26 DIAS EN INDONESIA. JAVA-BORNEO-LOMBOK-KOMODO Y BALI ✏️ Blogs de Indonesia

Tomamos tierra en el conocido aeropuerto de Bali. Como ya sabíamos como funcionaba gracias a la pequeña escala 4 días atrás, fuimos directos a contratar el taxi en la oficina oficial y pasando olímpicamente de los abrasadores taxistas freelance. Por curiosidad, pregunté a uno de ellos la tarifa al hotel que teníamos reservado para saber si acaso era mas barato que los 250.000 rp que cobraban en la oficina...400.000 rp, graciaaaas. Contratamos el taxi para Ubud en la susodicha oficina, y cuando llegamos al taxi y le enseñamos la dirección de nuestro hotel nos salta con que no está exactamente en Ubud, sino en las inmediaciones y eso supone 75.000 rp más. Ya empezamos con rollos, efectivamente ya sabíamos que no está en el meollo de Ubub, está ubicado en la carretera que une el aeropuerto con Ubud, lo cual a mi manera de ver es menos dinero, no más. Así que le decimos que nos deje en Ubud y nosotros ya nos apañaríamos y encontraríamos la forma de llegar...ya me encargaría de parar el coche cuando pasásemos cerca, gracias al GPS que llevaba en la mano. Al final no hizo falta, nos dejaría en el hotel por el precio pactado. El hotel en si, era el maravilloso SULI RESORT & SPA, y digo maravilloso porq está situado en medio de los arrozales, en un recinto enorme, con varios edificios de estilo hinduista, flores, bancos, piscinas, jardines y todo ello regentado por niños con uniformes blancos. Se trata de un hotel-fundación que ayuda a los niños mas desfavorecidos a alcanzar una educación, aprender idiomas, entrar en contacto con turistas de todas partes del mundo en un entorno acogedor y tranquilo. El enclave del hotel era increíble, las habitaciones limpias y cómodas y además nos proporcionaban alquiler de moto con seguro incluido por 70.000 rp/dia. Los niños te recibían con una amplia sonrisa, las niñas de la recepción nos porporcionaron un sobre con múltiple información del hotel, clave wifi, sesiones de yoga, transporte y un montón de cosas más. Nos llevaron las cosas a la habitación y por el camino nos cruzamos con unos cuantos niños más que nos sonreían e inclinaban la cabeza, era como estar en el país oriental de nunca jamás.

VISTAS DE LOS ARROZALES DESDE LA HABITACION DEL HOTEL SLY RESORT

En cuanto nos situamos y dejamos las maletas en la habitación, nos dimos una ducha y salimos motorizados hacia el centro de Ubud. Teníamos planeado ir al Santuario Sagrado de los monos, pero decidimos dejar la moto en la calle principal y patear el centro a ver que nos ofrecía el famoso Ubud. La verdad es que me encantó el pueblo, fue sin duda lo mejor de Bali, además nos porporcionaba una situación geográfica estratégica para conocer el centro de la isla. Ubud en si, es un pequeño pueblo turístico, con talleres de artesanía, mercadillos de ropa, madera, piedra, marionetas, pareos, sarongs y un millón de cosas más situados en medio de arrozales, tanto en las inmediaciones como en el interior del pueblo, y es que, si te asomabas a algunos locales, podías ver que al otro lado había plantaciones de arroz en lugar de patios interiores. En la calle principal que corta transversalmente a Monkey Forest se encuentra el ayuntamiento, el mercadillo y los templos mas importantes de la ciudad, donde hacen espectáculos de danzas balinesas y gamelán, justo entre el sturbucks y el Café Lotús, en el que si cenas, puedes disfrutar del espectáculo de manera gratuita. Nos pasamos la tarde recorriendo el pueblo, en el mercadillo, tanto en las tiendas de la calle, como en la locura que se esconde en los pisos superiores, donde las tiendas se amontonan unas con otras y la variedad es extensísima...me recordó ligeramente al mercado de fin de semana de Chatuchak en Bangkok pero a mucha menor esacala. Visitamos los templos, aunque solo desde fuera pues algunos de ellos estaban siendo acondicionados para el espectáculo de la noche y conforme iba anocheciendo fuimos pensando en buscar un warung para cenar y algún estudio de tatuajes para nuestro próximo tattoo viajero. Encontramos un sitio encantador en la misma calle de Monkey Forest, justo cuando subes la cuesta a mano izquierda según vienes del santuario de los monos. Un restaurante local hecho de madera con una pequeña terraza donde se podía cenar de cara a la calle. Aun no había gente y nos sentamos a cenar. El precio de la comida indonesia apenas alcanzaba el euro, y las sopas de pollo con verduras tipo bakso, no llegaban a 10.000 rp, además combinado con unos batidos naturales de plátanos cenamos de maravilla con un servicio excelente. Yo no sé por que la gente se empeña en tomar la misma comida occidental que durante el año, cuando tiene la oportunidad de disfrutar de la excepcional comida indonesia, cierto es que de vez en cuando el cuerpo te pide algo conocido, pero por lo genaral, cuando viajamos intentamos mimetizarnos con el país lo máximo posible, tanto a nivel social, como gastronómico. En cuanto terminamos, sacamos la guía y esbozamos el itinerario para el día siguiente, trazamos la ruta, descartamos los templos de menor interés pero elaboramos una ruta de lo mas ajustada, templos, arrozales, volcanes, manantiales, mercados...presentía que Bali iba y estaba siendo toda una revelación. Salimos del warung y recorrimos las inmediaciones, primero a pie y luego cogimos la moto para inspeccionar el pueblo antes de volver al hotel. Nos dimos una ducha y nos metimos en la cama a domir.
A la mañana siguiente, bajamos a desayunar sobre las 8 de la mañana al increíble buffet libre del hotel. Tostadas, fruta fresca, noodles, crepes, zumos naturales...y unos niños que te hacían huevos fritos o revueltos acompañados de salchichas y beicon. Nos pusimos las botas de todo, ya que no sabíamos cuando ibamos a volver a comer o si lo haríamos en todo el día. En cuanto terminamos, marqué la ruta del día con el gps y salimos primero hacia el Santuario Sagrado de los Monos. Aparcamos justo en frente, donde no pagamos nada ni antes ni después, pagamos los 20.000 rp/pax de la entrada al santuario y entramos con un racimo de plátanos que compramos en la entrada. En cuanto pusimos un pie dentro, varios monos corrieron hacia nosotros al ver las bananas. En Santuario Sagrado de los monos me pareció un sitio excepcional en todas sus dimensiones. Es un bosque situado en las límites de Ubud que alberga tres templos y una colonia de 300 monos protectores de los santuarios. Los templos conectados entre si por caminos custodiados por árboles sagrados, ficus centenarios con lianas que caen hasta el suelo, hacen de este reciento un lugar sacado de películas tipo Indiana Jones. Además, hay un río en el fondo de un cañón que atraviesa el santuario sagrado, con un puente de piedra arqueado en forma de demonio y vegetación tropical invadiéndolo todo y decenas de esculturas talladas en piedra de animales mitológicos, brujas y demonios y entre toda esta maravilla invcreible cientos de monos macacos campan a sus anchas.

MONOS DEL BOSQUE DE LOS MONOS

ESCULTURAS DEL BOSQUE SAGRADO

ESCULTURAS DEL BOSQUE SAGRADO

Antes de comenzar la visita al santuario, tentamos a los monos, para hacernos fotos con ellos, se lanzaban a nuestra espalda desde los árboles y trepaban hasta la cabeza para conseguir algo de comida, increible. Recorrimos el santuario durante mas de dos horas, visitando cada uno de los tres templos. Primero nos dirigimos al PURA DALEM AGUNG, custodiado por varias esculturas talladas en roca recubiertas de verdín y musgo. Había que pagar entrada pero se veía perfectamente desde fuera. Después bajamos la escalera de piedra sobre el cañón del rio y llegamos al templo de la primavera sagrada, situado junto al arroyo y rodeado de vegetacion tropical, impresionante. Por último, subimos de nuevo las escaleras y paseamos por los caminos centrales plagados de monos y esculturas de piedra hasta llegar al templo de la cremacion donde dos brujas devora niños aguardaban en la entrada. No os exagero si os digo que me encató la visita al Bosque Sagrado, tanto como paro no descartar otra visita en los dias sucesivos.

PUENTE DE ENTRADA AL TEMPLO DE LA PRIMAVERA SAGRADA

BRUJA DEVORA NIÑOS. BOSQUE SAGRADO DE LOS MONOS. TEMPLO FUNERARIO

Con muy pocas ganas de salir de aquel Bosque mágico, salimos a regañadientes para seguir la ruta que habíamos marcado. Cerca de las 11, salimos de Ubud en dirección al templo GOA GAJAH conocido como Cueva del Elefante, situado tan solo a 3 km del Bosque Sagrado, en el cercano pueblo de Bedulu. A medida que nos acercabamos íbamos viendo indicaciones del templo hasta que un cartel gigante informaba de su situación. Aparcamos unos metros mas allá del parking oficial, para ahorranos el ticket, porque entre entradas, donativos, parkings, sarongs... empezábamos a quedarnos sin pasta. El templo en si, está situado en un entorno natural con varias piscinas talladas en roca, con peces gigantes, donde mujeres, hombres y niños se purifican antes de las oraciones. La entrada de la cueva del elefante, es un demonio con la boca abierta con las manos abiertas sobre sus sienes. La escultura de Ganesha en su interior, con forma de elefante, es el reponsable del nombre del templo. Una vez visto, seguimos la ruta.

GOA GAJAH O CUEVA DEL ELEFANTE

Siguiendo la carretera hacia TAMPAKSIRING, paramos en el templo PURA PENATARAN SISIH, antiguamente el templo mas importante del reino. No tenía nada de especial, quiero decir, todos los templos son impresionantes pero este no destaca por nada en especial, lo especial radicaba en que era el primer templo balinés que visitábamos y recorríamos de esquina a esquina. Desde los espacios sagrados conectados por puertas profundamente decoradas, a los merus de interior y las esculturas de brujas y demonios, todo ello adornado con sarongs, sombrillas y ramas de palmera decorativas.

PURA PENATARAN, DE CAMINO A TAMPAKSIRING

MUJER GUERRERA

En cuanto terminamos pusimos rumbo a uno de los templos mas impresionantes de la isla, GUNUNG KAWI BUKIT. El trayecto en moto duró algo mas de media hora, al cabo de la cual, encontramos la desviación hacia los templos, tal y como maracaba mi gps. A la derecha de la carretera principal una calle larga plagada de pequeñas tiendas de artesanía y ropa. Al final de todo, dejamos la moto justo delante de la taquilla, parecia que no había mucha gente...nos pusimos el sarong, previo donativo y bajamos por las empinadas escaleras que llevaban a los templos, y serpenteaban por la falda de una colina, la cual tenía excelentes vistas de los arrozales en forma de terraza. Una vez abajo, cruzamos el puente que separaba las dos partes del templo. Gunung Kawi, es un conjunto de 10 nichos excavados en la roca de 7 metros de altura, dentro de los cuales se encuentran los santuarios. 5 de ellos estan a un lado del río, 4 al otro lado y uno mas aislado de todos. Estan situados en un lugar de espectacular belleza, separados por un río y rodeados de arrozales y vegetación exuberante. Nos tomamos nuestro tiempo para ver en profundidad y disfrutar de la belleza de los santuarios, que además son muy distintos del resto de templos balineses. En cuanto terminamos, volvimos a subir las empinadas escaleras, salpicadas de pequeñas tiendecitas de recuerdos y artesanías, donde conseguí, previo regateo, una máscara de madera tallada de un demonio -sorong- balinés por el precio de 50.000 rp -3 euros-. En las tiendas de la calle donde dejamos la moto, nos compramos camisetas por 40.000-35.000 rp la unidad publicitando la marca de cerveza estrella en Indonesia, que casualmente significa ESTRELLA en bahasa -BINTANG-. Estas camisetas fueron de las pocas que encontramos que no presentaban un tejido torpe y malo, como fue habitual en todo el país, salvo pocas excepciones encontradas y compradas en Ubub, Kuta y sur de Lombok. También compramos anillos, otra máscara de demonio, mas grande aún para mis padres, que conseguí por 30.000 rp, algo irrisorio si tenemos en cuenta la calidad de la madera y el trabajo de tallado y pintado.

SANTUARIOS DE GUNUNG KAWI. TAMPAKSIRING

ARROZALES CAMINO DE GUNUNG KAWI BUKIT

Tras cargar la moto de compras, pusimos rumbo al siguiente punto de la ruta, Tirta Empul, el templo de los manantiales sagrados, que se encuentran a continuación de Gunung Kawi. Dejamos la moto en el aparcamiento, pagamos la entrada -10.000 rp- nos pusimos el sarong y entramos. El complejo, tiene a su entrada un enorme dios guerrero, ataviado con un sarong amarillo que da la bienvenida al templo. Antes de llegar a los manantiales, pasas por un estanque sagrado, lleno de peces enormes que parecían carpas mutantes. Pasado el estanque llegas a la pequeña entrada de los manantiales donde docenas de hinduistas hacían cola dentro del agua con sus respectivas ofrendas para sumergirse bajo las aguas sagradas de los 12 caños que vertían sus chorros en aquella alberca de piedra. Como no podíamos ser menos, cogimos algunas de las ofrendas florales que flotaban por allí y nos metimos en el estanque sin camiseta y con el sarong para hacer cola y purificar nuestras almas con el agua de los 12 caños, creo q recordar que eran 12, porque eran un mogollón de ellos, además algunos balineses se resarcían durante un largo rato en algunos caños, en mi opinión, el tiempo de purificación era directamente proporcional a los pecados que se habían cometido, con lo cual podías saber cuan horrible pecadores habían sido algunos de ellos. Como nosotros estábamos libres de pecado, tan solo metíamos la cabeza en cada chorro y pasábamos al siguiente. La verdad es que fue una experiencia completamente nueva y simpática. Enteramente purificados, nos fuimos a comer al warung que había frente al estanque de peces mutantes. Pensando que por estar dentro del templo, el precio estaría disparado nos sorprendió comprobar que ninguno de los platos alcanzaba el euro, desde las sopas que tomamos hasta el nasi goreng que compartimos antes de seguir nuestra ruta. Tengo que decir que guardo un recuerdo especial de esta experiencia, no solo por la singularidad del templo, sino por la belleza y misticidad que rodeaba a los manantiales sagrados de Tirta Empul.
Continuamos la ruta en dirección al volcán Batur, que se encontraba unos cuantos kilómetros carretera arriba. Tardamos casi una hora en llegar a lo mas alto, además cuanto más subíamos más descendía la temperatura, con lo cual empezamos a encogernos en la moto y a barajar la posibilidad de dar la vuelta. La carretera subía la ladera del volcán hasta el mismo borde del cráter, siendo aquí el punto más alto y desde el que se disfrutaba de unas vistas espectaculares del interior del cono volcánico, del lago, de las aldeas de sus orillas, de los cráteres interiores y de la lava reciente en sus laderas. El volcán Batur, ponía la guinda a un día completo y de lo más espectacular. Si alguien reniega de Bali, por ser “demasiado turístico” entiendo o bien que no ha salido de Kuta, o se ha enrolado en uno de esos tours programados que te llevan como un rebaño de ovejas haciendo visitas relámpago a las 4 cosas más importantes de la isla. Pero por lo que estaba comprobando Bali es mucho más, y si tienes la posibilidad de recorrerla por tu cuenta, podrás apreciar la maravilla de sus paisajes tropicales, de sus arrozales, de sus templos perdidos en las laderas de los volcanes, de la bondad de sus gentes, y de toda la belleza que ofrece el interior de esta isla. Además, muchos de los templos que tuvimos la oportunidad de visitar, apenas había turistas, algunos incluso estábamos nosotros solos…Así que os animo encarecidamente a no prescindir de Bali en vuestro viaje a Indonesia.
Tras llevar un rato disfrutando de las vistas desde el borde el cráter, nos asaltaron una vendedora ambulante de frutas exóticas y un señor que vendía estampitas hinduistas-budistas muy bonitas. Pero tras el duro regateo, el señor se opuso aceptar nuestra cifra y se fue malhumorado. Bajamos a los miradores y descubrimos toda una serie de tiendas de artesanía y batik, donde nos detuvimos a comprar unos vestidos balineses para nuestras madres, batik originales confeccionados en la localidad javanesa de Solo, a pocos kilómetros de Yogyakarta. Tras la compra, volvimos escopetados carretera debajo de vuelta a Ubud, al centro del pueblo para cenar en el mismo warung de la noche anterior y rememorar el día espectacular que habíamos vivido. Tardamos hora y media más o menos en regresar a Ubud, reparando a la entrada del pueblo en un pequeño estudio de tatuajes. Tras la cena a base de riquísima comida indonesia, recorrimos los puestos, tiendas y chiringuitos tanto de la calle Monkey Forest, como de la principal donde están los templos y el Café Lotus. Cerca de las 22, volvimos al hotel, básicamente porque estábamos cansados de todo el día, el cuerpo nos pedía una ducha y la vida en Ubud acaba después de la cena, nada que ver con la locura fiestera que vivimos en Kuta días después. Así que con las mimas volvimos al hotel en medio de los arrozales. Gran día.

LOS MANANTIALES SAGRADOS DE TIRTA EMPUL



VOLCAN BATUR


A la mañana siguiente nos levantamos pronto, sobre las 8.00 de la mañana, bajamos ya preparados para desayunar y coger la moto. Hoy teníamos previsto visitar el Templo más importante de Bali, el Pura Besakih, complejo de templos levantados en la ladera del volcán Agung. De camino, pasaríamos por la localidad de Bangli, para visitar, primero el Templo de la muerte, Pura Dalem, y un poco más adelante el templo Pura Kehen, importante por sus rituales, y una pequeña réplica del Besakih. Antes de llegar a Bangli, paramos en un par de templos a la salida de Bedulu, totalmente vacíos y por su tamaño, intuyo que debían de ser importantes, pero que no salían en la guía y cuyo nombre no recuerdo, además creo que vistos lo más importantes vistos todos, y dedicar todo tu tiempo en Bali a ver templos, me parece un error, porque las distancias son bastante grandes y te resta tiempo para otras actividades-visitas igualmente interesantes…además también necesitábamos días de playa, buceo, descanso y sol, sobre todo a estas alturas del viaje, puesto que llevábamos casi 20 días recorriendo exhaustivamente lo más importante de Java, Lombok de norte a sur, Komodo y la experiencia de los orangutanes en Borneo. El templo de la muerte, está situado en la carretera que te lleva a Bangli y como no prestes atención, os lo podéis pasar fácilmente de largo. En el templo no se puede entrar, al menos cuando nosotros lo visitamos, pero los grabados exteriores de sus muros son especialmente interesantes. Representan los castigos que sufren los mortales si han llevado una vida pecaminosa llena de maldades y actos horribles, que no borra ni una semana bajo los chorros de Tirta Empul. Después proseguimos el camino carretera arriba hasta Pura Kehen, completamente vacío. Nos pusimos el sarong y entramos, previo donativo. Si este era una réplica a menor escala del Besakih, aquel debería ser impresionante. Pura Kehen, está situado en lo alto de una colina, con vistas espectaculares sobre la parte sureste de Bali, el santuario consta de varias partes y en su estancia principal crecen árboles milenarios. Recorrimos el templo en toda su extensión, y bajamos de nuevo a la moto, atravesando la impresionante puerta que daba acceso al templo. Seguimos durante un buen trecho la carretera que llevaba a Pura Besakih, carretera de un paisaje espectacular que zigzagueaba entre arrozales, selva, plantaciones de té, y pequeñas aldeas donde hombres y mujeres salían a las puertas de sus casas a dejar pequeñas ofrendas a los dioses y los niños, caminaban uniformados a ambos lados de la carretera o en pequeñas motos camino de sus casas.

PURA KEHEN. BANGLI

PURA KEHEN

Como ya había leído largo y tendido de los intentos de timo en el Templo Madre de Bali, ya íbamos preparados. La entrada se paga, al menos los turistas, un kilómetro o dos antes de llegar al aparcamiento, sin embargo a pesar de que un policía te invita a girar en este, puedes llegar con tu moto o coche casi hasta la entrada del templo...y eso hicimos, aunque previa parada en el aparcamiento para mear y comprar bebidas. En este punto te asaltan unos cuantos tipos diciendo que se necesita guía, es mentira cochina, no necesitas nada. Yo les mire y esbocé una amplia sonrisa que dejó K.O. hasta al apuntador. Una vez en la entrada pudimos comprobar lo enorme magnitud del PURA BESAKIH, construido en la falda del Volcán AGUNG. Este templo, el mas importante de Bali, consta de 23 conjuntos de templos independientes. El principal y mas grande, Pura Penetaran Agung es el mas impresionante, con 6 niveles de los que se disfruta de unas vistas excepcionales. Subimos al nivel mas alto y pudimos comprobar la extensión de Pura Besakih, con miles de merus por todas partes y una vista espectacular que alcanzaba el mar. Docenas de devotos rezaban en los recintos de los templos, con sus respectivas ofrendas y sus vestimentas blanco nuclear. Estuvimos un buen rato deambulando por allí hasta que decidimos bajar a la costa. Tampoco era plan de visitar cada uno de los 23 templos de complejo, digo yo. Antes de bajar, coincidimos con una pareja de Barcelona que venían en un tour programado. El guía les había "obligado a dar un donativo" y digo obligado porque les coaccionó de la siguiente manera: sacó un libro de donativos en el que aparecía reflejado, la procedencia del turista y la cantidad de donada, llegando en algunos casos a 900.000 rp -¿estamos locos?- de esta manera conseguían sacar del turista mas dinero y si no lo conseguían, se lo pedían con palabras. Les dijimos que nosotros no habíamos dado ningún donativo, es mas, no habíamos tenido la oportunidad, ya que nadie nos lo había pedido ni en la entrada ni en los templos. La verdad es que este acoso al turista llega a ser un poco cansino, y en algunas ocasiones resta la magia que envuelve a cada país cuando lo visitas, pero en fin, con el tiempo y la distancia, entiendo que quieran sacar partido del turismo occidental, aunque hay maneras y maneras.

PURA BESAKIH, TEMPLO PRINCIPAL

VISTAS DESDE LO MAS ALTO DE BESAKIH

PURA PENETARAN AGUNG

Arrancamos la moto y desandamos el camino recorrido, hasta que encontramos una desviación que nos llevaba en dirección Semarapura (Klungkung). El paisaje por esta carretera es impresionante, arrozales a ambos lados de la carretera, ríos y jungla impenetrable salpicada por algún templo de cuando en cuando. Pasamos de largo Semarapurá donde llamaba la atención el Palacio de la Justicia, conocido como Kertha Gosa. Y por fin enfilamos la carretera que nos conduciría a PURA GOA LAWAH, templo conocido por sus murciélagos gigantes que habitan en una cueva dentro del propio recinto. Dejamos la moto aparcada cerca de la moto de un policía que charlaba con el dueño de un puestecito de comida y bebida y nos dirigimos al templo. Estábamos totalmente solos, nosotros y unas jóvenes indonesias que vendían avalorios y que venían hacia nosotros gritando. ¿Que estaba pasando? ¿Desesperadas por vender la ultima mercancía del día? No, mucho peor, nos avisaban de que nuestra moto se había caído sobre la moto del policía, mierda, corrimos para arreglar el entuerto y disculparnos con el poli, que aceptaba nuestras disculpas de mala gana. Con las mismas entramos al templo como el que huye de un incendio. El templo no está mal, es básicamente como la mayoría de templos en Bali, pero más pequeño y con una cueva bastante grande donde chillaban miles de murciélagos. Un cordón para evitar que los turistas se puedan acercar mas de lo debido. ¿Todos estos kilómetros solo para ver esto?. En ese momento, de la que salíamos del Goa Lawah empezamos a recapacitar ...ya habíamos visto casi todos los puntos mas importantes e impactantes de la isla, y salvo Tanah Lot, Jatiluwih y las inmediaciones del Volcan Batur Ulun Danu, empezaba a llegar el momento de bajar el ritmo y centrarse en descansar por del día en las playas de la isla, bucear, dormir y pasear tranquilamente por los mercadillos y calles de Ubud y Kuta cuando llegase el momento. Llevábamos 20 días recorriendo el país a saco, así que decidimos pasar los últimos 4 días, visitando templos por la mañana y pasar el resto del día en alguna playa paradisíaca que se cruzase en nuestro camino. Y mientras llegábamos a esas conclusiones, nos topamos de nuevo con las jóvenes vendedoras de avalorios a las que prometimos comprar algo cuando saliésemos del templo, en señal de gratitud por alertarnos de la caída de nuestra moto. Antes de mediar palabra, nos obsequiaron gratuitamente con dos collares que nos pusieron en el cuello... así que les compramos unas pulseras que aún hoy lucen en nuestras muñecas. Volvimos dirección Ubud mientras anochecía, con intención de parar por el camino a visitar el mercado nocturno de GIANYAR, y cenar el famoso cerdo asado relleno de pimiento, ajo y jengibre conocido como babi guling. El famoso mercado nocturno, no era para turistas, de hecho éramos los únicos que estábamos allí, podía considerarse como un enorme bazar chino con una pequeña sección de animales, con artículos por y para ellos. Así que en cuanto lo recorrimos de arriba a abajo un par de veces, nos dirigimos a los primeros puestos del mercado que servían babi guling con un aspecto suculento, que degustamos sentados en unas sillas aledañas junto a otros balinenes igual de hambrientos que nosotros. En cuanto llenamos el estomago, el cansancio empezó a hacer mella en nosotros y como aún era pronto, volvimos pitando a Ubub para darnos un masaje balinés antes de volver al hotel. 55.000 rp por un masaje tan increíble que casi me duermo un par de veces, además a la salida nos dieron jengibre como colofón a un día y un masaje memorables.
Al día siguiente, dedicamos la mañana a recorrer el mercadillo del centro de Ubud, sus calles centrales y como no, los templos que están frente al Café Lotus. La zona del mercadillo aunque parezca pequeña es enorme, miles de tiendas aglomeradas en dos plantas. Recorrimos los tenderetes del nivel inferior buscando artesanía para comprar, batiks, ropa o cualquier cosa que nos llamase la atención. Subimos a la primera planta y allí empezó la locura, cientos de tiendas vendiendo cientos de artículos, pasillos laberínticos que te llevaban a una tienda tras otra. Casi toda la mañana estuvimos comprando en el aquel caótico mercado, subiendo y bajando de una planta a otra. Previo regateo conseguimos a buen precio cestas de bambú donde los balineses llevan las ofrendas, pareos y sarones del dios hindú Ganesha, camisetas Bintang... total que al cabo dal cabo de tres horas, cansados de comprar y regatear, nos fuimos a ver el templo Pura Taman Saraswati, unos pocos metros mas allá, que casualmente su interior estaba abierto. Este templo, de inmejorable ubicación, presenta un estanque de nenúfares que da paso a un patio enorme que sirve de entrada al templo principal, donde se celebran actuaciones ciertos días de la semana. El Café Lotus está prácticamente integrado en el templo, sus mesas colindan con el estanque con lo cual se puede degustar una cena indonesia mientras se difruta del espectáculo de gamelán y danzas balinesas. El interior del templo es igual de bonito que todos los que llevabamos vistos. Demonios, guerreras, ofrendas y merus conforman el interior de Saraswati, templo levantado en honor a la diosa de la sabiduria. Despues de recorrerlo, salimos a tomarnos un café en el sturbucks también integrado en el templo, desde el que teníamos excelentes vistas del estanque.

BALINESES REZANDO EN EL CENTRO DE UBUD.

PURA TAMAN SARASWATI. CENTRO DE UBUD

Tras el pequeño break, decidimos bajar a la playa, concretamente a SANUR, la mas cercana a Ubud, situada a la derecha de Denpasar. Tardamos mas o menos media hora en llegar, a pesar del trafico horrible que encontramos en las inmediaciones de Denpasar, capital que intentamos evitar a toda costa. La playa nos es nada del otro mundo, es una playa tranquila, familiar, aunque había muy poca gente. Ideal para hacer windsurf o kitesurfing, aguas azules y tranquilas. Extendimos las toallas y pasamos la tarde tomando el sol, bañándonos y durmiendo hasta el atardecer. A la vuelta nos pasó algo que los italianos del viaje a Komodo nos advirteron de que nos podía pasar en Bali, sobre todo en las cercanías de Kuta. En una de las carreteras principales de la isla que se bifurca en dos, una dirección Kuta-Dempasar y la otra Ubud, donde cientos de miles de motos circulaban a lo loco...control de policía. Mierda. Mas de 15 policías en mitad de la calzada iban parando a diestro y siniestro, con la pinta de guiris que teníamos fuimos el objetivo perfecto. Uno de los polis nos gritó STOOOOOP, al principio nos hicimos los locos, pero frente al temor de acabar de por vida en una cárcel indonesia, paramos la moto y nos dirigimos al arcén. Lo que ocurrió a continuación fue de película de terror. Al principio el poli, en su papel de poli malo, nos dijo que nos habíamos incorporado demasiado rápido de un carril a otro. JA JA JA, la primera en la frente, ni rápido ni leches, a la misma velocidad que el resto de vehículos de la isla, además debíamos de ser los únicos en el país que hacíamos uso del intermitente. Como no coló, nos pidió el carnet internacional de conducir. Mierda... aquí si que nos pillaron...no llevábamos ni el nacional encima. Entonces nos informó de que nos iba a multar con 200.000 rp. ¿Pero cómo? la culpa no es nuestra, es de la agencia que nos alquiló la moto, ni de coña vamos a pagar. Como veía que daba en hueso roto, entonces cambio de poli malo al bueno, nos iba a hacer una rebaja de 100.000 rp y la multa servía para toda nuestra estancia en Bali, es decir, que con esa multa ya no nos pondrían ninguna mas. Pa mear y no echar gota, ¿en serio? en el fondo todo aquello resultaba simpático...le dijimos que nos diera el papel de la multa, entonces se acercó a nosotros mirando a ambos lados y nos dijo, venga 100.000 rp y os dejo ir . Entonces Jonás le dijo que no, que ni de coña, que no habíamos infringido ninguna norma, que en aquel país no había leyes viales de ningún tipo y que debía darnos primero la multa. Entonces el poli dijo que lo entendía, pero que claro que nos tenía que multar, y empezó a poner la mano pidiendo dinero, 100.000 rp y Jonás que no, que no te doy ni una rupia, yo empezaba a visualizarme en una infame cárcel indonesia rodeados de narcos e infractores de tráfico. Le dije a Jonás, venga dale 50.000 rp -3.5 euros- y nos piramos echando leches de aquí. Pero tampoco, solos quería la pasta gansa . El poli no se conformaba con menos y Jonás no estaba dispuesto a darle mas. Al final, tras un laaaargo regateo, aceptó las 50.000, paró el tráfico para que saliésemos y nos fuimos de alli echando humo en dirección Ubud. A Jonás le faltaba poco para convertirse en el demonio personificado, no paraba de echar pestes por la boca, no por el dinero, porque no iba a ninguna parte, sino por el incidente en si. Le dije, para intentar quitarle hierro al tema, que era preferible que nos robasen de esta manera y esta cantidad, que no como roban en España, sin que te des cuenta. Entonces que mejor manera de olvidar el incidente, que hacernos un tattoo balinés, nuestro habitual tattoo, propio de cada viaje. Pues eso, que nos fuimos directos a un estudio de tatuajes en el que habíamos reparado días antes. La técnica no era la forma tradicional con bambú y agujas, como el que nos hicimos el año anterior en Tailandia, si no como en Europa, así que nada a sufrir durante unas horas el dolor de las agujas. Mientras Jonás fue a tiro fijo sabiendo de antemano que se iba a tatuar, yo estuve un buen rato dudando y dándole vueltas al asunto, al fin y al cabo un tatuaje es para toda la vida y quería quedar igual de encantado con el, como con el que me hice en las islas Phi Phi.



MI TORTUGA BALINESA DE MI GEMELO

Como era nuestra última noche en Ubud, cenamos en otro warung de Monkey Forest con una enorme terraza con vistas a la calle. Dos sopas de verdura con pollo, un cordon blue (cachopo) para compartir y dos batidos de plátano mientras elaborábamos el planning para los próximos días en Kuta. Tras la cena y la sobremesa rememorando el incidente de la policía, fuimos a una de esas agencias que hay a pie de calle a reservar el transfer a Kuta para el día siguiente. Creo que nos costó unas 60.000 rp por persona, mas o menos y vendrían a buscarnos a las 10 de la mañana. Con las piernas doloridas de los tattoos fuimos a darnos un último masaje para despedirnos de Ubud. Al acabar dimos una vuelta por el centro y sus tiendas hasta que volvimos al hotel a eso de las 23.00 aproximadamente.

Al día siguiente nos levantamos con calma, hicimos las maletas y bajamos a desayunar por última vez en aquel maravilloso bufé. Caminamos por los jardines y arrozales hasta que llego la hora de recogida del transfer. Fuimos a devolver los cascos y las llaves de la moto que dejamos aparcada donde nos la dieron, cuando la recepcionista del hotel nos comentó amablemente que no habíamos pagado todos los días de alquiler de la moto. ¿Perdona? Le contesté amablemente que sí que habíamos pagado todos los días en el momento del alquiler, además del seguro. Como seguía insistiendo buscamos el contrato firmado días atrás y se lo mostramos, lo leyó y entonces se disculpó. Guardamos el contrato y nos fuimos al transfer. El trayecto a Kuta duró como unas 2 horas. Nos dejaron en un sitio en medio de ninguna parte, yo pensaba que nos dejarían en la entrada de nuestros respectivos hoteles pero no. Pararon el coche en u n callejón y ala todos fuera, busque la reserva por booking y en la situacion del mapa salía el icono del hotel y nuestra posición (todo esto sin conexion) y nos encaminamos hacia alli, arrastrando las maletas por las calles sin aceras, sorteando los coches y los taxistas. En menos de 10 min llegamos al que sería nuestro último hotel del viaje y por tanto el de mayor calidad, el Best Werstern Kuta Villa ofrece villas privadas con piscina por 117 euros 3 noches con desayuno incluido para dos personas... no se a vosotros, a mi me parece un auténtico chollazo y la mejor manera de poner fin a un viaje absolutamente increible por Indonesia. Kuta, a pesar de contar con los peores comentarios de todo Bali, despreciado por su turismo en masa y colapsado de guiris australianos borrachos, ofrece relax, playa, gastronomía, artesanía y mercados a súper buen precio, y a pesar de que no me gustó especialmente, no hubiese elegido ningún otro sitio como destino final. Tal es la cantidad de oferta en Kuta que los precios están ajustadísimos y siendo sinceros, los últimos 4 días del viaje no pensaba hacer otra cosa que broncearme en la playa de Kuta con un mojito en la mano, gastar mis últimas rupias en ropa y chanclas, masajes y artesanía... y estaba totalmente decidido a cumplirlo. Hicimos el check in en el hotel, nos alojaron en una magnífica villa con una enorme piscina y un exótico jardincito en la entrada, dejamos las maletas y alquilamos una moto en recepción creo recordar por unas 70.000 rp al día. Hecho esto, salimos disparados a la archiconocida playa de Kuta. La entrada a la playa es como la entrada a un templo balinés, detalle que me pareció una pasada, ademas pensando encontrar una playa atestada de gente me sorprendió observar que estaba medio vacía, ademas con la inmensidad que tenia, nunca se vería llena. Extendimos las toallas cerca del agua y nos metimos en ella, cálida y con gran oleaje. Si alguno habéis tenido el placer de conocer la costa cantábrica, entonces habréis podido disfrutar de la magnitud de la olas del mar que bañan Galicia, Asturias Cantabria y País Vasco. Pues aquí era lo mismo pero en versión tropical, y por ello, Kuta-Bali se ha consagrado a nivel mundial como meca del surf, donde marcas tan conocidas como Rip Curl o Billabong tienen su sede central, pues cuenta con una magnífica playa kilométrica de olas increíbles. Pasamos todo el día en la playa, tomando el sol, bañándonos y comprando bebidas en los chiringuitos de la playa por 4.000 rp el te al limón. Al atardecer la playa se llenó en menos de media horas de cientos de excursiones de javaneses/as adolescentes para fotografiarse con la puesta de sol y por supuesto con nosotros incluidos . Tras la sesión de fotos y la puesta de sol, salimos de playa en dirección a los mercadillos de Kuta, concretamente a los que están situados en la inmediaciones de Jalan Legian, Puppies 1 y 2 y Jalan Pantai Kuta, todas ellas aparecían en el programa de callejeros viajeros y donde además se encuentra el monumento en honor a los muertos en el atentado del 2002, perpetrado por el grupo terrorista islámico Jemaah Islamiyah cuando dos integrantes suicidas se inmolaron, uno dentro del Paddys Bar situado en la Jalan Legian y otro desde una furgoneta aparcada justo enfrente, acabando con la vida de 202 personas. Tras recorrer mercados y tiendas, volvimos al hotel a cenar dado que teníamos la primera cena incluida por un pequeño inconveniente durante el check in. Después de la cena al borde la piscina, cogimos de nuevo la moto y fuimos a la animada calla Pantai Kuta, cerca del Hard Rock Café, el mas grande de Asia y único con piscina. Pero a mi personalmente el H.R.C. me daba bastante igual, en Barcelona vivo justo al lado del que hay en plaza Cataluña. Nosotros lo que queríamos eran mercados balineses, chiringuitos, tiendas, vida nocturna. Recorrimos las calles centrales y las inmediaciones para hacernos una idea de lo que es Kuta y de la vida peculiar que hay por los callejones entre Jalan Legian y Pantai Kuta, atestados de salas de masaje, tiendas de ropa, artesanía, pubs, restaurantes y warung de medio pelo, motos, locura...todo aquello nos recordaba vagamente a algunas zonas de Tailandia y nos gustaba. En este punto del viaje, es lo que necesitábamos, al menos para las tardes-noches de los 4 días que estaríamos en Kuta. Cerca de la medianoche volvimos a nuestra Villa privada con piscina para descansar como no lo habíamos hecho en todo el viaje en una cama de 2x2.
A la mañana siguiente nos levantamos sin prisa y salimos a desayunar. Era buffet libre y tenían prácticamente de todo. Personalmente es una de mis comidas favoritas del día, junto con la comida y la cena, donde me puse hasta las cejas de comida dulce y salada, ya que no sabíamos cuando volveríamos a comer algo sólido. Mientras desayunamos, fuimos planificando el orden del día y, como estaba parcialmente nublado, pusimos rumbo a los arrozales de Jatiluwih. De camino hicimos parada de rigor en el templo Pura Luhur Batukao, situado en la colina del Gunung Batukao. El templo era de los mas grandes, con la entrada de piedra y numerosos merus en su interior. A decir verdad, llevábamos tantos templos a la espalda que decidimos visitar solo los mas representativos, a pesar de que todos ya empezaban a resultarnos iguales. Después de deambular un rato por los patios centrales del templo, arramplamos con la moto en dirección a los arrozales. Casi dos horas de carreteras sinuosas, selva, cosechas y arrozales separan la locura de Kuta de la tranquilidad de Jatiluwih, unos arrozales mas impresionantes y bonitos que he visto nunca. Con terrazas escalonadas, estaban casi en su máxima plenitud de belleza. Justo cuando llegamos salió un poco el sol permitiéndonos hacer fotos de esta maravilla hecha por el hombre y situada en un marco natural de belleza incomparable.

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PURA LUHUR BATUKAO

ARROZALES DE JATILUWIH


A pesar de estar muy cerca del cráter del volcán, con el mítico templo Pura Ulun Danu situado en medio del lago, decidimos desandar el camino y visitar algunos de los pueblos situados en las inmediaciones de Tebanan y Mengwi, famosos por ser especialistas en una artesanía concreta, ya sea labrado de piedra, madera, tela, orfebrería y una larga lista de trabajos manuales. Tengo que decir que la isla de Bali es taaan grande, que a pesar de estar 8 días completos recorriéndola, tan solo pudimos ver una pequeña parte, quizás lo mas representativo sin llegar a ser repetitivo. Durante los 8 días, pudimos visitar el centro-norte hasta el volcán Batur, y las inmediaciones de Ubud. Todos los pueblos y templos que hay de camino al templo principal de la isla, el Pura Besakih situado en la colina del volcan Agung. Parte de los pueblos y templos del este situados entre Goa Lawah y Ubud. Y aun nos quedaban dos de los templos mas representativos de la isla balinesa, Pura Luhur Uluwato al que iríamos el día siguiente y Pura Tanah Lot, donde veríamos el atardecer esa misma tarde, tras recorrer tranquilamente los pueblos cercanos comprando artesanía balinesa. Pasamos por Tabanan, Mengwi, Muncan, Kapal y acabamos en Sangeh, buscando esculturas de piedra volcánica talladas a mano. El pueblo entero se dedicaba a labrar la piedra, esculturas de todos los tamaños de los miles de dioses hindúes. Al final regateamos el precio de un demonio -sorong- balinés y una representación de Ganesha que pesaba un quintal. 50.000 rp cada escultura, no daba crédito del escaso valor de aquellas tallas que, en mi opinión tenia un valor y una belleza infinita y que a dia de hoy, lucen en el salón de mi casa. Como quedaba poco para que empezase a atardecer, pusimos rumbo a Tanah Lot. De camino nos perdimos apareciendo en la locura de Denpasar, con un tráfico infernal, calor infernal y humedad del 200%, tardamos bastante en salir de la horrible capital, agradeciendo no haber dedicado ni un minuto a conocerla, mas del que invertimos en salir de allí tan pronto como fue posible. Sucia, caótica, y con muy poco atractivo, ademas de tener una densidad de tráfico tan horrible o mas incluso que el que sufrimos en las inmediaciones de Yogya cuando volvíamos de ver los templos de Pranbanam.

DENPASAR

Y CUANDO HAYA CARAVANA, NO TE PREOCUPES, PUEDES INVADIR LIBREMENTE LAS ACERAS


No sin dificultad, salimos de Denpasar y poco a poco fuimos introduciéndonos de nuevo en el medio rural, atravesando arrozales, y divisando desde la moto trozo de mar en la carretera que une la capital con Tanah Lot. Cerca del atardecer llegamos el templo, eran casi las 5 de la tarde y como aun queda una hora para que se pusiera el sol, decidimos comer en uno de los chiringuitos que hay en el basto aparcamiento del templo. Aquella comida, un plato de Nasi Campur, me supo a gloria, atendidos por una entrañable mujer balinesa, bien entrada en años y muy sonriente, sentí como las fuerzas volvían a mi, además una agradable sensación de tranquilidad. En cuanto acabamos nos dirigimos a las taquillas y tras recorrer un kilómetro de tenderetes y puestos de ropa, llegamos a la entrada del templo. Allí estaba el famoso PURA TANAH LOT, aquel pequeño templo balinés situado en una pequeña isla al borde del océano, que se hacía inaccesible cuando subía la marea. Cientos de turistas de todas las nacionalidades del mundo recorríamos sus inmediaciones haciendo miles de fotos y selfies al atardecer, inmortalizando nuestro paso por uno de los puntos mas emblemáticos de Bali. Al final nos sentamos en unas rocas para ver la puesta de sol sobre el océano y de las vistas de cómo las olas rompían a los pies del templo.

Podeis leer el diario completo en mi blog con mas información práctica y galería de fotos 26 días recorriendo el Cinturón de Fuego: Java, Borneo, Komodo, Lombok y Bali

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