Por fin llego el día esperado, partimos desde el aeropuerto de Sevilla vía Iberia bien temprano, a Madrid, ya que el siguiente vuelo no nos daba lugar a facturar, así que nos tocó espera en la T1 de varias horas, curiosamente esta vez se nos pasó el tiempo volando… creo que ayudó bastante el que el vuelo de air Europa saliera a las 14:55 un par de horas antes que nuestros dos últimos viajes.
Embarcando en el vuelo de Air Europa, nos encontramos con la forera Sinita y su marido Jose que iban en nuestro mismo vuelo, una pareja excepcional de la que nos alegramos muchísimo haber conocido y con la que compartiríamos esos extraordinarios días.
El vuelo partió con un poco de retraso debido a que tuvimos que esperar a que llegaran pasajeros de otro vuelo retrasados… por lo demás nada digno de reseñar, tan solo que la comida servida este año, se puede decir que había mejorado con respecto a otros vuelos anteriores, por lo menos se podía comer.
Posiblemente sea por las ganas de llegar, el caso es que no se hizo para nada pesado el vuelo, a ello ayudó bastante la elección muy acertada de los asientos con espacio extra…
Llegamos sin novedad reseñable, nos encontramos al respirar por primera vez el aire caribeño con que apenas nos golpeó la humedad y calor, el tiempo estaba algo más fresco que anteriores viajes… o quizás fuera que nos íbamos acostumbrando.
La primera novedad es que se acabaron los paseítos por la pista del aeropuerto, nos hacen bajar por unas escaleras cubiertas y directamente nos trasladan a la terminal en un autobús, lo veo como muy bien ya que evitas que te mojes si llueve, pero a la vez le quita el encanto que tenía antes el ir paseando por la pista…
Tanto Sinita como nosotros habíamos pagado las tasas de entrada por internet, con lo que a la llegada nos evitamos la cola que se formó para abonar dichas tasas, pasamos directamente a través de un pasillo que ponía “Tourist Card” directamente a control de pasaportes, en apenas 10 minutos estábamos ya recogiendo maletas, las nuestras se retrasaron un poquito y de ahí a un taxi que previamente habíamos contratado con la taxista Jenny.
Sinita y su marido vinieron en el taxi con nosotros, con lo que llegamos al hotel con mucha antelación sobre el resto de los viajeros.
Una excelente idea.



