Llegada a Lucerna
Llegamos a las 12:30 a Lucerna después de un largo viaje en tren que al final termino pareciendo panorámico al pasar por la región francesa y el lago Leman.
Al llegar a Suiza de repente me encontre contrariada ante tanta belleza, limpieza y una calidad de vida inmejorable. Simplemente me alucino, incluso nuestro primer encuentro con un chico suizo en el tren a Lucerna me hizo sentir extrañada ante tanta amabilidad y orden, todo en un mismo sitio. Llegamos a la estación de tren, dejamos nuestras maletas en los lockers, compramos un ticket para transporte público y nos acercamos a la oficina para información turística. La Sra.. nos enseño un mapa de la ciudad, que es muy pequeña en realidad, nos mostró la locación de lo que ya llevábamos más o menos previsto y nos dijo que camión tomar para recoger el coche de alquiler en un par de horas.
Comenzamos nuestro recorrido por Lucerna pasando por su precioso puente de madera frente al lago turquesa con cisnes. Era una vista increible y, sin lugar a dudas la mejor experiencia que me lleve de toda Suiza. Lucerna en verdad me parecio lo mas hermoso que jamas haya visto, el color del agua, el aire, los patitos... Era un sueño. Lucerna es la ciudad más bonita de Suiza, no creo que exista algo mas bello, nos quedamos completamente boquiabiertos. De ahí caminamos hacia el monumento al león, es una visita indeludible en Lucerna. A todos nos conmovió la expresión de sufrimiento en el rostro del león, con una tristeza arrollante.
[align=center]
La zona es muy bonita, con mucha vegetación y unos baños ultramodernos (: Nosotros comimos en una banquita de allí y despues regresamos al antigüo centro con las tiendas a tope, aquí conseguí 2 blusas por seis francos en total. Además de que en Lucerna vimos más tiendas de relojes juntas que en ningún otro sitio. Frente al monumento al león hay una tienda con precios muy accesibles y cosas muy bonitas. Compramos un mini monumento al león para decorar la pared por quince francos y es muy guay (: Regresamos a la estación de tren por el otro lado y pasamos por el otro puente de madera y la iglesia jesuita.
En la estación tomamos un bus que nos llevo a recoger el coche. En Lucerna estuvimos casi 3 horas y el tiempo nos alcanzo muy bien, es una ciudad pequeñita pero encantadora. Antes de salir compramos la cena en un puesto de salchichas, si no mal recuerdo treinta francos por cuatro salchichas y pan.
Grindelwald
A pesar de que todo indicaba que la mejor ruta era ir bajando desde Lucerna, las indicaciones que recibimos en Hertz nos mandaron a, norte, teniendo que dar la cuelta al país en una hora y media hasta que finalmente logramos bajar. Las carreteras son rectas y si no te sales bien puedes recorrer todo el país. Y estas vistas que te hacen sentir como si estuvieras soñando despierta:
Grindelwald nos dejo anonadados. Mis padres se quedaron realmente sorprendidos y juran que fue la mejor parte del viaje. Llegamos a Grindelwals sobre las seis y nos instalamos en el Mountain Hostel, el hospedaje mas caro lo pagamos aqui pero valio mucho la pena. Nuestro cuarto tenia vistas a la montaña y dormimos al lado de los Alpes Suizos. Salimos a cenar al aire libre y entablamos conversacion con una muchacha suiza muy amable, nos deleitamos con las vistas, a tomar una ducha y a descansar.