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Y ya son las ocho, así que aquí nos tenéis en la cafetería del hotel Maimónides desayunando. Café y croisan, carillo el desayuno, 3,50€ por persona, pero no hemos visto ningún otro sitio abierto. Y ahora toca
La Mezquita,
lo mejor de todo el viaje
. Impresionante, no hay palabras 
. El conjunto ocupa 24.000 m2. Y lo componen el Patio de los Naranjos (patio de las abluciones), el Oratorio, el al minar y todo ello rodeado por una muralla. No me voy a explayar sobre esta visita pues es demasiado lo que hay que decir sobre ella, así que he realizado un “tip” con una montón de información sobre la misma y pongo aquí el enlace por si alguien quiere más información.
www.losviajeros.com/Tips.php?p=1301
Como hicimos la visita gratuita, no nos entretuvimos en el Patio de los Naranjos sino que pasamos directamente a visitar el oratorio para aprovechar completamente la hora que se nos concede. Ahora podemos ver a gusto todo lo que ayer nos explicaron, comprobarlo sobre el terreno, detenernos en las partes más hermosas. No hay mucha luz, es más bien escasa, pero suficiente para poder apreciar toda la belleza del lugar.
La mezquita se levantó por orden de Abderramán I, luego hubo una segunda ampliación debido a Abedrramán II, después otra de la mano de Alhaken y, por último, la gran ampliación de Almanzor. En mi caso recorrí en primer lugar todas estas partes para hacerme una idea de cómo eran cada una de las zonas y luego me fui a contemplar y maravillarme con el mirhab de Alhaken. Es impresionante. No por su tamaño sino por su belleza, por su simetría, por su armonía, por su perfección. Una cascada de mosaicos convierten el lugar en un tesoro único, una pared de oro es lo que se ve a primera vista. Luego ya te fijas en los detalles: las tres puertas, los arcos lobulados, las cúpulas, etc., etc., etc. Para pasarse horas contemplándolo.
Y la maravillosa cúpula central que representa el firmamento, todo oro y azul. Ya no tengo adjetivos.
Pero hay que seguir, que solo tenemos una hora y esta pasa pronto. Así que me voy hacia la catedral cristiana para visitarla también.
Otra obra magnífica y muy hermosa, pero fuera de lugar. Me llaman la atención su altura en contraposición con las naves musulmanas y su blancura. Realmente armonioso el conjunto de colores: blanco y oro. La catedral solo se puede ver desde fuera, pues han colocado unas vallas sencillas para evitar la entrada, debe ser que solo se puede acceder si pagas. De todas formas consigo sacar alguna foto de la sillería del coro y del púlpito.
Ahora me dirijo a ver la Capilla Real, mudéjar y de exquisita belleza. ¡Cómo cambian las cosas de día o de noche!. Anoche me pareció mucho mayor y, ahora, de día, me parece pequeña. Pequeña pero hermosa. Me recuerda al Alcázar de Sevilla, no hay un espacio sin decorar.
Y no puedo por menos que recomendaros que miréis al cielo, los artesonados merecen la pena pero os vais a encontrar con preciosas imágenes que solo pueden verse en este lugar, mezcla de culturas: ángeles que asoman entre arcos moros, muros renacentistas sostenidos por arcos de herradura, bajorrelieves con motivos cristianos enmarcados por arcos musulmanes, …
Y no os olvidéis de visitar los restos visigóticos. No son muchos, pero son antiguos y nos hablan de otras gentes, de otras épocas.
Y ya se terminó la hora, así que salimos al Patio de los Leones y nos entretuvimos un rato entre los naranjos y los cipreses
Ahora toca echarle una ojeada a las puertas exteriores, a cual más bonitas. Todavía se conservan algunas de la primitiva obra de Abderramán I, otras son mucho más posteriores, algunas están restauradas y muestran todo su esplendor, otras están tal cual, cargando con el peso de los siglos.
Desde aquí nos vamos directamente a ver el
Alcázar de los Reyes Cristianos
www.alcazardelosreyescristianos.cordoba.es/ ...a.es/?id=3
En el enlace anterior podéis encontrar información exhaustiva sobre el conjunto, desde horarios y precios hasta una interesante visita virtual.
En este mismo solar levantaron los romanos el único puerto fluvial de la ciudad y aquí edificaron los visigodos un “castellum” defensivo. De ambos recintos pueden verse restos arqueológicos en lo que hoy se denomina Patio de Mujeres. Más tarde, Abderramán II levantó aquí el Alcázar como palacio-fortaleza y que sirvió de residencia para los califas cordobeses. Incluso llegó a haber un pasadizo que comunicaba este lugar con la mezquita y cuya puerta todavía puede verse junto al mirhab. La guerra civil que terminó con el califato, ya en el siglo XI acabó con el alcázar original del que sólo se conservan los baños y sus dependencias y parte de las murallas. En 1328, el nuevo rey Alfonso XI, levanta sobre las ruinas un alcázar nuevo, de estilo gótico y ordena conservar los baños árabes y construye otros nuevos de estilo mudéjar para uso de su amada Leonor.
De la antigua construcción cristiana sólo se conservan las fortificaciones y las torres, los baños y el patio mudéjar. La razón es que este lugar se convirtió en la sede la inquisición y luego en cárcel por lo que todo el interior sufrió modificaciones, se tiraron muros, se elevaron otros, etc.
En cuanto a la visita me resultó muy interesante la planta baja pues en ella se exponen los mosaicos de una vivienda romana cuyos restos fueron encontrados en la plaza de la Corredera, en 1959. Son muy bonitos y de gran calidad. También puede verse en esta planta el Patio de Mujeres, que recibe este nombre de las épocas en que el recinto era cárcel provincial y en el que se han descubierto restos arqueológicos de un puerto. En esta misma planta se visitan los baños y el patio mudéjar que, en realidad es una reconstrucción pues, como podéis suponer, el patio original se destruyó a lo largo de los siglos.
Pero gustarme, gustarme, lo que más las torres góticas que guardan en su interior un verdadero tesoro en bóvedas.
Por último hay que dar un paseo tranquilo para admirar la alberca, los jardines y los diferentes estanques.
Y luego, como estábamos al ladito del río nos acercamos a conocer toda la zona, con el
Puente Romano, los Sotos de la Albolafia y la Torre de la Calahorra.
Precioso lugar, lleno de historia y turistas.
Además del Puente Romano, aquí se encuentran los Sotos de la Albolafia, zona de especial interés natural, un ecosistema único que nos permitirá disfrutar de grullas, patos, cormoranes y demás en plena ciudad, algo realmente raro. Y, en medio, una noria árabe y varios molinos de la misma época. Todo ello lo podremos admirar asomándonos al pretil del puente, sin ir más lejos.
Y al final del puente, la Torre de la Calahorra, torre del siglo XIV, levantada para defender el paso del puente.
Como podéis imaginaros ya estábamos agotados, así que nos fuimos a comer y a descansar un rato.
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