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El último día era de navegación, así que lo dedicamos a dormir hasta tarde, jugar al minigolf, al ping pong, a hacer un poco de ejercicio en el gimnasio, y a comer, beber y relajarnos en las tumbonas.
El desembarque fue un poco movidito, ya que nos separamos un momento y nos perdimos Lucía y yo por un lado y Raúl por otro, porque estaba todo el barco patas arriba, con muchos sitios cortados. Curioso que justo en ese momento nos encontráramos Lucía y yo con la pareja de españoles, un matrimonio de Santander muy majo.
Recogimos el coche, esta vez un Hyundai Accent que debíamos devolver en el aeropuerto de Orlando, y nos fuimos pitando para Siesta Key. Que ganas de ver esas playas!
Siesta Key es una isla de barrera frente a la costa suroeste de Florida en Estados Unidos . Se encuentra entre Roberts Bay y el Golfo de México.
Se trata de una tranquila localidad de playa que al hallarse cerca de Sarasota, te ofrece la posibilidad de encontrar museos, arte, circos, ópera, ballet, sinfonías, teatro, festivales de cine, jardines botánicos, partidos de béisbol de pretemporada…su playa ha sido escogida como la tercera mejor playa de todo Estados Unidos en 2014 según TripAdvisor.
Siesta Beach (tambien conocida como Siesta Key Beach) es una playa ubicada en Siesta Key , Florida.
Algunos de los premios que ha ganado son:
• "La arena más blanca y más fina del mundo" (The Great International Beach Challenge, 1987),
• "La mejor playa de arena en América" (El canal de viajes, 2004),
• "La mejor playa de Estados Unidos" (Dr. Beach, 2011).
Siesta Beach es conocida como una de las playas más bellas en cualquier parte del mundo en el "Great International White Sand Beach Challenge", celebrada en 1987, se reconoció como tener la "arena más blanca y más fina en el mundo."
La arena de la playa de Siesta es el 99% cuarzo. Incluso en los días más calurosos, la arena se siente fresca bajo los pies. Se estima que la arena de la playa de Siesta y Crescent Beach en Siesta Key tiene millones de años de edad, que tiene su origen en los Apalaches y que fluye por los ríos desde las montañas hasta que, finalmente, es depositado en las orillas de Siesta Key.
La profundidad del agua superficial en el área cerca de la costa la convierte en uno de las playas más seguras de la comarca y es genial para los niños pequeños.
No nos costó nada encontrar nuestro hotel, el Beach Club at Siesta Key , que está dentro de Sarasea Circle, una especie de complejo donde habían varios hoteles, que más que hoteles son casitas de colores. El Beach Club es de color amarillo, y el entorno es precioso, y muy tranquilo.
La chica de recepción nos dio un montón de información sobre cómo funcionaba el estudio y qué podíamos hacer por los alrededores. Podíamos llevarnos hamacas y sombrillas a la playa, que estaba a pocos metros, alquilar un kayak o hacer snorkel.
La habitación estaba muy bien, bastante amplia y modernita, con cocina bien equipada y todo nuevo
Dejamos las maletas y nos fuimos directos a ver la playa. La playa del Beach Club era Crescent Beach y se llegaba por este encantador camino que iba directamente del complejo a la playa
En un momento estábamos alli, estaba a dos pasos.
La playa era muy tranquila, no había casi gente nunca, y la arena era blanca como la nieve y la más fina que he visto hasta hoy. Parecía polvo.
Nos mojamos los pies y nos fuimos a buscar un sitio para comer.
La Villa de Siesta Key estaba a unos 5 kms de allí, así que teníamos que ir en coche, aunque había restaurantes, supermercados y tiendas cerca, teníamos ganas de ir a Siesta Key.
La villa es pequeñita, pero encantadora. Me recordó algo al ambiente de Key West, con sus edificios de colores, sus tiendas curiosas….
Cada local tenía sus sitios designados para aparcar el coche allí en la puerta, nosotros decidimos quedarnos en el “BluQue Island Grille”, aunque todos tenían una pinta estupenda, pero en este local estaban tocando música en directo.
Raul y yo pedimos una hamburguesa de pescado porque teníamos ganas de probar algo distinto. Y que acierto porque mirad que pinta tenía
Para Lucía como simpre había un menú que consistía en hot dog, hamburguesa o Nuggets, bebida y postre, Pobres niños americanos que poca variedad de comida. Eso sí, siempre acompañado con su hoja para colorear y sus lápices.
El cantante empezó a preguntar que de donde eramos. Había una mesa de Miami, otra que no recuerdo de donde, y nosotros de Barcelona. Así que el hombre metía los nombres de las ciudades en las canciones así como rapeando, la verdad es que animaba mucho el local.
Cuando acabamos de comer, queríamos a dar una vuelta por allí, así que le dijimos a la chica que dónde podíamos aparcar el coche y nos dijo que ningún problema en dejarlo allí todo el rato que quisiéramos.
Realmente es un sitio pequeño, de hecho se llama Siesta Key Village, pero hay mucho ambiente y muchos sitios curiosos
Estuvimos paseando y mirando tiendas y hacía tanta calor que pronto nos entró sed, así que nos sentamos a tomar algo en sitio bastante chulo, nos quedamos en la terraza y ahora sí nos pedimos unas budweiser. Me encantó el vaso.
Despues de bebernos la cerveza nos fuimos para el hotel, a disfrutar un poco de la maravillosa playa.
Justo cuando voy a poner el TomTom para volver al hotel, no encendía…que raro. Aunque ya tiene sus añitos, y sus kilómetros encima, por Europa, USA…además no era la primera vez que nos dejaba tirados de viaje. Ya lo hizo años atrás nada más pasar la frontera con Francia, y en nuestro ultimo viaje por Italia. Lo intentamos de mil maneras y nada, al final encendio pero estaba como colgado, no hacía nada ni respondía a nada. Vaya, que no había manera.
Que inoportuno, y no por volver al hotel que era sencillo, si no porque aun teníamos kilómetros que hacer y sobretodo por el ultimo día que queríamos ir a Downtown Disney y luego de ahí al aeropuerto.
Raúl ya no estaba tranquilo y yo la verdad es que lo entiendo, así que le propuse al día siguiente por la mañana buscar una oficina AVIS y alquilar un GPS, para ir más seguros.
Esperaba que aun los alquilaran, porque hoy en día con los móviles y tal no sabía si se seguirían alquilando mucho. Menos mal que nos había pillado cerquita del hotel y que no era muy difícil volver.
Vaya lio aquí con tanto semáforo
Esta vez la playa todavía me pareció más encantadora que por la mañana
Y además hicimos un amiguillo
Me fui a investigar un poco mientras Raúl y Lucía hacían castillos de arena, estaban alucinando con la arena, Raúl decía que parecía cemento jajajaja.
La zona de snorkel estaba justo allí, pero el agua estaba bastante brava y habían muchas rocas, así que no me atreví a meterme por esa zona.
Habían muchísimas conchas y caracolas todas super curiosas. Nos pasamos un rato con Lucía buscando conchas y caracolas. Lucía se ponía las caracolas en la oreja a ver si escuchaba el mar jejeje.
Como habían algunas nubes, cuando llegó la hora de la puesta de sol parecía que no iba a ser gran cosa pero aun así con nubes y todo fue espectacular
Y aparte no había casi gente, todo super tranquilo y el cielo precioso.
Cuando ya se puso el sol nos dimos unas duchas y otra vez nos fuimos para Siesta Key a cenar algo.
Había bastante ambiente y muchos bares con música, como Lucía se había dormido por
el camino decidimos sentarnos en una terraza que parecía más tranquila, pero…error! Al poco los americanos que ya habían cenado empezaban con las copas y subieron la música a un nivel que ya no podíamos ni hablar. La gente dentro del bar ya estaba bailando con su bebida en la mano, pero los niños tienen ese don de dormirse en cualquier sitio y no despertarse por mucho ruido que haya, así que terminamos la cena y nos fuimos a dormir que al día siguiente teníamos mucho que hacer y que ver.
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