Moynaq
Antes de los años 70, Moynaq era una ciudad portuaria con una fábrica de pescado de 6000 empleados y unos 100 barcos pesqueros, pero por culpa de los soviéticos que secaron al mar de Aral, hoy en día el mar está a unos 300 km de aquí y la ciudad es una triste ciudad fantasma. Hay unos 9 barcos abandonados en la arena del desierto y si uno mira al suelo ve conchitas del mar desaparecido. Los soviéticos tenían la idea estúpida de secar completamente al mar Aral y cultivar algodón en esta zona desértica de Asia Central cogiendo agua de los ríos Amu Daria y Sir Daria. El desastre del mar de Aral es uno de las catástrofes medioambientales más graves de los últimos cien años y lo que antes era el cuarto lago mayor del mundo. En la URSS se consideraba que el Aral era un «error de la naturaleza», y un ingeniero soviético habría dicho en 1968 que «es evidente para todo el mundo que la desaparición del mar de Aral es inevitable. La superficie del mar de Aral se ha reducido actualmente en un 60%, y su volumen en casi un 80%. En 1960, el mar de Aral era el cuarto lago mayor del mundo, con un área aproximada de 68.000 km2, y un volumen de 1100 km3.
Nos quedamos muy tristes después de ver los barcos de Moynaq y también su museo histórico con fotos y cuadros de antes, pero aún así nos parecía muy interesante esta excursión.
En un principio queríamos ir por trasporte público desde Khiva a Moynaq y tal vez dormir en Nukus o Moqnaq, pero resulta muy difícil hacer este viaje cómodamente en poco tiempo y los hoteles fuera de Khiva no son nada chulos, así que estuvimos muy afortunados cuando a casi llegar desde nuestro hotel al North Gate de Khiva un conductor uzbeko nos preguntó si necesitábamos un taxi para ir a Urgench. Después de hablar brevemente con él nos enteramos que era un conductor recomendado por la guía francesa “Petit Futé” y que habitualmente suele llevar turistas a los alrededores de Khiva y también a Moynaq. Nos cobró 120 $ por un trayecto de unos 850 km (ida 425 km) y salimos a las 08:00 y volvimos a las 20:00. Puede parecer muy caro siendo Uzbekistán, pero nosotros viajábamos como reyes los dos 2 solos con el conductor que paró cuando lo pedimos, él sabia inglés y además conducía con prudencia por las carreteras con baches. Tampoco tenía prisa cuando nos bajamos del coche o cuando en Moynaq investigamos barcos del desierto. Compramos comida por el camino, una lata de pescado rico del mar de Aral y pan.
En trasporte público habría que ir de Khiva a Urgench, de Urgench a Nukus, de Nukus a Kungrad y de Kungrad a Moynaq y luego esperar a gente para compartir taxis y en cada parada negociar con los taxistas y perder tiempo. Además es imposible hacer este viaje en un día, así que la opción de este conductor era una suerte increíble.
Por el camino vimos una fortaleza antigua y un cementerio gigantesco con mausoleos antiguos que merecían la pena.
Por lo demás los paisajes son muy áridos y con poca vegetación y de vez en cuando se ven pájaros exóticos de colores.
Si alguien se quiere poner en contacto con nuestro conductor sus detalles son:
Gayrat Boyjonov, 74 A Boltaev street, 74100 Khiva Town
Móvil: +8 (362) 297 18 05
Tel: +8 (362) 375 28 92 (casa), 375 24 55 (oficina)
Gayrat vive muy cerca de North Gate de Khiva y cualquiera cerca de allí debe conocerlo y si no, la Tourist Information Office de Khiva (dentro de las murallas) sabe ponerse en contacto con él.
Mar de Aral visto desde el vuelo Tashkent-Moscú:
Artículo de Isabel Coixet sobre el Mar Aral: Isabel Coixet
La directora catalana opina:
"Yo pongo el ejemplo de que es como si desapareciera el mar entre Barcelona y Mallorca", explica la realizadora, que se encontró con dificultades por parte de las autoridades para rodar todo aquel horror. "Esto es lo que ha pasado allí. Es la sensación de una desolación sin retorno. Yo cuando estuve en el campo de refugiados de Chad comprobé el horror pero también que era posible salir. Pero allí no hay nada, hay gente que vaga por las calles con niños que nunca han visto el mar, que cuando los padres les hablan del mar piensan que están locos".