VIERNES 8 DE AGOSTO
Hoy toca aprovechar más el día y recuperar la mañana perdida ayer. En efecto, cojo un tren en Brno antes de las 7:00, para poder hacer transbordo al primer bus en Blasko (como ayer) y así estar en la oficina de turismo cuando empiezan a vender las entradas para las cuevas punkevni . He sido el primero en bajar del bus y he ido corriendo (la gente fliparía) en sentido literal a la oficina de los tickets.
No ha habido problema Me han dado billete para las 8:20, con lo que cuento con que tenga la tarde libre para ir a Mikulov.
Para llegar a la cueva se puede hacer en un tren chu-chu o andando por el sendero azul (20 minutos). Yo, he sido el único, he optado por andar entre los árboles.
Qué decir de la excursión. Yo creo que incluso a la gente a la que no le dice nada visitar un cueva con sus estalactitas, estalagmitas,... le gustaría.
El precio nada caro (6'5€ al cambio). El grupo está formado por unas 35 personas. El guía sólo habla en checo, si bien tienes un papelito en inglés con las explicaciones de las cavidades por las que pasas. En este sentido, me parece que esta zona, preciosa sin duda, de la República Checa (Moravia) no está adaptada al turismo internacional (al igual que en Eslovaquia no potencian suficiente lo que tienen).
La cueva en sí misma está muy bien dispuesta para el turista. Te detienes en unas 7 "salas", intentando ver figuras en las rocas. Quienes entiendan checo o eslovaco seguramente lo disfrutarán más, porque el grupo no ha parado de desternillarse en todo el trayecto (me imagino que por las bromas del guía).
No es una cueva de las que quitan el hipo (recuerdo las de Skotjan en Eslovenia hace tres años... pero ya costaban 20€). Pero igual lo más llamativo es la parte final, en la que para salir te montas en una canoa-lancha y avanzas por la cueva como si fueses Erik, el de la novela de G. Leroux, pero sin Christine, claro. Es una experiencia sensacional.
El tour dura unos 45 minutos.
Una vez fuera, como era pronto he aprovechado para hacer senderismo por el bosque, hasta una aldea llamada Ostrov, siguiendo varios caminos señalizados:
Tenía apuntuados un montón de horarios de diferentes combinaciones, así que no he tenido problema para llegar otra vez a Brno (autobús + tren). Además, eran las 13:00, según lo que tenía apuntado tenía transporte directo a Mikulov (al Sur de Brno) en quince minutos. Sin embargo, cuando he ido a comprar el billete de tren me entero que no hay directos, que tengo que hacer transbordo en Breclav (como ayer a la tarde); además el tren es más tarde de lo que pensaba. En resumen, que había apuntado los horarios del autobús, no del tren (y no me acordaba).
Como siempre, no hay mal que con bien no venga: traducido, que me voy a comer por tercer día consecutivo alguna especialidad checa en el restaurante de siempre.
Esta vez no pido sopa, sólo Pecený veprový vrabec, cervené a bilé zeli, variace knedliku. Es decir, cerdo asado con rollo de masa hervido y chucrut. Ya he probado todas las delicias recomendadas por la Lonely (tendré que hablar con Martina, pues aún me queda otra noche más en Brno).
Después de la comida, corriendo (literalmente) he llegado al tren, que ya estaba cerrando las puertas.
Con el transbordo incluido, el viaje ha tardado 80 minutos (4€).
Mikulov, que está próximo a Valtice y Lednice (de hecho estaba previsto ver los tres en el día de hoy, si ayer hubiese podido dedicar todo el día al parque natural de Moravský kras), es otra joya de Moravia. Sin exagerar.
Por supuesto, gira en torno a una plaza grande, llena de terrazas y tiendas (no sólo de souvenirs)
Así como, en torno al Castillo, que no puede faltar, claro
No es una ciudad con casco antiguo, es una ciudad antigua en sí misma. Pequeñita, se recorre muy rápido, aunque merece la pena detenerse en sus terrazas y cafés.
Además está rodeada de dos pequeñísimas colinas (en Moravia no hay montes altos, el mayor, que está cerca de aquí, mide apenas 500 metros). En una de las colinas, llamada el monte de la cabra, hay una torre que hace las veces de mirador. Según la L.P., el horario es muy caprichoso y para saber si está abierta, es suficiente comprobar si ondea la bandera. He tenido suerte, antes de subir he comprobado que allí estaba. La entrada cuesta 0'80€ y las vistas son espléndidas.
En caso de que no se pueda acceder a la torre, existe la posibilidad de subir a otra colina, con sendero señalizado en rojo, que recibe el nombre de Monte Sagrado
Así, vista de cerca acojona un poco porque en poco espacio tienes que subir bastante pendiente. Pero una vez te pones, llegas fácilmente en 30', con un esfuerzo limitado. El nombre está relacionado con las esculturas y pinturas dibujadas en las cuevas que pasas en la ascensión, donde están representadas diferentes etapas del Vía Crucis
Desde allí arriba también se tiene una vista preciosa de la ciudad
En vez de volver por el mismo camino, he optado por coger el sendero verde, que baja la colina por el lado contrario, a través de un bosque, haciendo un poco más interesante el regreso.
Ya de vuelta, he aprovechado para visitar la Sinagoga. Al parecer, Mikulov era un foco importante para la cultura y erudición judía, con renombre internacional. La entrada a la sinagoga es simbólica (1'80€)
Ya no me extraña que haya un grupo escultórico dedicado a la "liberación" soviética de 1945. Uno no sabe si da miedo de lo ingenuo que parece
Eso sí, profético como pocos. Aunque quien esculpiera el relieve no pensara en 1956.
Para volver a Brno tenía la opción de un autobús que pasa cada dos horas (tarda 90 minutos), pero también tenía apuntado que hay un autobús diario que hace el recorrido Brno-Viena, con una única parada (casualidad en Mikulov a las 18:45) que llega a Brno en 45 minutos. El precio, además, simbólico: la mitad (1'80€). Y en efecto ha tardado sólo 45 minutos en llegar
Ya de vuelta en la ciudad, contacto con la chica ucraniana que mañana me va a dejar una habitación (con Airbnb) y me compro el billete de autobús para Cheský Krumlov (bueno, en verdad es para Ceske Budejovicé, desde donde tendré que hacer un transbordo o algo) el domingo.
Hoy toca aprovechar más el día y recuperar la mañana perdida ayer. En efecto, cojo un tren en Brno antes de las 7:00, para poder hacer transbordo al primer bus en Blasko (como ayer) y así estar en la oficina de turismo cuando empiezan a vender las entradas para las cuevas punkevni . He sido el primero en bajar del bus y he ido corriendo (la gente fliparía) en sentido literal a la oficina de los tickets.
No ha habido problema Me han dado billete para las 8:20, con lo que cuento con que tenga la tarde libre para ir a Mikulov.
Para llegar a la cueva se puede hacer en un tren chu-chu o andando por el sendero azul (20 minutos). Yo, he sido el único, he optado por andar entre los árboles.
Qué decir de la excursión. Yo creo que incluso a la gente a la que no le dice nada visitar un cueva con sus estalactitas, estalagmitas,... le gustaría.
El precio nada caro (6'5€ al cambio). El grupo está formado por unas 35 personas. El guía sólo habla en checo, si bien tienes un papelito en inglés con las explicaciones de las cavidades por las que pasas. En este sentido, me parece que esta zona, preciosa sin duda, de la República Checa (Moravia) no está adaptada al turismo internacional (al igual que en Eslovaquia no potencian suficiente lo que tienen).
La cueva en sí misma está muy bien dispuesta para el turista. Te detienes en unas 7 "salas", intentando ver figuras en las rocas. Quienes entiendan checo o eslovaco seguramente lo disfrutarán más, porque el grupo no ha parado de desternillarse en todo el trayecto (me imagino que por las bromas del guía).
No es una cueva de las que quitan el hipo (recuerdo las de Skotjan en Eslovenia hace tres años... pero ya costaban 20€). Pero igual lo más llamativo es la parte final, en la que para salir te montas en una canoa-lancha y avanzas por la cueva como si fueses Erik, el de la novela de G. Leroux, pero sin Christine, claro. Es una experiencia sensacional.
El tour dura unos 45 minutos.
Una vez fuera, como era pronto he aprovechado para hacer senderismo por el bosque, hasta una aldea llamada Ostrov, siguiendo varios caminos señalizados:
Tenía apuntuados un montón de horarios de diferentes combinaciones, así que no he tenido problema para llegar otra vez a Brno (autobús + tren). Además, eran las 13:00, según lo que tenía apuntado tenía transporte directo a Mikulov (al Sur de Brno) en quince minutos. Sin embargo, cuando he ido a comprar el billete de tren me entero que no hay directos, que tengo que hacer transbordo en Breclav (como ayer a la tarde); además el tren es más tarde de lo que pensaba. En resumen, que había apuntado los horarios del autobús, no del tren (y no me acordaba).
Como siempre, no hay mal que con bien no venga: traducido, que me voy a comer por tercer día consecutivo alguna especialidad checa en el restaurante de siempre.
Esta vez no pido sopa, sólo Pecený veprový vrabec, cervené a bilé zeli, variace knedliku. Es decir, cerdo asado con rollo de masa hervido y chucrut. Ya he probado todas las delicias recomendadas por la Lonely (tendré que hablar con Martina, pues aún me queda otra noche más en Brno).
Después de la comida, corriendo (literalmente) he llegado al tren, que ya estaba cerrando las puertas.
Con el transbordo incluido, el viaje ha tardado 80 minutos (4€).
Mikulov, que está próximo a Valtice y Lednice (de hecho estaba previsto ver los tres en el día de hoy, si ayer hubiese podido dedicar todo el día al parque natural de Moravský kras), es otra joya de Moravia. Sin exagerar.
Por supuesto, gira en torno a una plaza grande, llena de terrazas y tiendas (no sólo de souvenirs)
Así como, en torno al Castillo, que no puede faltar, claro
No es una ciudad con casco antiguo, es una ciudad antigua en sí misma. Pequeñita, se recorre muy rápido, aunque merece la pena detenerse en sus terrazas y cafés.
Además está rodeada de dos pequeñísimas colinas (en Moravia no hay montes altos, el mayor, que está cerca de aquí, mide apenas 500 metros). En una de las colinas, llamada el monte de la cabra, hay una torre que hace las veces de mirador. Según la L.P., el horario es muy caprichoso y para saber si está abierta, es suficiente comprobar si ondea la bandera. He tenido suerte, antes de subir he comprobado que allí estaba. La entrada cuesta 0'80€ y las vistas son espléndidas.
En caso de que no se pueda acceder a la torre, existe la posibilidad de subir a otra colina, con sendero señalizado en rojo, que recibe el nombre de Monte Sagrado
Así, vista de cerca acojona un poco porque en poco espacio tienes que subir bastante pendiente. Pero una vez te pones, llegas fácilmente en 30', con un esfuerzo limitado. El nombre está relacionado con las esculturas y pinturas dibujadas en las cuevas que pasas en la ascensión, donde están representadas diferentes etapas del Vía Crucis
Desde allí arriba también se tiene una vista preciosa de la ciudad
En vez de volver por el mismo camino, he optado por coger el sendero verde, que baja la colina por el lado contrario, a través de un bosque, haciendo un poco más interesante el regreso.
Ya de vuelta, he aprovechado para visitar la Sinagoga. Al parecer, Mikulov era un foco importante para la cultura y erudición judía, con renombre internacional. La entrada a la sinagoga es simbólica (1'80€)
Ya no me extraña que haya un grupo escultórico dedicado a la "liberación" soviética de 1945. Uno no sabe si da miedo de lo ingenuo que parece
Eso sí, profético como pocos. Aunque quien esculpiera el relieve no pensara en 1956.
Para volver a Brno tenía la opción de un autobús que pasa cada dos horas (tarda 90 minutos), pero también tenía apuntado que hay un autobús diario que hace el recorrido Brno-Viena, con una única parada (casualidad en Mikulov a las 18:45) que llega a Brno en 45 minutos. El precio, además, simbólico: la mitad (1'80€). Y en efecto ha tardado sólo 45 minutos en llegar
Ya de vuelta en la ciudad, contacto con la chica ucraniana que mañana me va a dejar una habitación (con Airbnb) y me compro el billete de autobús para Cheský Krumlov (bueno, en verdad es para Ceske Budejovicé, desde donde tendré que hacer un transbordo o algo) el domingo.