Día 7 - 22/09/2014: Parque Nacional Tanjung Puting, Borneo
A las 5.30h amanece un nuevo día. Sé que es muy pronto, pero me quedo en la cama escuchando los fantásticos sonidos de la selva al amanecer y pensando en la maravillosa experiencia que estamos viviendo. Os dejo un pequeño vídeo del momento:
La noche ha sido entretenida… Aún no sabemos qué tuvo en jaque a la tripulación del barco y a los ranger del parque a primera hora. Hacía apenas una hora que estábamos en la cama cuando me desperté al escuchar unos gritos y a alguien correr hacia las casas del embarcadero; luego ir y venir de gente hablando entre ellos y corriendo por el barco mientras alumbraban algo con las linternas. Mi marido ni se enteró de lo ocurrido, dormía como un tronco, y yo fui incapaz de salirme de la mosquitera a ver qué pasaba. Pero teniendo en cuenta que dormíamos en un río en medio de la selva imagino que algún animal se acercó más de la cuenta al barco. Me he ido despertando a menudo, un gato se estuvo paseando por la cubierta casi toda la noche, varias veces lo vi merodeando alrededor de la mosquitera, y he escuchado como la tripulación ha estado vigilando toda la noche…
A eso de las 6h mi marido se despierta y nos levantamos. Un nuevo día está a punto de empezar y tengo ganas de que recojan los toldos que cubren la cubierta para poder disfrutar de las vistas del lugar
nuestro “dormitorio”
Al poco oímos cómo la tripulación se pone en marcha también y la guía sube a saludarnos. En seguida, suben los chicos a recoger la mosquitera, la cama y los toldos y en apenas media hora, nos sirven el desayuno: tostadas, café con leche y tortitas rellenas de plátano. ¡Riquísimas! ¡Y qué maravilla disfrutar de un buen desayuno con estas vistas!
En apenas una hora, todos estamos en marcha ya. Tras el desayuno, Maitza nos dice que en seguida volveremos a navegar hasta el siguiente campamento, dónde a las 9h dan el desayuno a los orangutanes. Es una pasada poder estar en este lugar, se respira una paz absoluta, no tenemos conexión a internet, y disfrutamos del momento, charlamos de todo un poco y tienes tiempo hasta de hablar contigo mismo…
Son las 8,35h cuando llegamos al siguiente campamento. Hoy decidimos calzarnos las botas de trekking, ya que el suelo ayer estaba resbaladizo y hay muchas raíces que sobresalen con lo que es fácil torcerse un tobillo. Nos embadurnamos de repelente (¡Viva el Relec®!) y de protector solar y salimos con Maitza a ver a los orangutanes desayunar.
Entrada al campamento
Para llegar al lugar dónde les sirven la comida, tenemos que recorrer un corto camino sobre una plataforma entre la selva. La guía nos comenta que está elevada porque durante la época húmeda, el agua del río llega hasta aquí.
Hoy hay bastante más gente que ayer viendo los orangutanes. Nos acomodamos y en seguida llegan los ranger del parque, echan frutas varias sobre la plataforma y empieza “la llamada”.
Mientas el ranger echa la comida, ya vemos que uno de los orangutanes está ojo avizor en lo alto de un árbol cercano y en cuanto se aparta el chico, sale disparado a comer
Hoy no tenemos demasiado éxito… Tan solo se acerca un macho y una hembra con su cría.
El macho nos hace mucha gracia porqué después del festín, se va con las manos bien cargadas de cañas de azúcar hasta lo alto del árbol dónde se las come a una velocidad increíble.
Os dejo uno de los vídeos que hice, así además de las imágenes podréis ponerle sonido a la selva indonesia:
Tras casi una hora aquí, y con un calor y una humedad terribles, Maitza nos dice de pasear un poco por la zona para enseñarnos algunas curiosidades. Mientras recorremos el trocito de selva que nos separa del embarcadero nos muestra unas plantas carnívoras típicas de esta isla.
También nos enseña algún nido de serpiente y de tarántula y nos muestra un árbol la corteza del cuál suele ser alérgica para la mayoría de la gente con solo rozarla… mejor no probar
De vuelta en el klotok, nos quitamos las botas y nos refrescamos un poco. En cuanto volvemos a navegar nos traen unos snacks y unos refrescos… y seguimos disfrutando de las maravillosas vistas. Mi marido no tarda en quedarse frito con la brisa que corre Y yo sigo echando fotos del paisaje sin parar… En un momento dado, uno de los chicos sube a avisarme de que hay un Martín Pescador sobre una rama y me muestra trampas para cocodrilos en la orilla del río.
Seguimos navegando, cada vez el agua es mas lodosa y con mas maleza y da la sensación de que vayamos a quedarnos atrapados en cualquier comento… en este tramo han disminuido considerablemente la velocidad… os dejo un vídeo del momento:
Finalmente, llegamos a una bifurcación en el río dónde cada vez se ve el agua de un color más oscuro dándole un efecto de espejo. El agua aquí está bastante más limpia y se aprecia perfectamente lo que hay en el fondo. Ese tono más oscuro se debe a un tipo de algas que habita en esta zona.
Son las 12h y ya nos sirven la comida, la guía nos comenta que en una hora y media está previsto que estemos en el último campamento que visitaremos. Para comer hoy toca tempura de verduras, arroz blanco, un revuelto de judías con zanahorias y una salsa agridulce, coliflor revuelta con huevo y un pescado de la zona con salsa de pesto, y de postre piña.
¡¡Qué maravilla comer con estas vistas!!! ¡¡Ésto no tiene precio, de verdad!!
Acabando de comer llegamos a Camp Leakey y ya vemos que hay un montón de klotok aparcados, se nota que éste es el campamento más importante del parque. Maitza nos dice que tenemos 1h para descansar hasta ir a ver comer de nuevo a los orangutanes.
Nos encontramos tomando tranquilamente un café cuando el capitán nos avisa de que se acercan al barco un par de orangutanes. ¡Es genial verlos de tan cerca!
La tripulación de los barcos los conocen y los llaman por sus nombres mientras les echan restos de verduras y frutas para que se acerquen más. Durante más de media hora podemos disfrutar de ellos a escasos dos metros. Nos damos cuenta de los gestos tan “humanos” que tienen, de lo observadores que son y no podemos creer que estemos en la otra punta del mundo disfrutando de esta vista…
Vemos que los chicos que van en el klotok que hay junto al nuestro se mueren de ganas por acercarse más a los orangutanes así que los invitamos a pasar a nuestro barco. También observamos como algunos macacos se acercan a los barcos… a éstos las tripulaciones los espantan ya que son agresivos y roban las cosas que haya en cubierta, incluidas las pertenencias de los turistas…
Acabamos de tomar nuestro café con estas vistas… impresionante de verdad… las fotos no hacen honor… A las 13,15h Maitza nos avisa que es hora de prepararse para ir al campamento. Nos embadurnamos de nuevo de Relec® y de protector solar, nos calzamos las botas y cargamos con las cámaras y en menos de 15 minutos ya estamos de camino hacia el Camp Leakey.
A las 13.30h salimos hacia la plataforma, hay un camino largo por la selva y hace mucho calor. Primero pasamos por unas plataformas como en el anterior campamento dónde también nos dice la guía que en la estación húmeda, llega el agua hasta ellas. Por el camino nos topamos con una orangután joven sobre la plataforma que parece que vigile a todo aquél que pasa
Tras unos minutos de camino, llegamos a Camp Leakey, fundado en 1971 por la Dra Galdikas para el estudio de los orangutanes. En este campamento recogen a crías huérfanas y las reintroducen en su medio natural y es el más importante del parque Tanjung Puting.
Al llegar al parque, podemos visitar el Centro de visitantes dónde hay muchísima información sobre el trabajo de reinserción y cuidado de los animales que se lleva a cabo en el campamento y de las familias de orangutanes que viven en él.
árbol genealógico del parque
Tras la visita del centro, nos adentramos más en la selva y nos dirigimos a la plataforma de alimentación. De camino nos cruzamos con una jabata y sus crías. Hoy hace un calor y una humedad tremendas, en el barco no se nota tanto por la brisa que corre pero aquí da hasta sensación de mareo… ¡uff!
Tras unos minutos de caminata llegamos a la plataforma y al poco el ranger comienza con el tradicional aviso a los orangutanes y les echa kilos de bananas. No tenemos mucho éxito… solo aparecen dos o tres orangutanes pero nos echamos unas risas con ellos… ¡mira que son ansias!
Por no hablar de las poses tan cómodas que me cogen para comer…
Tras una hora aquí, no aguantamos más el calor y le decimos a Maitza de volver al barco. Nos quedamos con las ganas de poder ver al macho del parque, a Tom, si uno joven o una hembra ya impresionan ver al macho de cerca debe ser realmente impresionante…
De camino hacia el barco nos encontramos con un macaco con cara de pocos amigos en medio del camino, la guía nos dice que pasemos por un lado sin mirarlo y no habrá problema. Tras unos minutos de paseo, llegamos de vuelta al barco y comienza la navegación de vuelta a Kumai. Nos dicen que si nos queremos duchar, ahora es el momento ya que el agua aquí es más limpia y no está tan contaminada. Con el calor que hemos pasado no dudamos en decirles un SI al unísono
Preparan el sistema de bombas que absorben el agua del río hacia la ducha y allá que vamos. Aunque el agua está bastante fría se agradece un montón… ¡después de dos días sin poder hacerlo y de caminata con un calor sofocante es lo que más me apetece! Más relajados que todas las cosas y por fin, oliendo a limpio, es hora de merendar. Nos suben unas bananas en tempura riquísimas y unos refrescos.
Disfrutamos del último atardecer aquí echados en la cama… ¡qué maravilla! A eso de las 18h ya es noche cerrada y continuamos navegando para acercarnos lo máximo posible a Kumai para mañana no tener problemas para coger nuestro vuelo a Java. Buscamos las chaquetas porqué tras pasar la zona de río más sucia, navegan más rápido y la brisa te deja helado… De repente suben los chicos a avisarnos que han visto ¡¡unos cocodrilos!! Los enfocan con las linternas y se les ven los ojos brillar igual que a los gatos en la oscuridad ¡qué pasada! También vemos cientos de luciérnagas iluminando las palmeras y los árboles de la orilla como luces en un árbol de navidad… alucinante, de verdad.
Sobre las 19h nos dicen que pararemos junto a unas palmeras y pasaremos la noche aquí… ¡¡en medio de la nada!! En seguida algunas luciérnagas de los árboles pasan a la cubierta y nos iluminan en la oscuridad, qué graciosas Nos sirven una cena riquísima a base de tempura de verduras, arroz, pescado en salsa de verduras y fruta. Y a eso de las 20-20,30h nos montan las mosquiteras, bajan los toldos y nos preparan la cama para dormir.
Y así, con los sonidos de la selva de noche, con la luz de las luciérnagas que pululan por la cubierta y en medio de la nada, nos vamos a dormir.
La noche ha sido entretenida… Aún no sabemos qué tuvo en jaque a la tripulación del barco y a los ranger del parque a primera hora. Hacía apenas una hora que estábamos en la cama cuando me desperté al escuchar unos gritos y a alguien correr hacia las casas del embarcadero; luego ir y venir de gente hablando entre ellos y corriendo por el barco mientras alumbraban algo con las linternas. Mi marido ni se enteró de lo ocurrido, dormía como un tronco, y yo fui incapaz de salirme de la mosquitera a ver qué pasaba. Pero teniendo en cuenta que dormíamos en un río en medio de la selva imagino que algún animal se acercó más de la cuenta al barco. Me he ido despertando a menudo, un gato se estuvo paseando por la cubierta casi toda la noche, varias veces lo vi merodeando alrededor de la mosquitera, y he escuchado como la tripulación ha estado vigilando toda la noche…
A eso de las 6h mi marido se despierta y nos levantamos. Un nuevo día está a punto de empezar y tengo ganas de que recojan los toldos que cubren la cubierta para poder disfrutar de las vistas del lugar
nuestro “dormitorio”
Al poco oímos cómo la tripulación se pone en marcha también y la guía sube a saludarnos. En seguida, suben los chicos a recoger la mosquitera, la cama y los toldos y en apenas media hora, nos sirven el desayuno: tostadas, café con leche y tortitas rellenas de plátano. ¡Riquísimas! ¡Y qué maravilla disfrutar de un buen desayuno con estas vistas!
En apenas una hora, todos estamos en marcha ya. Tras el desayuno, Maitza nos dice que en seguida volveremos a navegar hasta el siguiente campamento, dónde a las 9h dan el desayuno a los orangutanes. Es una pasada poder estar en este lugar, se respira una paz absoluta, no tenemos conexión a internet, y disfrutamos del momento, charlamos de todo un poco y tienes tiempo hasta de hablar contigo mismo…
Son las 8,35h cuando llegamos al siguiente campamento. Hoy decidimos calzarnos las botas de trekking, ya que el suelo ayer estaba resbaladizo y hay muchas raíces que sobresalen con lo que es fácil torcerse un tobillo. Nos embadurnamos de repelente (¡Viva el Relec®!) y de protector solar y salimos con Maitza a ver a los orangutanes desayunar.
Entrada al campamento
Para llegar al lugar dónde les sirven la comida, tenemos que recorrer un corto camino sobre una plataforma entre la selva. La guía nos comenta que está elevada porque durante la época húmeda, el agua del río llega hasta aquí.
Hoy hay bastante más gente que ayer viendo los orangutanes. Nos acomodamos y en seguida llegan los ranger del parque, echan frutas varias sobre la plataforma y empieza “la llamada”.
Mientas el ranger echa la comida, ya vemos que uno de los orangutanes está ojo avizor en lo alto de un árbol cercano y en cuanto se aparta el chico, sale disparado a comer
Hoy no tenemos demasiado éxito… Tan solo se acerca un macho y una hembra con su cría.
El macho nos hace mucha gracia porqué después del festín, se va con las manos bien cargadas de cañas de azúcar hasta lo alto del árbol dónde se las come a una velocidad increíble.
Os dejo uno de los vídeos que hice, así además de las imágenes podréis ponerle sonido a la selva indonesia:
Tras casi una hora aquí, y con un calor y una humedad terribles, Maitza nos dice de pasear un poco por la zona para enseñarnos algunas curiosidades. Mientras recorremos el trocito de selva que nos separa del embarcadero nos muestra unas plantas carnívoras típicas de esta isla.
También nos enseña algún nido de serpiente y de tarántula y nos muestra un árbol la corteza del cuál suele ser alérgica para la mayoría de la gente con solo rozarla… mejor no probar
De vuelta en el klotok, nos quitamos las botas y nos refrescamos un poco. En cuanto volvemos a navegar nos traen unos snacks y unos refrescos… y seguimos disfrutando de las maravillosas vistas. Mi marido no tarda en quedarse frito con la brisa que corre Y yo sigo echando fotos del paisaje sin parar… En un momento dado, uno de los chicos sube a avisarme de que hay un Martín Pescador sobre una rama y me muestra trampas para cocodrilos en la orilla del río.
Seguimos navegando, cada vez el agua es mas lodosa y con mas maleza y da la sensación de que vayamos a quedarnos atrapados en cualquier comento… en este tramo han disminuido considerablemente la velocidad… os dejo un vídeo del momento:
Finalmente, llegamos a una bifurcación en el río dónde cada vez se ve el agua de un color más oscuro dándole un efecto de espejo. El agua aquí está bastante más limpia y se aprecia perfectamente lo que hay en el fondo. Ese tono más oscuro se debe a un tipo de algas que habita en esta zona.
Son las 12h y ya nos sirven la comida, la guía nos comenta que en una hora y media está previsto que estemos en el último campamento que visitaremos. Para comer hoy toca tempura de verduras, arroz blanco, un revuelto de judías con zanahorias y una salsa agridulce, coliflor revuelta con huevo y un pescado de la zona con salsa de pesto, y de postre piña.
¡¡Qué maravilla comer con estas vistas!!! ¡¡Ésto no tiene precio, de verdad!!
Acabando de comer llegamos a Camp Leakey y ya vemos que hay un montón de klotok aparcados, se nota que éste es el campamento más importante del parque. Maitza nos dice que tenemos 1h para descansar hasta ir a ver comer de nuevo a los orangutanes.
Nos encontramos tomando tranquilamente un café cuando el capitán nos avisa de que se acercan al barco un par de orangutanes. ¡Es genial verlos de tan cerca!
La tripulación de los barcos los conocen y los llaman por sus nombres mientras les echan restos de verduras y frutas para que se acerquen más. Durante más de media hora podemos disfrutar de ellos a escasos dos metros. Nos damos cuenta de los gestos tan “humanos” que tienen, de lo observadores que son y no podemos creer que estemos en la otra punta del mundo disfrutando de esta vista…
Vemos que los chicos que van en el klotok que hay junto al nuestro se mueren de ganas por acercarse más a los orangutanes así que los invitamos a pasar a nuestro barco. También observamos como algunos macacos se acercan a los barcos… a éstos las tripulaciones los espantan ya que son agresivos y roban las cosas que haya en cubierta, incluidas las pertenencias de los turistas…
Acabamos de tomar nuestro café con estas vistas… impresionante de verdad… las fotos no hacen honor… A las 13,15h Maitza nos avisa que es hora de prepararse para ir al campamento. Nos embadurnamos de nuevo de Relec® y de protector solar, nos calzamos las botas y cargamos con las cámaras y en menos de 15 minutos ya estamos de camino hacia el Camp Leakey.
A las 13.30h salimos hacia la plataforma, hay un camino largo por la selva y hace mucho calor. Primero pasamos por unas plataformas como en el anterior campamento dónde también nos dice la guía que en la estación húmeda, llega el agua hasta ellas. Por el camino nos topamos con una orangután joven sobre la plataforma que parece que vigile a todo aquél que pasa
Tras unos minutos de camino, llegamos a Camp Leakey, fundado en 1971 por la Dra Galdikas para el estudio de los orangutanes. En este campamento recogen a crías huérfanas y las reintroducen en su medio natural y es el más importante del parque Tanjung Puting.
Al llegar al parque, podemos visitar el Centro de visitantes dónde hay muchísima información sobre el trabajo de reinserción y cuidado de los animales que se lleva a cabo en el campamento y de las familias de orangutanes que viven en él.
árbol genealógico del parque
Tras la visita del centro, nos adentramos más en la selva y nos dirigimos a la plataforma de alimentación. De camino nos cruzamos con una jabata y sus crías. Hoy hace un calor y una humedad tremendas, en el barco no se nota tanto por la brisa que corre pero aquí da hasta sensación de mareo… ¡uff!
Tras unos minutos de caminata llegamos a la plataforma y al poco el ranger comienza con el tradicional aviso a los orangutanes y les echa kilos de bananas. No tenemos mucho éxito… solo aparecen dos o tres orangutanes pero nos echamos unas risas con ellos… ¡mira que son ansias!
Por no hablar de las poses tan cómodas que me cogen para comer…
Tras una hora aquí, no aguantamos más el calor y le decimos a Maitza de volver al barco. Nos quedamos con las ganas de poder ver al macho del parque, a Tom, si uno joven o una hembra ya impresionan ver al macho de cerca debe ser realmente impresionante…
De camino hacia el barco nos encontramos con un macaco con cara de pocos amigos en medio del camino, la guía nos dice que pasemos por un lado sin mirarlo y no habrá problema. Tras unos minutos de paseo, llegamos de vuelta al barco y comienza la navegación de vuelta a Kumai. Nos dicen que si nos queremos duchar, ahora es el momento ya que el agua aquí es más limpia y no está tan contaminada. Con el calor que hemos pasado no dudamos en decirles un SI al unísono
Preparan el sistema de bombas que absorben el agua del río hacia la ducha y allá que vamos. Aunque el agua está bastante fría se agradece un montón… ¡después de dos días sin poder hacerlo y de caminata con un calor sofocante es lo que más me apetece! Más relajados que todas las cosas y por fin, oliendo a limpio, es hora de merendar. Nos suben unas bananas en tempura riquísimas y unos refrescos.
Disfrutamos del último atardecer aquí echados en la cama… ¡qué maravilla! A eso de las 18h ya es noche cerrada y continuamos navegando para acercarnos lo máximo posible a Kumai para mañana no tener problemas para coger nuestro vuelo a Java. Buscamos las chaquetas porqué tras pasar la zona de río más sucia, navegan más rápido y la brisa te deja helado… De repente suben los chicos a avisarnos que han visto ¡¡unos cocodrilos!! Los enfocan con las linternas y se les ven los ojos brillar igual que a los gatos en la oscuridad ¡qué pasada! También vemos cientos de luciérnagas iluminando las palmeras y los árboles de la orilla como luces en un árbol de navidad… alucinante, de verdad.
Sobre las 19h nos dicen que pararemos junto a unas palmeras y pasaremos la noche aquí… ¡¡en medio de la nada!! En seguida algunas luciérnagas de los árboles pasan a la cubierta y nos iluminan en la oscuridad, qué graciosas Nos sirven una cena riquísima a base de tempura de verduras, arroz, pescado en salsa de verduras y fruta. Y a eso de las 20-20,30h nos montan las mosquiteras, bajan los toldos y nos preparan la cama para dormir.
Y así, con los sonidos de la selva de noche, con la luz de las luciérnagas que pululan por la cubierta y en medio de la nada, nos vamos a dormir.