Escapada un tanto extraña, y es que estaba planeada para ocupar todo el fin de semana del 8 al 10 de abril, pero que recortamos finalmente al dar un tiempo malísimo para todo el finde, especialmente para el domingo, por lo que teníamos miedo de encontrarnos problemas para volver por el Huerna.
Extraña también porque la idea era ir a Las Médulas, pero nos quedamos sin ir, porque daban mucha lluvia para el sábado (llovió fuerte a ratos por la mañana), así que nos contentamos con visitar El Bierzo y de probar un poco la noche ponferradina. Así las cosas, y sin apenas planificación ya que llevaba preparada una ruta por Las Médulas y un par de visitas cercanas; por lo que tuvimos que improvisar e ir planeando el recorrido sobre la marcha. Al final nos salió una escapada bastante maja, recorriendo (en coche, eso sí) un buen tramo del Camino de Santiago a su paso por El Bierzo.
Para el alojamiento tiramos de Airbnb, y es que encontramos una habitación bastante amplia en un piso en pleno centro por 30€, pero el mismo día de hacer la reserva, el anfitrión tuvo que cancelarla ya que no iba a estar en Ponferrada.
Seguimos buscando y encontramos una habitación perfecta, solo que algo alejada del centro (no tanto como parece en el mapa, estaba a 10 minutos escasos del Castillo), en una zona bastante tranquila y con aparcamiento a la puerta.
El piso está muy limpio, el baño es completo y la anfitriona (Rosana) es muy amable, recomendándonos bastante acertadamente sitios para cenar y también para visitar en la comarca. Una elección muy buena. ¡Ah! Y se me olvidaba lo mejor de todo, el precio: 27€ la noche para los dos (meter el código ESPAGNE2015, CROATIE2015 o NORVEGE2015.
La preparación nula, llevaba notas de Ponferrada, sobre todo de la historia y de monumentos; esa parte sí estaba preparada. Pero como dije antes lo demás fue todo sobre la marcha, y es que ante el mal tiempo (y el no ir a Las Médulas, porque para hacer una ruta así lloviendo...) tuvimos que improvisar un plan por El Bierzo.
Día 1- Viernes 08/04/16: Un paseo por Ponferrada
Salimos ya de tarde, así que llegamos a Ponferrada con el tiempo justo para dejar las maletas y dar un paseo aprovechando los últimos minutos de luz.
La idea era salir a la hora de comer de Avilés, pero no pudo ser, me liaron en las prácticas y cuando pusimos rumbo al Bierzo la aguja corta del reloj había superado ya hacía rato las cuatro. La primera, en la frente.
Para ahorrarnos pagar el peaje del Huerna entero decidimos cruzar la preciosa Comarca de Babia, que es Reserva de la Biosfera y a la que tengo unas ganas enormes por razones senderistas, y es que tiene muchísimos rincones preciosos y apenas conozco un par de ellos. Lo que se ve desde la carretera promete, y mucho.
Tras cruzar esta bonita comarca arribamos a Villablino, la capital de la cuenca minera leonesa. Llevamos hora y media de coche y paramos a tomar el aire y un refresco, que no hay prisa por llegar a Ponferrada, total, que más da a las 7 que a las 7 y media si la idea es cenar y tomar algo de noche... Villablino no destaca por su belleza, es más bien el típico pueblo grande con todo tipo de servicios, pero como todas las localidades tiene algún rincón bonito. Además se celebraba ese viernes una fiesta mexicana, por lo que en el bar nos invitaron a probar diferentes fajitas y salsas de nachos. Buena decisión hacer aquí un alto en el camino.
Y llegamos finalmente a Ponferrada, nuestro destino. Aprovecho para contaros un poco la historia de esta bonita ciudad:
A orillas del Sil, en torno a la actual Ponferrada se tiene constancia de asentamientos desde el Neolítico, incluyendo la época romana. Sin embargo, Ponferrada nace como tal en la Edad Media, y es que en 1082 el obispo de Astorga ordena la construcción de un puente sobre este río para ayudar a los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago. Este puente se refuerza con hierro, lo que da nombre al asentamiento que crece alrededor del puente (Pons Ferrata -Puente Fortificado-) Los Templarios se hicieron poco después con el control de este asentamiento, y es que se encargaban de la defensa del Camino; construyen un castillo y la amurallan, empezando a llegar población de aldeas vecinas.
Durante los siglos XIII y XIV empieza un gran crecimiento, gracias fundamentalmente al Camino, que atrae a campesinos, comerciantes, artesanos e incluso judíos, que se asientan en las afueras. En 1312 desaparece la Orden del Temple por su gran poder acumulado, pasando la ciudad por manos de varias familias nobiliarias hasta que los Reyes Católicos la reclaman como propia tras una disputa entre el Conde de Lemos y su hijo, lo que llevaría a diversas batallas y sitios a lo largo del siglo XVI, que siguió creciendo a un ritmo sostenido, hasta que en el siglo XIX cayó en una cierta decadencia al pasar a formar parte de la provincia de León, llevándose la capital gran parte de la actividad económica; si bien como capital del Bierzo mantuvo una cierta riqueza, fundamentalmente de la actividad minera, hoy en declive.
Dejamos las maletas en la habitación y ponemos rumbo al centro, dando un paseo por el casco antiguo mientras sopesamos donde y como cenar. Nos habían recomendado hacerlo de tapas, y mientras dábamos una vuelta íbamos echando un ojo a los distintos bares (en el día siguiente os cuento bien todo lo que es el centro de Ponferrada, esto no es más que un aperitivo)
Lo único que vimos el viernes que no veríamos el sábado es lo cerca que están los Montes Aquilianos de Ponferrada. Que ganas de conocerlos y de patear todo el Valle del Silencio, tiene que ser precioso.
La zona de tapeo está en torno a la Plaza del Ayuntamiento y la Calle del Reloj. Tomamos unas cañas y fuimos tapeando, aunque no es el Húmedo está bien; y acabamos en La Bicha, donde ponen las patatas típicas ponferradinas (una especie de bravas), calamares y mejillones. Muy bueno todo y nada caro. Lo malo encontrar mesa en fin de semana.
Por esa zona se puede luego tomar algo, y eso hicimos, aunque tampoco alargamos mucho la noche, y es que no había demasiado ambiente (por Ponferrada se sale más los sábados) y queríamos aprovechar el día siguiente.
Día 2- Sábado 09/04/16: Un paseo por Ponferrada
Nos levantamos a eso de las 9 y media, y tras ducharnos y demás nos despedimos de Rosana y de su marido para llevar las maletas al coche. Teníamos la idea de ir hasta el centro andando, pero nos comentó la existencia de un aparcamiento gratuito justo detrás del Ayuntamiento, y allí que nos fuimos en coche, para salir luego más rápido de la ciudad y aprovechar más el día. Bueno, para que mentiros, allí que nos fuimos en coche por vagancia. Aparcamos aquí y atravesamos la Calle Ancha
Y en menos de dos minutos desde este aparcamiento (está en la Calle Obispo Osmundo, 8; por si queréis meterlo en el GPS) llegamos a la Plaza del Ayuntamiento, que acoge el edificio consistorial ponferradino. Este edificio barroco, construido a caballo entre el siglo XVII y XVIII marca el centro de la ciudad.
A su derecha se encuentra uno de los símbolos de Ponferrada, la Torre del Reloj. Está situada sobre una antigua puerta de la muralla, el Arco de las Eras; y fue construída en el siglo XVI.
Esta plaza tiene además varias casonas muy bonitas.
Y en el centro se encuentra una estatua dedicada a Pepe Cortés, un barquillero ponferradino, aunque nacido en la localidad orensana de Parada de Sil, muy querido en la ciudad.
Pasamos bajo el Arco de las Eras y la Torre del Reloj para pasar a la Calle del Reloj, la columna vertebral de Ponferrada.
Desde aquí se ve el famoso reloj que da nombre a la torre.
Tras caminar esta calle, llegamos a la Plaza Virgen de la Encina, antes de seguir pateando la ciudad nos sentamos a desayunar en La Lechera, donde nos tomamos unas tostadas y un café para coger fuerzas por 2.30, recomendable.
Esta plaza acoge varios edificios notables. El más importante de ellos es la Basílica de La Encina, un templo que se tardó en construir casi 150 años entre los siglos XVI y XVIII, estando a caballo entre el Renacimiento y el Barroco.
Se construyó sobre la antigua iglesia medieval de Santa María, y está completamente metida entre edificios, por lo que es complicado tener una buena visión de su fachada, neoclásica, y es que se reformó en el siglo XIX
Nos asomamos al interior, es bonito, es la típica iglesia barroca muy recargada de decoración. Aunque se nota la escasez de fondos al construirla, y es que solo están decoradas ciertas partes del templo, dista mucho de una catedral o basílica barroca de una gran ciudad; lo cual es comprensible teniendo en cuenta el tamaño de Ponferrada.
La plaza acoge además varios edificios muy bonitos. Toda la zona entre las dos plazas, con la Calle del Reloj de por medio, es realmente bonito.
En el centro de la misma encontramos una estatua de la Virgen de la Encina, la patrona del Bierzo.
Desde aquí se ve el principal monumento de la ciudad, el Castillo Templario, que visitaríamos en unos minutos.
Para llegar a él tomamos la Calle Gil y Carrasco, donde se encuentra el Museo de la Radio Luis del Olmo, y es que este reconocido periodista es ponferradino. Está en un bonito edificio, la Casona de los Escudos, de estilo barroco tardío. No entramos por falta de interés y por la entrada (2.5€); actualmente todos los museos de la ciudad son gratuitos los miércoles.
Justo enfrente está la Oficina de Turismo, entramos a por información del Bierzo más que de Ponferrada en sí, y es que ya habíamos visto todo lo de la ciudad, y es que el centro es realmente pequeño, como nos confirmó la amable chica que atendía, que nos ayudó bastante para planificar nuestro día por El Bierzo.
En la parte de abajo de la calle se encuentra la Iglesia de San Andrés, un sencillo templo barroco con un bonito retablo, que no pudimos ver al estar cerrada, una pena.
Y aquí se encuentra el símbolo de Ponferrada, el Castillo Templario, una fortaleza construida por esta legendaria orden religiosa a finales del siglo XII sobre un antiguo emplazamiento fortificado celta y después romano.
Los templarios se hicieron los dueños del pequeño asentamiento de Pons Ferrata para proteger a los peregrinos que iban camino de Santiago. Esta orden creó dos sistemas que siguen funcionando hoy en día, las letras de cambio (que hoy en día serían las tarjetas de crédito) y la red de hospederías en las peregrinaciones; aplicando ambas en Ponferrada.
Pero volvamos a 2016, y es que a la entrada hay unos carteles muy útiles para preparar una visita a Ponferrada, os los dejo por aquí.
Tras pasar por taquilla entramos al recinto del Castillo, que tiene una parte bastante derruida. Sin embargo da la impresión de estar cuidado para el viajero, lo que es de agradecer.
Desde la parte del Castillo Nuevo, que acoge una interesante exposición, se tienen buenas vistas del Sil a su paso por Ponferrada.
Esta exposición tiene 3 piso. El de abajo es sobre los templarios, muy sencilla, con un vídeo de un caballero contando su historia y algunos trajes. La del medio (por la que se entra) es de la vida en la Edad Media; y la de arriba es sobre los castillos de la zona occidental de Castilla y León, con un entretenido vídeo corto con imágenes de dos docenas de fortificaciones.
La visita continua por el paseo de ronda, y nuestro paseo por las murallas no fue agradable por la lluvia fuerte que nos acompañó durante un rato, menos mal que fue solo media hora y que pasamos buena parte a resguardo, aunque luego mejorara el día haber ido a Las Médulas hubiera sido un gran error.
Nos metemos al Palacio de la fortaleza por la parte superior. Aquí está el Tempus Libri, una colección de libros medievales cedidos por un particular para ser expuestos. Está interesante.
Deja de llover, así que seguimos por el paseo de ronda, en dirección al Castillo Viejo, los restos más antiguos de la fortaleza templaria. Está totalmente en ruinas
Desde la Torre del Homenaje tenemos muy buenas vistas del centro histórico de Ponferrada. Y también de la zona más residencial.
Cerramos la visita del Castillo y de la propia ciudad viendo el patio del Palacio de la fortaleza.
De aquí nos vamos al coche para dejar atrás la capital berciana, una ciudad pequeña con cierto encanto y que nos gustó mucho.
Información práctica
Acceso: En el centro de Ponferrada
Horario: Consultar foto en la etapa
Precio: Consultar foto en la etapa
Web: www.ponferrada.org/ ...templarios
CONCLUSIONES DE PONFERRADA: Ponferrada es una ciudad pequeña con un casco histórico muy pequeño, pero está lleno de encanto. A medio camino entre León y Lugo queda fuera del turismo de masas, pero la gente que pasa por delante sin parar comete un gran error; y es que en las estrechas calles que unen el Ayuntamiento con el Castillo se asientan preciosos edificios y estatuas que son el alma del Bierzo. Además, el propio Castillo es un monumento impresionante, con cientos de años de historia mezclada con leyenda.
Para visitar Ponferrada valdrá con 3 horas para el viajero medio, y es que como digo el centor es tremendamente pequeño, llevando el Castillo un poco más de tiempo. Si se quieren visitar más museos llevará algo más, pero tampoco hay ninguno rompedor y diferente (o eso creo). Para mí es una parada imprescindible si se pasa por la zona, y es que se ve muy rápido y es muy bonita.
Cogimos el coche y nos hacemos, de forma exprés y sin ningún esfuerzo, una etapa del Camino de Santiago, llegando en menos de media hora a Villafranca del Bierzo
En la zona de Villafranca del Bierzo se encontraron ya vestigios neolíticos, además de restos celtas y romanos. Según la leyenda el asentamiento fue creado por vaqueiros asturianos (de Tineo y Luarca) que bajaban de las brañas de la zona de Leitariegos; si bien las pruebas documentales hacen referencias al monasterio benedictino fundado en 1070 para ayudar a los peregrinos a alcanzar la tumba del apóstol Santiago, trayendo además los monjes a esta zona el cultivo de la vid. Este monasterio atrae a una buena cantidad de francos, que se asientan en estas tierras, dando nombre al pueblo “Villa Francorum” A finales del siglo XII el rey Alfonso VII le otorga el señorío a su hermana Sancha, Villafranca va pasando de mano en mano entre reyes castellanos que le dan un fuerte empujón, haciéndola crecer; sin embargo al pasar a formar parte de las propiedades eclesiásticas a mediados del siglo XIV entra rápidamente en decadencia, siendo un lugar peligroso y es que al amparo de la oscuridad en sus calles estrechas eran frecuentes los asaltos a peregrinos.
La situación mejora un poco a finales del siglo XV, creciendo una incipiente burguesía y un fuerte gremio artesanal, lo que permite la construcción en los siglos posteriores de los importantes edificios que podemos ver hoy en día. El convento cluniense cae en desuso en el siglo XVI, pero numerosas iglesias son construidas por todo el pueblo, que se convierte en un referente en la Ruta Jacobea, siendo un centro comercial, artístico y cultural.
En la Guerra de Independencia fue el Cuartel General del Ejército de Galicia, lo que le sirvió para ser saqueada por el ejército francés y también por fugitivos ingleses. Los franceses desmantelaron el Castillo, robaron los objetos de valor de todas las iglesias y quemaron el archivo municipal. En 1822 se crea la provincia de Villafranca del Bierzo, que incluía todo El Bierzo y Valdeorras (actualmente en Ourense), hecho que aún se recuerda de forma continua en esta comarca, y es que gran parte de la sociedad berciana pide la independencia de León por razones históricas (esta provincia decimonónica) y geográficas (el Valle del Bierzo forma parte de la Cuenca del Sil, zona de gran influencia gallega –basta con oír a cualquier berciano hablando para entender esta influencia-) Este hecho marca además la mayor importancia de Villafranca sobre Ponferrada de esa época. En 1833 se divide entre las de Ourense y León, desapareciendo la quinta provincia gallega..
A partir de entonces Villafranca cae en decadencia, y es que pese a tener más población que Ponferrada representaba todos los valores del Antiguo Régimen (pequeña nobleza, terratenientes, clero), frente a la moderna sociedad ponferradina basada en el comercio y a la industria; obviamente Villafranca se queda muy atrás y ve como Ponferrada le quita toda la actividad económica, dejándola muy alejada y como una población menor del Bierzo, situación que se mantiene hoy en día. Villafranca sigue viviendo a día de hoy, como en los últimos años del Camino de Santiago, teniendo un centro histórico singular y que se mantiene intacto.
Aparcamos casi al final del pueblo, en la zona de la Alameda, y nos dirigimos al centro para comer. La Alameda es un parque casi al final del pueblo, pero cerca de la Plaza Mayor
Ahí mismo está la Oficina de Turismo (cerrada al ser mediodía) y la Iglesia de San Nicolás el Real, un gran convento construido en el siglo XVI y que fue la sede de la Diputación del Bierzo en el siglo XIX. Actualmente acoge el Museo de Ciencias Naturales.
Vamos ya buscando donde comer, y pasamos por la bonita Travesía de San Nicolás
Llegando rapidamente a la Plaza Mayor, que acoge bonitos edificios típicos bercianos. Es el centro neurálgico de Villafranca.
También acoge el Ayuntamiento de Villafranca, en un palacete de piedra.
Aquí comimos en El Casino, tenían un grupo enorme en el comedor y la verdad, la comida dejaba mucho que desear, para nada recomendable. Incluso dejé un trozo de filete de pollo por estar poco hecho. Muy mal, picamos en la turistada del Camino. Además una de las camareras era amable, pero la otra fue terriblemente borde con nosotros.
Lo único bueno del restaurante es que tenían folletos con el menú, y en ese folleto venía un útil plano turístico de Villafranca con las principales atracciones. Nos pusimos en marcha, yendo primero a la Iglesia de San Francisco, sobre unas escaleras. Es sorprendente la cantidad de iglesias que hay en Villafranca.
Esta iglesia fue construída en 1285 por Doña Urraca, aunque su aspecto actual viene dado por una reforma en el siglo XVI
Al estar en un alto, desde aquí se tienen muy buenas vistas del pueblo. A lo alto destacaban el Castillo y la Iglesia de Santiago, reinando sobre Villafranca.
Desde este alto debemos bajar para acceder al Castillo, debiendo cruzar el Arroyo de la Barbuliña, dejando atrás San Francisco
Llegamos al Castillo de Villafranca del Bierzo, construido a principios del siglo XVI y desmantelado por los franceses en la Guerra de Independencia; estado ruinoso que se mantiene hasta el día de hoy.
Por encima está la Iglesia de Santiago Apóstol, un templo románico, de los más antiguos del Bierzo. Tiene la Puerta del Perdón, es la única Puerta jacobea a lo largo de todo el camino (además de la del Obradoiro, claro); y es que en año santo si un peregrino por accidente o enfermedad no puede llegar a Santiago, puede recibir aquí la gracia jacobea.
De aquí bajamos siguiendo el Camino de Santiago, que atraviesa Villafranca pasando por calles con mucho encanto.
No es de extrañar, a la vista de estos rincones y callejuelas, que Villafranca haya sido nombrada Conjunto Histórico-Artístico.
Llegamos al Río Burbia, que pasa por Villafranca. Lo cruza el Puente Medieval, que es uno de los símbolos de la ciudad.
Dándonos la vuelta tenemos una buena vista de Villafranca, y de sus principales monumentos. Y en ese extremo del puente (en el del centro urbano), hay una estatua de un peregrino, recordando la enorme vinculación entre esta localidad y el Camino.
Volvemos sobre nuestros pasos para ver el último monumento que nos quedaba, la Colegiata de Santa María, construida en el siglo XVI sobre el antiguo monasterio benedictino que dio origen a Villafranca.
De estilo barroco y viendo las vidrieras vimos que el interior prometía, pero estaba cerrada a cal y canto. Una pena.
Y aquí pusimos a nuestra visita a Villafranca del Bierzo, siendo aún las 5 de la tarde, por lo que decidimos hacer algo más para redondear el día.
CONCLUSIONES DE VILLAFRANCA DEL BIERZO: Villafranca es pequeña, pero toda ella está plagada de iglesias y conventos, dándole un aspecto impresionante. Es un pueblo modelado con el Camino, y me costaría mucho decidirme entre Ponferrada y esta localidad, la verdad. Pasear su casco histórico de iglesia en iglesia es la mejor forma de conocerla.
Un par de horas son suficientes para el viajero medio, y es que las visitas son todas exteriores y las distancias no son demasiado grandes. Es una parada a tener en cuenta en un viaje por la zona, e incluso como parada para estirar las piernas en un viaje largo (perfecto para un Madrid-Galicia por ejemplo)
De aquí nos vamos a Cacabelos, un pequeño pueblo cercano, que cruza el Camino de Santiago, por hacer tiempo más que nada, que era pronto para volver a casa.
Aparcamos junto a la Oficina de Turismo, situada en un bonito edificio. Entramos a por un plano, tienen un museo arqueológico, bastante pobre por lo que vemos desde el mostrador. Así que nos vamos directamente a patear el pueblo.
Cacabelos no destaca por su belleza, que se encuentra concentrada en la Calle de Santa María, modelada por el Camino de Santiago y arteria del pueblo desde la Edad Media
Al principio de esta calle se encuentra la Iglesia de Santa María, consagrada en 1108 y reconstruida casi al completo en le siglo XVI.
Y al final la Ermita de San Roque, construida a finales del siglo XVI sobre los restos de la antigua Ermita de la Vera Cruz.
Volvemos por la Plaza Mayor, que acoge el moderno Ayuntamiento de Cacabelos, sin mayor interés.
Y pasamos por una rotonda con una columna romana con un millario debajo, en honor al pasado romano de la zona.
Por consejo de la chica de la oficina de turismo nos vamos al Castro de la Ventosa, un asentamiento prerromano cerca de Cacabelos que recibe ese nombre por las fuertes rachas de viento que soplan en lo alto. La ubicación es típica de un castro, y es que es un punto alto en medio de la llanura berciana, viendo los posibles movimientos del enemigo desde lejos.
Las vistas son muy abiertas, pero la cima también lo es, por lo que debemos caminar bastante para tener vistas distintas. Por detrás de Cacabelos asoma Ponferrada. Al sur, la zona del Morredero y el Valle del Silencio, en los Aquilianos.
En el punto más alto se encuentra un vértice geodésico, tras el cual asoma el Macizo Galaico, que separa Galicia de Castilla y León.
Y por ahí asoman Las Médulas, los picos rojos que sobresalen, una pena no haber podido verlas más de cerca.
Y para despedirnos del Bierzo una foto para el recuerdo. Un placer haber conocido estas tierras tan bonitas.
Y de aquí a casa, para ahorrar el peaje fuimos hasta Astorga por autopista, de ahí a Hospital de Órbigo por nacional y luego comarcal hasta el Huerna.
CONCLUSIONES
LO IMPRESCINDIBLE
· Ponferrada: Encanto concentrado
· Villafranca del Bierzo: Modelado por el Camino
LO MENOS RECOMENDABLE
· Cacabelos: Bien poco que ver
LAS SORPRESAS
· Villafranca: Mucho en poco
· Castillo Templario: Una lección de historia y leyenda
LAS DECEPCIONES
· El tiempo
NOS QUEDAMOS CON GANAS DE...
· Patear Las Médulas
· Santiago de Peñalba y Aquilianos
· Entrar a los Ancares
Escapada de fin de semana a Toledo. Saliendo desde Madrid (bajé ese fin de semana a ver a mi novia aprovechando la oferta cinturón de Iberia -52€ ida y vuelta de viernes a domingo volando a Asturias a las 10 de la noche, muy buena combinación-) decidimos conocer esta ciudad en un par de días, haciendo noche a través de Airbnb (hay que ver que barato en temporada baja…) Los dos habíamos estado en Toledo hace años, por lo que ninguno recordábamos nada, y estando tan a tiro de Madrid (1 hora en coche) nos parecía pecado no conocerla bien, así que decidimos ir a pasar el día, aunque viendo los chollazos de Airbnb (luego comento más a fondo) decidimos hacer noche y pasar así el finde en la capital castellano-manchega.
Decidimos ir este finde (16-17 de abril) a Toledo como un mes antes, y un día en casa me dio por mirar en Booking y Airbnb el precio de los alojamientos. Había hoteles que estaban bien, pero los apartamentos estaban tirados de precio. Nos quedamos, por las referencias y la ubicación más que nada, con una habitación en la zona de Antequeruela (a 5 minutos del Zocodover y 10 de la estación de autobuses y el parking gratuito que tiene enfrente). Nos salió por 27€ la noche de sábado a domingo, introduciendo el código MADRID2015 o MADRID2016 (esta vez el código es legal, no un chanchullo de los míos ) y es que la ciudad está a menos de 100 kilómetros de la capital de España.
Os dejo por aquí el link de las habitaciones que ofrece en este piso, son 3: www.airbnb.es/rooms/6665932www.airbnb.es/rooms/4098242www.airbnb.es/rooms/4730955
La habitación es sencilla. Una cama matrimonial, una mesa y una mesita; pero es amplia, más que suficiente para pasar un fin de semana. Manuela (la anfitriona) no vive en este piso (un bajo), sino en el segundo, pero está atenta para ayudar en todo lo necesario, además edita una revista de turismo en Toledo, por lo que da multitud de consejos prácticas. El baño, la cocina y el salón son compartidos; pero está todo muy limpio; y la zona, aunque está pegada al centro, es supertranquila. Muy recomendable el alojamiento, en la línea de los comentarios que tiene en la plataforma.
La preparación para el viaje fue sencilla, una amiga de mi novia es de Toledo, así que nos aconsejó acerca de todo: qué ver, dónde comer, dónde tomar algo… Esta vez poco trabajo de investigación tuve que hacer, la verdad. Me sentí algo extraño, pero salió todo a pedir de boca (excepto por el tiempo, parece que me persigue la lluvia aún pasando Pajares ¬¬) Lo único que hicimos con antelación fue reservar plaza con Cuéntame Toledo para dos de sus rutas: El Free Tour de la 1 de la tarde y la ruta Templarios y Leyendas de las 8 de la tarde, ambos para el sábado.
Día 1- Sábado 16/04/16: Pateando el centro
No dormimos demasiado la mañana para aprovechar bien el día, teníamos a la 1 el Free Tour y queríamos dejar con calma las cosas en el apartamento e ir a Turismo antes, así que sobre las 10 nos íbamos para llegar hacía las 11 a Toledo. Aparcamos en el enorme Parking Safont, gratuito, justo debajo del centro histórico (con acceso por escaleras mecánicas), frente a la estación de autobuses (está indicado como Parking Safont en el mapa del alojamiento); decir que se llega por avenidas amplias, para los más inseguros conduciendo, no tiene ningún tipo de problema.
Nos fuimos al apartamento, Manuela nos dio su revista turística y las llaves y nos fuimos directos al centro. Optamos por las escaleras mecánicas, ya que la cuesta es un momento bajarla, pero subirla… y en unos 5 minutos estábamos ya en el centro de la ciudad. Antes de seguir con la visita os cuento un poco la historia toledana.
Frente a la actual Toledo se levantó una población celtibérica amurallada sobre una serie de castros, en el Cerro del Bú (hoy en día uno de los mejores miradores a la ciudad) En el año 193aC es conquistada por los romanos, quienes construyen Toletum, en el actual casco histórico. Durante esta época desarrolla una importante industria férrea, llegando a acuñar moneda. Quedan pocos restos romanos, y es que la mayoría de construcciones históricas fueron desmontadas para aprovechar los sillares, pero algo se puede visitar a día de hoy, como las termas. En el 411 los alanos toman la ciudad pese a los esfuerzos romanos por defenderla, como la reedificación de antiguas murallas. Sin embargo siete años después llegaron los visigodos y se hicieron con Toletum, su rey, Atanagildo, instauró aquí la corte del Reino Visigodo y su hijo Leovigildo (seguro que los más ancianos del lugar sois capaces de recitar la lista de los 31 siguientes reyes visigodos) la convirtió en capital del Reino Visigodo de Hispania y en arzobispado, por lo que ostentaba tanto el poder político como el religioso de la Península Ibérica durante los primeros siglos de la Edad Media (la llamada Transición) De esta época hay dos muy buenos ejemplos: Los Concilios de Toledo, por los que se regía la sociedad visigoda (en uno de ellos el Reino pasó de tener el arrianismo como religión por el cristianismo) y todo el derecho visigodo (una de las bases del actual derecho español), que fue redactado casi íntegramente en esta ciudad, que creció enormemente gracias a este pueblo germánico.
En 711 es sometida al dominio musulmán y recibe el nombre de Tulaytula, acogiendo una fuerte población mozárabe (cristianos viviendo en Al-Andalus), lo que provocó varios levantamientos contra Córdoba, todos sofocados violentamente hasta que se incorpora la ciudad al califato cordobés en el siglo X, aunque esta dependencia, como el Califato en sí mismo (hay que ver que mal suena esta palabra hoy en día por cuatro anormales…), solo duraría un siglo, convirtiéndose en un reino de taifa (pequeñas unidades territoriales en las que se dividió Al-Andalus) poderoso, pero sometido al vasallaje de Castilla (recomiendo la lectura de El Puente de Alcántara para comprender este convulso período de la Reconquista, que está bastante lejos del moros contra cristianos que nos enseñaron en el colegio) hasta que en 1085 Alfonso VI de Castilla entra en la ciudad sin ningún tipo de oposición ni resistencia a cambio de respetar la seguridad de los toledanos y sus bienes. En esta época Toledo es un crisol de culturas, con judíos, cristianos y musulmanes conviviendo de forma más o menos pacífica, lo que hoy nos deja una ciudad increíble con muestras de las tres culturas. Tras la “conquista” llega el periodo de mayor de esplendor de Toledo hasta el momento, con una fuerte actividad cultural, social y política. Florece la Escuela de Traductores de Toledo y varias obras de arte civiles y religiosas dejan huella en la ciudad. La tolerancia no dura demasiado, y es que los cristianos construyeron la nueva catedral sobre la mezquita mayor, a su vez situada sobre la antigua catedral visigoda (la primera de España, por eso aún a día de hoy recibe el nombre de Catedral Primada) A lo largo de la Baja Edad Media la ciudad crece de una forma espectacular, siendo reformada en 1492, cuando los Reyes Católicos expulsan a los judíos de la Península Ibérica al no poder asumir las deudas con estos banqueros.
Esta ciudad, elegida por Isabel la Católica como lugar de reposo eterno (aunque finalmente fue enterrada en Granada junto a su esposo), se convirtió en la capital del mundo en 1522, cuando Carlos I la convierte en corte del Imperio Español, que ya por aquel entonces era el más poderoso del mundo, con vastas posesiones en América. En el siglo XVI era como el Nueva York de hoy en día, todos los grandes acuerdos comerciales se firmaban ahí y era la ciudad del lujo y el derroche, teniendo todos los nobles grandes palacios en Toledo. Sin embargo, en 1561, cuando Felipe II decide instalar la capital permanentemente en Madrid la ciudad pierde gran parte de su peso político y social, llegando de forma casi simultánea la ruina de la industria textil (la principal de las industrias toledanas), lo que por suerte estanca por completo la ciudad (digo por suerte ya que gracias a esta decadencia ha llegado a la actualidad tal y como era en el siglo XVI, siendo una lección viva de historia), que ve ligeros rayos de luz en los siglos XVII y XVIII, pero no recuperando nunca su esplendor del 1500.
La Guerra Civil amenazó seriamente con destruir la ciudad, y aún a día de hoy podemos ver las marcas de los balazos en numerosos edificios. Las tropas sublevadas se atrincheraron en el Alcázar mientras que el ejército republicano les sitiaba tratando de volar el conjunto. Tras dos meses de asedio (que serían posteriormente utilizados propagandísticamente por el gobierno franquista) llegaron refuerzos nacionales para tomar la ciudad. La parte mala fue la destrucción casi al completo del Alcázar, que tendría que ser reconstruido, siendo hoy un edificio moderno y sin ningún tipo de carga histórica. El Alcázar, casi completamente destruido en el asedio, fue reconstruido en su totalidad posteriormente. La creación de Castilla-La Mancha como autonomía en 1983 dio un cierto impulso a la ciudad al convertirse en capital de la región por razones históricas, pese a ser la cuarta ciudad por población (por detrás de Albacete, Talavera de la Reina y Guadalajara); aunque este desarrolló no trastocó para nada el centro histórico, siendo hoy una de las ciudades más visitadas de España, lo que es perfectamente comprensible, y más teniendo en cuenta su cercanía a Madrid (una hora en coche, unos 30 minutos en tren). Desde 1986, el centro histórico de Toledo es Patrimonio de la Humanidad en virtud de varios criterios:
· Criterio I (representar una obra maestra del genio creativo humano) al representar un conjunto artístico único, albergando desde iglesias visigóticas a barrocas.
· Criterio II (testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura, tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico) al ser una capital visigoda, árabe en tiempos medievales y del Imperio Español durante el Renacimiento.
· Criterio III (aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida) al tener vestigios de varias civilizaciones ya desaparecidas: el Imperio Romano, los visigodos, los califatos medievales árabes y los sefardíes.
· Criterio IV (ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana) al tener un importante conjunto arquitectónico de los siglos XV y XVI; así como bastantes testimonios mudéjares, visigodos y árabes.
Empezando con la visita en sí, desde la zona del apartamento vemos la ciudad histórica, guarecida entre murallas medievales.
Y al llegar a lo alto vemos los barrios del extrarradio, los arrabales medievales. La verdad es que en toda la ciudad parece que el tiempo se congeló.
A dos pasos tenemos la Plaza del Zocodover, el corazón de Toledo, el antiguo zoco de la Tulaytula. En árabe Zocodover significa "mercado de las bestias de carga". De aquí arranca el Free Tour, que iba a empezar en algo más de una hora.
También fue el centro neurálgico de la ciudad medieval castellana, y es que aquí se celebraban autos de fe y otros actos inquisitoriales.
Nos vamos hacia la Catedral, donde se encuentra la Oficina de Turismo. Queremos un plano y algo de información sobre los horarios (los fines de semana hay muchas visitas gratis) para tener todo para seguir pateando nada más acabar el Free Tour. La Calle Comercio une estos dos lugares, es una calle con muchísimo encanto, pero también es de las más transitadas.
La entrada a la Plaza de la Catedral es preciosa, con un puente entre el templo y el Arzobispado.
Llegamos a esta plaza, enfrente del templo está el Ayuntamiento, en sus bajos está la Oficina de Turismo, donde una chica majísima nos dio un plano y nos comentó todos los monumentos gratis (que no son pocos)
Delante nos encontramos con una boda, iban en un precioso coche antiguo.
Y ante nosotros la Catedral Primada, la primera de toda España. Pero os hablaré de ella al final, y es que fue lo último que visitamos en la capital manchega.
Estamos puntuales a la 1 en el Zocodover para unirnos al Free Tour de Cuéntame Toledo, es recomendable apuntarse con anterioridad para que calculen los guías a llevar y demás. La guía fue encantadora y sus explicaciones fueron muy buenas. Como siempre, muy recomendable el Free Tour.
Tras explicarnos la historia de Toledo cruzamos bajo la antigua puerta del zoco y nos encontramos con una estatua de Miguel de Cervantes, que pasó amplias temporadas en la capital manchega.
Aquí está el Museo de Santa Cruz, al que no entramos. Fue construido como hospital por el Cardenal Mendoza en el siglo XVI, siendo totalmente revolucionario. Un hospital que era una obra de arte, luminoso y con jardines, rompiendo con la poca higiene y oscuridad de los hospitales medievales.
Desde aquí tenemos fantásticas vistas del Alcázar, nuestra próxima parada.
De camino a este emblema toledano pasamos por el bonito Edificio Alcázar, con claras influencias árabes. Si alguno os animais a comprarlo, admito invitaciones
Vamos pasando por bonitas calles y rincones, y pasamos brevemente por el Alcázar, lo justo para contarnos la historia. Dentro está el Museo Militar, que visitaríamos el domingo (es gratis)
Toledo es una ciudad preciosa para caminar y dejarnos perder por su centro, cargado de encanto e historia. La catedral es visible desde gran parte de la ciudad, reinando sobre los tejados.
La visita guiada pasa por el Teatro de Rojas, el municipal de la capital toledana. Aquí nos sentamos para recibir explicaciones de la historia de la Catedral Primada (es complicado hablar en la zona catedralicia con el ruido y la gente pasando)
En la Posada de la Hermandad se encuentra un museo de Leonardo da Vinci. La guía nos habla de Juanelo Turriano, un inventor milanés del siglo XVI al estilo del archiconocido da Vinci que realizó virguerías en Toledo, como una bomba para subir agua del Tajo al Alcázar que nunca nadie supo reparar y por eso cayó en desuso. Las deudas de la Corona con él le dejaron en la miseria, teniendo que vivir de la beneficencia. Para no verse sometido al bochorno de pasar por Toledo con la comida de las monjas diseñó un robot que recorría Toledo para ir a por la comida y llevársela; de ahí que la calle que baje a la catedral se llame Calle Hombre de Palo. Es extraño, cuanto menos, que haya una exposición de da Vinci y no de Turriano en esta ciudad.
Pasamos de nuevo por la Catedral, se entra por aquí, por el lateral.
En la portada nos dan explicaciones de los detalles decorativos. Muy bonitos.
Nos vamos hacia la Judería, la verdad es que todo el centro histórico es precioso. Pero este barrio fue el que más me gustó.
La entrada de la Judería está indicada con placas en español, hebreo e inglés.
Las calles están empedradas, las casas también, tal y como estaba en el siglo XIV con los sefardíes poblando este barrio y esta ciudad.
Y aquí se acaba el Free Tour, y es que cae una pedazo de tormenta que hace que las calles se conviertan en ríos. Toca fastidiarse. Nos metemos en un bar a capear el chaparrón y comemos un bocadillo de jamón, son ya las tres de la tarde y pica el hambre. Cuando empieza a parar nos vamos, hay varios monumentos en la Judería gratuitos los sábados de tarde.
Mientras caminamos por este barrio vemos azulejos, ya nos lo había comentado la guía. Son palabras en hebreo, hay más de 500 piezas repartidas por todo el barrio. Hay tres símbolos que se repiten por todo el barrio: el de Sefarad (la España judía), el candelabro de siete brazos y la palabra vida (el de la foto).
Entramos a la Sinagoga del Tránsito, que acoge el Museo de los Judíos Sefardíes. La sinagoga se erigió en el siglo XIV, en estilo mudéjar. Es fundamentalmente de yeso y fue la principal de la ciudad.
El museo es interesante, con varias piezas que nos muestran como era la vida de los judíos toledanos.
En la parte de fuera está el típico cementerio judío. Es una visita cultural y muy didáctica, la sinagoga está llena de carteles y explicaciones. Toda una lección de hsitoria de España y de la religión judía.
Información práctica
Acceso: Barrio judío
Horario: M-D, 9:30-18 (hasta las 19:30 de marzo a octubre)
Precio: 8€, gratuito los sábados por la tarde (a partir de las 14hrs) y los domingos
Web: www.mecd.gob.es/msefardi/home.html
Justo enfrente está la Casa del Greco, el museo que nos muestra donde vivió el genio cretense y alguna obra suya (ojo, el Entierro del Conde Orgaz está en un museo justo encima y tiene entrada aparte, no entramos)
La lluvia no acababa de parar, pero no nos afectaba para ver los interiores de la casa, que trataban de mostrar como era en el siglo XVI
Hay buenas vistas desde aquí de la parte alta de la ciudad. Nos enamoró desde el primer momento, se nota, ¿no?
Además vemos varias obras del Greco. La segunda, una vista de Toledo, es una de sus pinturas más famosas. Curiosamente está pintada desde la cúpula del Hospital de Tavera, que visitaríamos al día siguiente (nos contaron esto allí)
Información práctica
Acceso: Barrio judío
Horario: M-S, 9:30-18 (hasta las 19:30 de marzo a octubre); domingos 10-15
Precio: 3€, gratuito los sábados por la tarde (a partir de las 14hrs) y los domingos
Web: museodelgreco.mcu.es/
Va parando de llover (menos mal que solo fue un rato) así que buscamos donde resguardarnos.
Nos fuimos hasta una tetería árabe, llamada Dar Al-Chai. Tomamos unos tés (vienen en jarras, una individual da para 2-3 vasos) y unas pastas morunas. Una experiencia diferente y original.
Pasamos por un bonito jardín, no sé exactamente de que era.
Sigue chispeando, y nosotros a lo nuestro, impresionados por este centro tan bonito y con tantos rincones encantadores.
En una plaza encontramos una estatua a Juan de Padilla; un toledano que se convirtió en uno de los líderes de la revuelta comunera contra Carlos I. Fue ajusticiado en Villalar, tras la derrota de la insurrección en contra de los Habsburgo
Llegamos a la Iglesia de San Román, un templo mudéjar construido en el siglo XIII y que acoge hoy en día el Museo de de los Concilios y la Cultura Visigoda
Por lo visto la última hora es gratis. Eso que nos ahorramos
El interior es impresionante, está decorado con bonitas pinturas, muy de estilo mudéjar. Es una iglesia que impresiona, la verdad. Sus arcos recuerdan a los de una mezquita. Es el perfecto ejemplo del crisol de culturas que es Toledo
Están pintados incluso los arcos por debajo, es espectacular.
El museo visigodo está bien, con varias piezas, mapas y paneles explicativos. Una visita interesante, sobre todo por el interior de la iglesia.
Información práctica
Acceso: Barrio judío
Horario: M-S, 10-14:30 16-19; D 10-14:30
Precio: 1€; 0,50€ (estudiantes); gratis (pensionistas, desempleados, menores de 18 y visitas todos los días a partir de las 18hrs)
Web: www.turismocastillalamancha.es/ ...61/visita/
Garcilaso de la Vega tiene una estatua en el centro de la ciudad; y es que este famoso poeta nació aquí, en Toledo, allá por 1498.
Vamos poco a poco de vuelta hacia el Zocodover, queremos comer algo antes del Free Tour de la noche. Pasamos por la Iglesia de San Ildefonso, un templo barroco construido en el siglo XVII.
En la zona está la Iglesia de San Pedro, situada en una bonita plaza.
Ponemos rumbo a las Termas romanas, uno de los pocos vestigios de esta civilización en la ciudad, y es que si bien se conocen bastantes cosas de la Toletvm latina todos los pobladores que pasaron por esta ciudad construyeron encima y desarmaron las construcciones romanas para realizar las suyas propias. Aquí vino la anécdota del viaje, y es que de camino a este monumento una paloma tuvo a bien hacer sus necesidades desde un tejado, cayendo, como no podía ser de otra forma en mi cabeza. Me hice un apaño con un pañuelo, pero vamos, que tuvimos que ir por el apartamento a ducharme, no era plan de estar sucio toda la tarde-noche...
Pero bueno, que entramos a este vestigio, si bien poco se reconoce. El estado es bastante ruinoso, aunque varios paneles aclaran su funcionamiento.
De la que vamos hacia el apartamento pasamos por el Cristo de la Luz, la antigua mezquita de Bab al-Mardum, que vemos por fuera. Me moría de ganas de darme una buena ducha.
Salimos del centro histórico de Toledo por la Puerta del Sol, desde aquí tenemos menos de 5 minutos al alojamiento.
Tras una ducha rápida volvemos al centro, por las mecánicas, que la cuesta es empinada
Vamos al McDonald's a comer algo rápido y a las 8 estamos puntuales en el buzón del Zocodover para ir al tour Templarios y Leyendas, de Cuéntame Toledo, este ya no es Free Tour, cuesta 12€ por persona, pero realmente los vale. Es una visita muy interesante, la guía nos cuenta muy bien la historia de los templarios y de lo que hicieron en Toledo, además de contar varias leyendas de Bécquer, historias de duelos a luz de las velas y otras de miedo. Muy recomendable. Además éramos un grupo pequeño y estuvo muy bien, siendo una conversación con la guía más que nada.
No hice fotos, estaba muy atento a las explicaciones, la única esta, de la Catedral de noche.
La visita acabó en el Círculo de Arte, un bar de copas en una antigua iglesia. Un concepto rompedor, el bar respeta el espacio de la iglesia y la combinación es preciosa. Aquí vimos un duelo de esgrima, de los que ocurrían a la luz de los candiles en la turbulenta noche de la Toledo medieval. Muy buen cierre para esta visita.
De ahí nos fuimos al famoso Trébol, en la parte de detrás del Zocodover. Es una animada cervecería con mucho ambiente y con tapas baratas. Estuvo bien, comimos bastante y nos costó 6,50 por cabeza.
Nos dimos una vuelta por la zona y volvimos al apartamento, tanto caminar al final se nota, y mucho.
Día 2- Domingo 17/04/16: De interiores va el día
Para hoy teníamos previstas las visitas a interiores: Hospital de Tavera (nos lo habían recomendado encarecidamente), Alcázar (gratis los domingos) y Catedral (muy barata los domingos por la tarde)
Nos levantamos hacia las 9 y nos fuimos a desayunar por cerca del alojamiento. Para una noche no compensa comprar leche y demás para comer allí. Pasamos por el Valinor, donde servían café y tostadas con aceite y tomate por 3€. Correcto.
Frente al bar está la Iglesia de Santiago del Arrabal, una iglesia mudéjar del siglo XIII que está situada en un antiguo barrio musulmán
Está al lado de la Puerta Vieja de Santiago, en la muralla exterior de Toledo, y es que este arrabal (donde nos alojamos) quedó finalmente intramuros.
Aquí se encuentra una estatua de Carlos I de España y V de Alemania, bajo su reinado Toledo fue la capital del mundo.
Y tras cruzarla vemos la Puerta Nueva de Santiago, con toda la ciudad al fondo. Preciosas las vistas desde aquí.
En un par de minutos llegamos al Hospital de Tavera, un imponente edifio renacentista basado en un palacio florentino, con patio e iglesia.
Pasamos por taquilla y debemos esperar media hora para unirnos a una visita guiada, así que nos vamos a la iglesia (la visita es por el interior del palacio, que no se puede visitar por libre). Es grande, y bastante bonita.
Pero lo que más llama la atención es el arte que encierra, con cuadros y esculturas del Greco.
Pero a mí lo que más me gustó es el patio. Es precioso, y además un escenario cinematográfico, y es que aquí se rodaron muchas escenas de Águila Roja, Carlos, Los Tres Mosqueteros o La Conjura de El Escorial
Desde aquí arranca la visita guiada, que estuvo verdaderamente interesante. La primera parada es una botica original del siglo XVII, es alucinante como tenían todo organizado y controlado sin falta de nada más que cajas, frascos y cajones.
Subimos a la planta superior, con unas escaleras muy bien decoradas y buenas vistas del patio.
Vemos varios salones, muy ricamente decorados y con tapices preciosos (son mi debilidad, me encantan los flamencos, y hay alguno por aquí)
Pasamos también por la Biblioteca de los Medinacelli (casa que sigue siendo dueña del hospital), llena de volúmenes con siglos de historia. Es un lugar precioso, nos encantó, sobre todo por la historia que tiene encerrada en su interior.
Y como no podía ser de otra forma, también en el museo nos encontramos con obras de arte, aunque la que más me llamó la atención no era del Greco, sino de Sánchez Coello, una copia del famoso cuadro de Carlos V en Muhlberg. Además, Atlas soportando el peso del mundo con los territorios del Imperio de Carlos I me llamó mucho la atención.
Y al salir lucía el sol, viendo esto como no me iba a creer que desde la parte del Hospital pintara Doménikos Theotokópoulos su retrato de Toledo.
Subimos por las escaleras mecánicas y nos vamos de frente al Alcázar, pasando por el Zocodover, que luce precioso bajo el sol matutino.
Hay algo de cola para entrar a este edificio militar al ser gratis, pero en unos 10 minutos estamos dentro (al llegar a casa nos dimos cuenta de que para los estudiantes de la UE es gratis a diario, bueno, que lo sepáis). Decir que no queda nada del pasado de este edificio, que quedó derruido en la Guerra Civil, así que lo que vemos es un museo militar en un edificio totalmente reconstruido que guarda ciertos parecidos con su aspecto original. En esta posición construyeron los romanos una fortaleza en el siglo III (está en el punto más alto de Toledo), los visigodos establecieron aquí su centro de mando y fue ampliado por todos los que pasaron por la ciudad: musulmanes (le dieron su actual nombre: Al-Qasar -fortaleza-) y reyes cristianos. Entre los siglos XVIII y XIX sufrió tres incendios que lo dañaron, hasta que en la Guerra Civil se atrincheraron aquí los sublevados aguantando casi dos meses de asedio del Ejército Republicano. Tras la Guerra Civil fue reconstruido, acogiendo hoy en día el Museo del Ejército.
La primera planta acoge una exposición temporal de la actividad del Ejército de Tierra en Afganistán.
En la parte alta hay varias piezas históricas. El museo acaba aburriendo salvo que te gusten mucho los temas militares, que no es nuestro caso.
En el interior vemos las ruinas del Alcázar original.
Pero para mí lo mejor son los exteriores, con buenas vistas sobre el Tajo y el enorme edificio de la Academía de Infantería
Uno de los patios está reconstruido, y es verdaderamente bonito.
Tras él llegamos a un saliente con buenas vistas de las afueras de Toledo y con una estatua en honor del Comandante Villamartín, uno de los mayores tratadistas militares del siglo XIX en todo el mundo.
Y de aquí nos vamos ya hacía la catedral, que abre a las 2 con precios muy económicos para los españoles (2€)
Información práctica
Acceso: Barrio judío
Horario: 10-17 (cerrado los miércoles)
Precio: 5€, gratuito (estudiantes, menores de 18 y todos los domingos)
Web: www.museo.ejercito.es/ ...n_general/
De camino al templo pasamos por una preciosa calle con flores en los balcones.
Y 10 minutos antes de las 2, y tras comprar unos trozos de pizza en un puesto, llegamos a la Catedral. Hay ya bastante cola para sacar los billetes, al final unos 15' o así tuvimos que esperar.
Os cuento un poco la historia de la Catedral Primada, que recibe este sobrenombre al ser la primera diócesis de toda la Península Ibérica, al ser donde se instauró la capitalidad religiosa visigoda tras la conversión de este pueblo del arrianismo al cristianismo. Su nombre real es Catedral de Santa María de Toledo, y pese a su larga historia y sinfín de construcciones, reconstrucciones y ampliaciones es considerada como la ópera magna del gótico en España. La mayor parte de su construcción se desarrolló entre los siglos XIII y XV.
El interior es espectacular, no debe irse uno de Toledo sin entrar. Y lo es desde el momento de entrar.
La decoración es increíble y muy trabajada, y el coro está envuelto en paredes plenamente talladas
Para mí lo más espectacular de toda la catedral son las esculturas que están en lo alto de las bóvedas, junto a las linternas. El conjunto es sobrecogedor, la verdad.
El templo tiene muchísimas capillas y estancias laterales, muchas de ellas de gran belleza.
El retablo detrás del altar, barroco, es espectacular. Dorado y decorado hasta el último centímetro.
El claustro adosado es gótico, sencillo y decorado con pinturas. Pero tiene mucho encanto, sobre todo por lo que se ve desde su interior a través de su poblado jardín.
Y con esto cerramos la visita a la Catedral y al centro de Toledo, un monumento y una ciudad que nos ganaron y enamoraron por completo.
Información práctica
Acceso: Barrio judío
Horario: 10-17 (cerrado los miércoles)
Precio: 5€, gratuito (estudiantes, menores de 18 y todos los domingos)
Web: www.museo.ejercito.es/ ...n_general/
Nos fuimos al apartamento a por las maletas y al coche, pero no nos fuimos a casa directamente. Antes de abandonar Toledo definitivamente cruzamos el Tajo para subir hasta el Mirador del Valle, desde donde tenemos una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
Nos hicimos un sinfín de fotos, y al venir al final del viaje (recomendable) localizamos todas nuestras visitas. En el centro, colgando sobre el Tajo sobre un arrabal, destacan las siluetas de Catedral y Alcázar, sin duda los símbolos de la ciudad.
Y aquí pusimos, de una forma mágica, punto y final a un fin de semana increíble paseando por una ciudad que es un auténtico crisol de culturas, viendo a cada paso muestras de nuestra historia, de la historia de todos, de la historia de España. Un fin de semana en el que nos enamoramos locamente de una ciudad que nos enganchó desde que la vimos desde la carretera.
En definitiva, de una ciudad que se debe visitar sí o sí (un par de días dan de sobra para verla) y que seguro que no deja indiferente a nadie.
Y ya sabeis, si os gustó dejar los puntinos, y si quereis sugerir o aconsejarnos alguna ruta o lugar que ver, no dudeis en hacerlo.
Me encanta esta etapa, he vivido tres años en esta ciudad y para mí es de lo más bonito de España, el casco antiguo es mágico y una vez has tenido oportunidad de hacer rutas y descubrir todos los secretos que esconde la ciudad que a priori pasan desapercibidos, más magia tiene.
Mil gracias Sussar! Perdóname, tengo bastante abandonado este portal por falta de tiempo, pero te hubiera ayudado con lo que necesitaras para tu viaje
¿Qué tal fue? Espero que disfrutaras mucho de León
Gracias Lalu, la verdad es que Toledo es totalmente mágica, junto con Granada de lo más bonito de la España interior, un lugar que debería conocer todo le mundo
Me alegro de que te haya gustado mi relato
Hola!!! Ya hemos vuelto de nuestra ruta por León, venimos muy contentos, un tiempo estupendo y mucho ambiente. León capital me ha sorprendido, qué gusto callejear, la catedral impresionante, San Isidoro... Además estuvimos en Ponferrada, Peñalba de Santiago, Astorga, Castrillo de los Polvazares y vimos las Médulas desde el mirador de Orellán ya que otros dos millones de personas tuvieron la misma idea que nosotros y no pudimos acceder, una pena.
Gracias otra vez por tus diarios.
(Se te echa de menos en las redes sociales, tus fotos y comentarios valen la pena)
Hola Sussar!
Me alegro de que te haya sido útil esta etapa para ver un poco que ver en La Maragatería.
De nada, están para ayudar, y últimamente no tengo tiempo para seguir dándole caña a los diarios, aunque en RRSS (sobre todo Instagram) si que sigo siendo activo
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Salodari Moderador de Diarios 03-04-2009 Mensajes: 18740
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