El despertador sonó a las 4:30, madre mía no podía ser cierto! Nos levantamos y venga!! A las 5h en punto Phally nos esperaba en su tuk tuk en la puerta del hotel. Íbamos a presenciar el amanecer al lado de Angkor Wat. Durante el camino vimos muchos tuk tuks con la misma idea. Íbamos literalmente dormidos, jejej, mi novia no era capaz de abrir los dos ojos al mismo tiempo jaja.
Ya en tierra firme, cogimos una buena posición pero para esa hora ya estaba abarrotado de gente. Esperamos muy poquito para ver el amanecer pero no tuvimos mucha suerte de ver esa paleta de colores famosísima iluminando el templo. Una pena pero bueno, había que intentar.
Ya recogido el trípode, desayunamos y luego fuimos en tuk tuk al primer templo del día: Banteay Srei. De nuevo, el camino nos sumergió en la realidad de la vida cotidiana de Camboya y su extrema pobreza, a las orillas de sus rojizas carreteras de tierra.
Es un templo del siglo X, dedicado al dios hindú Shiva. Está a unos 25 km al noreste de los templos principales, cerca de la colina de Phnom Dei, aunque está más alejado, se tarda un poco en llegar pero merece la pena verlo, es de los templos mejor conservados y con una decoración preciosa.
Está construido en arenisca rojiza y aunque es mucho más pequeño que los demás, sus bajorrelieves y esculturas están trabajados al detalle, con motivos florales y de deidades hinduistas. A diferencia de la mayoría de los templos, este no fue construido por un rey sino por un brahmán (sacerdote) de ascendencia real que fue el maestro espiritual del rey Jayavarman V.
Nos gustó muchísimo, además al ser tan temprano estábamos totalmente solos. A continuación fuimos a conocer el templo Banteay Kdei:
Banteay Kdei significa "ciudadela de las celdas" y es un monasterio budista que fue construido a finales del siglo XII durante el reinado de Jayavarman VII, el mismo que ordenó construir Angkor Thom.
Personalmente creo que uno de los mayores encantos que posee este templo es su entrada, es preciosa y posee un tamaño mucho más reducido que otros monumentos de Angkor.
Este es uno de los pocos monumentos de Angkor que presenta dos estilos arquitectónicos distintos, el estilo de Angkor Wat y el estilo del Bayon. Además, otra de las virtudes que posee este templo es que se conserva tal y como fue concebido, porque nunca se han realizado en él labores de restauración, lo único que se ha hecho han sido trabajos para limpiar la vegetación.
Una de las cosas más curiosas es que para recorrer este templo correctamente hay que cruzar su recinto de este a oeste o en sentido contrario. Aquí aparezco concentrado leyendo el libro; estaba muy bien explicado:
Una de las cosas que más nos gustaron de este templo son los relieves que posee, ya que aparecen numerosas ninfas en diferentes posturas que se encuentran en un estado de conservación excelente.
Los alrededores, son una auténtica maravilla, hay árboles inmensos y con un grosor increíble por todas partes. Cuando estás en estos lugares te olvidas completamente de todo, es como si llegaras a un mundo completamente diferente y desconocido, es realmente increíble y, por lo menos nosotros, alucinábamos con lo que estaban viendo nuestros ojos.
En los templos hay muchos niños que ofrecen imanes, postales... para ganar un poco de dinero. Al final molestan un poco porque siempre están encima. Recuerdo como nos hablaba palabras sueltas en muchas idiomas: español, italiano, inglés... nos sabían nada!!
Nosotros no les compramos nada pero a una niña le dimos 2 chupachups y quedó contenta. Pasó casi media hora a nuestro lado. Era simpática y mi novia se hizo una foto con ella:
Si no fuera poco lo que habíamos visto ahora tocaba ver el majestuoso templo Ta Prohm:
Atravesamos la Puerta de la Victoria de Angkor Thom y nos dirigimos a Ta Prohm. Nada más llegar al lugar descubrimos una magia especial, la vegetación es más densa que de otros templos. La primera impresión fue que el templo estaba intacto con sus ruinas tal como fue descubierto, únicamente se ven signos de reconstrucción en el patio. Una vez que te adentras de lleno en la construcción descubres por qué también se le conoce como el Templo de las Raíces. La visión del lugar es espectacular, tanto que, como ya sabemos ha sido escenario de alguna superproducción cinematográfica como Tomb Raider protagonizada por Angelina Jolie de la que hemos hablado miles de veces todo aquel que hemos visitado el templo. Lo cierto es que este lugar es mucho más que una película aunque también hay que reconocer que gracias a ella ha sido conocido por mucha gente.
Ta Prohm (1186-91), que en aquel entonces se llamaba Rajavihara (templo real) era un monasterio budista, universidad y hospital que se convirtió en el nuevo centro gravitante de la capital. Dentro de sus confines habitaban 12,500 personas, además de otras 80,000 que vivían en las 3140 villas aledañas y servían al gran palacio-templo real.
Es uno de los más diferentes ya que este templo ha sido devorado por la selva. Muchos de los muros y torres están rodeados por enormes raíces de gigantescos y ancianos árboles. Aquí uno se siente pequeño y frágil frente a la grandiosidad y la fuerza de la naturaleza.
Este templo como muchos otros pertenece a la última etapa del imperio Khmer en el siglo XII por lo que es de estilo Bayón. Construido por el inagotable Jayavarman VII que fué el rey jemer que más templos construyó.
Es muy recomendable visitarlo a última hora del día. Nosotros fuimos al mediodía y había poca gente (todos comiendo) Para nosotros fue uno de los templos que más nos impresionó y cautivó. Sin duda, es una visita obligatoria.
Decidimos darnos un respiro y fuimos a comer al restaurante “Ta Prohm Khmer food”. Delicioso. Mientras tanto Phally montó su propia cama en forma de hamaca en su tuk tuk, jeje. Qué jefe!! Tras cada visita de templo nos esperaba siempre con un botellín de agua fría, sonriente y preguntándonos si nos había gustado. Su castellano es bastante fluido y en los “ratos libres” que le dejamos siempre estaba estudiando los verbos, gramática, sinónimos… Si una palabra que habíamos hablado no conocía inmediatamente me hacía escribir o deletrear en su cuaderno. Era muy atento. Se esforzaba mucho para no recurrir a inglés, lo que domina perfectamente. Como curiosidad nos explicó que no existe una traducción del idioma camboyano a el español y ante eso tuvo que aprender primero el inglés para luego traducir al español. Puff!! Chapeeauuu para él.
Estuvimos mucho tiempo conversando con él a la hora de la comida y nos contó infinidades de cosas sobre la vida en Camboya, guerra civil, su familia, sus objetivos a corto y largo alcance… fue muy muy interesante. A nosotros nos preguntaba muchas cosas y era evidente que vivíamos en un mundo aparte al suyo, le extrañaba tantas cosas…pero siempre tomaba para bien todas las cosas. Una cosa que recuerdo con facilidad es cómo se interesó enérgicamente al saber que en 20 minutos de nuestras casas tenemos la opción de ir a la playa. Lo que para nosotros es un plan para un fin de semana cualquiera, para él es un sueño que quiere cumplir con toda su familia. Pufff… da que pensar. Nos demostró que tiene una mente muy abierta a pesar de que nunca ha podido salir de su casa. Poco a poco entablamos una relación muy amistosa, ya no era solo un simple conductor.
La verdad, disfrutamos yendo y viniendo en tuk tuk. Hacía calor, creo que 32-35 ºC, pero con el vientecillo se hacía más ameno y las vistas se disfrutaban más que en el coche. Se hacía sentir más la gente de la calle, los puestos callejeros…
Fuimos directos a conocer el templo Baphuon:
Lo más llamativo de este enorme templo de forma piramidal, a parte de su colosal altura, es el puente de piedra, de unos 200 metros de largo, por el que se accede a la zona central, que va cruzando unos fosos de agua.
Sólo la vista del puente desde lo alto del templo, da la verdadera dimensión de la espectacularidad del mismo. Además no había nadie y nos dimos un buen respiro antes de afrontar la visita de Bayon, que está a pocos metros.
El Bayon es otro de los templos de obligada visita de Angkor. Fue construido cien años más tarde que Angkor Wat y es el templo principal de Angkor Thom. Como en todas las obras arquitectónicas de Angkor, hay que fijarse en todo cuando se visita este templo porque todo está hecho por algo, nada es fruto de la casualidad, así que el Bayon está situado en ese lugar porque es el centro geométrico exacto de la capital jemer, se encuentra a 1.500 metros de distancia de la puerta sur de Angkor Thom, que es la más conocida y la más utilizada para entrar al recinto.
Lo que más llama la atención de este templo es que cuando lo ves por fuera parece que está hecho polvo y que no se conserva nada de lo que fue y, sin embargo, cuando te introduces dentro observas que es todo lo contrario, que tiene un estado de conservación espectacular y que es una auténtica maravilla.
El templo fue construido por Jayavarman II. Una de las cosas más destacadas del mismo son las 54 torres con rostros del Buda de la Compasión, que se caracteriza por tener los ojos cerrados y una ligera sonrisa. En todos estos rostros el rostro que se dibujó es el del propio Jayavarman, por increíble que parezca, y es que ellos mismos se consideraban dioses.
Este templo está formado por tres niveles, en el primero se encuentran los bajorrelieves más importantes y mejor conservados (con aspectos de la vida Jemer, como la vida familiar, riña de gallos, mercado, caza, cocina, etc. ) en el segundo los bajorrelieves tienen menos calidad y, en el tercero, se encuentran las torres de rostro sonriente.
El santuario principal de este templo se encuentra en la parte más alta y está rodeado de numerosas efigies.
Para visitar este templo también os recomiendo que vayáis o a primera hora de la mañana o al atardecer porque siempre está lleno de turistas.
Nos encantó Bayón. Realmente no pudimos despegar la mirada de estas caras, transmiten una expresión de paz maravillosa y así nos sentimos nosotros.
Recomiendo verlo sin agobios, después de las 17h, cuando todo el mundo se dirige a ver la puesta de sol en Phnom Bakheng porque en este templo se concentran las mayores cantidades de turistas.
Si los anteriores eran casi obligatorios de visitar éste que voy a decir. Es algo mágico, otra joya de Angkor.
Ya con las piernas un poco cansadas decidimos conocer el último templo del día: Angkor Wat.
Angkor Wat, con sus altas torres y extraordinarios bajorrelieves, es considerado por muchos como uno de los monumentos más inspirados y espectaculares jamás concebidos por la mente humana.
Fue construido por Suryavarman II (que reino del 1112 al 1152) para honrar al dios Vishnu con el que el mismo era identificado como dios rey, para ser utilizado como su templo funerario. El complejo del templo central se compone de tres pisos, cada uno de los cuales encierra una plaza rodeada por galerías interconectadas. Elevándose a 31 metros por encima del tercer nivel y a 55 metros sobre el suelo, se encuentra la torre central que da una sublime unidad a todo el conjunto extendidos alrededor del complejo del templo central hay una serie de extraordinarios bajorrelieves que ocupan 800 metros de longitud. La escena más famosa es la Agitación del Océano de Leche que está en la sección sur de la galería este. Esta talla brillantemente ejecutada representa a 88 asuras (demonios) a la izquierda y a 92 devas (dioses) con cascos encrestados a la derecha, que agitan el mar para extraer el elixir de la inmortalidad, que ambos grupos codician.
Sus cinco torres simbolizan el centro del universo hindú. Está rodeado de murallas y de un foso que antaño estaba repleto de cocodrilos.
Al ser un templo funerario la entrada se encuentra al sur por donde se pone el sol y por esa cuestión es mejor visitarlo por la tarde ya que si lo hacéis por la mañana el sol estará de frente y las fotografías serán más difíciles de ejecutar.
En la parte izquierda del templo se encuentra otro hinduista con un cementerio que es mucho más moderno que el templo de Angkor Wat.
Una gran estatua del dios Vishnu preside la entrada a este templo que iluminado por los rayos del sol poniéndose es un espectáculo increíble.
Aquí encontraréis a mucha gente por lo que es difícil encontrarse solo.
A la salida del templo mantuvimos una charla con 2 monjes jóvenes y le preguntamos sobre su vida y bueno estuvo bien la verdad.
Tras casi 10 horas ininterrumpidas de calor y humedad y con las piernas cansadas decidimos ir al hotel para refrescarnos en la piscina del hotel (había un tuk tuk gratuito que nos llevaba al otro hotel para poder bañarnos en la piscina). Relax total. Puff! Como se agradeció ese baño tan relajante…
Tras reponernos, a las 20:00 en punto Phally estaba de nuevo esperándonos en su tuk tuk en la puerta del hotel, jeje. Fuimos a la zona del antiguo mercado central de Siem Reap y cenamos, siguiendo su recomendación, en el Khmer Kitchen Restaurant:
www.tripadvisor.es/ ...vince.html
Comida casera camboyana muy buena. Todo delicioso. Para nosotros fue un buen acierto. No recuerdo cuánto pagamos pero alrededor de 10 $ por persona, un poco caro pero bueno estaba al lado de “Pub Street”. Aquí se encuentran la mayor parte de los restaurantes y bares de copas de la zona, muchos de ellos con piscinas de peces que, mientras tomas una copa, se comen las durezas de los pies.
A partir de las 6 de la tarde, la policía situada en cada punta de la calle cierra el paso a los coches para que la gente pueda transitar durante la Hora Feliz (Happy Hour). Entre tanto, vendedores ambulantes (y muchos niños, hay que decirlo) te ofrecen pulseras, collares, chicles, tabaco y todo lo que se os pase por la cabeza.
A la salida de la calle os esperarán decenas de “tuk tuks” (moto-taxis) para llevaros al hotel. Son demasiado insistentes pero al final aprendes como evitarlos.
Muchos de los locales ofrecen música con juegos de luces neón en directo para los turistas. Parecíamos que estábamos en una calle cualquiera de New York! Muchos turistas… fue el sitio donde más vimos en nuestro viaje.
Tomamos 2 copas disfrutando de la música en directo en un agradable bar y regresamos con Phally al hotel sobre las 22:30, dando por finalizada una jornada interesantísima.
Pronto nos quedamos dormidos en nuestras habitaciones khmer. Esa noche los dioses vinieron para envolvernos en un sueño profundo transportándonos al siglo XII.