El último día de viaje no teníamos tiempo apenas para hacer nada, porque nuestro vuelo a Madrid era a las 13:45. Con todo, decidimos levantarnos temprano y hacer un último intento de visitar la Casa de Ana Frank, o en su defecto un plan B para ir por ejemplo al Mercado de las Flores.
El caso es que nos presentamos en Westermarkt a las 8:15, o sea, 45 minutos antes del horario de apertura. La cola llegaba ya hasta Keizersgracht, jaja , pero aún así nos pusimos a esperar ilusamente. 10 minutos después la cola iba por Westermarkt. Vamos, que llegaba gente por minutos. Para hacer la espera más agradable me compré una porción de tarta de zanahoria en Cup a la Cake y a aguantar estoicamente. Yo me hubiese ido inmediatamente a otro sitio, con tal de aprovechar un rato y ver algún sitio, pero ahí seguimos, a pesar de ver que la cola se movía muy despacio después de que abrieran a las 9. Estuvimos allí hasta que no pudimos retrasarlo por más tiempo, hasta las 9:45. Al final, ni casa de Ana ni nada. Una pérdida de tiempo total . Regresamos al hotel e hicimos el check.out. Pensaba que nos iban a cobrar alguna tasa municipal (según ponía en nuestra reserva del hotel), pero no tuvimos que pagar ninguna cantidad extra, así que mejor que mejor. El traslado al hotel lo hicimos en 20 minutos y luego el vuelo Amsterdam-Madrid transcurrió con total normalidad. Hasta nos dieron el sandwich que a la ida nos habían negado.
Con esto finalizaba el viaje por Holanda y tenía la satisfacción de al menos haberme una mínima idea general del país.
Realizados los cálculos de los gastos totales del viaje, alcanzaron los 2000€ aproximadamente, o sea unos 1000€ por persona. Teniendo en cuenta que no se trata de un país barato y de que organicé el viaje con pocas semanas de antelación, me parece que no está demasiado mal. Estos gastos se pueden desglosar en las siguientes cantidades aproximadas:
Hotel: 726€
Avión: 394€
Transporte: 260€
Tarjetas turísticas y atracciones: 150€
Restaurantes y cafeterías: 250€
Compras en supermercados y souvenirs: 220€
Como resumen, entre los aspectos que destaco positivamente del viaje:
- Casi todos los lugares visitados me gustaron, salvo Alkmaar, que no me llamó la atención demasiado.
- Conocer en qué consiste el mercado del queso de Alkmaar, aunque hoy día sea un evento completamente turístico.
- La facilidad para desplazarse en transporte público por Amsterdam y en general por el país.
- El hotel Best Western Premier Couture, que tiene una buena relación calidad/precio y que pese a estar lejos del centro, tiene frecuente comunicación con él mediante la línea 2 de tranvía.
- La zona de los canales próxima a la Casa de Ana Frank, el museo Van Gogh y el Ons' Lieve Heer op Solder.
Lo que no me gustó tanto:
- Perder el tiempo haciendo cola en la Casa de Ana Frank, al no tener una entrada reservada. Da lo mismo a la hora que vayas. Si quieres entrar pronto, ya puedes madrugar y asomar por allí con más de una hora de antelación a la hora de apertura. Si no, 3 horas de cola (al menos en pleno verano). Podían mejorar el sistema vendiendo todas las entradas online, con una hora asignada. Así la gente no tendría que perder el tiempo .
- La comida holandesa, ni fu ni fa, salvo la sopa de tomate. Poca variedad. Disfruté más comiendo en restaurantes indios o indonesios.
- El comportamiento incívico de algunos ciclistas. A veces parece que hay que pedir permiso para cruzar la calle.
- Lo caro que es el tren. Hay mucha frecuencia para ir a otras ciudades y los viajes son por norma general rápidos, pero también hay que tener en cuenta que no dejan de ser distancias cortas. Te dejas un buen dinero haciendo excursiones.
- Los meneos del tranvía de Amsterdam. Como no te agarres te pegas un trompazo .
En definitiva: un país fácil de recorrer en transporte público y con ciudades interesantes.
El caso es que nos presentamos en Westermarkt a las 8:15, o sea, 45 minutos antes del horario de apertura. La cola llegaba ya hasta Keizersgracht, jaja , pero aún así nos pusimos a esperar ilusamente. 10 minutos después la cola iba por Westermarkt. Vamos, que llegaba gente por minutos. Para hacer la espera más agradable me compré una porción de tarta de zanahoria en Cup a la Cake y a aguantar estoicamente. Yo me hubiese ido inmediatamente a otro sitio, con tal de aprovechar un rato y ver algún sitio, pero ahí seguimos, a pesar de ver que la cola se movía muy despacio después de que abrieran a las 9. Estuvimos allí hasta que no pudimos retrasarlo por más tiempo, hasta las 9:45. Al final, ni casa de Ana ni nada. Una pérdida de tiempo total . Regresamos al hotel e hicimos el check.out. Pensaba que nos iban a cobrar alguna tasa municipal (según ponía en nuestra reserva del hotel), pero no tuvimos que pagar ninguna cantidad extra, así que mejor que mejor. El traslado al hotel lo hicimos en 20 minutos y luego el vuelo Amsterdam-Madrid transcurrió con total normalidad. Hasta nos dieron el sandwich que a la ida nos habían negado.
Con esto finalizaba el viaje por Holanda y tenía la satisfacción de al menos haberme una mínima idea general del país.
Realizados los cálculos de los gastos totales del viaje, alcanzaron los 2000€ aproximadamente, o sea unos 1000€ por persona. Teniendo en cuenta que no se trata de un país barato y de que organicé el viaje con pocas semanas de antelación, me parece que no está demasiado mal. Estos gastos se pueden desglosar en las siguientes cantidades aproximadas:
Hotel: 726€
Avión: 394€
Transporte: 260€
Tarjetas turísticas y atracciones: 150€
Restaurantes y cafeterías: 250€
Compras en supermercados y souvenirs: 220€
Como resumen, entre los aspectos que destaco positivamente del viaje:
- Casi todos los lugares visitados me gustaron, salvo Alkmaar, que no me llamó la atención demasiado.
- Conocer en qué consiste el mercado del queso de Alkmaar, aunque hoy día sea un evento completamente turístico.
- La facilidad para desplazarse en transporte público por Amsterdam y en general por el país.
- El hotel Best Western Premier Couture, que tiene una buena relación calidad/precio y que pese a estar lejos del centro, tiene frecuente comunicación con él mediante la línea 2 de tranvía.
- La zona de los canales próxima a la Casa de Ana Frank, el museo Van Gogh y el Ons' Lieve Heer op Solder.
Lo que no me gustó tanto:
- Perder el tiempo haciendo cola en la Casa de Ana Frank, al no tener una entrada reservada. Da lo mismo a la hora que vayas. Si quieres entrar pronto, ya puedes madrugar y asomar por allí con más de una hora de antelación a la hora de apertura. Si no, 3 horas de cola (al menos en pleno verano). Podían mejorar el sistema vendiendo todas las entradas online, con una hora asignada. Así la gente no tendría que perder el tiempo .
- La comida holandesa, ni fu ni fa, salvo la sopa de tomate. Poca variedad. Disfruté más comiendo en restaurantes indios o indonesios.
- El comportamiento incívico de algunos ciclistas. A veces parece que hay que pedir permiso para cruzar la calle.
- Lo caro que es el tren. Hay mucha frecuencia para ir a otras ciudades y los viajes son por norma general rápidos, pero también hay que tener en cuenta que no dejan de ser distancias cortas. Te dejas un buen dinero haciendo excursiones.
- Los meneos del tranvía de Amsterdam. Como no te agarres te pegas un trompazo .
En definitiva: un país fácil de recorrer en transporte público y con ciudades interesantes.