Nos habían dicho que Porto Torres era feo, pero vaya, esto está lleno de chimeneas humeantes, depósitos, y fábricas medio ruinosas. Paramos en tan notable paraje mientras me voy aclarando con el GPS, y ponemos rumbo a Castelsardo. Atravesamos el pueblo y me tranquilizo un poco... sólo es que hemos desembarcado en el muelle industrial
De momento, la carretera es bastante recta, y la gente no conduce mal. El GPS dice que tenemos que ir a 50, y claro, todo el mundo nos pasa Pero como no vemos ninguna señal por ningún sitio, al final, le damos un poco de marcha a la cosa.
Cuando llegamos a Castelsardo subimos en coche hasta la zona del castillo y aparcamos. Abrimos el maletero… sacar la silla de Laia es casi misión imposible, así que desistimos. Sacar la mochila de la cámara también lo es, pero mi marido mete el brazo por ahí y consigue sacar la cámara
Desde allí mismo saco una foto de las vistas, y de una iglesia que se ve a lo lejos (juraría yo que ese campanario lo he visto en alguna foto con el mar de fondo )
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La subida tiene su miga.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El papi dice que cogerá a Laia, pero de momento la llevamos de la mano, y ella va pim-pam para arriba, sin decir ni mu. Coincidimos con una “guía local” que lleva un grupo de españoles, y les va explicando cosas del castillo… Remoloneamos algo por allí, pero somos un grupo muy “vistoso” y muy diferente de target que ella lleva, se nota mucho que no somos de los suyos , aunque tampoco lo pretendemos .
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Este tipo de pueblecitos me encanta, con sus callecitas estrechas empedradas, las señoras vendiendo cestitos en la puerta de las casas, los restaurantes con una fila de mesas en la calle donde apenas queda espacio para pasar… es un sitio que merece un paseo más pausado (y más fotos, pero como llevo en cada mano una niña… ). Pero Laia lleva ya un buen trote hoy. Le preguntamos si quiere que la cojamos o quiere seguir caminando (la llevamos de las dos manos), y nos dice que caminando , pues ale!
Antes hemos visto un restaurante con una preciosa terraza con vistas al mar y vamos a echar un vistazo. Laia se pone muy tonta, porque hace mucho viento y le molesta, y como pensábamos comer en un restaurante cercano que también tiene vistas, pues vamos para allá…
Al final hemos cogido dirección contraria y no encontramos el restaurante (si es que… tenía que haber confiado menos en la memoria, y más en un plano o en el GPS ). Así que nos tomamos un tentempié y ya pararemos dónde veamos, o si vemos un sitio agradable nos tomamos la comida que aún nos queda. Pero ni lo uno ni lo otro Paramos en un restaurante de la carretera, pero al final sólo vamos al baño y compramos un poco de agua. Tenía muy mala pinta, y como hemos comido algo y Queralt ya va dormida, aguantaremos bien hasta Santa Teresa…
Ahora sí que la carretera es fea fea y llena de curvas. En algún momento del camino hemos visto una indicación que nos ha parecido interesante, queremos ver algo de mar, y hemos ido hacia allí para llegar al cabo de un rato a una valla cerrada , y por allí no hay más que nuraghes, así que de vuelta a la carretera fea fea… (he leído por ahí que a la gente le gusta, que bordea la costa. Pues yo debí pasar por otro sitio )
Cuando por fin llegamos a Santa Teresa hacemos una “visita panorámica”, y vemos varias terracitas en una plaza y en alguna calle peatonal. Aparcamos lo más cerca posible y vamos para allá. Nos sentamos en una terraza a comer algo. Quizá sea algo tarde para los horarios sardos, pero no nos ponen ningún problema, casi nos miran raro y todo cuando preguntamos si podemos comer,
Hace muuucho viento. Incluso uno de los “amarres” de los toldos de la terraza se rompe, y tienen que cerrarlos. Le preguntamos a la camarera, que es sudamericana, si es habitual este viento o sólo es puntual. Nos dice que es habitual. Vaya mosqueo Eso sí, nosotros en la terraza, claro (bueno, nosotros y todos los que estamos allí…)
Santa Teresa nos pareció muy tranquila, pero con el típico ambiente “turístico-comercial-playero” (vamos, terrazas, heladerías y tiendas de cosas de playa y recuerdos…). Algo menos de viento se hubiera agradecido, pero no por ello estuvimos a disgusto allí
Como tampoco nos apetece mucho ir a la playa ahora, nos volvemos a coche, a seguir con la visita panorámica, bajamos al puerto, que no tiene mucho que ver, pasamos cerca de la primera torre aragonesa (torre de Longosardo) que veríamos en este viaje, y me bajo a hacer alguna foto, ahora que tengo las dos manos libres Casi no se aprecia, pero al fondo se ve Córcega, y los acantilados blancos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Aunque el Capo Testa está cerca, no nos planteamos ir. Laia ya ha tenido bastante trote por hoy, y el clima tampoco acompaña demasiado. Así que le decimos al GPS que vamos a Baia Sardinia: 1 hora y 10 minutos. Uffff
Ahora sí que hay curvas. Y curvas y curvas y curvas. Y a mí que no me gustan nada… Menos mal que mi marido conduce muy bien, por esta parte estoy tranquila. Y tampoco vemos excesivos disparates en los demás (alguno hay, pero nada grave…). Por fin, llegamos al hotel
El camino desde la carretera está muy cuidado, lleno de flores, y desde la recepción ya se ve el mar. Me encanta ver el mar!! La habitación está algo lejos, porque el hotel se compone de bloquecitos de dos pisos desparramados por un jardín lleno de árboles y flores y al lado de una playa pequeñita. Para subir tenemos algunos escalones, pero son anchos y la silla cabe perfectamente.
La habitación no me gusta mucho, está decorada en estilo sardo y no me va mucho, pero casi todos los hoteles que miramos eran de ese estilo… Y no tiene bañera, vaya por Dios, los líos que vamos a tener con eso y las peques (pero parece que también es habitual por allí). Las peques tienen su habitación con dos camas y nosotros la nuestra con cama de matrimonio, y cada una con su tele plana de 32” y sin satélite. La terraza es bastante grande, y estamos a unos diez metros del mar. Ummmmm, me encanta!!
De momento, la carretera es bastante recta, y la gente no conduce mal. El GPS dice que tenemos que ir a 50, y claro, todo el mundo nos pasa Pero como no vemos ninguna señal por ningún sitio, al final, le damos un poco de marcha a la cosa.
Cuando llegamos a Castelsardo subimos en coche hasta la zona del castillo y aparcamos. Abrimos el maletero… sacar la silla de Laia es casi misión imposible, así que desistimos. Sacar la mochila de la cámara también lo es, pero mi marido mete el brazo por ahí y consigue sacar la cámara
Desde allí mismo saco una foto de las vistas, y de una iglesia que se ve a lo lejos (juraría yo que ese campanario lo he visto en alguna foto con el mar de fondo )
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La subida tiene su miga.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El papi dice que cogerá a Laia, pero de momento la llevamos de la mano, y ella va pim-pam para arriba, sin decir ni mu. Coincidimos con una “guía local” que lleva un grupo de españoles, y les va explicando cosas del castillo… Remoloneamos algo por allí, pero somos un grupo muy “vistoso” y muy diferente de target que ella lleva, se nota mucho que no somos de los suyos , aunque tampoco lo pretendemos .
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Este tipo de pueblecitos me encanta, con sus callecitas estrechas empedradas, las señoras vendiendo cestitos en la puerta de las casas, los restaurantes con una fila de mesas en la calle donde apenas queda espacio para pasar… es un sitio que merece un paseo más pausado (y más fotos, pero como llevo en cada mano una niña… ). Pero Laia lleva ya un buen trote hoy. Le preguntamos si quiere que la cojamos o quiere seguir caminando (la llevamos de las dos manos), y nos dice que caminando , pues ale!
Antes hemos visto un restaurante con una preciosa terraza con vistas al mar y vamos a echar un vistazo. Laia se pone muy tonta, porque hace mucho viento y le molesta, y como pensábamos comer en un restaurante cercano que también tiene vistas, pues vamos para allá…
Al final hemos cogido dirección contraria y no encontramos el restaurante (si es que… tenía que haber confiado menos en la memoria, y más en un plano o en el GPS ). Así que nos tomamos un tentempié y ya pararemos dónde veamos, o si vemos un sitio agradable nos tomamos la comida que aún nos queda. Pero ni lo uno ni lo otro Paramos en un restaurante de la carretera, pero al final sólo vamos al baño y compramos un poco de agua. Tenía muy mala pinta, y como hemos comido algo y Queralt ya va dormida, aguantaremos bien hasta Santa Teresa…
Ahora sí que la carretera es fea fea y llena de curvas. En algún momento del camino hemos visto una indicación que nos ha parecido interesante, queremos ver algo de mar, y hemos ido hacia allí para llegar al cabo de un rato a una valla cerrada , y por allí no hay más que nuraghes, así que de vuelta a la carretera fea fea… (he leído por ahí que a la gente le gusta, que bordea la costa. Pues yo debí pasar por otro sitio )
Cuando por fin llegamos a Santa Teresa hacemos una “visita panorámica”, y vemos varias terracitas en una plaza y en alguna calle peatonal. Aparcamos lo más cerca posible y vamos para allá. Nos sentamos en una terraza a comer algo. Quizá sea algo tarde para los horarios sardos, pero no nos ponen ningún problema, casi nos miran raro y todo cuando preguntamos si podemos comer,
Hace muuucho viento. Incluso uno de los “amarres” de los toldos de la terraza se rompe, y tienen que cerrarlos. Le preguntamos a la camarera, que es sudamericana, si es habitual este viento o sólo es puntual. Nos dice que es habitual. Vaya mosqueo Eso sí, nosotros en la terraza, claro (bueno, nosotros y todos los que estamos allí…)
Santa Teresa nos pareció muy tranquila, pero con el típico ambiente “turístico-comercial-playero” (vamos, terrazas, heladerías y tiendas de cosas de playa y recuerdos…). Algo menos de viento se hubiera agradecido, pero no por ello estuvimos a disgusto allí
Como tampoco nos apetece mucho ir a la playa ahora, nos volvemos a coche, a seguir con la visita panorámica, bajamos al puerto, que no tiene mucho que ver, pasamos cerca de la primera torre aragonesa (torre de Longosardo) que veríamos en este viaje, y me bajo a hacer alguna foto, ahora que tengo las dos manos libres Casi no se aprecia, pero al fondo se ve Córcega, y los acantilados blancos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Aunque el Capo Testa está cerca, no nos planteamos ir. Laia ya ha tenido bastante trote por hoy, y el clima tampoco acompaña demasiado. Así que le decimos al GPS que vamos a Baia Sardinia: 1 hora y 10 minutos. Uffff
Ahora sí que hay curvas. Y curvas y curvas y curvas. Y a mí que no me gustan nada… Menos mal que mi marido conduce muy bien, por esta parte estoy tranquila. Y tampoco vemos excesivos disparates en los demás (alguno hay, pero nada grave…). Por fin, llegamos al hotel
El camino desde la carretera está muy cuidado, lleno de flores, y desde la recepción ya se ve el mar. Me encanta ver el mar!! La habitación está algo lejos, porque el hotel se compone de bloquecitos de dos pisos desparramados por un jardín lleno de árboles y flores y al lado de una playa pequeñita. Para subir tenemos algunos escalones, pero son anchos y la silla cabe perfectamente.
La habitación no me gusta mucho, está decorada en estilo sardo y no me va mucho, pero casi todos los hoteles que miramos eran de ese estilo… Y no tiene bañera, vaya por Dios, los líos que vamos a tener con eso y las peques (pero parece que también es habitual por allí). Las peques tienen su habitación con dos camas y nosotros la nuestra con cama de matrimonio, y cada una con su tele plana de 32” y sin satélite. La terraza es bastante grande, y estamos a unos diez metros del mar. Ummmmm, me encanta!!