Día 3: 10 de agosto
Hoy es domingo, así que toca madrugar para “ir a misa”, pero antes hemos desayunado en el deli que hay debajo mismo del hotel, gran descubrimiento que hicimos anoche.
Volviendo a lo de antes, ir a una misa Gospel es una de las cosas que teníamos claro que no nos queríamos perder, así que tras descartar la opción de ir a una excursión organizada en la que todos los turistas se sientan en la parte de arriba juntos como si estuvieran en una especie de representación, nos tocaba buscar entre las varias iglesias que ofrecen la posibilidad de asistir a su celebración. Finalmente optamos por Bethlem Gospel Assembly, de la que hablaban bien en los foros por la calidad del coro y porque no iban demasiados turistas, al menos a las ocho de la mañana.
El caso es que la experiencia es bastante sorprendente, primero porque suenan espectacular, no sólo el coro (bueno, en realidad eran cuatro cantantes con una banda) si no los feligreses que cantan, bailan y se emocionan hasta las lágrimas, con lo que resulta bastante fácil contagiarse. Te sientas en los bancos a su lado, te cogen las manos y, cuando el pastor lo dice, se te acercan para darte la bienvenida. Yo me he emocionado mucho…
Además lo tienen pensado para que el turista pueda disfrutar de la primera parte que es en la que más cantan y después, cuando comienzan los sermones, se pueda marchar. No obstante, estuvimos prácticamente dos horas. Esta es una de las muchas cosas que pasan exactamente igual que en las pelis. Así de guapos se ponen para ir a su misa.
Hoy es domingo, así que toca madrugar para “ir a misa”, pero antes hemos desayunado en el deli que hay debajo mismo del hotel, gran descubrimiento que hicimos anoche.
Volviendo a lo de antes, ir a una misa Gospel es una de las cosas que teníamos claro que no nos queríamos perder, así que tras descartar la opción de ir a una excursión organizada en la que todos los turistas se sientan en la parte de arriba juntos como si estuvieran en una especie de representación, nos tocaba buscar entre las varias iglesias que ofrecen la posibilidad de asistir a su celebración. Finalmente optamos por Bethlem Gospel Assembly, de la que hablaban bien en los foros por la calidad del coro y porque no iban demasiados turistas, al menos a las ocho de la mañana.
El caso es que la experiencia es bastante sorprendente, primero porque suenan espectacular, no sólo el coro (bueno, en realidad eran cuatro cantantes con una banda) si no los feligreses que cantan, bailan y se emocionan hasta las lágrimas, con lo que resulta bastante fácil contagiarse. Te sientas en los bancos a su lado, te cogen las manos y, cuando el pastor lo dice, se te acercan para darte la bienvenida. Yo me he emocionado mucho…
Además lo tienen pensado para que el turista pueda disfrutar de la primera parte que es en la que más cantan y después, cuando comienzan los sermones, se pueda marchar. No obstante, estuvimos prácticamente dos horas. Esta es una de las muchas cosas que pasan exactamente igual que en las pelis. Así de guapos se ponen para ir a su misa.
Después de la experiencia hemos empezado nuestro paseo por Harlem. En primer lugar por Adam Clayton Powell Jr Blvd., donde no había ninguna sombra y hemos pasado bastante calor. Hemos visto el famoso teatro Apollo, que la verdad, no tiene nada especial, aunque por el barrio se ven algunas otras iglesias, muchas de ellas muy bonitas y la mayoría de credos diferentes, lo que da una idea de la heterogeneidad del barrio.
Si bien hoy todos conocemos este barrio por ser un gueto en el que viven los negros, es una zona posiblemente peligrosa, hasta principios del siglo XX estaba habitada por blancos y en algunos años fue una zona de moda y por tanto cara, en la que se construyeron las típicas casas de Harlem de antes, con escaleras de piedra en la entrada. Las más típicas son las de W 138th St.
Pero quizá, la “fila” de casas más famosas de Harlem es Astor Row, en la 130th St, entre Clayton y Lenox, con sus escaleras y porches de madera, que dicen se parecen a los de Savannah. Nosotros aún no lo sabíamos, nos quedaban unas tres semanas para llegar a Savannah, pero no tienen nada que ver, aunque estos son bastante chulos.
Desde Harlem cogimos el metro para pasar por el hotel y cambiarnos de ropa, ya que nos habían dicho que debíamos ir “presentables” a la misa y no en pantalón corto.
Ya con ropa fresquita, de nuevo al metro, hasta las 135 St y desde allí caminamos por Riverside Dr., pegada al río Hudson y bastante tranquila, llena de edificios de viviendas espectaculares, para llegar a Riverside Church, aunque al bajarnos del metro, ya pudimos ver algunos de los espectaculares edificios de la universidad de Columbia.
La iglesia es inmensa, y, como la mayoría de la gente nos equivocamos y donde primero entramos fue en la cafetería que está dentro del mismo edificio.
Ya con ropa fresquita, de nuevo al metro, hasta las 135 St y desde allí caminamos por Riverside Dr., pegada al río Hudson y bastante tranquila, llena de edificios de viviendas espectaculares, para llegar a Riverside Church, aunque al bajarnos del metro, ya pudimos ver algunos de los espectaculares edificios de la universidad de Columbia.
La iglesia es inmensa, y, como la mayoría de la gente nos equivocamos y donde primero entramos fue en la cafetería que está dentro del mismo edificio.
Desde aquí caminamos por Riverside Dr. Hasta la tumba de Grant, en el lado del río. Vimos una cosa curiosa y es que habían escrito un mensaje en el cielo con el humo de unos aviones:
Una vez visto el espectáculo, efímero, porque el humo desaparecía en seguida, fuimos a la Universidad de Columbia. Estas universidades privadas del noreste de los EEUU son impresionantes.
Después un paseo hasta St. John the Divine una iglesia neogótica, con una fachada espectacular pero inacabada.
En el interior de la iglesia había una escultura colgada del techo que ocupaba toda la nave central que se llamaba “Fénix”, del escultor Xu Bing. Aunque me gustó más la estatua de los jardines de la iglesia.
Terminada la visita, de nuevo al metro (hasta la estación de la 72th) para ir a comer a Gray's Papaya, uno de los sitios más recomendados para comer perritos calientes y zumos naturales de la ciudad.
Tras devorar un par de perritos hemos ido a Central Park, en metro hasta la estación de la 72 St., accediendo por la entrada que está al lado del edificio Dakota, famoso por ser donde asesinaron a John Lennon. Por supuesto, subimos el cerrito de Strawberry Fields para ver el lugar donde se homenajea a Lennon, el Lago, el Castillo Belvedere y llegar al MET.
Terminada la visita, de nuevo al metro (hasta la estación de la 72th) para ir a comer a Gray's Papaya, uno de los sitios más recomendados para comer perritos calientes y zumos naturales de la ciudad.
Tras devorar un par de perritos hemos ido a Central Park, en metro hasta la estación de la 72 St., accediendo por la entrada que está al lado del edificio Dakota, famoso por ser donde asesinaron a John Lennon. Por supuesto, subimos el cerrito de Strawberry Fields para ver el lugar donde se homenajea a Lennon, el Lago, el Castillo Belvedere y llegar al MET.
Cuando estuvimos planificando el viaje ya nos dimos cuenta que teníamos que elegir entre ver museos o ver la ciudad, ya que con tan pocos días todo era imposible. Así que del MET sólo vimos la fachada y echamos un vistazo rápido en el interior del Museo de Historia Natural, tras cruzar de nuevo Central Park y disfrutar de las vistas desde el camino ovalado que rodea los campos de baseball en The Great Lawn.
Terminada la visita al museo nos vamos en metro al hotel para descansar un rato, finalmente no muy largo, porque nos entretuvimos haciendo unas compras…
Tras recuperar fuerzas hemos cogido el metro para ir hasta el puente de Brooklyn y cruzarlo andando. Las vistas de la zona financiera son espectaculares, sin embargo, los edificios del Midtown no se ven hasta que no se cruza al otro lado, ya que están tapados por el puente de Manhattan.
Tras recuperar fuerzas hemos cogido el metro para ir hasta el puente de Brooklyn y cruzarlo andando. Las vistas de la zona financiera son espectaculares, sin embargo, los edificios del Midtown no se ven hasta que no se cruza al otro lado, ya que están tapados por el puente de Manhattan.
Una vez en Brooklyn hemos intentado ir a cenar al famosos Grimaldi’s, pero había una cola tremenda y ya estábamos un poco quemados de hacer cola para todo, así que hemos buscado otra pizzería por la zona. Mientras, disfrutábamos de las vistas a la caída del sol.
Después de la cena, hemos dado un paseo por Dumbo para ver Manhattan iluminado. Las vistas son bonitas, no tanto las fotos.

Después de aquí de nuevo al hotel rendidos un día más.
VISITAR NUEVA YORK: http://www.nycgo.com/
MISA GOSPEL: Bethel Gospel Assembly http://www.bethelga.org/home.aspx
ALOJAMIENTO NUEVA YORK:
Room Mate Grace:
http://grace.room-matehotels.com/