El último día en Helsinki decidimos tomarlo con más calma para disfrutar de la nieve, del primer día que vimos el sol, y de lo que nos faltaba por visitar.
Nos fuimos directos a la iglesia excavada en la roca, casi no llegamos a verla abierta, fuimos los últimos en entrar, pero lo conseguimos. Viéndola por fuera, cualquier diría que ahí hay una iglesia, aunque por dentro tampoco lo parece mucho, sino fuera porque hay una pequeña cruz en el centro. No es una iglesia bonita pero sorprende el tejado, formado con 22 km de hilo de cobre.
Un poco perdidos, con tranvía, autobus y un largo paseo, llegamos al parque Sibellius, donde está el monumento al célebre músico. Costó un poco llegar hasta el monumento, con la nieve por la rodilla, se hace un poco cuesta arriba, a pesar de que había que ir cuesta abajo. El monumento está compuesto por una serie de tubos paralelos metálicos como los de los órganos de las iglesias. Al poco tiempo, pusieron también un busto de Sibellius, ya que los habitantes se quejaron de que realmente los tubos, no eran un monumeto al músico.
Una vez dejamos el parque, ya habíamos visitado todo lo "visitable", pero nos quedaba aún ir al mercado de Hakaniemi. Como ya era un poco tarde, el mercado abierto ya estaba desmontado, pero el cerrado aún estaba abierto, valga la redundancia. Cogimos el metro en Kämppi y fuimos a Hakaniemi. El mercado es un edificio de 3 pisos con tiendas dedicadas a todo lo imaginable e inimaginable: ropa, regalos, bisutería, pan, carne, pescado, frutas, verduras, costura, etc.
Compramos unos pasteles de Karelia y empenadas de arroz, carne, de col, etc. Como soy una amante del té, en la tienda de tés me hice con unos cuantos finlandeses: lapones, de coco y anís, de bayas, etc. De ahí nos fuimos al centro comercial Kämppi, que además está conectado bajo tierra con el centro comercial Forum de manera que se puede evitar el salir al exterior con nieve y frío. Comimos, hicimos las últimas compras y nos fuimos al hotel a disfrutar de la sauna, la piscina y de un paseo por los jardines y la playa privada del hotel.