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Oyes eso? El silencio... Cada noche hemos luchado para poder dormir entre los claxon y los bajos de la música de los matatus locos, entre los rezos de las mezquitas, entre las voces de la calle... Y esta noche: SILENCIO. Si acaso, si te esfuerzas, puedes escuchar el rumor de las olas a lo lejos. Lujo, lujo, lujo.
Nos levantamos para ver amanecer. Acierto! El lujo de disfrutar de un amanecer en exclusiva...
Paseíto por la orilla mientras va subiendo la marea. La Lonely dice que Diani beach es más tumultuosa que Tiwi. No se equivoca. Cuesta ver un blanco/a en Tiwi (nada que ver con la furgoneta de turistas que vimos ayer procedente de Diani). Mira que no somos nada playeros, eh? Pero disfrutamos infinito. El lujo de bañarte en un mar a solas... Incomparable.
Un pero: vuelven a meternos el miedo en el cuerpo. Nos dicen que no nos alejemos, que nos pueden robar... Perdona? Si no llevamos más que el bañador encima... “Ellos no lo saben” por respuesta... Obedeceremos (por hoy).
Nos vestimos con el (a partir de este momento) uniforme oficial de playa. Esto es, un bonito pañuelo africano para cada uno que le compras a una insistente y paciente vendedora de pañuelos que recorre la desierta playa hasta que da con tu presencia en el agua y hace un pase de toda la mercancía que tiene mientras espera en la orilla a hacer business contigo cuando salgas.
Maider: Mira, una vendedora. Ay, qué graciosa, mira cómo nos enseña el pañuelo.
Iñigo: No la mires.
Maider: Es bonito, eh? Pero demasiado transparente.
Iñigo: No la mires.
…......
Iñigo: Mira cómo saltan los pececillos!
Maider: Sí, mira ahí! Han saltado un montón a la vez!
….......
Maider: Ay, mira, ahora saca otro. No, mucho más feo. Éste no me gusta nada.
Iñigo: No la mires.
….......
Iñigo: Mira cómo hago sincronizada!
Maider: Jajajajajaja
…........
Maider: Jo, pues ese otro me gusta...
Iñigo: No la mires, Mai.
…........
(Dedos arrugados).
Maider: Venga, salimos ya? Voy a ver cuánto pide.
(Negociación).
Maider: Voy a la habitación a por dinero, maja.
Son 3 kangas (tela típica con inscripciones swahili que usan las mujeres keniatas para vestirse tradicionalmente) y 2 pañuelos. 1500KES.
Bueno, pues con la falda puesta nos vamos a comer rodeados de los animalicos del hotel (gatos, perros y monetes).
Siesta y paseo vespertino. ¿Estamos en el mismo sitio que esta mañana? La playa se ha llenado de locales... Mola. Los chicos se bañan en calzoncillos y las chicas casi con cuello vuelto. No mola. Pero es curioso.
Mañana toca madrugar para hacer snorkel. Cenita y a la cama. A destacar que para cuando te sirven lo que has pedido en Kenia, te ha dado tiempo a echar un chinchón, una escoba y a beberte una Tusker (que son de medio litro)... Pole pole rafiki, que dicen por aquí (despacio amigo en swahili).
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