Ohhhhhhh, llega el día de emprender el camino de vuelta.
Miro Rovinj por última vez desde la playa que tanto me gusta mientras Samuel paga el cámping (496K 3noches /66€), admiten el pago en euros, nos cobran 4€ de comisión.
Salimos hacia Eslovenia, no podemos tomar la autopista porque nos haría falta tener la viñeta que no vamos a comprar para tan pocos kilómetros. No hay ni una sola señal que indique la carretera nacional, NI UNA, todas te llevan al autopista para que así pagues o bien la viñeta o bien la multa si te pillan sin ella. Después de vueltas y más vueltas, preguntamos a una chica que nos proporciona las indicaciones correctas: en Koper hay que salirse, hacer rotondas y más rotondas e ir en dirección Bertoki y después un pueblo llamado Spodnje Skofije y una vez allí ya está marcado como llegar a Italia.
Desde Trieste hasta Piacenza son 400 km, lo hacemos todo por peaje (24,8€). Comemos en una gasolinera horrible y llegamos a Piacenza sobre las 16h. Tenemos reservada una habitación en el Hotel Eurotel (55€/a+d). No está mal el sitio, a unos 20 minutos del centro caminando, pero no se porque motivo nos dan una habitación a la que no le tocó la reciente reforma efectuada en el resto del hotel. Para empezar es la única de todo el pasillo que tiene una puerta diferente y el interior de la misma no se parece en nada a lo que vimos en las fotos cuando hicimos la reserva en Bookings. Lo peor es el baño, con grifos y desagües oxidados y unos sanitarios que ya conocieron tiempos mejores, da un poco de asco. Y ya para colmo el sistema de aire acondicionado es ruidosísimo, estoy una hora peleando para poder apagarlo y es imposible (prefiero cocer que soportar ese estruendo). Llamo a recepción y me dicen que efectivamente el encendido y apagado del aire lo manejan ellos, les pido que por favor lo apaguen.
Vamos hasta el centro para conocer Piacenza. No es tan interesante como la mayoría de ciudades italianas. Visitamos la Piazza dei Cavalli, dominada por el magnífico Palazzo Comunale gótico del siglo XIII y la Piazza del Duomo con la Catedral de estilo románico.
Estas visitas son interesantes, pero se ve enseguida y por hacer tiempo echamos un vistazo a las tiendas, no hay ni un solo turista. Volvemos al hotel con la esperanza de que estén emitiendo por la tele alguna prueba de las olimpiadas, este es nuestro primer contacto con los medios de comunicación desde que salimos de España.
Sobre las 6 de la mañana se pone en marcha de nuevo el aire acondicionado y ya no duermo más.
Miro Rovinj por última vez desde la playa que tanto me gusta mientras Samuel paga el cámping (496K 3noches /66€), admiten el pago en euros, nos cobran 4€ de comisión.
Salimos hacia Eslovenia, no podemos tomar la autopista porque nos haría falta tener la viñeta que no vamos a comprar para tan pocos kilómetros. No hay ni una sola señal que indique la carretera nacional, NI UNA, todas te llevan al autopista para que así pagues o bien la viñeta o bien la multa si te pillan sin ella. Después de vueltas y más vueltas, preguntamos a una chica que nos proporciona las indicaciones correctas: en Koper hay que salirse, hacer rotondas y más rotondas e ir en dirección Bertoki y después un pueblo llamado Spodnje Skofije y una vez allí ya está marcado como llegar a Italia.
Desde Trieste hasta Piacenza son 400 km, lo hacemos todo por peaje (24,8€). Comemos en una gasolinera horrible y llegamos a Piacenza sobre las 16h. Tenemos reservada una habitación en el Hotel Eurotel (55€/a+d). No está mal el sitio, a unos 20 minutos del centro caminando, pero no se porque motivo nos dan una habitación a la que no le tocó la reciente reforma efectuada en el resto del hotel. Para empezar es la única de todo el pasillo que tiene una puerta diferente y el interior de la misma no se parece en nada a lo que vimos en las fotos cuando hicimos la reserva en Bookings. Lo peor es el baño, con grifos y desagües oxidados y unos sanitarios que ya conocieron tiempos mejores, da un poco de asco. Y ya para colmo el sistema de aire acondicionado es ruidosísimo, estoy una hora peleando para poder apagarlo y es imposible (prefiero cocer que soportar ese estruendo). Llamo a recepción y me dicen que efectivamente el encendido y apagado del aire lo manejan ellos, les pido que por favor lo apaguen.
Vamos hasta el centro para conocer Piacenza. No es tan interesante como la mayoría de ciudades italianas. Visitamos la Piazza dei Cavalli, dominada por el magnífico Palazzo Comunale gótico del siglo XIII y la Piazza del Duomo con la Catedral de estilo románico.
Estas visitas son interesantes, pero se ve enseguida y por hacer tiempo echamos un vistazo a las tiendas, no hay ni un solo turista. Volvemos al hotel con la esperanza de que estén emitiendo por la tele alguna prueba de las olimpiadas, este es nuestro primer contacto con los medios de comunicación desde que salimos de España.
Sobre las 6 de la mañana se pone en marcha de nuevo el aire acondicionado y ya no duermo más.