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Acceso
El tren con destino a Chartres sale de la estación de Montparnase y los horarios y precios podéis encontrarlos en el enlace que figura en la etapa 1 (han sufrido variaciones desde mi visita
). Los trenes salían hacia las medias horas y con un intervalo de 1 hora entre cada uno. La duración del viaje es de 1 hora.Una vez que llegas a Chartres y te bajas del tren hay que dar un pequeño paseo para llegar hasta la catedral. Unos 10 minutos andando o menos. Es fácil, sólo hay que seguir al resto del personal: se coge la calle que está enfrente de la estación y un poco más adelante ya se ven las torres de la catedral y no hay pérdida.
Una vez en la catedral tienes al pueblo de Chartres a tu alcance y puedes comenzar tu visita
.Se puede hacer una excursión de medio día si madrugais y cojeis el tren prontito aunque yo os recomiendo que lo visiteis con calma y empleis un día entero. La catedral es imprescindible pero el pueblo es una preciosidad y hay otras cosas que ver que merecen la pena por si mismas. Y si madrugais mucho es posible que podais ver en una mañana todo si no os demorais mucho en cada sitio. Pero mi consejo es una día completo en Chartres.
Alojamiento
En nuestro caso nos dirigimos hacia la Hospedería Saint Ives, lugar donde nos alojaríamos durante los siguientes 7 días
.www.maison-st-yves.com/
Para llegar a ella basta con bordear la catedral por la calle que encontramos a nuestra derecha hasta el final y allí la tenemos, a unos 50 m. En total 10 minutos desde la estación a la hospedería.
La hospedería me encantó: Está ubicada en un antiguo edificio levantado en el siglo XVII y se conservan restos de otro anterior del siglo XI. Siempre ha estado ocupado por religiosos y hoy en día ofrece sus instalaciones para grupos o personas individuales que buscan el silencio y el recogimiento, sin perder su función de hotel. Se puede acceder al hotel a cualquier hora del día o de la noche.
Nuestra habitación estaba situada en una buhardilla y tenía todo lo necesario, incluido una mesa escritorio y su correspondiente silla. El baño era una cabina de camarote de barco con ducha. Nuestra ventana era una de las buhardillas y desde ella se divisaban unas maravillosas vistas de Chartres y su campiña.
Pagamos 60€ por noche con el desayuno incluido. Este se servía en la cripta, un lugar abovedado con mucho sabor y el desayuno era tipo bufet, sencillo pero muy completo: fiambre, queso, yogures, bollos, pan, fruta, zumos, café, te, cacao y leche.
Restaurantes
Chartres está lleno de establecimientos de restauración, los hay de todo tipo, desde japoneses y chinos hasta restaurantes de alto copete pasando por las típicas creperies. Tened en cuenta que los crepes que sirven aquí son bastante grandes y con mucho relleno y se sirven con guarnición por lo que basta uno para comer. (por regla general). Los precios son alrededor de los 18 euros si lo haces con tiento.
Puedo recomendaros el japonés Kyotori, lugar donde uno de nuestros compañeros comía a diario, según él muy buena comida (visita regularmente Japón y conoce bien la comida japonesa) y bien de precio.
Solíamos parar en Le Café Serpente para tomar un café, tiene una acogedora terraza y unas camareras simpatiquísimas (cosa muy de agradecer)
y que se desvivían por entendernos y, además, está junto a la catedral. Esté café también tiene restaurante y su calidad y sus precios son equivalentes a los que hay a su alrededor. También tiene una sección de comida para llevar. Chartres está llena de preciosos jardines donde puedes parar para comer y puede ser una opción a tener en cuenta. www.chartres-tourisme.com/ ...pente/197/
Otro restaurante donde comimos varias veces fue en Les Tres Lys. Unas crepes impresionantes, muy variadas, riquísimas, buen vino, tranquilo y un precio razonable. Ya no recuerdo el precio exacto pero la prueba de que no era excesivo es que volvimos varias veces. Situado en la rue de la Porte Gillaume, ya en el pueblo junto al río y en un edificio antiguo, de esos con vigas en la pared.
www.chartres-tourisme.com/ ...s-Lys/206/
Además, todo alrededor de la catedral está lleno de restaurantes y en la zona donde está Le Café Serpente hay un restaurante tras de otro, difícil no encontrar donde comer.
Compras
Enfrente mismo de la catedral, hay varias tiendas que ofrecen recuerdos de Chartres y Guías.
Nuestro guía nos recomendó la guía “CHARTRES, guía de la catedral”, edición Houvet, pequeña guía de bolsillo y completísima y una de las más económicas.
Al lado contrario de la catedral, en su lado sur se encuentra el museo del vitral y una tienda que ofrece vitrales para la adquisición por el público, tipo museo, de acceso libre pero con precios bastante altos.
Junto al Café Serpente me encontré una tienda especializada en miniaturas y muñecas, ideal para casas de muñecas en donde no pude resistirme a adquirir alguna cosilla para la mía.
Siguiendo esta calle se accede al meollo turístico, lleno de tiendas de todo tipo, algunas dedicadas a especialidades gastronómicas de la zona y también al antiguo mercado de “legumes”, modernista y en donde se celebra un mercado al aire libre muy interesante. Aquí se pueden adquirir productos frescos directamente de la huerta o quesos artesanos y otras delicias.
Actividades
Festival de música celta
Tuvimos la inmensa suerte de coincidir con la celebración del festival de música celta de Chartres y fue una de las actividades mas agradables de nuestra visita. Todos los días, después de cenar nos acercábamos a escuchar los conciertos y a bailar.
Algunos grupos tocaban música celta clásica (tipo Dublineers) y otros rock-celta, pero no nos perdimos ninguna actuación. El festival estaba muy bien organizado y los días que llovió trasladaron las actuaciones al mercado de legumes que está bajo techado y no se suspendió ningún día.
Tren turístico
Este trenecito ofrece un paseo por el pueblo bastante completo, muy adecuado para ir con niños y también para adultos que desean descansar.
Yo recomiendo su recorrido nocturno pues se puede admirar la preciosa iluminación de Chartres, tanto en sus edificios como en la zona del río.
Iluminación nocturna
Chartres ofrece un espectáculo precioso de luces en sus edificios históricos, en sus calles y en el río.
Merece la pena verlo, especialmente el de la catedral que se ofrece de forma continua pero a mí el que más me gustó fue el de la iglesia de San Pedro. Parecía como si el templo estuviera iluminado por dentro y saliera la luz por las vidrieras, realmente muy bonito.
Y todo a lo largo del río, en diferentes rincones, se ofrecen estampas de la vida cotidiana: el molino, las lavanderas, etc.
Y la guinda del pastel es el juego de luces de la catedral. Impresionante
Y no os olvidéis de visitar el pórtico sur iluminado, pues muestra el conjunto escultórico del pórtico con todo el colorido que debió tener originalmente. Sublime.
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