En un viaje siempre hay un día negro. Por que se pincha una rueda, porque te encuentras cerrado algo que deseas mucho ver... En nuestro caso, después del día anterior temíamos que este día fuera lluvioso. Fué peor: hubo niebla casi todo el día y en casi todos los sitios. La niebla en Escocia es algo a temer para un turista. Esos paisajes tan maravillosos, tan verdes, con tanto agua, se convierten en un paisaje con niebla y que sólo puedes ver niebla.
En cualquier caso la cosa empezó con un muy buen desayuno (el mejor empatado con el de Mull), con fruta fresca cortada con zumo de naranja, tostads, mermelada casera y salmón de dos tipos con huevo. Nos dieron a elegir entre el desyuno escocés típico y un desayuno con salmón y no lo dudamos. Estábamos un poco hartos ya de lo mismo y desayunamos muy bien.
La primera visita de hoy fué al Dunvegan Castle, en el que sí pagamos la entrada y recorrimos su interior y sus jardines. Es un castillo bastante majo.
Habíamos leido que la zona de Neist Point era muy bonita y hacia allí fuimos. La cosa fué de llorar. Después de conducir una hora por una carretera estrecha, justo cuando íbamos a llegar, vimos que estaba todo con niebla. El aparcamiento de Neist Pont era surrealista, pues a pesar de la niebla, estaba lleno de coches. La gente bajaba, se acercaba a ver si podía ver algo y si que se veía: niebla y más niebla. De faro ni rastro.
Después del chasco paramos en Portree para tomar un café y dar una vuelta. La verdad es que Portree no me entusiasmó y nos convenció (al menos a nosotros) que la elección de Broadford como centro para ver Skye había sido más acertada.
Lo siguiente fué ya conducir hacia la parte este de la isla. Lo primero que vimos fué Old Man of Storr. O mejor dicho, intentamos verlo. Después de casi una hora de caminata hacia arriba y arriba, ¿sabeis lo que vimos?. Habéis acertado. Más NIEBLA. Estábamos derrengados de la caminata, para no ver nada.
Para el que vaya por allí ya me contará si vale la pena la paliza de la ascensión.
Seguimos la carretera, la cosa se iba aclarando un poco y llegamos a los acantilados de Kilt Rock. La niebla nos había dado tregua y lo vimos sin contratiempo.
Teníamos pensado llegar a Duntulm Castle en la punta norte; pero ya estábamos cansados y preferimos dar la vuelta a Broadford.
En Broadford buscamos el restaurante Red Skye, que nos habían aconsejado. Es un antiguo colegio y comimos de maravilla. de lo mejor del viaje.
Alojamiento: Tir Alainn

