Estambul, primeros dias ✏️ Diarios de Viajes de Turquia

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En primer lugar reseñar que todo superlativo es poco para definir Turquía y el pueblo turco, ¡impresionante! ; hemos vuelto encantados enamorados de los sitios y por su puesto de sus gentes; si hubiera que puntuarlo obtendría la nota máxima; ha sido, hasta el momento, el viaje de nuestra vida.

En segundo lugar, animaros a viajar por libre, no hemos tenido ni un sólo problema en nada ni hoteles, ni coches de alquiler, ni aviones; con los niños han sido maravillosos (más con el niño que con la niña, tienen 9 y 14 años) ha sido una viaje fantástico.

Los turcos conducen como locos, pero no hemos tenido ni un solo incidente, hay multitud de autovías aunque el firme no está en su mejor “momento” sobre todo por su peculiar sistema de asfaltado que no utiliza apisonadora, pero sí permite la circulación de vehículos con el asfalto caliente así que las marcas de rodadura se fijan en el firme como recuerdo imperecedero de tu paso por aquel lugar. Nosotros hicimos aproximadamente 1200 quilómetros y si exceptuamos cuando nos perdimos para ir a Kaunos en los que acabamos en “carreteras secundarias” del resto no tuvimos problema alguno.

En tercer lugar, nos ha costado sobre 4.000 € absolutamente todo, comida, viajes en avión, bus, alquiler coche, etc. los precios que pongo se sobrentiende para los cuatro (dos adultos y dos niños, 9 y 14 años)

Empezamos el día 23 de Junio de 2008 en vuelo desde Santiago rumbo Londres Stansted (Ryanair 280 € i/v) para tomar un enlace a Estambul (Turkish Airlines 680 € i/v).

Londres es el paraíso de la seguridad, los controles de pasaporte y el tránsito hasta el embarque en el vuelo que nos llevaba a Turquía fue una peregrinación de escáneres y controles en largas filas de “fieles viajeros”, llegó un momento en el que pensamos que perderíamos el avión, afortunadamente eso no sucedió ya que había retrasos generalizados en todos los vuelos, lo que nos supuso salir de Stansted dos horas más tarde de lo previsto.

Eran las 22,30 de la noche cuando desembarcamos en el aeropuerto internacional de Estambul que lleva el nombre que más veréis repetido en todos los lugares del país: Kemal Atatürk. Nos esperaba el transfer del Hotel Inter y una ola de calor africana que mantenía a los habitantes de la ciudad en los parques y jardines preparándose barbacoas y que nos acompañó todo el viaje (el hotel, se encuentra en Beyazid, a 200 metros del Gran Bazar, siete noches hab. cuádruple con desayuno y transfer incluidos; muy limpio, desayuno abundante, muy bien). Dejamos las maletas en la habitación e iniciamos nuestra primera incursión a Sultanahmed, las impresionante Mezquitas (Aya Sofía y la Azul) te transportan a un mundo diferente de riqueza y paraíso de sultanes, verlas iluminadas es una experiencia que nadie debe perderse.

Al día siguiente (24-VI-07), nos despertamos sobre las 7.00 era necesario salir pronto para guarecerse del calor durante la tarde. Desayunamos y salimos hacia “Sokullu Mehmet Pasa” y la Iglesia de Sergio y Baco (Kurkuk Ayasofia), conocida también como la “pequeña Ayasofía” es uno de los descubrimientos del viaje, recién restaurada su “guardián” es un experto negociador que nos sacó 5 liras por la visita. Todo está más cerca de lo que parecía en la planificación que llevábamos, así que continuamos: Mezquita Azul, Tumba Sultan Ahmet, Hipodromo, Fuente Kaiser Guillermo, Columna Serpentina, Obelisco Teodosio, Obelisco de piedra, Cisterna Basílica (Yerebata Sarnici) (9.30-19.30, 7€) de visita tan obligada como una chaqueta para visitarla ya que hace fresquito y los Baños sultan Hurre. Todo eso hasta la hora de comer (15h) y después al fresco del hotel hasta eso de las 19h. cuando el calor nos daba un poquito de tregua y pudimos salir a callejear.

(25-VI-07) 10.30h. desde Eminonu muelle 3 cogemos el ferry “Eminonu-Anadolu“. La taquilla es la de “Bogaz Iskelesi”, donde tomar el billete para el crucero por el Bósforo, una de las actividades turísticas más deliciosas de Estambul que nos costó entorno a 1.5€ cada uno, si la memoria no me falla. Si lo hacéis no digáis que no a el yogurt en Kanlica, un verdadero placer considerado de los mejores yogures del mundo. Como el viaje de retorno nos hacía perder unas horas decidimos coger un bus (15A) hasta Kanlica donde comimos (este transporte fue el más accidentado del viaje, la suma de la carretera sinuosa y la conducción “deportiva” del autobusero te hacía recordar ciertas atracciones de feria; resultó divertido hasta que el bus atropelló a una mujer) y tras la comida “BUS 15” hasta USKUDAR donde embarcamos para hacer el Cuerno de Oro (1 € aprox.), hora y media en un increíble viaje que nos llevaba a Eyüp con el horizonte de Estambul como panorama, los niños disfrutaron como locos. Al llegar fuimos directamente a la mezquita de Eyüp (muy bonita) donde además de los niños vestidos de generales que celebraban su circuncisión, pudimos ver a unos novios muy jóvenes que repartían azucarillos entre los presentes. Subimos después en teleférico (1€) hasta el café “Pierre Loti”, donde disfrutamos de las vistas con un café de precio normalito a pesar del prestigio del lugar .Volvimos caminando un trozo y luego un autobús hasta la zona de la Mezquita Nueva, donde compramos los helados más caros de la historia de la humanidad (8 liras/5€) además de insípido, de tamaño descomunal y empalagoso hasta morir del subidón de glucosa.

Más tarde tomamos el ferry a Uskudar para ver “Iskele Camii”, “Yeni Validi Camii”, “Sensi Pasa Camii” que es preciosa, “Atik Valide Camii”. Las anteriores se ven andando, para “Cinili Camii” tuvimos que coger un taxi (3€ que, por cierto, nos dejó tirados no paguéis hasta que salgáis de la mezquita) pero valió la pena, ya que es de las más antiguas de Estambul y el embaldosado de sus paredes es impresionante; está fuera de los circuitos turísticos de viajes organizados que es otro de sus encantos. Acabadas las visitas volvimos a la orilla europea para comer algo, echarnos una siesta y poder repetir el paseo nocturno al que tomamos gran afición durante todo el viaje

(26-VI) Iniciamos las visitas del día en la Universidad y bajando hasta la Mezquita de Suleyman, tumbas de Suleyman, bordeamos el acueducto hasta llegar a la Mezquita Sehzade y después seguimos hasta Fatih, donde mi hijo nos sorprendió al llamarle “la tienda triste” al “negocio” regentado por un niño de unos 8 años que consiste en un caldero lleno de hielo con botellitas de agua mineral para su venta; y San Salvador de Cora, francamente impresionante por inesperado y por su grandiosidad artística, la entrada son sobre 6€ cada uno(incluidos los niños) pero es de lo imprescindible de Estambul, evitad los bares-terraza del entorno que os sablearán miserablemente. Retornamos a la zona de Beyazit a comer al restaurante de “los Morancos” como siempre (le llamábamos así porque uno de los camareros era idéntico al Cadaval), y tras la siesta hacemos una incursión en el Gran Bazar.

(27-VI) Por la mañana tomamos el tranvía hasta Sultanahmed donde nos despedimos de Santa Sofía (es nuestra 2ºvisita a Estambul, en la anterior me había llevado un desilusión, pero en esta me encantó), estaba en periodo de restauración y lleno de turistas irrespetuosos que fotografían las pinturas con flash a pesar de estar prohibido. Mi mujer se volvió una arpía gritona y en pleno arrebato, dio más de un susto a algún Japonés a los que les gritaba: NO FLASH!. A las 14.00 entramos en el barco que nos llevará a Esmirna, hasta allí nos acercamos en taxi; alucinamos, es como un crucero, piscina, gimnasio, discoteca, la leche eso si, el viaje nos salió barato (180€ los cuatro en un camarote, lo contratamos mediante una agencia turca por internet) pero a quien vaya recomiendo que lleven comida y bebida; nos cobraron 6€ por una hamburguesa y 2 € por un agua, en los camarotes está prohibido fumar y por ello a las 3 de la mañana sonó la alarma de incendio cuando un fumador compulsivo se encendió el pitillito,…mi mujer ya pensó que acabaríamos como el Titanic, es una exagerada.

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