El tercer día en Siem Reap lo dedicamos a visitar un poco la ciudad y a darnos un masaje Khmer. Además aprovechamos para levantarnos un poquito más tarde.
Dejamos las mochilas en recepción y dejamos contratado un masaje khmer de 1 hora cada uno por 4,5 euros! (nos descontaron del precio la media hora para uno que incluía el precio del hotel) para después de comer y también dejamos contratado el servicio de tuk-tuk para que nos llevase al hotel, que a las 8 salía nuestro vuelo para Bangkok (2,25 euros).
Una vez hechas esas gestiones salimos a dar un paseo, no teníamos nada preparado para la visita, ya que el objetivo era visitar Angkor, así que simplemente nos dedicamos a dar un paseo, mapa en mano, y vimos un par de templos y el mercado antiguo (Old Market) que la verdad es lo que más me gustó, no dejéis de dar una vuelta por allí:
¿Os ha entrado hambre?
Como nos habíamos levantado tarde se nos echó rápidamente encima la hora de comer, así que nos dirigimos hacía la Pub Street y comimos en el Temple Pub, de los mismos dueños que el hotel, pero la verdad es que no nos gustó mucho.
Después de comer nos fuimos para el hotel, nos tomamos un zumo de postre y
enseguida fue la hora del masaje.
El masaje Khmer a mi personalmente me gustó más que el masaje Tailandés que me día en Chiang Mai, quizá porque no vi tanto las estrellas como allí, que se me ocurrió decir que normalmente tenía el cuello fastidiado y en buena hora, que dolor! No me mareé por vergüenza… pero la verdad es que me dejó nuevo, eso sí. Total, para el masaje Khmer te ponen una especie de pijama de algodón, pasas a una sala con más gente, y te ponen una mascarilla con rodajas de pepino fresquito en la cara, que la verdad… relaja. El masaje era completo, desde los pies al cuello, y te van estirando todos los músculos, como el tailandés pero sin ser tan animales y con otras técnicas, te van presionando determinados puntos por donde circula la sangre… bueno, mejor probadlo!!
Al irnos, nos pidieron que nos hiciésemos una foto con ellos en la entrada del hotel y después nos la mandaron, muy chula! Que majos… jejeje.
Y tras la despedida, al tuk-tuk y para el aeropuerto, de vuelta para Bangkok, a nuestro hotel base, el IResidence. El camino de vuelta desde el aeropuerto, como era buena hora (21:30) pues lo hicimos en el Airport Rail Link y BTS, como os explicamos en la segunda etapa del diario.
Compramos algo en el 7eleven de debajo del hotel para recenar, ya que nos habían dado algo en el avión, y a dormir, que al día siguiente queríamos madrugar para hacer un recorrido por Bangkok, y lo que iba a ser un día un poco de relleno por allí acabo siendo un día chulísimo… pero os lo contamos en la siguiente etapa.
Dejamos las mochilas en recepción y dejamos contratado un masaje khmer de 1 hora cada uno por 4,5 euros! (nos descontaron del precio la media hora para uno que incluía el precio del hotel) para después de comer y también dejamos contratado el servicio de tuk-tuk para que nos llevase al hotel, que a las 8 salía nuestro vuelo para Bangkok (2,25 euros).
Una vez hechas esas gestiones salimos a dar un paseo, no teníamos nada preparado para la visita, ya que el objetivo era visitar Angkor, así que simplemente nos dedicamos a dar un paseo, mapa en mano, y vimos un par de templos y el mercado antiguo (Old Market) que la verdad es lo que más me gustó, no dejéis de dar una vuelta por allí:
¿Os ha entrado hambre?
Como nos habíamos levantado tarde se nos echó rápidamente encima la hora de comer, así que nos dirigimos hacía la Pub Street y comimos en el Temple Pub, de los mismos dueños que el hotel, pero la verdad es que no nos gustó mucho.
Después de comer nos fuimos para el hotel, nos tomamos un zumo de postre y
enseguida fue la hora del masaje.
El masaje Khmer a mi personalmente me gustó más que el masaje Tailandés que me día en Chiang Mai, quizá porque no vi tanto las estrellas como allí, que se me ocurrió decir que normalmente tenía el cuello fastidiado y en buena hora, que dolor! No me mareé por vergüenza… pero la verdad es que me dejó nuevo, eso sí. Total, para el masaje Khmer te ponen una especie de pijama de algodón, pasas a una sala con más gente, y te ponen una mascarilla con rodajas de pepino fresquito en la cara, que la verdad… relaja. El masaje era completo, desde los pies al cuello, y te van estirando todos los músculos, como el tailandés pero sin ser tan animales y con otras técnicas, te van presionando determinados puntos por donde circula la sangre… bueno, mejor probadlo!!
Al irnos, nos pidieron que nos hiciésemos una foto con ellos en la entrada del hotel y después nos la mandaron, muy chula! Que majos… jejeje.
Y tras la despedida, al tuk-tuk y para el aeropuerto, de vuelta para Bangkok, a nuestro hotel base, el IResidence. El camino de vuelta desde el aeropuerto, como era buena hora (21:30) pues lo hicimos en el Airport Rail Link y BTS, como os explicamos en la segunda etapa del diario.
Compramos algo en el 7eleven de debajo del hotel para recenar, ya que nos habían dado algo en el avión, y a dormir, que al día siguiente queríamos madrugar para hacer un recorrido por Bangkok, y lo que iba a ser un día un poco de relleno por allí acabo siendo un día chulísimo… pero os lo contamos en la siguiente etapa.