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Y al fin llegó. El tiempo no acababa de acompañar pero ya tocaba. En el hotel dejamos la mayoría de nuestro equipaje, y aun así llevamos demasiado, y a las 7 de la mañana, con el día aun nublado cogimos el taxi hacia la parada de autobus... pero nunca llegamos, el taxista (taxi de estos enanos que hay allí) nos hizo una oferta para llevarnos hasta Naya Pul y no pudimos negarnos, era ganar tiempo a un día que se planteaba duro... que cortos nos quedamos en nuestra planificación.
Es una ruta que la gente se plantea para 4 días y nosotros fuimos con esa idea.
El camino es ciertamente rompepiernas. El punto más bajo a poco más de 1000 metros de altura, el más alto a 3200, y entre medias muchas subidas y bajadas. El recorreido es circular empezando en Naya Pul dirección Ghorepani y de ahí hacia Ghandruk.
Nuestro objetivo inicial Ulleri, a poco más de 1900 metros de altura, 900 metros de desnivel para el día, la mitad del ascenso hasta Ghorepani.
Aunque cuando el taxi te deje en medio de la montaña, aunque pases el control de entrada a la zona de los Annapurna, aunque lleves ya 10 minutos andando, el momento que sientes que todo empieza es cuando cruzas este puente, último vestigio de algo contruido que desentona completamente:
A partir de ese momento solo queda andar y maravillarse de las vistas. Nosotros ibamos sin guía, pero os puedo asegurar que no era lo normal, una anciana canadiense con un guía un un niño para llevar el equipaje, un anciano oriental en palanquin, una pareja de recien casados austriacos con el suegro, guía y porteador... y al final acabas hablando con todos, la gente que anda por allí suele ser de lo más amable.
Andar y andar hasta cruzar este puente
Ahí, siendo ya casi medio día, no habiamos ascendido casi nada, estábamos en el mapa pegados a Ulleri pero 900 metros más abajo, resultado 900 metros seguidos de escaleras arriba, una autentica paliza, cuando llegamos arriba del todo eran ya casi las 15h y nos paramos a comer con la idea de algunos de quedarnos ya allí. Fue este el momento brillante en la que los dos jovenzuelos de 28 años tomamos la decisión de que ya que estábamos por qué no llegar a Ghorepani. Los 40 y 64 años que nos miraban incrédulos no fueron suficientes para cambiar el destino de ese día. Así que retomamos el camino por una zona boscosa que nos permitió casi sentirnos otra vez en la selva de Chiwtan.
Pero la decisión fue mala, muy mala. Solo deciros que como recuerdo del ascenso al Monte Fuji 3 años atrás fuimos tan cortitos de no sacar las linternas del fondo de las mochilas, resultado, a las 19h ya era noche casi cerrada cuando los 2 que nos habíamos adelantado vislumbramos luces entre los árboles, creo que he sentido pocas veces tanta alegría en mi vida (nuevamente el Fuji lo supera, aun eramos más jovenes e incautos que en este momento). Habíamos llegado a Ghorepani, para ser exactos tardamos 11 horas, 11h con la mochila a la espalda no suficientemente vacía.
El hostal el primero nada más llegar a mano derecha. 200 rupias cada habitación doble!!! Una ducha caliente!!! Y lo que a mi tío más le gusto, huevos con patatas junto a una estufa enorme!!! Y de postre tortitas con miel y plátano!!! Hablamos un ratillo con unos coreanos que había allí y listos. A las 19h llegamos al hostal, a las 21h ya estaba dormido!!!
No creais que dormí muchísimo despues. Una de las atracciones de este circuito es ver el amanecer desde Poon Hill, 300 metros sobre Ghorepani, lo que implicó levantarse a las 04:00h para ver esto:
Preciosa estampa pero fue imposible ver un solo pico blanco, la suerte no nos acompañaba.
Para colmo ese día no paró de llover cada poco rato, así que si seguís el mapa de arriba deciros que esta vez paramos en Tadapani poco despues de comer, estábamos reventados del día anterior y el clima nos obligó a parar.
El hostal era en este caso un poco más cutre, y sobre todo estaba ya en una zona de sanguijuelas, las cuales abarrotaban el suelo de la habitación. Ahí si que tuvimos la suerte de no sufrir ninguna mordedura. Igual que en Ghorepani estábamos casi solos aquí al ser una parada pequeña los 2 hostales que había abiertos estaban abarrotados lo que hizo amena la cena.
La última mañana nos trajo esperanzas en forma de rayos de sol y el primer pico blanco que vimos en el viaje.
El Machapuchare, Fishtale, fue solo un espejismo el día volvió a nublarse y llovió a ratos, lo que no nos impidio en este caso descender con tranquilidad hasta Naya Pul disfrutando de las vistas tras el descanso que habíamos obtenido con la pronta parada del día anterior.
Una cosa que no he mencionado antes es que durante todo el trayecto encontrás un montón de nepalís cargando comida y material para los albergues de la montaña y largos convoys de burros cargados entre otras cosas con pesadas bombonas de gas para las duchas y las cocinas... un espectáculo teniendo en cuenta lo que cuesta llevar una simple mochila con ropa a cuestas.
Finalmente no eran poco más de las 16h cuando llegamos al control de Naya Pul. Aquí si tuvimos suerte, había un taxi-jeep esperando a recoger a quien fuera para ir a Pokhara, y esos afortunados fuimos nosotros!!! Si alguna vez haceis este recorrido no os preocupéis mucho por el autobus de vuelta a Pokhara, de ser necesario hay un montón de taxis de los normales aparcados en la carretera esperando la llegada de la gente.
Aun era de día cuando volvimos al hotel de Pokhara y sorprendimos a nuestro anfitrión llegando un día antes de lo esperado!!!
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