es preciosa. No me lo esperaba, ni de lejos. Los edificios más modernos (cafeterías, hoteles,...) se han integrado en las casas cueva, hasta hacerlas suyas en algunos casos.




Por último he subido al mirador Temenni(no cuesta mucho esfuerzo) del que se tiene una panorámica de parte de Capadocia. El problema es que Goreme está a unos 8 kilómetros y no se pueden apreciar con suficiente detalle los valles.

CUIDADO. El último bus a Goreme (el que hacía la ruta a Avanos) sale a las 18:00. Como ya eran las 19:00 cuando he vuelto a la estación de buses, he tenido que coger uno de los que va a Nevsehir (hay cada media hora), bajarme en Ortahisar y desde allí caminar hasta Goreme (30 minutos). Otras personas también se han encontrado con el problema, pero he sido el único que ha decidido esta solución.

Pues aquí acaba mi día de hoy. Mi primer día en Capadocia. Aprovecho la tarde para reservar dos noches más en el hostel, para que me dé tiempo a hacer todo lo que quiero. También he aprovechado para reservar vuelo para dentro de tres días a Estambul, desde Kayseri (30€). Por último, he decidido que voy a estar seis noches en Estambul, pero que no voy a volar a Bilbao directo, sino que he reservado vuelo primero a Atenas (48€). Allí pasaré una noche (Stacey me dio envidia con el tema de la Acrópolis y además tengo ganas de estar en la ciudad del comisario Jaritos). Así se termina el viaje con Vueling Atenas-Bilbao de madrugada (puedo aprovechar dos días en Atenas) por 140€.

MARTES 23 de JULIO

El día de hoy, algo recuperado, lo tengo previsto más tranqui que el de ayer. En primer lugar, me levanto más tarde (9:00), organizo la ropa (la había dejado a lavar, que ya llevo cuatro semanas de viaje y sólo la había lavado una vez), solicito el transfer al aeropuerto (25TL) y confirmo la prolongación de la estancia dos días más.

Como estoy perezoso, paso otra horita estudiando el plan de Estambul.

Por fin de voy a la estación de autobuses de Goreme para intentar llegar a una de las dos principales ciudades subterráneas de la zona. La más próxima (y la que me ha recomendado Mustafá, el dueño del albergue) es Kaymakli. Para llegar tengo que hacer transbordo en Nevsehir.

El bus a nevsehir (2'5TL) sale cada media hora y llega en unos 20 minutos. En vez de pararnos en la otogar, nos deja en la parada donde se puede hacer directamente el transbordo.

Los minibuses hacia Kaymakli también pasan cada media hora, por lo que he tenido que esperar algo menos de 10 minutos. El trayecto (4TL) dura unos 25 minutos.

Según bajas del autobús hay que cruzar la carretera (está en el arcén de la izquierda), a menos de cinco minutos. Evidentemente yo he ido primero hacia la derecha, hasta que he preguntado a un chico joven y me ha corregido. La verdad es que creo que por simple azar no podría equivocarme tanto. Generalmente me lo tomo con calma, pero hay veces que me irrito a mí mismo.

A la entrada de la ciudad subterránea hay un montón de puestos de todo tipo de souvernirs. La entrada cuesta 15TL. La entrada al espacio subterráneo engaña, pues es bastante diáfana y amplia.


Pero no os lo creáis. En menos de medio minuto adoptas la forma de Quasimodo, el de Nuestra Señora de París de Víctor Hugo. Yo aconsejo llevar puesto el gorro, aunque no estés al aire libre, así los coscorrones duelen menos.


Por supuesto, las personas propensas a la claustrofobia o que sospechen que les va a producir ansiedad, que ni lo piensen. Mejor fuera.

Dentro se ven montón y montón de habitáculos, pues eran verdaderas viviendas de ciudades muy grandes (miles de personas vivían bajo tierra, a mí me ha faltado tiempo para imaginarme que estoy en el futuro de La máquina del tiempo de Wells). Aunque esté todo desnudo, no puedes quedarte indiferente ante la magnitud de lo que ves, la cantidad de pisos o alturas que tenían (hasta 8 niveles diferentes) y lo bien excavadas que están .


La ciudad subterránea, que está muy bien señalizada, se puede apreciar sin problemas en unos 45 minutos. La verdad es que pensaba que iba a estar mucho más masificada y sólo he visto tres grupos, de unas seis personas cada uno; además de gente por su cuenta, como yo.

Aunque hay viajes que te llevan, sigo pensando que es perfectamente factible (y mucho más barato) hacerlo por tu cuenta.

De allí me he vuelto siguiendo la misma ruta. Primero a Nevsehir. Pero una vez llegado a la parada de bus del transbordo, iba a salir el bus directo a Urchisar, en vez de a Goreme, así que he decidido que para allí que me iba (en principio era uno de los destinos de mañana.

Por cierto, el chofer del autobus a Nevsehir me había cobrado mal (2TL de más) y estando yo ya en el bus de urchisar, arrancado y a punto de marchar, me ha encontrado y sin resuello me ha devuelto el dinero que me debía. Pienso en Bilbao y el autobusero, con tal de no bajar del autobús y poner a buscar al guiri de turno, ya pensaría: "total, por un euro".

El bus me deja en Uchisar (1'45TL) en unos veinte minutos. Esta localidad destaca fundamentalemente por lo que llaman el Kale o Castillo. Una roca enorme, que se puede subir (5TL) y desde la que se tienen las mejores vistas que he observado hasta el momento.




Como ya he dicho, no tenía previsto ir hoy a Uchisar, pero ya que estábamos allí, pues me dirijo hacia el valle de las palomas, para ir recorriéndolo y llegar a Goreme

El principal motivo de confusión es que se suele llamar valle del amor (el de los falos) al valle blanco (Baglidere). Al parecer el valle del amor es el Zemi, el que sale de la derecha según vas hacia el Museo al Aire Libre de Goreme (en frente de los ovnis, más o menos). Corre paralelo al de las palomas (Güvercinlik), que va desde Uchicar, también hasta Goreme.

Todo esto, según el super mapa de las 10TL, que para algo tiene que servir.

Bueno, pues a lo que iba. Mi propósito era buscar el sendero hacia el valle de las Palomas para llegar a Goreme. Creo que es fácil de imaginar que habría que ir hacia el Norte; es decir, bajando al valle y con Uchisar a la espalda, pues ir hacia la izquierda.

No hace falta decir qué camino he seguido. En mi defensa, decir que en un mapa y en frío es más fácil acertar. Aunque yo sigo creyendo que lo mío es patológico, significativamente patológico que diríamos en bioestadística.

Al menos, eso sí, he visto algunos palomares en las rocas, hasta llegar al principio (o final, según se mire) del recorrido.


Aunque la ruta no me ha llevado más de media hora, cosa que me ha extrañado, pues había leído que era de casi dos, he podido deleitarme con las formas de la naturaleza.



Evidentemente, ahora resulta ridículo, no he llegado a Goreme. He salido a un cartel que me decía cómo llegar al valle de Zemi o del amor, que también termina en Goreme. Corre en paralelo, aproximadamente, respecto al anterior.

Desde allí, antes de entrar en el valle propiamente dicho, se tienen unas bonitas vistas frontales de Uchisar. La verdad es que es un pueblo de postal.


El recorrido me ha llevado sobre la hora y media. Las imágenes tan espectaculares como siempre. He ido solo, en ambos valles. No me he cruzado con absolutamente nadie.





El hecho de no encontrarme con ningún turista no es la única diferencia con el día de ayer en los valles Rojo, Rosa, Espadas,... También la falta de señalización es una diferencia notable. Mientras que ayer estaba señalizado al por menor; en el Zemi no hay señalización alguna sobre dónde te encuentras. Eso ha hecho que al terminarlo no haya salido a la iglesia próxima al Museo al Aire Libre de Goreme, sino al pueblo mismo. No obstante, sí que he podido sacar una foto desde la distancia a la iglesia.


Aquí ha terminado más o menos mi día, pues el resto lo dedico a seguir estudiando la planificación de Estambul y actualizar el diario. Para mañana espero poder ir al valle Blanco, igual repito (pero bien hecho) el de las palomas y, aunque lo dudo muchísimo, tal vez me aleje hasta el de Devrent (más allá del Museo al Aire libre de Zelve)


MIÉRCOLES 24 de JULIO

Pues anticipo que no tengo remedio. Hoy ha sido otro día-paliza.

Me he despertado a eso de la seis pues he oído un ruido raro (duermo con las ventanas oscilobatientes). Era el ruido de los quemadores de varios globos que casi los podía tocar desde la habitación. Ya puestos, he salido con la cámara y el pijama a contemplar el espectáculo. Desde luego ayer no pasaron tan cerca ni por descuido. Se ve que dependen del viento.



Ha habido un momento romántico entre dos globos, como si uno le hubiera estado esperando al otro. Me ha recordado la escultura de Rodin en el que la mujer, entregada, abraza en el beso al hombre, pero éste no suelta el libro.


Se ve que debía de estar cansado, porque me he vuelto a la cama y ni me he dado cuenta que me he dormido otra vez hasta las 9:00, que ha sonado el despertador.

Después de desayunar como un campeón (vamos, como todos los días) comienzo el periplo del día. La idea era recorrer el valle Blanco completo, llegar hasta orchisar y volver por el valle de las palomas hasta Goreme.

Para llegar al valle blanco hay que ir dirección Cavusin durante un par de kilómetros y girar a la izquierda (está señalizado). Después coges un camino de tierra también a la izquierda.

Lo primero que te encuentras, no tardas ni quince minutos (muy bien señalizado) son las rocas fálicas (Silvia: para amama, setas!!) que hace que la gente le llame, por alguna asociación un tanto primigenia (por no decir machista) el valle del amor.




Allí mismo hay un viejecillo que vende bebidas. Os recomiendo que os hagáis con algunas botellas de agua, porque el trayecto es majo y no hay más opciones.

Sin embargo, enseguida desaparecen esas estructuras de piedra y aparecen otras formas menos contundentes, de color muy claro; de ahí el nombre.


El recorrido me ha parecido más pesado que otros (tal vez porque era el tercer día), con pasajes en los que hay que ir en cuclillas, otras veces hay que ascender por zonas complicadas,... Eso sí, está bien señalizado.

Cuando llegas a Uchisar, sin necesidad de entrar en el pueblo ya te señalan uno de los accesos al valle de las palomas, que te devuelve a Goreme.


Esta vez lo he hecho en el sentido correcto, pero no he visto una sóla paloma.

Tampoco es que haya visto a mucha gente. En el comienzo del valle Blanco me habré cruzado con una docena de personas y en el regreso por el de las palomas, con una pareja.

En total han sido unas tres horas y media de caminata (no sé andar despacio). Por lo que me he relajado en el dormitorio.

El plan era hacer exactamente lo que he hecho, pero como soy un culo inquieto, para las 14:00 ya he cogido un bus que me llevara hacia el valle de devrent. No hay bus directo, pero el que recorre Ügrüp-Goreme-Cavusin-Zelve-Avanos, cada hora, te deja cerca. Concretamente, después de la parada del Museo al Aire Libre de Zelve, al de unos dos kilómetros hay un cruce, a la izquierda Avanos y a la derecha camino a Devrent. El problema ha sido que el conductor se ha olvidado de mí y me ha llevado hasta Avanos. Así que he tenido que volver a montar en el mismo minibús cuando ha hecho el trayecto inverso. Esta vez no ha habido problemas y me ha dejado en la carretera.

Desde el punto donde deja el autobús, hay que recorrer por carretera unos dos-tres kilómetros.

Devrent no es como los valles rosa, rojo, zeme, espadas, blanco o palomas; bien vas por la carretera, bien por el cauce de un río seco paralelo a la carretera. Eso sí, cuando llegas, aunque no está indicado absolutamente nada, pero na' de na', sabes que has llegado porque ves una concentración única de formas cónicas, apretadas. Es el típico sitio en que empiezas a mirar a ver a qué se parece cada una de las estructuras, como un niño con las nubes del cielo.


Aproximadamente el paisaje se prolonga un par de kilómetros. Al final llegas a un sitio lleno de turistas de agencia que bajan-fotografían-suben en unos treinta segundos, porque otro autobús está esperando aparacar en el borde de la calzada. ¿Y qué les atrae hasta este recóndito lugar? Pues una figura de postal:


Pero desde luego no es lo más espectacular, si bien es muy llamativo y fotogénico.



Como no me puedo meter por entre las rocas, recorro el camino de vuelta, con la intención de coger el siguiente bus en el mismo sitio donde me ha dejado.

Pero, claro, no lo he hecho. He empezado a bajar y, en poco tiempo, he optado por ir campo a través, buscando senderos (que no he encontrado). Pero avanzando, avanzando, he llegado a Pasabagi (al de una hora aproximadamente).


Por cierto, antesdesayer no me di cuenta de la localización de la comisaría de policía.


Podía haber cogido el mismo bus allí, pero ya "fromlosttotheriver". Total, en hora y media más me planto en Goreme. Y así ha sido. He llegado derrengado otra vez. No aprendo.

Como no había comido más que fruta que he comprado en un mercadillo que había hoy en Goreme, a eso de las 22:00 el hambre me ha llevado al centro, donde he comido un kebap de cordero especial de la zona. Cuecen la carne junto a abundante verdura en una vasija tapada por un pan de pita, como si de una chimenea de hadas se tratara; muy llamativo. Me lo han servido con arroz aparte, al igual que con verduras salteadas. Me he puesto las botas. Además me han obsequiado con un postre de la casa y un nescafé. (29TL). Ya han pasado dos horas desde entonces y creo que ni con una caja de almax podré descansar.

Bueno, pues la experiencia de Capadocia llega a su fin. Mañana a las 8:10 me vienen a buscar para llevarme al aeropuerto de Kayseri (70km; 25TL), pues vuelo directo hasta Estambul, última etapa de mi recorrido por Turquía.

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