MARTES 5 DE AGOSTO
Aunque no estaba previsto hace unos días, como Viena está tan cerca de Bratislava no me he podido resistir hacer una escapada de un día.
Evidentemente soy consciente de que un día no es tiempo ni para aproximarme a conocer la capital austriaca. Sin embargo, sí que es una oportunidad para volver a visitar algunos de sus edificios más relevantes y disfrutar de sus parques.
He cogido un autobús de la compañía eslovaca (7'7€). Tarda 80-90' en llegar, parando previamente en el aeropuerto de Viena y hay unos 25 al día. Son cómodos, iba vacío y tienen wifi (sólo en la parte austríaca).
En Viena el autobús para en la principal estación de trenes, si bien está todo patas arriba y es un tanto lioso organizarse.
Para moverme por Viena, que no es una ciudad pequeña, he comprado un billete turístico especial, el llamado Wiener Einkaufskarte, que te da acceso a todos los medios de transporte metropolitanos desde las 8 a.m. hasta las 8 p.m. (6€).
Para aquellos que creen que se ha de comprar el billete por si el revisor se lo pide (algunas veces me he sorprendido de lo que he llegado a leer a ciertos foreros), he cogido unos 8-9 transportes distintos y no me lo han pedido en ningún momento.
Como he dicho, era consciente de que no podía entretenerme demasiado en ciertos sitios ni pretender ver todo. Así que he hecho una pequeña selección.
Lo primero que he hecho ha sido buscar la oficina de turismo (nada agradables) e ir al McCoffee. Sí, el de McDonalds. Es la primera vez en mi vida que entro en un McCoffee (no sabía ni que existían hasta este año) y seguramente sea la última. He entrado porque anunciaba que tenían wifi gratuita. Y una hos.... leche. He tenido un deja vú tremendo. El portatil iba a la velocidad de las conexiones de finales del siglo pasado, cuando con el modem de 56k, podías intentar bajarte una canción en mp3, para lo cual invertías unos 25 minutos, con picos de 4-4'1 k/segundo. Pues la mierda del internet de McCafé no llegaba ni a eso.
He localizado en el mapa los sitios que recordaba haber marcado ayer en googlemaps y me he hecho mi propio planning con el transporte público.
Así, lo primero que he visitado ha sido el majestuoso Ayuntamiento. Creo que es el más grande y tal vez bonito que he visto nunca.
Y eso que estaba parcialmente tapado por una gran pantalla de algún festival de música que hay en Agosto.
Pero tampoco es que sea importante, porque el ayuntamiento es la leche mires por donde lo mires
Lo dicho, una pasada.
Se puede acceder al patio interior. Por cierto, que la piedra está bastante menos pulida. Será que no se ve desde fuera.
En el exterior del ayuntamiento hay wifi gratuita municipal. Me ha costado bastante conectarme, pero después de lo del McCafé,... he insistido hasta logralo. He aprovechado para bajarme el podcast de la mañana.
Al lado del ayuntamiento se encuentra el Parlamento. Otro edificio para flipar (aunque me gusta mucho más el de Budapest)
También en la zona, se puede ir andando, está el palacio de Hofburg, en la Heldenplatz.
Los últimos edificios de la zona que quería visitar eran dos museos situados en la Theresen Platz
Por una parte el Museo de Historia Natural
Con su cria de elefante a tamaño natural dándote la bienvenida,... por si no se veía en la foto anterior:
Y justo en frente, al otro lado de la plaza está el museo seguramtente más interesante de la ciudad, el kunshitorisches Museum. Sin embargo, no he entrado. Era el plan principal del día en caso de que hiciera malo, pero he vuelto a tener un día radiante. Además el precio es caro para no aprovecharlo a fondo (14€; los menores de 19 años entran gratis)
Desde aquí me he ido desplazando al este con el tranvía circular. Es una buena opción para conocer la ciudad por el precio de un viaje.
Primero me he bajado en la iglesia más bonita, la KarlsKirche
Para ir después a la más grandota. La de San Esteban
Es inmensa. Pero no me ha gustado tanto por dentro. Sobre todo porque las vidrieras son "una birria", al menos con las espectativas con las que he entrado. No se paga la entrada, si bien para visitas guiadas o audioguía hay que pagar. Asimismo, si quieres ir a la cripta, al tesoro y no sé adónde más, hay que ir pagando de 5€ en 5€ (vamos, un timo en toda regla)
El hambre aprieta así que me compro unos yogures en el Billa de turno y me acerco al parque Stadt-park. En él está la famosa estatua de Johan Strauss (y de otros músicos, como Shubert o Brukner)
Al palacio Schönbron no he podido llegar por falta de tiempo. Sin embargo, al que sí que me he podido acercar al final, pues está al lado de la estación de autobuses es al Belvedere. Otra preciosidad.
Por cierto, ahora que están de moda los selfies y que amama sigue echándome en falta en las fotos, pues ahí va:
La vuelta he pensado en hacerla en tren, básicamente porque no terminaba de encontrar de dónde salía el autobús eslovaco a Bratislava (ya he dicho que está patas arriba). Pero ha sido ir a comprar el billete, enterarme que me querían cobrar 15 euros y volver a buscar la parada de autobús. El incentivo ha debido de ser considerable, pues la he encontrado a la primera.
En resumen. Viena me ha recordado un montón a Budapest en cuanto a sus magníficos edificios, pero a lo bestia, muestra de un pasado imperial esplendoroso. Si bien, he de reconocer que aquí, a diferencia de la capital húngara, todos o casi todos los edificios están como nuevos o en proceso de restauración. Asimismo, tiene muchas zonas verdes donde descansar, leer, comer...
Aunque no estaba previsto hace unos días, como Viena está tan cerca de Bratislava no me he podido resistir hacer una escapada de un día.
Evidentemente soy consciente de que un día no es tiempo ni para aproximarme a conocer la capital austriaca. Sin embargo, sí que es una oportunidad para volver a visitar algunos de sus edificios más relevantes y disfrutar de sus parques.
He cogido un autobús de la compañía eslovaca (7'7€). Tarda 80-90' en llegar, parando previamente en el aeropuerto de Viena y hay unos 25 al día. Son cómodos, iba vacío y tienen wifi (sólo en la parte austríaca).
En Viena el autobús para en la principal estación de trenes, si bien está todo patas arriba y es un tanto lioso organizarse.
Para moverme por Viena, que no es una ciudad pequeña, he comprado un billete turístico especial, el llamado Wiener Einkaufskarte, que te da acceso a todos los medios de transporte metropolitanos desde las 8 a.m. hasta las 8 p.m. (6€).
Para aquellos que creen que se ha de comprar el billete por si el revisor se lo pide (algunas veces me he sorprendido de lo que he llegado a leer a ciertos foreros), he cogido unos 8-9 transportes distintos y no me lo han pedido en ningún momento.
Como he dicho, era consciente de que no podía entretenerme demasiado en ciertos sitios ni pretender ver todo. Así que he hecho una pequeña selección.
Lo primero que he hecho ha sido buscar la oficina de turismo (nada agradables) e ir al McCoffee. Sí, el de McDonalds. Es la primera vez en mi vida que entro en un McCoffee (no sabía ni que existían hasta este año) y seguramente sea la última. He entrado porque anunciaba que tenían wifi gratuita. Y una hos.... leche. He tenido un deja vú tremendo. El portatil iba a la velocidad de las conexiones de finales del siglo pasado, cuando con el modem de 56k, podías intentar bajarte una canción en mp3, para lo cual invertías unos 25 minutos, con picos de 4-4'1 k/segundo. Pues la mierda del internet de McCafé no llegaba ni a eso.
He localizado en el mapa los sitios que recordaba haber marcado ayer en googlemaps y me he hecho mi propio planning con el transporte público.
Así, lo primero que he visitado ha sido el majestuoso Ayuntamiento. Creo que es el más grande y tal vez bonito que he visto nunca.
Y eso que estaba parcialmente tapado por una gran pantalla de algún festival de música que hay en Agosto.
Pero tampoco es que sea importante, porque el ayuntamiento es la leche mires por donde lo mires
Lo dicho, una pasada.
Se puede acceder al patio interior. Por cierto, que la piedra está bastante menos pulida. Será que no se ve desde fuera.
En el exterior del ayuntamiento hay wifi gratuita municipal. Me ha costado bastante conectarme, pero después de lo del McCafé,... he insistido hasta logralo. He aprovechado para bajarme el podcast de la mañana.
Al lado del ayuntamiento se encuentra el Parlamento. Otro edificio para flipar (aunque me gusta mucho más el de Budapest)
También en la zona, se puede ir andando, está el palacio de Hofburg, en la Heldenplatz.
Los últimos edificios de la zona que quería visitar eran dos museos situados en la Theresen Platz
Por una parte el Museo de Historia Natural
Con su cria de elefante a tamaño natural dándote la bienvenida,... por si no se veía en la foto anterior:
Y justo en frente, al otro lado de la plaza está el museo seguramtente más interesante de la ciudad, el kunshitorisches Museum. Sin embargo, no he entrado. Era el plan principal del día en caso de que hiciera malo, pero he vuelto a tener un día radiante. Además el precio es caro para no aprovecharlo a fondo (14€; los menores de 19 años entran gratis)
Desde aquí me he ido desplazando al este con el tranvía circular. Es una buena opción para conocer la ciudad por el precio de un viaje.
Primero me he bajado en la iglesia más bonita, la KarlsKirche
Para ir después a la más grandota. La de San Esteban
Es inmensa. Pero no me ha gustado tanto por dentro. Sobre todo porque las vidrieras son "una birria", al menos con las espectativas con las que he entrado. No se paga la entrada, si bien para visitas guiadas o audioguía hay que pagar. Asimismo, si quieres ir a la cripta, al tesoro y no sé adónde más, hay que ir pagando de 5€ en 5€ (vamos, un timo en toda regla)
El hambre aprieta así que me compro unos yogures en el Billa de turno y me acerco al parque Stadt-park. En él está la famosa estatua de Johan Strauss (y de otros músicos, como Shubert o Brukner)
Al palacio Schönbron no he podido llegar por falta de tiempo. Sin embargo, al que sí que me he podido acercar al final, pues está al lado de la estación de autobuses es al Belvedere. Otra preciosidad.
Por cierto, ahora que están de moda los selfies y que amama sigue echándome en falta en las fotos, pues ahí va:
La vuelta he pensado en hacerla en tren, básicamente porque no terminaba de encontrar de dónde salía el autobús eslovaco a Bratislava (ya he dicho que está patas arriba). Pero ha sido ir a comprar el billete, enterarme que me querían cobrar 15 euros y volver a buscar la parada de autobús. El incentivo ha debido de ser considerable, pues la he encontrado a la primera.
En resumen. Viena me ha recordado un montón a Budapest en cuanto a sus magníficos edificios, pero a lo bestia, muestra de un pasado imperial esplendoroso. Si bien, he de reconocer que aquí, a diferencia de la capital húngara, todos o casi todos los edificios están como nuevos o en proceso de restauración. Asimismo, tiene muchas zonas verdes donde descansar, leer, comer...