02.10.13 Kumamoto - Kyoto
Hoy es un día importante, y es que volvemos a Kyoto!!! Nos levantamos de un salto, desayunamos, recogemos toooodas las cosas y nos vamos a buscar un tranvía que nos lleve a la JR Kumamoto Sta. Sudamos un poco la gota gorda para bajar del tranvía tan cargados… tienen la puerta de salida súper estrecha y con unos escalones altísimos… imaginaos el cuadro!
Habíamos reservado estos trayectos la noche que llegamos y suerte que lo hicimos porqué el tren se fue llenando a base de bien… salimos a las 9,05h hacia Shin-Osaka. El trayecto, aunque es larguillo se hace ameno. Vamos recordando lo vivido estos días por Kyushu y estamos deseando volver a Kyoto, la ciudad que nos cautivó en el primer viaje! Llegamos a Shin-Osaka a las 12,20h y 20 minutos después ya vamos en otro Shinkansen caminito de la capital cultural. Os dejo foto del tren de Kumamoto, mola mucho! todo el mundo se sorprendía al verlo y todos se hacían fotos jajaja!
Kyoto 京都: el alma de la cultura tradicional japonesa y el escenario sobre el que ha tenido lugar gran parte de la historia nipona. Esta ciudad con 17 lugares designados Patrimonio Mundial por la Unesco, más de 1600 templos budistas y 400 santuarios sintoístas, es una de las más ricas del mundo en lo que a cultura se refiere.
Tras 14 minutos de trayecto llegamos a JR Kyoto Sta. Qué ilusión!!! nos sentimos similar al día de llegada a Japón, una emoción tremenda nos embarga, reconocemos tiendas, restaurantes y sitios de la estación del primer viaje y un sinfín de imágenes y recuerdos nos vienen a la cabeza… el primer viaje fue algo especial, no sólo conocimos por primera vez el país nipón si no que además era nuestra luna de miel! Vemos por una de las ventanas de la estación el Hotel Vista, dónde nos alojamos en el primer viaje, qué gracia!!
Decidimos pasar un momento por la oficina de turismo para recoger un par de mapas de la ciudad y de los buses, y salimos hacia la calle por la salida de la Kyoto Tower para ir al ryokan. Qué ilusión volver a recorrer estas calles!!! vamos caminando y vamos diciendo “aquí cenamos tal día, aquí compramos esto, aquí vimos aquello…” más mola!!!
Para el alojamiento en Kyoto, tenemos reservado en el Matsubaya Inn por 42840¥ (3 noches los dos). Se trata de un ryokan con más de 100 años de experiencia y con algunos premios Tryp Advisor y muy recomendado por algunos foreros. Está a unos 10 minutos a pie de la JR Sta y cuenta con metros y buses en las cercanías. Hacemos el check-in y aunque aún no podemos subir a la habitación, el hijo del Sr Matsubaya nos enseña el ryokan y nuestra habitación (la están limpiando), nos explica cómo conectarnos al wifi y nos da una tarjeta del ryokan con los datos de contacto por si hubiera alguna cosa. El chico es súper majo y habla bien el inglés. Le pedimos dejar las maletas allí y salimos a buscar un lugar para comer.
Decidimos acercarnos a la JR Sta de nuevo, ya que luego cogeremos allí el bus para ir a los templos que tenemos planeados. Además es una zona con un montón de sitios para comer. Decidimos entrar al Yodobashi y nos vamos hasta la última planta dónde hay varios restaurantes de todo tipo. Nos decantamos por uno de ramen dónde puedes cocinar tus fideos en la plancha que hay en la mesa (2300¥ los dos). Riquísimos!! nos saben a gloria!! Y me encanta poder hacer los yakisoba sobre una de esas planchas (yo los hago en casa, así que el cocinarlos no fue problema).
Una vez llenado el buche, salimos hacia la estación de buses, adherida a la JR sta. Compramos en la máquina un pase diario de bus (500¥ x 2) y cogemos el bus 206 hasta la parada del Sanjusangendo. Éste fue uno de los templos que no visitamos en el primer viaje, estaba en obras por aquel entonces. Pagamos (600¥ x 2) y entramos. Ya desde fuera el edificio es chulísimo! Se trata de un edificio de 118m de longitud, considerado el más largo construido en madera del mundo.
Nos quitamos los zapatos y los dejamos en las taquillas y entramos al hall. Es realmente impresionante!! Lástima no poder hacer fotos en el interior… la imagen principal es una Kannon Bodhisattva sentada, simboliza la paz y la compasión y está considerada tesoro nacional. El efecto se multiplica por las miles de estatuas antiguas de Kannon que llenan el resto de la sala, así como con los soldados de la compasión, que flanquean la imagen principal distribuidos formando cincuenta columnas de diez filas de profundidad, talladas en ciprés y cubiertas con pan de oro, cada una tiene más de veinte pares de brazos, y se dice que son responsables de salvar muchos mundos. Ciento veinticuatro de estas estatuas, fueron salvadas del incendio que se cobró el templo original en 1249. Las estatuas restantes datan del siglo 13. También hay 28 estatuas de deidades guardianas con expresiones intensas. Abrumador. Espectacular.
Salimos del hall y vamos hacia los jardines. Hay una campana y un santuario junto al templo, así como un pequeño estanque y un bonito jardín.
Volvemos a la calle principal y tomamos de nuevo el bus 206 hasta la parada Gojo-zaka. Callejeamos un poco, recordando que la última vez que estuvimos aquí caía un diluvio por un tifón que no dejaba ver a dos metros de ti..., llegamos hasta el Kiyomizu-Dera, un lugar que nos impresionó en el primer viaje y que no pudimos disfrutar del todo por culpa de la lluvia que caía aquel día. Así que aquí estamos de nuevo, con un sol espléndido y con ganas de ver lo que nos faltó la otra vez. Pagamos (300¥ x2) y entramos.
Ya en la entrada vemos que hay un montón de grupos de escolares… pero pese a que hay un gentío considerable, no hay sensación de agobio.
Me encantan las vistas de la ciudad que se disfrutan desde este templo.
Volvemos a recorrer el pabellón principal con su balcón de madera a 13m por encima de la colina que se sustenta sobre vigas de madera, de las que se dice que no usaron clavos para sujetarlas. En éste edificio se conserva una estatua con las 11 caras de Kanon. Vemos que la otra balconada de madera está completamente tapada por toldos y andamios, qué pena, de ahí había unas bonitas vistas del balcón de madera con Kyoto de fondo… En el 1r viaje, vimos la zona del Santuario Jishu, dedicado al amor, así que esta vez bajamos las escaleras y vamos hacia la cascada Otowa, a la base del edificio principal y que diverge en tres chorritos de los que se puede beber. Se dice que según del que bebas, tendrás una vida amorosa afortunada, éxito en los estudios o longevidad. Nos ponemos a la cola y como no acabamos de tener claro qué chorro es cada cual, bebemos del primero que queda libre.
De ahí recorremos un pequeño sendero hasta la Pagoda Koyasu, la visita a ésta dicen que ayuda a lograr un parto fácil y seguro, así que ya voy servida para cuando llegue el momento Vale mucho la pena acercarse hasta aquí, hay unas bonitas vistas del templo y no hay nadie, la vemos solos!!
Empieza a sonar la campana que anuncia el cierre del templo, así que nos quedamos con las ganas de ver la sala dónde dicen que hay 200 estatuas de Jizo, una pena porqué este buda me inspira simpatía, es mi buda favorito Así que salimos del templo por una de las calles comerciales. Ahí si que hay un montón de gente!
Entramos en algunas tiendas a mirar cosillas, y en una de ellas compro un jizo monísimo! (1000¥) me encanta! mi marido se mira las katanas, pero se nota mucho que son baratijas (las verdaderas no se pueden sacar del país ya que están consideradas tesoro nacional) por lo que al final pasamos de largo.
Una vez en la calle principal, decidimos volver a la JR Sta e ir a dar una vuelta por allí. Tomamos el bus 100 de vuelta a la JR.
Ya expliqué en el diario del primer viaje cómo funcionan los buses en Japón así que no me voy a repetir, pero si comentar que en la zona del centro de la ciudad los buses tienen una tarifa plana de 220¥ y en caso de salir de esa zona, veréis que junto al conductor hay una pantalla dónde indica el precio que debes pagar en función del número de parada que has subido. Sabrás el número de parada que se trata ya que al subir (por la puerta de atrás) te sale un papelillo con el número. En caso de llevar un bono diario (500¥ ilimitado) no debes pagar nada al bajar siempre que te muevas por la zona tarifa plana, si sales de ella, deberás abonar la diferencia de precio.
Una vez en la JR, entramos al Map Camera y al Yodobashi, queremos comprar una cámara de fotos réflex que ya me quedé con las ganas en el primer viaje. Miramos varios modelos y nos encontramos con que tan solo se pueden poner los menús en español en las máquinas Sony. En las Canon y Nikon acepta inglés o japonés y en el resto, sólo japonés… ya les vale! Me apunto las que me interesan para comparar precios.
Volvemos a la estación y bajamos al -1 y -2, dónde hay un supermercado enorme dónde venden bentos, sushi y comida preparada para llevar y conforme se acerca la hora de cierre bajan los precios como si fuera una lonja, truquillos del primer viaje! así que compramos la cena y también el desayuno para mañana. En una parafarmacia de la estación, compramos un protector solar en spray. Una maravilla!! ya compramos uno allí en el primer viaje y esta vez me llevo dos, van de fábula Y ahora ya si, volvemos al ryokan, ya es hora de descansar.
La habitación es la mar de cómoda. Tan solo hay un par de cosas que no me acaban de gustar de los hoteles tradicionales y tenemos que preguntar si en sus casas también lo tienen así… lo primero es la mesa con las sillas al suelo… supongo que si estás bien de la espalda se lleva bien, pero en mi caso que la tengo hecha polvo, es súper súper incómodo! no sé ni como ponerme! lo segundo es algunos futones… para ellos, cuanto más dura es la superficie dónde duermen más rectitud aprenden… a mi esto no me convence y siempre busco en el armario dónde los guardan otro futón para ponerlo debajo y que sea más blandito Algo que si me encanta son los suelos de tatami, son súper cómodos y me encanta andar por ellos!!! y me llama la atención los pequeños altares que tienen en algún rincón de la sala.
Después de cenar, llamamos a los nuestros (vía internet que es gratis), le damos caña al wapp, duchita y a dormir que nos espera el futón, ahora más blandito!
Hoy es un día importante, y es que volvemos a Kyoto!!! Nos levantamos de un salto, desayunamos, recogemos toooodas las cosas y nos vamos a buscar un tranvía que nos lleve a la JR Kumamoto Sta. Sudamos un poco la gota gorda para bajar del tranvía tan cargados… tienen la puerta de salida súper estrecha y con unos escalones altísimos… imaginaos el cuadro!
Habíamos reservado estos trayectos la noche que llegamos y suerte que lo hicimos porqué el tren se fue llenando a base de bien… salimos a las 9,05h hacia Shin-Osaka. El trayecto, aunque es larguillo se hace ameno. Vamos recordando lo vivido estos días por Kyushu y estamos deseando volver a Kyoto, la ciudad que nos cautivó en el primer viaje! Llegamos a Shin-Osaka a las 12,20h y 20 minutos después ya vamos en otro Shinkansen caminito de la capital cultural. Os dejo foto del tren de Kumamoto, mola mucho! todo el mundo se sorprendía al verlo y todos se hacían fotos jajaja!
Kyoto 京都: el alma de la cultura tradicional japonesa y el escenario sobre el que ha tenido lugar gran parte de la historia nipona. Esta ciudad con 17 lugares designados Patrimonio Mundial por la Unesco, más de 1600 templos budistas y 400 santuarios sintoístas, es una de las más ricas del mundo en lo que a cultura se refiere.
Tras 14 minutos de trayecto llegamos a JR Kyoto Sta. Qué ilusión!!! nos sentimos similar al día de llegada a Japón, una emoción tremenda nos embarga, reconocemos tiendas, restaurantes y sitios de la estación del primer viaje y un sinfín de imágenes y recuerdos nos vienen a la cabeza… el primer viaje fue algo especial, no sólo conocimos por primera vez el país nipón si no que además era nuestra luna de miel! Vemos por una de las ventanas de la estación el Hotel Vista, dónde nos alojamos en el primer viaje, qué gracia!!
Decidimos pasar un momento por la oficina de turismo para recoger un par de mapas de la ciudad y de los buses, y salimos hacia la calle por la salida de la Kyoto Tower para ir al ryokan. Qué ilusión volver a recorrer estas calles!!! vamos caminando y vamos diciendo “aquí cenamos tal día, aquí compramos esto, aquí vimos aquello…” más mola!!!
Para el alojamiento en Kyoto, tenemos reservado en el Matsubaya Inn por 42840¥ (3 noches los dos). Se trata de un ryokan con más de 100 años de experiencia y con algunos premios Tryp Advisor y muy recomendado por algunos foreros. Está a unos 10 minutos a pie de la JR Sta y cuenta con metros y buses en las cercanías. Hacemos el check-in y aunque aún no podemos subir a la habitación, el hijo del Sr Matsubaya nos enseña el ryokan y nuestra habitación (la están limpiando), nos explica cómo conectarnos al wifi y nos da una tarjeta del ryokan con los datos de contacto por si hubiera alguna cosa. El chico es súper majo y habla bien el inglés. Le pedimos dejar las maletas allí y salimos a buscar un lugar para comer.
Decidimos acercarnos a la JR Sta de nuevo, ya que luego cogeremos allí el bus para ir a los templos que tenemos planeados. Además es una zona con un montón de sitios para comer. Decidimos entrar al Yodobashi y nos vamos hasta la última planta dónde hay varios restaurantes de todo tipo. Nos decantamos por uno de ramen dónde puedes cocinar tus fideos en la plancha que hay en la mesa (2300¥ los dos). Riquísimos!! nos saben a gloria!! Y me encanta poder hacer los yakisoba sobre una de esas planchas (yo los hago en casa, así que el cocinarlos no fue problema).
Una vez llenado el buche, salimos hacia la estación de buses, adherida a la JR sta. Compramos en la máquina un pase diario de bus (500¥ x 2) y cogemos el bus 206 hasta la parada del Sanjusangendo. Éste fue uno de los templos que no visitamos en el primer viaje, estaba en obras por aquel entonces. Pagamos (600¥ x 2) y entramos. Ya desde fuera el edificio es chulísimo! Se trata de un edificio de 118m de longitud, considerado el más largo construido en madera del mundo.
Nos quitamos los zapatos y los dejamos en las taquillas y entramos al hall. Es realmente impresionante!! Lástima no poder hacer fotos en el interior… la imagen principal es una Kannon Bodhisattva sentada, simboliza la paz y la compasión y está considerada tesoro nacional. El efecto se multiplica por las miles de estatuas antiguas de Kannon que llenan el resto de la sala, así como con los soldados de la compasión, que flanquean la imagen principal distribuidos formando cincuenta columnas de diez filas de profundidad, talladas en ciprés y cubiertas con pan de oro, cada una tiene más de veinte pares de brazos, y se dice que son responsables de salvar muchos mundos. Ciento veinticuatro de estas estatuas, fueron salvadas del incendio que se cobró el templo original en 1249. Las estatuas restantes datan del siglo 13. También hay 28 estatuas de deidades guardianas con expresiones intensas. Abrumador. Espectacular.
Salimos del hall y vamos hacia los jardines. Hay una campana y un santuario junto al templo, así como un pequeño estanque y un bonito jardín.
Volvemos a la calle principal y tomamos de nuevo el bus 206 hasta la parada Gojo-zaka. Callejeamos un poco, recordando que la última vez que estuvimos aquí caía un diluvio por un tifón que no dejaba ver a dos metros de ti..., llegamos hasta el Kiyomizu-Dera, un lugar que nos impresionó en el primer viaje y que no pudimos disfrutar del todo por culpa de la lluvia que caía aquel día. Así que aquí estamos de nuevo, con un sol espléndido y con ganas de ver lo que nos faltó la otra vez. Pagamos (300¥ x2) y entramos.
Ya en la entrada vemos que hay un montón de grupos de escolares… pero pese a que hay un gentío considerable, no hay sensación de agobio.
Me encantan las vistas de la ciudad que se disfrutan desde este templo.
Volvemos a recorrer el pabellón principal con su balcón de madera a 13m por encima de la colina que se sustenta sobre vigas de madera, de las que se dice que no usaron clavos para sujetarlas. En éste edificio se conserva una estatua con las 11 caras de Kanon. Vemos que la otra balconada de madera está completamente tapada por toldos y andamios, qué pena, de ahí había unas bonitas vistas del balcón de madera con Kyoto de fondo… En el 1r viaje, vimos la zona del Santuario Jishu, dedicado al amor, así que esta vez bajamos las escaleras y vamos hacia la cascada Otowa, a la base del edificio principal y que diverge en tres chorritos de los que se puede beber. Se dice que según del que bebas, tendrás una vida amorosa afortunada, éxito en los estudios o longevidad. Nos ponemos a la cola y como no acabamos de tener claro qué chorro es cada cual, bebemos del primero que queda libre.
De ahí recorremos un pequeño sendero hasta la Pagoda Koyasu, la visita a ésta dicen que ayuda a lograr un parto fácil y seguro, así que ya voy servida para cuando llegue el momento Vale mucho la pena acercarse hasta aquí, hay unas bonitas vistas del templo y no hay nadie, la vemos solos!!
Empieza a sonar la campana que anuncia el cierre del templo, así que nos quedamos con las ganas de ver la sala dónde dicen que hay 200 estatuas de Jizo, una pena porqué este buda me inspira simpatía, es mi buda favorito Así que salimos del templo por una de las calles comerciales. Ahí si que hay un montón de gente!
Entramos en algunas tiendas a mirar cosillas, y en una de ellas compro un jizo monísimo! (1000¥) me encanta! mi marido se mira las katanas, pero se nota mucho que son baratijas (las verdaderas no se pueden sacar del país ya que están consideradas tesoro nacional) por lo que al final pasamos de largo.
Una vez en la calle principal, decidimos volver a la JR Sta e ir a dar una vuelta por allí. Tomamos el bus 100 de vuelta a la JR.
Ya expliqué en el diario del primer viaje cómo funcionan los buses en Japón así que no me voy a repetir, pero si comentar que en la zona del centro de la ciudad los buses tienen una tarifa plana de 220¥ y en caso de salir de esa zona, veréis que junto al conductor hay una pantalla dónde indica el precio que debes pagar en función del número de parada que has subido. Sabrás el número de parada que se trata ya que al subir (por la puerta de atrás) te sale un papelillo con el número. En caso de llevar un bono diario (500¥ ilimitado) no debes pagar nada al bajar siempre que te muevas por la zona tarifa plana, si sales de ella, deberás abonar la diferencia de precio.
Una vez en la JR, entramos al Map Camera y al Yodobashi, queremos comprar una cámara de fotos réflex que ya me quedé con las ganas en el primer viaje. Miramos varios modelos y nos encontramos con que tan solo se pueden poner los menús en español en las máquinas Sony. En las Canon y Nikon acepta inglés o japonés y en el resto, sólo japonés… ya les vale! Me apunto las que me interesan para comparar precios.
Volvemos a la estación y bajamos al -1 y -2, dónde hay un supermercado enorme dónde venden bentos, sushi y comida preparada para llevar y conforme se acerca la hora de cierre bajan los precios como si fuera una lonja, truquillos del primer viaje! así que compramos la cena y también el desayuno para mañana. En una parafarmacia de la estación, compramos un protector solar en spray. Una maravilla!! ya compramos uno allí en el primer viaje y esta vez me llevo dos, van de fábula Y ahora ya si, volvemos al ryokan, ya es hora de descansar.
La habitación es la mar de cómoda. Tan solo hay un par de cosas que no me acaban de gustar de los hoteles tradicionales y tenemos que preguntar si en sus casas también lo tienen así… lo primero es la mesa con las sillas al suelo… supongo que si estás bien de la espalda se lleva bien, pero en mi caso que la tengo hecha polvo, es súper súper incómodo! no sé ni como ponerme! lo segundo es algunos futones… para ellos, cuanto más dura es la superficie dónde duermen más rectitud aprenden… a mi esto no me convence y siempre busco en el armario dónde los guardan otro futón para ponerlo debajo y que sea más blandito Algo que si me encanta son los suelos de tatami, son súper cómodos y me encanta andar por ellos!!! y me llama la atención los pequeños altares que tienen en algún rincón de la sala.
Después de cenar, llamamos a los nuestros (vía internet que es gratis), le damos caña al wapp, duchita y a dormir que nos espera el futón, ahora más blandito!
**Encontrarás el diario completo y otros más en mi blog:http://creciendoconmisviajes.wordpress.com/