Día 26: 2 de septiembre
El plan para el día de hoy era llegar a dormir a Miami, pero pasando antes por los Everglades, así que madrugamos para poder estar temprano allí. Entramos al parque por el sur, hasta llegar al centro de visitantes Ernest F. Coe. Cuando llegamos ni siquiera habían abierto, así que allí estuvimos sufriendo a los mosquitos un rato.
Cuando llegaron los rangers les preguntamos cuál era la mejor forma de visitar el parque. Nos dijeron que había muchos mosquitos y que estaban muy activos, por lo que teníamos que evitar las zonas en sombra, que es donde les gusta estar y que daba igual llevar repelente, que eran totalmente inmunes a cualquiera de ellos. Ante ese panorama nos recomendó hacer un camino que salía desde el centro de visitantes de Royal Palm, que se llamaba Anhinga Trail, porque estaba descubierto y por lo tanto menos mosquitos (aunque también más calor), sin árboles y se veían muchos cocodrilos.
Así que armados con una buena dosis de crema solar, gorros y paciencia para soportar a los mosquitos empezamos el camino. Al principio se camina por tierra firme, al lado de la zona pantanosa, llena de nenúfares.
Cuando llegaron los rangers les preguntamos cuál era la mejor forma de visitar el parque. Nos dijeron que había muchos mosquitos y que estaban muy activos, por lo que teníamos que evitar las zonas en sombra, que es donde les gusta estar y que daba igual llevar repelente, que eran totalmente inmunes a cualquiera de ellos. Ante ese panorama nos recomendó hacer un camino que salía desde el centro de visitantes de Royal Palm, que se llamaba Anhinga Trail, porque estaba descubierto y por lo tanto menos mosquitos (aunque también más calor), sin árboles y se veían muchos cocodrilos.
Así que armados con una buena dosis de crema solar, gorros y paciencia para soportar a los mosquitos empezamos el camino. Al principio se camina por tierra firme, al lado de la zona pantanosa, llena de nenúfares.
Los caimanes se ven a los lados del camino. Nos sorprendió su color, ya que son prácticamente negros.
Después el camino te lleva hasta unas pasarelas sobre el agua. Desde allí se ven los cocodrilos nadando, debajo de las pasarelas totalmente inmóviles, muchos. Se tienen muy cerca y, aunque no dan ninguna sensación de peligro, hay que ser cuidadoso.
Una vez terminado el recorrido nos subimos al coche para conducir a través del parque hasta llegar al mar, hasta una zona que se llama Flamingo, desde donde se ve Miami Bay, toda llena de pequeños cayos repletos de vegetación.
Aún nos quedaban un par de cosas “típicas” por hacer en los Everglades. La visita del parque en el tren para llegar a la torre-observatorio y el air boat.
Lo primero que hicimos fue llegar hasta el centro de visitantes de Shark Valley, que es desde donde sale el tren que lleva hasta la torre observatorio. Llegamos a las 13:30 y nos dijeron que el siguiente tren no saldría hasta las 14:30 y que el recorrido duraba dos horas y media. Esto suponía terminar a las 17:00, para hacer después el paseo en planeadora, pasar por el Sawgrass Mills Mall, llegar a Miami a tiempo para cenar a las 20:30, que era cuando habíamos quedado con el instructor con el que habíamos buceado en los Cayos. No nos pareció que nos diera tiempo y visto el mapita y lo que hacían no nos resultó tampoco muy interesante, así que decidimos ir a comer algo, para después montar en el air boat.
En esta zona vivían, y todavía viven algunos indios miccosukee. Están asentados al norte del Tamiami Trail, en donde tienen restaurantes, un poblado, negocios de planeadoras y hasta casinos. Justo enfrente del Shark Valley había un restaurante, así que allí fuimos a comer un sándwich al estilo indio. Al salir vimos que justo al lado tenían una “parada” de planeadoras y además llegaba una con dos chicas que habían hecho el recorrido solas y les preguntamos qué tal la experiencia. Nos dijeron que había sido una pasada. Pero no nos decidimos porque todos los sitios de planeadoras que habíamos visto estaban al sur del Tamiami y pensamos, si están todos allí, ¿será porque es mejor?
Así que, por las dudas nos fuimos a buscar otro sitio, en el lado sur y no gestionado por indios. Pero resulta que en todos ellos se iba con un montón de gente (donde los indios no había nadie) y encima te llevaban a ver una granja de cocodrilos, donde se podía coger y hacían exhibiciones, que era justo lo que nosotros no queríamos ver. Por todo esto, de vuelta al principio para hacer el paseo con los miccosukee.
Esta es la planeadora y un saltamontes gigante, de los muchos que había por allí.
Nos encantó la experiencia, es como volar. Además había muchas nubes en el cielo que se reflejaban en el agua y la vista era preciosa. Hay muy poca agua, en algunos casos solo un palmo y la sensación en las curvas es genial, porque la barca “patina” sobre el agua. También te acercan a visitar un poblado indio, que realmente no tiene nada especial, eso sí, muchos bichos, además de cocodrilos.
Con esto dimos por terminada la visita a los Everglades. Como había cosas que habíamos querido comprar en el Mall de Nueva York y no lo encontramos, nos acercamos hasta Sawgrass Mills Mall, que dicen que es el outlet más grande del mundo, por si había suerte. O es fácil dar con él así que tardamos un poco más de lo previsto, por lo que llegamos a Miami un poco tarde, lo que nos hizo llegar tarde a la cena con el instructor.
En fin, la cena fue muy agradable y lo pasamos muy bien. El restaurante se llama Café Ragazzi y es un italiano bastante bueno. Nos trataron genial porque uno de los chicos con los que buceamos en los Cayos era el maitre.
En fin, la cena fue muy agradable y lo pasamos muy bien. El restaurante se llama Café Ragazzi y es un italiano bastante bueno. Nos trataron genial porque uno de los chicos con los que buceamos en los Cayos era el maitre.
EVERGLADES: http://www.nps.gov/ever/index.htm
ALOJAMIENTO MIAMI:
VILLA ITALIA:
http://villaitaliamiami.com/es/