Día 6: Windhoek – Swakompond
9 de agosto: recibimos una llamada con número oculto hacía las dos de la mañana y no hacemos caso (era el chico que nos había traído el coche). A las 6 de la mañana recibimos una llamada de unos vascos muy majos que habíamos conocido el día anterior. Habían madrugado habían visto que el chico nos estaba esperando,… que majos.
Super ilusionados preguntamos al chico todo lo que podemos y más sobre el coche. Montaje de la tienda encima del coche, reductora, que hacer en caso de pinchazo, mesa, sillas, neveras (tenemos dos),…
Cogemos el coche i vamos a cargar al supermercado, cargamos el depósito, llenamos el de agua también y nos compramos una manta. Que para un año que no cargamos con los sacos, resulta que nos hacen falta.
Carretera y manta nos vamos hacia Swakompond, encontrándonos con monos y algunas jirafas. Hemos pasado de la sabana al desierto mueriendo en el mar en tan solo 400 km. Al llegar al mar el paisaje es dantesco ya que el océano se confunde con el cielo de la niebla que hay, da miedo. La niebla es debida al choque de las frías aguas del océano con los áridos vientos del desierto. Decidimos adentrarnos en el desierto i la niebla poco a poco va desapareciendo. Después de conseguir alojamiento en el Sky dessert backpackers, nos vamos hacía Walvis Bay a buscar dunas. Este camino lo deberíamos haber hecho viniendo de Sossusvlei, pero desafortunadamente hemos llegado desde Windhoek.
Estamos reventados, ha sido un día largo y nos vamos a dormir por primera vez a nuestra tienda encima del coche. Esperemos que aguante nuestro peso.
Swakompond es una ciudad alemana sin ningún rasgo africano. No da lástima ver como los negros siguen siendo los sirvientes de los blancos y nos duele ver dónde y cómo viven, tanto en Sud África como aquí en Namibia.Los nativos de aquí nos parecen de una ternura excelente. Son de aquella gente que por no herir tus sentimientos no se atreven a decir nada. No te agobian, son agradecidos y tan solo esperan poder cruzar unas palabras contigo. Cuando dejas alguna propina no miran lo que les has podido dar.