Nos levantamos sobre las ocho y media de la mañana, podría parecer temprano, pero tampoco era una hora intempestiva y queríamos llegar a una hora prudente a las calas antes que se llenasen. Éste sería el primer día completo en la isla y donde ya íbamos a "catar" las playas. Nos hacían especial ilusión las calas del sur, que estaban relativamente cerca y que son imagen de diversas postales de la isla (en especial "Turqueta" y "Macarella").
Así pues, nos levantamos inmediatamente, a pesar que no habíamos podido dormir demasiado bien. El motivo, el ruido que hacía la nevera cada poco y que resultaba bastante molesto
Turno para prepararse un poco, e ir dejando ya las mochilas listas antes de ir a desayunar, ya que... ¡nos íbamos a las calas!
Total, que había que preparar las toallas, bañadores, bronceador gafas y tubo de snorkel e incluso las palas y pelota. Un kit guiri total
BUEN DESAYUNO Y SIN AGOBIOS
Al salir de la habitación y bajar a desayunar, pasamos por la zona de la piscina y tuvimos una pista de lo que nos íbamos a encontrar en la playa... Viento, bastante viento, moviéndose las ramas de los árboles y las banderas. Estábamos un par de kilómetros al sur de Ciudadela, pero que haya viento por esa zona, y más soplando hacia el norte, es indicativo de que en calas como "Turqueta" y Macarella te vas a encontrar viento y oleaje, y ese día es mejor ir hacia el extremo opuesto de Menorca. Consejo a tener en cuenta, porque te puedes encontrar que después de hacer kilómetros, en alguna playa tengas la bandera roja y hayas hecho el viaje en balde.
En nuestro caso, no había muchas prisas porque nos levantamos a una hora prudente, sabiendo que si nos "despistábamos", podíamos encontrarnos el parking de la "Turqueta" completo, e ir andando desde otras calas es una paliza.
Accedimos al comedor, previo paso por recepción y una zona donde había una persona exclusivamente para alquilar coches (me imagino que si llegas a la isla sin tenerlo alquilado y lo haces en el hotel la clavada es bastane mayor
Tras coger el "maitre" nuestra tarjeta y marcárnosla, nos encontramos que teníamos sitio de sobra para sentarnos. En la terraza ya estaba un poco más concurrido, así que de principio decidimos quedarnos dentro para estar más a nuestro aire.
Es el típico buffet, pero para mí hay dos cosas que fueron puntos a favor. Una de ellas era que el café te lo ponía un camarero con la típica cafetera de bar. Es decir, era café bien hecho y sabía a café, no el que te sale de una máquina donde pulsas un botón y tienes que apartar la taza antes del último chorro de agua.
Por otro lado, había zumos y en jarras y uno de ellos estaba marcado como "zumo natural de naranja". Vamos, no nos terminamos de creer que los camareros estuviesen exprimiendo las naranjas, pero estaba muy rico. No dejamos de probarlo todos los días al igual que otra mucha gente.
Y del resto de cosas, pues diferentes tipos de panes con su tostadora, mermeladas, mantequillas, y cosas en salado como fiambre, quesos o tortilla. De dulce había cuatro cosillas como mini ensaimadas o croasants muy básicos, y la cocina en vivo hacía las típicas tortitas con su sirope. Era la única pega, que para mi gusto si te encantan los buffets de los hoteles, faltaba algo de variedad, pero para mí iba de sobra y lo importante es que el café sabía a café, el zumo estaba rico y podía desayunar tranquilo sin pasar mucha gente alrededor de mi mesa.
Tan relajados estuvimos, que igual desayunamos en 20-25 minutos, pero daba lo mismo porque no era muy tarde y sólo había que coger las mochilas que ya estaban preparadas en la habitación.
CONTINUARA...