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"Shiraz es una ciudad de gran rango, muy mentada, espaciosa y original en su construcción. Tiene hermosos jardines, ríos caudalosos, zocos admirables y excelentes calles, y muchos edificios, muy bien acabados y admirablemente dispuestos. Los artesanos de cada oficio tienen su propio zoco, de modo que no se mezclan entre ellos; la gente es de buena figura y llavva limpia la ropa. No hay en oriente una población que, como Shiraz, se acerque tanto a la ciudad de Damasco, por la belleza de sus zocos, jardines y ríos, y por la hermosa estampa de sus habitantes." Así describe Ibn Battuta la ciudad en el 1347 DC.
Hoy el día ha empezado temprano. A las 5 de la mañana en pie para desplazarnos bajo la lluvia en taxi desde nuestro hotel en Teherán hasta el aeropuerto Meharabad. Nos ha dejado en el aeropuerto antes de lo que habíamos previsto así que la espera se nos hace larga. La seguridad de este aeropuerto nos resulta una broma, nadie mira la pantalla del chequeo de maletas, nadie cachea a quien pita.. volvamos con irán Air y ,sin saber porque, salimos con una hora de retraso, sentados en el avión sin explicación alguna. Por lo menos nos han servido un desayuno que sabe a gloria. El sol ya ha salido pero quizás existe alguna cláusula en la Sharia que permita evitar el ramadán si estas en el aire porque aquí todo el mundo se lo zampa en un momento. Tal y como terminan de servirlo empiezan a recogerlo, la hora y media de vuelo no da para mucho mas.
Recién pisadas las tierras de la capital de Fars cogemos un taxi para que nos acerque al hotel, tenemos solo el día de hoy para disfrutar de la ciudad y no queremos perder un minuto. El trayecto cuesta 150.000 y es una tarifa oficial. Si coges un taxi “no oficial” ya sabes, que no te cobre más de esto.
ALOJAMIENTO:
ARG HOTEL
Nos pareció un hotel con buena relación calidad/precio y tiene restaurante. Su ubicación no es mala, permite ir andando a los lugares más importantes. Una habitación con sala de estar y bañera en el baño por 30e. El único problema de este hotel es que no hace caso a los mails que recibe. Envié dos para solicitar la reserva de la habitación y menos mal que no esperé la respuesta fumando..
Antes de salir a descubrir la ciudad tenemos que mandarle un mail a Mr. Morteza, nuestro conductor para mañana, confirmándole que nos alojamos en el Arg y que nuestra habitación es la 101. Necesito la clave de la Wifi, me bajo para recepción y me encuentro saliendo del ascensor a un señor de unos 50 años y el chico del hotel que nos había acompañado a la habitación haciendo un gesto de señal hacia mí.
- ¿¿MR. Morteza?? Le pregunto haciendo caso de mi intuición.
Efectivamente, el señor se ha tomado la molestia de pasarse por el hotel a ver si todo estaba correcto para el día siguiente. Un detalle que me causa muy buena impresión, y que junto con nivel de inglés y forma de hablar, me hace volver a la habitación con una gran sonrisa. En un momento me ha explicado lo más importante de la ciudad y me ha emplazado a vernos mañana en la puerta del hotel a las 7 de la mañana. Según él cuanto antes mejor para visitar Persepolis sin calor y aglomeraciones. Se encargará del picnic de desayuno pues somos sus huéspedes, tal y como me informó en el último mail que me escribió.
Salimos a la calle con grandes ansias y los mapas en la mano, pero un tanto desubicados. No importa porque vamos a coger a un taxi que nos acerque a la primera visita del día, la mas lejana, y desde allí comenzaremos el planin previsto. Y no andamos ni 10 metros que ya nos para un taxista. Le enseño una foto del lugar (llevo el planin de cada día ordenado y con fotos precisamente para este tipo de situaciones) y nos pone un precio de 50000 riales. Le enseño la distancia que es en el mapa, ni 2 kilómetros es lo que le digo para regatear. Bien, se queda la cosa en 30000 y se lo toma con tranquilidad para no dejar claro que aún ese precio es caro para la carrera. Nos va señalando los lugares por los que pasamos mas importantes, así nos vamos ubicando.
Estamos en la mezquita Nasir ol molk. Hacemos esta visita la primera porque había leído que es en las primeras horas del día cuando la luz que entra por las vidrieras crea esa atmósfera tan bonita llenando el suelo y las columnas con reflejos de mil colores.
Bueno, quizás no son mil, pero el lugar bien podría ser un escenario de un cuento de ese número de noches aunque ya no llenan toda la estancia. Pasadas las 10 de la mañana solo llegamos a verlas en las columnas más cercanas a las ventanas multicolor. En la sala opuesta hay una pequeña exposición de fotos sobre la ciudad a la que solo dedicamos lo estrictamente necesario.
La siguiente visita, la mezquita de los mártires esta relativamente cerca de esta mezquita en el mapa, pero el tamaño de las calles y la cantidad crean en un laberinto que nos van a dificultar el camino. Todo esta bastante hecho polvo por estas callejuelas y bastante sucio. Sin embargo en cada esquina hay una plantilla de una cúpula y unos minaretes pintada a spray verde y una flecha. Y mi intuición no falla, las seguimos ya sin uso del mapa hasta que nos deja junto a la entrada de la gran plaza de la mezquita.
La mezquita de los mártires, o Shah-e Cheragh, es uno de los lugares de peregrinaje chií del país y su plaza de las más grandes. Ibn Battuta visitó el lugar durante su primer viaje a Persia y escribe :
"Este santuario es muy venerado por la gente de Shiraz, que van allí a procurarse bendiciones y a congraciarse con Dios. Hay siempre almocríes recitando el Corán ante la tumba.Shiraz es una de las ciudades del mundo donde hay mas jerifes; he oído decir a personas de confianza que allá mil cuatrocientos y pico, entre pequeños y grandes, que reciben sueldos por su condición de tales [...] Los habitantes de Shiraz son virtuosos, religiosos y honestos, sobre todo las mujeres, que calzan babuchas y salen cubiertas de velos y envueltas en mantos, de modo que no muestran nada del cuerpo; además, dan limosnas y hacen buenas obras."
La entrada es gratuita y nos recibe un señor muy educadamente en la entrada que nos informa de lo que tenemos que hacer. Bolsos y cámaras de fotos a la taquilla. No se pueden hacer fotos pese a que la guía Toni Vives informaba de que si. Laura tendrá que acceder por la zona de mujeres y vestir el chador. Esta es la primera situación del viaje que Laura va a “disfrutar” de esta prenda. Y sale contenta y riendo del cubículo femenino, pues ha sido el centro de atención de las mujeres del lugar y disfrutado de su complicidad. Todo tiene un lado bueno, solo hay que buscarlo.
A plaza es muy grande y tiene zonas diferenciadas. El sol esta casi en el punto máximo del día así que la recorremos protegiéndonos todo lo posible por los patios. En el mausoleo principal coronado por su peculiar cúpula esta enterrado uno de los hermanos del octavo Imán Reza, que fue martirizado. así que la gente viene hasta aquí a mostrarle sus respetos, igual que con su hermana Fátima en Qom y el imán en Mashad. Otras tumbas de mártires chiís están en el recinto.
Hay que descalzarse para entrar y hombres entran por un lado y mujeres por otro. El mausoleo es impresionante, nunca había visto un interior de este tipo y deja con la boca abierta. Aquí los mosaicos no son de azulejos como en la mayoría de mezquitas, son de cristal. El lugar es deslumbrante, miles de trocitos de espejo creando formas geométricas y con leves variaciones de inclinación que crean tal cantidad de destellos y reflejos que da la sensación de estar en el cielo. La gente besa puerta de entrada, la tumba y casi todo lo besable, además de rezar con la cabeza apoyada en ella, lo que me hace sentir un poco incómodo como mero observante de la situación. Algún que otro devoto saca fotos de recuerdo con el móvil. Intento buscar una esquinita que me permita esconderme un poco pero todas están ya ocupadas por gente sentada rezando o leyendo. Muchos otros, también sea dicho, están tumbados y dormidos a la vera de los pocos ventiladores que hay por la sala. Un muro divide el espacio en dos, dejando una parte de la tumba tras ellos. Esa es la zona de las mujeres, a las que se puede ver desde mi lado a través de la tumba con igual devoción que el sexo contrario.
Laura no ha querido entrar y salgo para decirle que entre “pero ya”, que no se imagina el interior que le espera. Entra con desgana pero tarda en salir mas que yo e igual de sorprendida.
En otro lado de la plaza están las tumbas de los otros mártires “de menor rango” con un interior idéntico en decoración pero mas pequeñas en tamaño que la anterior.
Nuestra siguiente visita es la mezquita Vakil, muy buena visita según la guía. Recogemos las bolsas y mapa en mano ponemos rumbo a ella. Entre su ambigua ubicación en el mapa y nuestra desorientación no conseguimos encontrarla. Calle arriba, calle abajo, Callejón para allí otro para allá que nos lleva al anterior, aparece ante nosotros la madraza del Khan. Tiene pinta de estar cerrada aunque se supone sigue en uso. “No te creas lo que ves, los ojos son el instrumento del diablo” dijo un místico sufí nacido en Bujara. Empujo con fuerza la puerta y se abre mientras le sonrío a Laura con la boca y cejas. Asomo la cabeza y veo que efectivamente se puede entrar. Aún no lo hemos hecho del todo cuando viene un hombre mayor a taparnos el paso diciendo “Money”. Le saludo cortésmente con un “salam” y me contesta “Money” Bien, hemos dado con el mercader del templo. Le pregunto “how much” a lo que me contesta de nuevo“ Money” enseñando la palma de la mano bien abierta por si tengo algún problema de oído y no me entero Empiezo a dudar de nuevo de mis ojos, ¿será un señor mayor o un loro?
Le pregunto a Laura, “¿Cuánto le doy?”
“no se, dale un euro y que se calle ..”
Rasco en la riñonera y le doy un billete de 50.000 y en menos de lo que tarda un loro en cascar una pipa con el pico, el señor lo coge y desaparece, sin darnos entrada ni nada.
Efectivamente la madraza sigue en uso porque lo primero que vemos al acceder al patio son dos Mullah de gorro blanco, profesores imagino, sentados en el patio mientras conversan con dos chavales. Los árboles son tan altos que no permiten ver las fachadas ni tener una imagen global de la madraza, una pena. Recorriendo el patio pasamos por las habitaciones de los estudiantes, idénticas a las que pudimos ver en el museo de la madraza Kulkedash en Bujara,
pero parcialmente tapadas con cortinas. En una que estaba abierta nos asomamos y vemos a su inquilino haciendo “labores de mantenimiento”. Nos da cierta cosa de que se lo puedan tomar a mal y no miramos en ninguna otra, mas que el segundo de pasar por delante de ellas. En este lugar el tiempo no ha pasado. Estudiantes siguen viviendo en un pequeño cubículo, seguramente cocinando su propia comida y estudiando a solas el Corán sobre un sujetalibros una buena parte del día. Como desde hace siglos.
Al salir recordamos el punto en el que estábamos antes de este pequeño paréntesis, esta visita no estaba prevista y seguimos perdidos como hace no más de 15 minutos. Lo único que ha cambiado es la intensidad del Sol que sigue in crescendo. Ahora con la referencia en el mapa de la madraza y un minarete lejano que nos indica el camino desde el principio de la calle correcta llegamos a la mezquita Vakil.
Nos recibe en la puerta un señor muy muy mayor que nos pregunta de dónde somos. Tras la respuesta comienza a soltarnos un sermón en ingles de carrerilla como si estuviera recitando el Corán de memoria. Y no calla. La mezquita esta cerrada y de verdad que me da mucho apuro cortar al hombre la recitación porque se le ve muy motivado pero lo hago: “sorry, is the mosque closed?”
Intercala un “yes” en la frase y sigue dándole a la lengua. El hombre nos esta explicando la historia de la mezquita pero tan rápido que me pierdo. Saco fuerza para volver a interrumpirle una vez más “why’” pero nada, esta explicación no entra en el guión. Ya no me atrevo a molestarle de nuevo, al revés, ponemos cara de interés máximo y asiento con vehemencia cuando creo que ha dicho algo importante. Insisto, el señor es muy mayor.
Para terminar nos dice que ya tenemos un nuevo amigo en el país para lo que nos haga falta, que nos va a dar una tarjeta que tiene en su tienda. Pero lo curioso es que no nos invita a su tienda como sería lógico hacer después de una explicación así. Se echa una carrera y nos la trae de la tienda. La cara que se nos queda me hubiera gustado verla desde fuera. Su tarjeta es un trozo de cartón de un palmo más o menos por medio, donde esta escrito por él mismo con un montón de letras casi ilegibles y números que serán, imagino, sus datos personales, teléfono y dirección. Me da la mano, saluda a Laura con la mano en el corazón y sin darnos tiempo a agradecer ni el sermón ni su amistad se va rápidamente hacia la puerta de la mezquita porque han aparecido otra pareja de turistas nuevos. Les pregunta de donde son, y tras la respuesta “France” comienza la recitación de su sermón ¡¡EN FRANCÉS!! nos quedamos tan alucinados que nos miramos el uno al otro sin decirnos nada y volvemos la mirada hacia el señor y los franceses, con los que coincidimos en la mirada que nos lleva una pequeña sonrisa cómplice, podemos ver la misma cara que hemos puesto nosotros hace un momento en su misma situación.
Se nos ha olvidado que la mezquita estaba cerrada, con el análisis de la situación tenemos ya un buen rato entretenidos. ¿cuántos idiomas sabrá el señor?¿cuántos años le echas?¿tendrá tarjetas para cada uno de los turistas que reciba? ¿de qué vivirá si no invita ni siquiera deja tiempo al turista para acercarse a su tienda? Yo si llego a su edad quiero tener esa vitalidad.
Doblar la esquina de la calle y vemos nuestra siguiente visita que de nuevo nos trae recuerdos de Bujara. Y es que la Ciudadela, Arg-e Karim Kahn, comparte la forma del muro exterior y color con el Arka. A pesar de que Mr Morteza me ha dicho horas antes que era una visita que no merece la pena decidimos entrar, “pues ya que estamos aquí..”
Y la visita se convierte en una broma de mal gusto. Para que os hagáis a la idea la entrada cuesta lo mismo que a Persépolis 150000 riales y dentro no nada ¡nada! Recorres el patio y en una de las salas más grandes de un lateral, imagino que por vergüenza de dejarla vacía han recreado una recepción del Khan en la época en la que la ciudadela hacía de castillo. Un par de fotos por el pasillo y ala, ya puedes irte. Hacernos caso, no entréis.
Aprovechamos que el mapa marca cerca las oficinas de cambio y nos acercamos a ellas. 42.500 por euro. están en la avenida principal de la ciudadela, avanzando en dirección opuesta a donde esta su entrada.
Con un calorazo insoportable y un hambre atroz nos vamos para el hotel, a comer y echarnos siesta con el aire acondicionado a tope.
La tarde vamos a dedicarla al otro lado del río a pesar de haber dejado por la mañana alguna visita importante en el centro de la ciudad. Lo primero que llama nuestra atención nada mas acceder al río por la calle junto a nuestro hotel es una preciosa cúpula con la forma tan curiosa que hemos visto hace unas horas en la mezquita del imán.
El edificio original fue destruido por un terremoto y el original tiene escasamente dos siglos. Nos reciben cordialmente e “invitan” a Laura a elegir uno de los chador del cubo. Aquí también descansa un mártir vinculado al imán Reza, pero me pierdo ya en su árbol genealógico. Lo curioso del recinto que el patio interior hace de cementerio, todo el suelo esta lleno de tumbas de distintos materiales, formas, caligrafías.. una visita un tanto peculiar pero lamento informaros que no hemos visto sitio vacío para la ninguna otra.
El mausoleo esta decorado al estilo cielo por darle un nombre “coloquial”, mosaicos de cristal que crean 1001 destellos. Se ha nublado el día, cosa de agradecer, así que sentados en el patio trazamos el resto de la tarde. Vamos andando hasta la puerta de entrada a la ciudad para pasar por debajo de ella y que nos bendiga su centenario Corán y de camino visitamos la tumba de Hafez. Ya si nos queda tiempo nos acercamos a la de Sa,a di.
Pues un poco mas y nos anochece andando hasta la puertecita de la ciudad, vaya pateada. Y por el camino ni rastro de la tumba del famoso poeta. Llega un momento que nos planteamos si dar media vuelta pero si lo hacemos vaya ruina de tarde, como no haber hecho nada. Venga repongamos fuerza, con una Pepsi Max y unas patatillas, que además son de la selección española!! Hubieran sido mejor unas Lays pero aún no hemos visto durante el viaje.
Bueno, tras otros 10 minutos andando llegamos a una gran rotonda y una avenida enorme de varios carriles de coches. Allí a lo lejos esta la puerta. Laura me saca los dientes y ladra “¿hasta aquí me has traído para ver eso?”
“mujer, pues ya que estamos aquí vamos a andar un poco mas y pasamos por debajo, por lo menos nos volvemos bendecidos ¿no? – La ironía casi me cuesta la primera colleja de recién casados, menos mal que mi sonrisa y la amenaza de darle un beso en público quitan tensión a la situación.
Ahora nos tenemos que ir a la aventura de buscar la tumba del poeta desandando el camino. Paramos en un banco a beber agua disimuladamente y descansar otro poco cuando veo que se nos acerca directo desde lo menos 100 metros de distancia un chaval de pintas curiosas. Es moreno moreno, casi negro, como si fuera indio pero de facciones persas. Es extremadamente delgado y viste todo de un azul chillón, hasta los zapatos.
Se presenta y se invita a sentarse al lado nuestro a conversar. Preguntas estándar en inglés de los capítulos de Muzzy y sin cortarse un pelo de mirar o preguntar directamente a Laura.
Aprovechando un momento de silencio en el que el chaval trataba de recordar nuevas lecciones de inglés a practicar le preguntamos por la ubicación de la tumba de Hafez. Casualidades estaba en esa misma calle como a unos 300 mts. Fue la excusa perfecta para despedirnos y desearle un nice day. Su respuesta: “welcome to Irán”
La tumba de Hafez es un lugar donde se reúne mucha gente local y mucha parejita a festejar. Nosotros nos sentamos en una esquinita a observarles, sobre todo a los grupos de adolescentes y es de resaltar con qué elegancia llevan algunas el velo.
En uno de los laterales de la tumba estaban montando un montón de sujetalibros y probando un equipo de audio. Tiene toda la pinta de que esta noche de recitación de Hafez. Exacto. En el recinto esta la asociación de amigos de Hafez y al caer el sol chicos por un lado y chicas por otro tomaron asiento y se fueron pasando el micrófono mientras recitaban cantando. O cantaban recitando, no se exactamente lo que era pero crea un ambiente muy agradable
Como la tarde no da para mas, aquí esperamos la caída del sol y nos vamos para la ducha. Para cenar hemos visto que en frente del hotel hay un puesto de pizzas que ya esta abierto. Vamos a ser sus primeros clientes de la noche. No tienen la carta pero el dueño muy amable n s enseña los platos de las pizzas para que veamos los tamaños. El problema viene con los ingredientes de la “special” que nos sugiere el chef. ¿Chicken? No ¿beef? Parece que tampoco. Como no saben ninguno de los tres nada de ingles ni nosotros farsi optan por el comodín de la llamada. Que casualidad, el primer modelo de Nokia que me compre en uno de mis cumpleaños hace por lo menos una década. Le pone en situación a la persona del otro lado de la línea y me pasa sonriente el teléfono.
..¿Heloou?..
Una dulce voz femenina me saluda y se presenta, es la sobrina del dueño del local. Ella nos va a contar los ingredientes de la pizza. Pero apenas continuamos hablando que su tío me quita el móvil de la mano, le da la vuelta y me lo devuelve a la mano. En Irán se habla por el móvil poniéndote la tapa en la oreja y la pantalla para fuera. Me viene a la cabeza la expresión tan frecuente para estas situaciones que SPAB repite en su diario: “iran ways”
Aclarado el menú y dando mil gracias a la chica por su amabilidad el teléfono vuelve a su dueño y la nota pasa inmediatamente a cocina, invitándonos a esperar en la única mesa de terraza que hay en el exterior del local.
La gente que pasa no puede evitar mirarnos con curiosidad. Los menos vergonzosos nos saludan, o nos sonríen. Desde la tienda de al lado sale un señor con el mono saturado de varios días de trabajo y nos ofrece dos trocitos de pastel. Lo declinamos pero su insistencia nos hace desistir y lo dos tenemos muy en cuenta que no podemos negarnos a su gesto de hospitalidad. Antes de cogerlo saco de mi bolsa de patatas picante españolas y le ofrezco, como condición para aceptar su pastel. Ah ahora le toca a el decir que no pero le ocurre lo mismo, la situación le obliga a coger unas patatillas de forma simbólica. Le señalo el jugador español de la bolsa y le digo que nosotros también “de spain”. El buen hombre creo que lo entiende no sabe nada de inglés. Solo lo necesario “welcome to Irán”.
Ya tenemos las pizzas en la mesa, y vaya pizzas pequeñas pero matonas. Aquí las hacen con masa más bien gorda y los ingredientes superan su grosor. Visto que la cosa esta bien, pedimos dos hamburguesas para llevar. Este es el gran truco para soportar el ramadán: pedir la comida para llevar la noche de antes.
Que bien entraría ahora un cafecito con hielo… en vez de eso el señor de la pizzería me trae de nuevo el móvil del revés y me lo pone en la oreja. “¿helooou!!” Nuestra amiga nos llama para ver si estaba todo a nuestro gusto: Todo muy Tasty y delicius. La chica nos dice que estudia medicina en la universidad y que hoy ya no puede pasar a conocernos pero que mañana puede estar el día entero con nosotros y enseñarnos su ciudad. Tiene amigos alemanes y franceses pero todavía no tiene amigos españoles. Y son pagar por supuesto, solo por amistad. Laura esta pegada a mi, con su oreja pegada a la parte trasera del móvil, aunque en el resto del mundo es la delantera. Con que pena le decimos que para mañana dejamos la ciudad rumbo a Yazd visitando Persépolis. Se queda apenada pero insiste en que tome nota de su móvil por si necesitáramos algo del país o cambiaran nuestros planes para mañana. No hace falta que repita la frase con la que terminó la conversación…
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