Ya sabéis lo que se siente cuando tienes una idea entre ceja y ceja. Pues bien, mi fijación durante muchos años era la de viajar a Islandia. Sobre todo desde una vez que, por casualidad, había visto un reportaje en TV. Este país suponía un destino mítico. Atractivo por su naturaleza salvaje; por sus paisajes; por sus gentes y, como no, por su lejanía. Era una combinación de fuego y hielo: volcanes, campos de lava, solfataras, ríos de agua caliente, lagunas heladas y lagunas calientes; la naturaleza con toda la fuerza de una tierra en formación.
Había leído mucho sobre Islandia y cuanto más leía, más ganas tenía de hacer este viaje. Había reunido ya varias revistas de viajes sobre el país, y me había documentado en condiciones. Pero había un problema importante: ¡que era un país muy caro!; además los vuelos también costaban lo suyo y sencillamente: ¡se iba de presupuesto!.
Pero hete aquí que las líneas “low cost” y la crisis de pronto convirtieron a Islandia en un destino “asequible”. No era un destino barato, pero ya se podía considerar sin dejar malparada la economía familiar.
Como siempre que organizo un viaje, me dediqué a recopilar toda la información posible sobre mi destino. Me leí toda la información que pude sobre Islandia; repasé las revistas; entré en foros de viajes para leer los comentarios de otros viajeros y busqué viajes organizados para, comparando unos y otros, hacerme mi propio itinerario. Con todo esto me hice una idea de lo que quería ver en Islandia. Como libro de consulta para el viaje llevaba la Guía Azul, que es bastante buena y precisa.
Como también pretendíamos hacer alguna ruta de senderismo, me compré la Guía excursionista Rother de Islandia. Es muy buena y las descripciones de cada una de las rutas, al menos de las que nosotros hemos hecho, es muy precisa. Los tiempos que pone se ajustan bastante a la realidad. En los lugares en que lo hemos hecho, indico los nº de la ruta en esa guía.
Pedí y consulté precios de paquetes de viajes a cuantos operadores pude contactar, tanto españoles como extranjeros y pedí precios de compañías aéreas, hoteles y autos de alquiler. Después de estudiar toda la información, llegué a la conclusión de que la oferta más ventajosa, incluso mejor que los precios que pude conseguir por mi cuenta, (por precios, hoteles y coche) era un paquete de F&D de la compañía londinense Discover The World www.discover-the-world.co.uk/ ...s/iceland/ . Y entre sus ofertas, nos decidimos por una de 10 días/9 noches llamada “National Parks and Natural Wonders”. Las fechas del viaje fueron entre el 2 de Julio y el 11 de Julio de 2009.
Nuestro itinerario.
Como los vuelos salían y regresaban a Heathrow, me busqué unos vuelos desde España en Clickair que volaban a ese mismo aeropuerto, con lo que me ahorraba desplazamientos innecesarios.
Con el fin de ahorrar en las comidas, viajamos provistos de abundante fiambre al vacío, según nuestra costumbre de hacer la comida del mediodía de bocata y la cena en condiciones, de mesa y mantel.
Día 1 – Viaje a Reykjavik
El vuelo a Londres salió puntual y una vez en Heathrow, tomamos contacto con la cultura británica e hicimos los honores a unas pintas de cerveza en un pub en el mismo aeropuerto. A la hora prevista partimos en un vuelo regular de ICELANDAIR y llegamos al aeropuerto de Keflavik a las 23:10. Tal como estaba previsto, nos esperaba un microbús para trasladarnos al Hotel Cabin, en Reykjavik. El trayecto desde el aeropuerto hasta la ciudad duró poco más de media hora, y nos permitió disfrutar del paisaje, ya que era día hasta cerca de la una de la madrugada; e incluso a esa hora lo que había era penumbra hasta el amanecer.
Nos registramos, dejamos el equipaje y salimos a tomar algo. Evidentemente a esas horas, más de medianoche, tuvimos que conformarnos con unos cafés y bollería en un 7-Eleven que había cerca del hotel. No teníamos coche y la posibilidad de acercarnos al centro nos llevaría cerca de media hora en ir y otro tanto en volver, y "tampoco eran horas".
Día 2 – Rumbo a Akureyri.
Tras un corto paseo por Reykjavik, nos dirigimos al aeropuerto doméstico, en la propia ciudad, para tomar el vuelo que nos llevaría a Akureyri, la capital del norte. Es este un pequeño aeropuerto, operado por aviones turbohélice de Air Iceland, muy simpático y sin ninguna de las sofisticaciones de los aeropuertos modernos. Muy “de andar por casa”.
El vuelo, a baja altura nos permitió contemplar la geografía de la costa oeste, las montañas, y el paisaje al aproximarnos a nuestro destino: Akureyri. Como decía un viajero: "qué bonito, los campos verdes llenos de ovejitas blancas....". Bueno, en realidad las "ovejitas" eran balas de hierba para el invierno...¡Claro que a esa altura...!
Las "ovejitas"
Si el aeropuerto doméstico de Reykjavik era peculiar, ¿qué decir de éste?. Salimos del avión por la pista y cruzamos una puerta que daba acceso a la terminal. Un pequeño edificio en el que estaba “todo incluido”: facturación, cafetería, cabinas de alquiler de autos, aduana… Como estábamos un poco despistados para recoger el equipaje, al preguntar nos dijeron que las maletas estaban ¡en el aparcamiento exterior!. Así, directamente: los carros con las maletas fuera y cada uno se servía….
Lo siguiente era recoger las llaves y la documentación del coche. La compañía era National-Europcar y junto con las llaves nos entregaron un mapa de carreteras muy completo; un CD de audio con la descripción de los principales atractivos de la isla y unos folletos con descuentos y propaganda. El coche, según lo acordado, era un Toyota Landcruiser largo automático en excelente estado y con solamente 15.000 kms.
Lo primero que hicimos fue encaminarnos a la ciudad y, también como de costumbre, nos dimos un recorrido por toda la ciudad para aparcar en el centro y pasear por ella. Como ya era hora, entramos en un súper e hicimos acopio de pan, allí suele ser de molde, salmón ahumado (muy bueno) y el gran descubrimiento: el Skyr. Es una especie de yogur, que venden en tarrinas con su correspondiente cucharilla y que está buenísimo. A partir de ese día se convirtió en un fijo del menú. Con ligeras variaciones ya que había de distintos sabores. Comimos en el muelle, con las hermosas vistas del fiordo.
Después de comer emprendimos ruta hacia el Lago Myvatn, en dónde teníamos hotel las dos noches siguientes. La carretera es preciosa, y por supuesto hicimos la correspondiente parada en la cascada de Godafoss, que nos decepcionó un poco porque esperábamos más altura, pero que es preciosa y no solo por la cascada en sí, sino por los acantilados de columnas de basalto, ya muy frecuentes a partir de este día.
Godafoss - La cascada de los Dioses.
Una vez en Myvatn, nos registramos en el hotel Sel, muy bueno, y luego nos encaminamos a Dinmuborgir, para ver las curiosas y espectaculares formaciones de lava. Teníamos previsto ver todo esto en una ruta de senderismo, y enlazamos la ruta 26 de la guía Rother antigua (30 edición actual) con la prolongación al volcán Hverfjall. Subimos al cono volcánico por la derecha, un camino empinadísimo, y al llegar a la cima disfrutamos de las impresionantes vistas de todo el lago Myvatn y de la zona. El descenso lo realizamos por el norte del cráter, por una zona mucho más suave.
Dinmuborgir.
Reykjalid y Krafla al fondo.l
Aquí decidimos alargar la ruta y, ya que estaba “cerca”, acercarnos a ver las grietas calientes de Grjotagia (ruta 29 de la Rother antigua, 32 edición actual). La verdad es que eran interesantes. Era una grieta de lava que se había abierto como un bizcocho en el horno, y en la que se abrían huecos por los que se accedía a piscinas de agua caliente. El agua está a unos 50º, por lo que es necesario descaldarse.
El regreso a Dinmuborgir se nos hizo larguísimo, y cuando por fín llegamos al hotel ya no había cena ni nada. Como era gente muy amable, accedieron a prepararnos unos sándwiches y unas cervezas. Los despachamos y nos fuimos a dormir agotados.
Al llegar repostamos en la gasolinera que está junto al hotel Son muy curiosas ya que no tienen empleados; y tu introduces la tarjeta de crédito y tecleas la cantidad que quieres cargar. Al finalizar te cobran exactamente la gasolina que has repostado. Solamente hay un pequeño problema: ¡las indicaciones de la pantallita están en islandés!. Al final te aclaras y todo.
Hay otras gasolineras en las que cargas tú y vas a pagar a la caja; o si quieres que te reposte un empleado te cobran un suplemento.
En muchas gasolineras de la cadena "1" tienes tienda, y es muy curioso que hay jarras con café y puedes servirte y al pagar te dicen que es gratis. Y en una de ellas, en Reydarfjordur, además nos regalaron una cajita con pastillas de menta a cada uno.
Por cierto que en toda la isla nos llamó la atención la cantidad de gente joven, chicos y chicas, que trabajaban preparando los jardines. Auténticos ejercitos de jardineros, además se lo pasaban en grande. Y más chocante, porque imagino que los jardines no durarán más alla de tres meses....
Día 3 – Detifoss, Jokulsa Canyon, Asbyrgi y Kopásker.
Norte Islandia - Myvatn - Detifoss - Kopásker.
Puestos a aprovechar el día, madrugamos y tomamos la Ring Road hacia las cascadas y hacia el norte. Hicimos la preceptiva parada en las solfataras de Namafjall www.enjoyiceland.is/ ...fault.aspx . Este es un paraje absolutamente irreal. Los colores del terreno tienen todos los matices de los ocres y amarillos; las charcas de barro gris borboteante; las chimeneas por las que salen gases ardientes que dejan depósitos de azufre…Todo hace ver como la tierra está viva (Hicimos parte de la ruta 30 de la Rother).
Las solfataras de Namafjall.
Unos kms más adelante tomamos la F862, una carretera de montaña, apta solamente para vehículos 4x4 y que nos condujo a las cascadas de Selfoss y Detifoss. (Nota: en la actualisdad esta carretera está asfaltada hasta Detifoss). Hay un parking con aseos, y por un caminito se accede a las cascadas. Esta orilla del río es la que tiene más fácil acceso al río y las vistas más espectaculares. Tanto de estas dos cascadas como luego del cañón del Jokulsa. Cerca de Selfoss hay muchas formaciones de columnas basálticas e incluso alguna de “suelo de iglesia” como la de Kirkjubaejarklaustur. En la orilla de Selfoss hay gran cantidad de fragmentos de piedra pómez que flotan en el agua.
Detifoss.
Luego de un corto paseo por Detifoss, tomamos un pequeño desvío a la siguiente cascada Hafragilfoss, y el impresionante cañón del Jokulsa. Es un sendero que sale del propio parking y se dirige al norte. Las vistas de la cascada y del Cañón del Jokulsa son preciosas, porque se ve en toda su amplitud. En general las vistas desde la orilla de la 862 nos gustaron más que desde la otra orilla.
Hafragilfoss
El Cañón del Jokulsa.
Nuestro siguiente destino era Asbyrgi, y allí llegamos a la hora de comer. En el bar que hay a la entrada del propio parque comimos una sopa caliente, la tienen en todas partes, aunque son muy diferentes, pero “entra bien”. Recorrimos esta curiosa formación geológica con una peculiar formación rocosa de Eyjan (la Isla) en el centro de la depresión. www.diamondringroad.com/ ...byrgi.html
Eyjan.
Desde Asbyrgi seguimos hacia el norte la costa oeste de la península de Melrakkasletta. Los paisajes son desolados y preciosos. Hay pequeñas poblaciones con casitas de madera y la un poco más “grande” ciudad de Kopásker. A la entrada del pueblo con encontramos con unos simpatiquísimos espantapájaros de lo mas curioso.
Kopasker.
Tras un rato de risas y bromas con ellos, entramos en el pequeño puerto pesquero y nos tomamos un café en el bar del puerto. En esta una pequeña población solamente vimos cuatro o cinco personas del pueblo en el bar de la gasolinera, y una pareja de catalanes con una niña pequeña.
Desde Kopásker seguimos hacia la punta norte de esta península, en dónde está la muy notable reserva ornitológica de Nupskatla www.bavarianbirds.de/ ...s/list.htm , y un cráter del extinto volcán Raudinúpur. El acceso a la reserva se hace por un portón de madera, en el que un letrero recomienda no parar ni bajarse del coche, luego supimos por qué. Nada más cruzar, a ambos lados de la pista de tierra miles y miles de pájaros y polluelos que anidan en el suelo. Pues en el trayecto, los pájaros atacaban incluso al propio coche, al sentirse amenazados por los intrusos. Al final del camino llegamos a una granja y allí mismo comenzaba una deliciosa ruta de senderismo por una playa de cantos rodados, hasta la zona de anidamiento de las aves marinas y el faro y volcán Raudinupur (ruta 20 de la guía Rother antigua, 24 actual). voyageenislande.free.fr/ ...ur.htm#top . Este punto está a 2,5 kms del Círculo Polar Ártico.
Reserva de aves de Nupskatla
Ya de regreso, y cerca de las de la tarde, decidimos cenar en un camping que hay cerca de Lundur, en dónde había un restaurante (según la Guía Azul). Efectivamente lo había, y tenía muy buena pinta el camping. Al entrar en el restaurante vimos un letrero que indicaba que el horario de cenas finalizaba a las 20:30. Les preguntamos si todavía podíamos cenar, y accedieron amablemente. Cenamos estupendamente bien y por un módico precio. Hasta el punto que, como se habían equivocado en un plato, en la factura no nos lo cobraron a pesar de que lo comimos y estaba muy bueno también.
El regreso a la 1 lo hicimos por la otra carretera, la 864, que es apta para todo tipo de vehículos. Decir que las vistas de las cascadas y del cañón no son ni de lejos las que se ven por el otro lado, pero igualmente son preciosas. El firme de la carretera, de tierra, estaba muy irregular y el coche vibraba de una forma un tanto desagradable.
Finalmente arribamos a Myvatn y nos dimos un paseíto por los Pseudocráteres de Skutustadir, que están muy cerca del hotel (ruta 27 de la Rother).
El Lago Myvatn.
Día 4 – Krafla y Askja.
Askja - Egilsstadir y Fiordos del Este.
Por fin llegó uno de los días más esperados por nosotros: la excursión a Askja. Como siempre nos levantamos muy temprano y nos dirigimos en primer lugar a Krafla, para hacer la ruta por uno de los campos de lava más jóvenes de Islandia en Leirhnjukur. El recorrido es fascinante (ruta 34 de la guía Rother actual, y 31 edición antigua), y en el todavía se ven humear el volcán por algunas grietas. En el recorrido, encontramos algunos neveros en las faldas del monte y se ve la vegetación colonizando la lava por algunos puntos. www.enjoyiceland.is/ ...fault.aspx
Los campos de lava de Krafla y el lago Myvatn al fondo.
Luego de la bonita excursión a Krafla emprendimos el plato fuerte del día: la ruta a Askja. Tomamos la F88 que desde la 1 llega a las inmediaciones del Herdubreid, en dónde enlaza con la F910 que nos llevaría a Askja.
El principio de la ruta es un largo desierto de cenizas volcánicas y se cruzan algunos campos de lava. Decir que como tengo experiencia en la conducción de todoterreno, hacíamos unas medias bastante buenas. Empezaron algunos vadeos, no demasiado complicados, y ya cerca de Herdubreid nos encontramos uno que sí lo era. A la entrada del vadeo había un cartel hecho a mano por los guardas del Parque que indicaba cómo cruzar el río. Abriéndose en arco hacia la izquierda. Lo cruzamos sin problemas, y paramos al otro lado.
Después de cruzar nosotros había unos alemanes con un 4x4 tamaño medio y les hice señas de que “se abrieran” para cruzar, pero o no me entendieron o no me hicieron caso. El resultado fue que, al cruzar de frente, el río era muy profundo y se les paró el coche en medio. Llegaron unos amigos de ellos en otro coche y tenían una cuerda. Como nuestro coche era el más grande de los que allí había, dí marcha atrás y me metí en el río; engancharon la cuerda a la trasera de mi coche (por supuesto yo no me bajé del coche por dos razones: una que con que se mojaran ellos ya era suficiente, y la otra que el agua estaba helada…). Una vez enganchado, puse la reductora y salió el coche ”como un tiro”. Allí quedaron con sus amigos y nosotros seguimos ruta. En Herdubreid avisamos a los guardas y seguimos a Askja.
En Internet habíamos leído que la carretera de acceso a Askja desde el refugio acababan de abrirla dos días antes. Era una pista abierta en medio de un campo de lava y a ambos lados estaba rodeada de nieve. Al llegar cerca del cráter hay un pequeño parking y comienza una ruta de senderismo hasta el lago del crátes de Askja, llamado Oskjuvatn (ruta 33 de la Rother). Como todos habéis deducido a estas alturas, Vatn en Islandés significa lago…. www.travbuddy.com/ ...infierno-7
Os diré que el frío que hacía era impresionante. Nos hicieron falta forros polares, gore-tex, guantes, bragas, gorras caladas hasta las cejas….¡y más que tuviéramos!. Una vez coronado el cráter, a nuestra vista apareció la inmensa llanura de la caldera de Askja de 50 km2, con las paredes del cráter de alrededor. Esta depresión se formó cuando se colapsó el volcán, y posteriormente un nuevo colapso originó una nueva depresión que se llenó de agua, formando el lago Oskjuvatn de 11 km2 www.enjoyiceland.is/ ...fault.aspx . En su orilla surgió un nuevo cráter con aguas calientes a 22º llamado Viti (infierno), en el que se baña la gente luego de una trabajosa bajada. El paseo hasta el cráter Viti por la llanura cubierta de nieve resultó una experiencia cuasi religiosa, y compensa el viaje a tan remoto lugar.
La llanura del cráter de Askja.
El cráter Viti y el Oskjuvatn en segundo plano.
Para el regreso, en lugar de volver a la 1 por la F88 decidimos seguir por la F910 hacia Egilsstadir. La verdad es que esta carretera es durísima, aunque toda ella una preciosidad. Se pasa por campos de arena en los que hay que conducir con tipo; por campos de lava en que la conducción es muy pesada y lenta; algún que otro vadeo, muy fáciles en comparación con los que habíamos pasado antes; subimos montañas y llegamos a Brú, cerca de Eriksstadir (cuna de Eric el Rojo). Desde aquí seguimos el bellísimo valle de Jokuldarlur, con el río al fondo, cascadas innumerables por las paredes del valle y al final un pequeño cañón con rápidos y unas vistas inolvidables. Paramos a cenar en un bar de carretera en que había plato del día: buffet de ensaladas y espaghetti con carne picada (cordero, claro). Mientras tomábamos la ensalada, nos trajeron los espaghetti recién hechos y comimos cuanto quisimos, y estábamos hambrientos…
Luego ya no quedaba más que ir a Egilsstadir, al hotel Herad, un buen hotel, en dónde tomamos unas cervezas. La camarera que nos atendió era portuguesa y estuvimos de charla con ella un buen rato. Nos contó cómo es la vida de los emigrantes en Islandia y sacamos la conclusión de que no les tratan con excesivo cariño.