Llegada a Tayikistan. ✏️ Diarios de Viajes de TayikistanMe he levantado pronto, me he puesto al día con el blog hasta las 8h, hora a la que empiezan a servir el desayuno. Recojo, pago, pido información de como llegar a la estación de autobuses y me despido. En la estación entiendo que me dicen en ruso...Diario: TAYIKISTAN: Pura montaña.⭐ Puntos: 5 (20 Votos) Etapas: 10 Localización: TayikistanMe he levantado pronto, me he puesto al día con el blog hasta las 8h, hora a la que empiezan a servir el desayuno. Recojo, pago, pido información de como llegar a la estación de autobuses y me despido. En la estación entiendo que me dicen en ruso que los autobuses a Jizzah no salen desde allí, que debo dirigirme a otro punto, cerca del observatorio Ulug Bek. Unos chavales que o han oído la conversación o han sido advertidos por la taquillera, me dicen que los acompañe, que ellos también van allí. Tomamos un taxi y cuando llegamos me indican el chofer del coche compartido que me lleva a Jizzah y su precio, 10.000 SOM (3EUR). Me despido intentando pagar el taxi, pero no me dejan. Espero cerca de una hora a que se complete el pasaje y cuando salimos por el control policial son las 12:12 y hace 31º (no me lo creo). Tardamos una hora en llegar a Jizzah. El taxista ha dejado el pasaje por el camino, todo mujeres con sus hijos, hasta dejarme en la estación de autobuses. Me pregunta por mi proximo destino y me presenta al nuevo chofer del trayecto y me dice el importe, 10.000 SOM. Como la espera puede ser larga, le digo al chofer que como algo en una cantina próxima. Como plov y ensalada de tomate. El camarero me pregunta si viajo en bicicleta. Como este recorrido esta fuera del turistico habitual, deduzco que quienes por aquí pasan son viajeros de la Ruta de la Seda en bicicleta, como Manolo. De hecho, en el trayecto anterior pasamos a dos parejas, esta vez escuchando no solo Louie-Louie-Louie, sino tambien otras joyas de nuestra memoria ochentera. Cuando estoy tomando tranquilamente el te, me llama el conductor para iniciar la marcha. En el viaje un muchacho me pregunta en ruso por mi vida. Me defiendo, creo. Llegamos en una hora a Jangier y se repite la escena, el conductor me indica el nuevo chofer que me debe llevar a Bekobod y su precio (6.000 SOM, 2EUR). En esta ocasion cierro yo el pasaje y salimos inmediatamente. Esta vez comparto recorrido con una chica muy guapa que habla muy bien ingles. Resulta ser profesora que vive en Tashkent desde que se casó y que iba a visitar a sus padres. Mañana tiene una entrevista de trabajo en la embajada India. Si la supera se ira a trabajar allí. Suerte. La parada de taxis de Bekobod esta al lado del bazar que, a la hora que llegamos, las cuatro y pico, estaba bullendo. Así pues, no no costo completar el coche para salir hacia Zafar. Todos los ocupantes no debian tener mas de treinta años, salvo yo, claro. El trayecto fue corto y solo hablamos de fútbol. Confirmo que por estas tierras se tiene mas apego al Madrid. Hasta aquí se nota la mano de Laporta. Una vez en Zafar, tal y como pasó en el resto de paradas, el taxista me presenta al nuevo, asegurándose mi destino final: Oybek, el paso fronterizo hacia Tayikistán. En esta ocasión preguntan por mi edad. Digo 35 y se descojonan. Llego a la frontera a las cinco. A pesar de no ser un trámite especialmente agradable, siempre me ha resultado interesante. De algún modo acabas un viaje y empiezas otro en el tiempo en que dura el cruce de la línea fronteriza, mezclándose ambas sensaciones sin la transición que supone un vuelo. Cuando bajo del taxi, camino entre varios camiones destartalados para acceder a la verja donde, tras la revisión de mi pasaporte por parte de un militar, accedo a la sala de registro uzbeko. No hay nadie mas que una mujer uniformada rellenando un informe. Relleno un impreso, paso las mochilas por el escaner y sellan mi salida. Camino unos doscientos metros hasta llegar al lado tayiko. Allí, tras comprobar el pasaporte, el militar estrecha mi mano y me da la bienvenida. En esta ocasion el mostrador para rellenar el impreso está en el exterior, a plano sol. Lo entrego al registro y me lo devuelven, estrechándome nuevamente la mano y dándome la bienvenida. A la salida hay un nuevo control donde apuntan mis datos en una libreta a mano. Dejo las mochilas sobre el escáner pero cuando me despiden, después de estrecharme la mano y darme la bienvenida, me invitan a tomar mi equipaje. La máquina de rayos-X o no funciona o no la hacen funcionar. Ya fuera, en territorio tayiko veo un mostrador de cambio de divisa. Ante la falta de criterio del mocoso que lo atiende decido ir a pelo (con los dólares, euros y soms puestos) a Khojand. Tomo un taxi. El espabilado del taxista resulta ser un intermediario y me ofrece cambiar de coche. Mejor, el nuevo taxista tiene pinta de campesino, conduce muy bien, con suavidad, sin hablar ni mirar el móvil. El paisaje tayiko es espectacular con la luz de la puesta de sol. El paisaje desde la carretera es plano con espectaculares montañas de fondo. Llegamos a la ciudad y parece desconocer dónde se encuentra el hotel que había elegido de la guía. Se para a preguntar varias veces, siempre estrechando la mano de la persona a quien se dirigía. Finalmente damos con el hotel. Me parece caro. Lo primero que aprendo es que aquí se aplican precios distintos a tayikos, a naturales de otros países de Asia Central y el resto. Tras varios intentos damos con el bueno, uno de decoración soviética pero que tiene wifi, sirven desayuno y donde me han invitado a te, ya que no tengo ni un somoni con el que comprar agua. Mañana sera otro dia. Índice del Diario: TAYIKISTAN: Pura montaña.
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